La Mancomunidad del Este acuerda construir la nueva planta de residuos en Loeches

La Mancomunidad del Este, entidad integrada por una treintena de municipios del Corredor del Henares y encargada de la gestión de residuos que generan los 650.000 habitantes de la comarca, aprobó el pasado lunes la construcción de la planta de tratamiento de residuos en Loeches, tras la aprobación definitiva del Plan Especial en la Comisión de Urbanismo de la Comunidad de Madrid el pasado día 30 de junio.

La nueva infraestructura se ubicará a unos seis kilómetros del núcleo urbano, ocupará una superficie de 105.000 metros cuadrados y sustituirá al vertedero al aire libre de Alcalá de Henares, cuya colmatación está prevista para 2018. Pese a que aún debe tener el visto bueno del Gobierno regional, el consejero de Medio Ambiente, Javier González Taboada, indicó tras conocer la noticia que "se pondrán en marcha enseguida". El presidente de la Mancomunidad, Javier Rodríguez, también alcalde complutense, manifestó que esta autorización integral ambiental conlleva un periodo de un año, por lo que ambas entidades trabajarán para que las máquinas inicien los trabajos a comienzos de 2017.

Los ayuntamientos integrantes de la Mancomunidad, con Alcalá, Torrejón y Coslada a la cabeza, respaldaron con un 83,96% y con un 74,52% de los votos tanto el modelo de planta de residuos única presentado como su ubicación, respectivamente, cerrando de esta manera un proceso que comenzó en 2011. Desde esa fecha, se han realizado modificaciones al proyecto como la eliminación de la incineración por plasma, y en el último año, la adaptación a la futura normativa europea, además de un incremento del reciclaje, por el compostaje, y una reducción del tamaño del vaso del depósito final.

RESIDUOS CERO

San Fernando de Henares, Velilla, Ambite y la propia Loeches se opusieron al modelo de planta única, catalogado de "macrovertedero". La propuesta de estos cuatro municipios era repartir los residuos en diez plantas deslocalizadas por toda la comarca "para lograr la desaparición del desecho y el aprovechamiento total de la filosofía de Residuos Cero", para lo que pidieron un aplazamiento de dos meses de la votación, con el fin de que hubiera tiempo para que el resto de ciudades estudiasen este modelo. Rodríguez contestó que era "imposible" ante la urgencia de la votación por "falta de tiempo".