Cataluña presenta un Decreto sobre gestión de la fertilización del suelo y las deyecciones ganaderas

La nueva normativa asegurará la calidad de los suelos y de las aguas subterráneas, a la vez que se garantiza la viabilidad y la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas y del sector cárnico catalán
Cataluña presenta un Decreto sobre gestión de la fertilización del suelo y las deyecciones ganaderas
Cataluña presenta un Decreto sobre gestión de la fertilización del suelo y las deyecciones ganaderas
20-07-2017

La consellera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación, Meritxell Serret, y el consejero de Territorio y Sostenibilidad, Josep Rull, presentaron hoy en el sector el texto final del Decreto de gestión de la fertilización del suelo y de las deyecciones ganaderas, luego de meses de concertación. La propuesta de Decreto presentada por el Gobierno inicia el trámite final para su aprobación y entrada en vigor. Este decreto está firmado por los Departamentos de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación; Territorio y Sostenibilidad, y Salud.

El objetivo de la nueva normativa es asegurar la calidad de los suelos y de las aguas subterráneas del país, a la vez que se garantiza la viabilidad y la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas y del sector cárnico catalán.

Para ello, se prevén tres grandes líneas de actuación: la mejora en origen en la gestión de las deyecciones de las explotaciones ganaderas, incluyendo su tratamiento; la innovación y mejora en las aplicaciones a los suelos, mediante una fertilización orgánica de excelencia, y el control y seguimiento de estas aplicaciones, garantizando la trazabilidad de los movimientos.

Se trata de un modelo de gestión basado en la valorización de las deyecciones como recurso, con una fertilización ajustada a las necesidades de los cultivos, una aplicación hecha con maquinaria adecuada y, incluso, cuando sea necesario, en la exportación de los excedentes de nutrientes.

Existe también un régimen sancionador en caso de que no se haga una correcta gestión, que acompaña el Decreto. 

La aplicación práctica del nuevo modelo de gestión

En origen, el objetivo es reducir el volumen del nitrógeno generado en las explotaciones ganaderas, mediante la mejora de la alimentación del ganado; mejorar los sistemas de almacenamiento y potenciar los sistemas de tratamiento.

En destino, para garantizar una fertilización ajustada a los suelos agrícolas, la nueva normativa prevé prohibir las aplicaciones de purines con vano o abanico, buscando incrementar la eficiencia y conseguir el máximo aprovechamiento de los nutrientes aportados. Los equipos de aplicación de deyecciones ganaderas deberán disponer de un sistema que permita una elevada uniformidad de distribución y un buen ajuste de la dosis, y deberán disponer de un conductímetro, u otro método de precisión equivalente, que permita estimar la concentración de nutrientes del purín. Para ambas obligaciones se ha establecido un periodo transitorio para que el sector se pueda adaptar.

Además, los titulares de las explotaciones ganaderas y agrícolas deberán hacer una declaración anual relativa a la gestión de las deyecciones y otros fertilizantes nitrogenados, tan orgánicos como minerales, con el fin de garantizar su trazabilidad.

Por otra parte, para garantizar la trazabilidad del transporte, si la parcela fertilizar es además de 10 km (a 5 km dos años después de la publicación del Decreto), o bien si se trata de una empresa de servicios, será necesario que los equipos de transporte de deyecciones ganaderas vayan equipados con un dispositivo electrónico de posicionamiento global (GPS). El uso del GPS supone mayor trazabilidad de las aplicaciones de deyecciones ganaderas a larga distancia y una minimización de inputs y recursos.

Limitaciones al incremento de ganado en zonas vulnerables

La normativa establece una moratoria, hasta el 1 de enero de 2020, para ampliaciones de ganado en granjas situadas en municipios que tengan un índice de carga ganadera (ICR) superior al 1,2.

También se establece una mayor restricción en cuanto al incremento de ganado en zonas vulnerables (ZV), que variará en función del Índice de Carga Ganadera (ICR) que tengan. 

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