5 retos que marcarán el futuro de la gestión del agua

El futuro del agua no está escrito, sin embargo ya se vislumbran los que serán las principales retos para los próximos años. Seleccionamos cinco desafíos que marcarán el futuro de la gestión del agua
07-12-2022
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El futuro del agua no está escrito, sin embargo ya se vislumbran los que serán las principales retos para los próximos años. Fernando Morcillo de AEAS; Jordi Cros de Catalan Water Partnership; Pere Aguiló del Consorci Besòs Tordera; Francesc Hernández de la Cátedra de Transformación del Modelo Económico: Economía Circular en el Sector del Agua de la Generalitat Valenciana y la Universitat de València; y Jorge García Ivars de AINIA; nos hablan sobre los cinco desafíos que marcarán el futuro de la gestión del agua.

Inversión

Inversión

Por Fernando Morcillo, presidente de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS).

El agua es un bien público, vital y básico, y debe ser cuidada garantizando su calidad y la prioridad de los diferentes usos. Solo con elementos que aporten transparencia y credibilidad, sostenibilidad y resiliencia dejaremos el adecuado legado a las generaciones futuras y mejoraremos la eficiencia. El ciudadano tiene que asumir que debe contribuir económicamente para asegurar estas condiciones y debe entender la razón de los costes de los servicios. Ante circunstancias como el cambio climático los valores citados pueden llegar a acentuarse, por lo que evitar crisis de abastecimiento de agua de consumo humano o de contaminación con origen urbano de nuestro medio ambiente se hace fundamental.

Asumir que los usuarios debemos contribuir a resolver los déficits resulta transcendente si queremos disponer de sistemas modernos, sostenibles (económica, social y ambientalmente) y resilientes ante los grandes retos. La coyuntura mundial actual ha puesto de manifiesto la necesidad de utilizar todas las fuentes financieras disponibles, incluyendo las colaboraciones público privadas para “desatascar“ la situación.

La aplicación de una estructura tarifaria clara y transparente se posiciona como el mecanismo que daría certidumbre al verdadero estado y necesidades de los diferentes sistemas de agua urbana y que generaría transparencia, posibilidades de comparar y facilitaría políticas de justicia social, a la par que mejoraría la seguridad jurídica de los actores y optimizaría el equilibrio de la competencia y, por tanto, la mayor eficiencia de los servicios hacia la sociedad.

 

Actualmente, tanto la creación de activos públicos como la renovación del parque existente suponen un problema de inversión “por olvido” de las administraciones públicas españolas desde la crisis de 2008.

 

Actualmente, tanto la creación de activos públicos como la renovación del parque existente suponen un problema de inversión “por olvido” de las administraciones públicas españolas desde la crisis de 2008, constituyendo el factor principal por el cual se infringe la recuperación de costes. Éste y la adecuada contribución del usuario son principios exigidos por la Directiva Marco del Agua del año 2000, cuya falta de cumplimiento se debe a la escasez de políticas públicas que defiendan los sistemas de agua urbana.

En el ámbito urbano debemos aplicar modelos de eficiencia que pasen por la agrupación municipal o poblacional, como mancomunidades, consorcios y entes metropolitanos, provinciales y autonómicos, además de agrupaciones operativas que resuelvan los operadores privados; la cualificación profesional; el uso de las herramientas que nos ofrece la digitalización para mejorar el conocimiento y aplicar más automatismos; la implantación de procesos de gestión patrimonial de las infraestructuras o activos; la ejecución de simulaciones que apoyen las decisiones con garantías; contar con herramientas de control de calidad como laboratorios, sensores de calidad o instrumentación analítica; realizar procedimientos preventivos basados en el análisis de riesgos y, sobre todo, asegurar la sostenibilidad de los servicios en sus facetas ya mencionadas: económica, social y ambiental.-


 

Digitalización

Digitalización

Por Jordi Cros, Presidente del Catalan Water Partnership.

El objetivo de las herramientas digitales es mejorar el uso del agua, gracias a que permiten medir, conocer, y controlar mejor los procesos de tratamiento, de distribución y de depuración. La digitalización en el sector del agua lleva mucho tiempo implementándose, pero la revolución tecnológica de los últimos años ha provocado un abaratamiento de los costes de estas herramientas con un aumento de su potencia de cálculo. Esto ha provocado que muchas aplicaciones que antes no eran asequibles ahora se puedan implementar, y nos movamos hacia un entorno más digital.

El principal reto que enfrentamos para la implantación de tecnología digital en el ciclo integral del agua es el factor humano. La digitalización del sector necesitará incorporar nuevos perfiles de trabajadores para aplicarla y, sobre todo, para explotarla; en un plazo de 10-15 años será necesario reemplazar a una parte importante del personal de los operadores que se jubilarán, pero el sector del agua no es especialmente atractivo a estos talentos digitales, de forma que cuando hablas con compañeros del sector te explican que en general tienen problemas para captar talento joven. Además, el Global Water Intelligence del 2019 identificaba, entre los 3 principales retos u obstáculos de la implementación de soluciones digitales en la gestión del agua, dos que están directamente relacionados con el factor humano: la resistencia del personal directivo y que los operadores son instituciones reacias al cambio.

En el sector del agua, España es un referente internacional en tecnologías de tratamiento, desalación o de gestión de cuencas o urbanas, y aunque hay empresas españolas que llevan muchos años trabajando en digitalización de aplicaciones y del sector, a nivel internacional España no es un referente en digitalización. Aquí entra en juego el PERTE, que tendrá un efecto incentivador al disminuir el riesgo económico de los proyectos de digitalización gracias a la subvención, y debería permitir, tanto a las administraciones como a los operadores públicos o privados, realizar inversiones en temas de digitalización que hasta ahora no se habían ejecutado o ni siquiera planteado. Pero uno de los retos del PERTE en esta convocatoria y en la próxima para proyectos de digitalización del ciclo urbano del agua es conseguir llegar al máximo de operadores, principalmente medianos y pequeños, que son seguramente los que en el aspecto de la digitalización están más retrasados.

 

Uno de los retos del PERTE en esta convocatoria y en la próxima es conseguir llegar al máximo de operadores, principalmente medianos y pequeños.

 

Actualmente, como resultado de la crisis climática, estamos sufriendo un aumento de precios de la energía eléctrica, del gas y del petróleo que vienen de muy lejos y que afectan también al sector del agua, además de una sequía que está produciendo cortes de suministro en poblaciones; los sistemas digitales deben tener todo esto en cuenta para ayudarnos a tomar las mejores decisiones en torno a la gestión del recurso. La digitalización no va a hacer que llueva, pero nos permitirá gestionar mejor el uso del agua al saber las previsiones de consumo que tenemos, detectar anomalías, facilitar el mantenimiento, anticipar escenarios o acciones para casos de escasez, entre otros. Los ciudadanos se verán beneficiados por estás acciones al disponer de una mejor gestión del recurso, que cada vez será más escaso.-


 

Transición energética

Transición energética

Por Pere Aguiló, Director de operaciones del Consorci Besòs Tordera. Coordinador del grupo de trabajo de Operaciones, Tecnología y Energía de la Comisión V de aguas residuales en AEAS.

El binomio agua-energía se ha identificado desde siempre, tanto desde el punto de vista del agua como fuente de recurso para producir energía eléctrica a través del turbinado del agua almacenada en pantanos y embalses como des del punto de vista de la energía eléctrica como recurso necesario para posibilitar la recolección, transporte y el tratamiento del agua, para su proceso de potabilización antes de ser consumida o bien para su tratamiento de depuración y entrega al medio ambiente receptor después de ser utilizada.

En la actual situación de emergencia climática y energética se identifican varios retos fundamentales: reducir el consumo de energía necesaria incrementando la eficiencia de los procesos, sustituir en la mayor proporción posible la energía necesaria por energía renovable de proximidad, y si no es así consumir energía verde con garantía de origen, y finalmente actuar como sumideros de emisiones de carbono contribuyendo a la sustitución de los combustibles fósiles tradicionales por el biogás generado en las instalaciones de depuración de agua, bien sea con su aprovechamiento energético  térmico y eléctrico en las propias depuradoras o  su inyección en la red de distribución de gas natural en forma de biometano para su uso por cualquier abonado o como combustible en vehículos.

Por un lado se está avanzando decididamente hacia la descarbonización desde el punto de vista de reducir el consumo energético mediante la implantación de tecnologías blandas de depuración allí donde es posible; la introducción de tratamientos biológicos en sustitución de tratamientos con demanda de reactivos químicos; la modificación de sistemas de aireación implantándose aplicativos informáticos de control avanzado y tecnologías de aireación más eficientes.

Por el otro lado, se contempla también la generación de energía renovable de proximidad mediante el incremento de producción de biogás en plantas depuradoras a través de la instalación de nuevas digestiones anaerobias o la introducción de mejoras en las ya existentes; la consolidación de la codigestión con cosustratos compatibles con el proceso de depuración de las aguas residuales; dispositivos de recuperación de energía en los tratamientos con membranas o incluso el micro turbinado del agua en las redes de distribución y transporte, sin dejar de mencionar el amplio despliegue que la tecnología solar fotovoltaica está teniendo en todas las instalaciones de tratamiento de agua. A modo de ejemplo del potencial existente  y con datos de una encuesta realizada por AEAS (Asociación Española De Abastecimientos De Agua Y Saneamiento) en el año 2018, de las 2.363 estaciones depuradoras de agua residual identificadas a nivel estatal, únicamente 80 de ellas disponían de una instalación de digestión anaerobia para la producción de biogás y su aprovechamiento energético posterior. En este escenario y como una de las herramientas de despliegue del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima PNIEC como mecanismo de lucha contra el cambio climático, la publicación de la hoja de ruta del Biogás en el mes de Marzo del 2022, cuyo objetivo es multiplicar por 3,8 veces la producción de biogás en España del año 2020 y que además fija un objetivo de que el 1% del gas consumido en red sea biometano en 2030, y los programas de ayuda que con este propósito está publicando la administración central del Estado, debe promover la generación de biogás y su aprovechamiento energético en las depuradoras que aún no disponen de ella.

Le eficiencia en el consumo energético de los procesos y el cambio de escenario al que nos deben conducir unas instalaciones que pueden ser en el ámbito de la depuración incluso  autosostenibles energéticamente, tal y como ya se plasma en la propuesta de revisión de la directiva europea de tratamiento de aguas residuales que propone el objetivo de neutralidad energética para estas instalaciones en el año 2040,  resulta un acicate para la implantación de tecnologías de generación de energía y eficiencia de consumo que hasta ahora no se instalaban en plantas de tratamiento de aguas residuales de pequeño y medio tamaño.-


 

Reutilización agua

Reutilización de agua

Por Francesc Hernández, Director de la Cátedra de Transformación del Modelo Económico: Economía Circular en el Sector del Agua de la Generalitat Valenciana y la Universitat de València.

Los principales retos que identificamos desde la Cátedra en lo referente a la implantación del agua regenerada en el ciclo integral del agua son cuatro: contemplar las actuales Estaciones de Tratamiento de Aguas Residuales como nuevas fuentes de agua que contribuyan a hacer frente a la influencia del cambio climático garantizando la sostenibilidad de los recursos hídricos; lograr que los ciudadanos sean conscientes de la necesidad de uso del agua regenerada y que lo puedan hacer con total confianza y garantía; evitar que los costes de gestión y regeneración del agua suponga una barrera para su uso habitual y dotar de un marco regulador que contribuya a alcanzar los retos ya mencionados.

 

Debemos contemplar las actuales Estaciones de Tratamiento de Aguas Residuales como nuevas fuentes de agua que contribuyan a hacer frente a la influencia del cambio climático garantizando la sostenibilidad de los recursos hídricos.

 

Con todo ello, aún existen reticencias para transitar hacia un modelo circular del agua porque venimos de un modelo lineal basado en usar y tirar del cual resulta complicado transitar. El hecho de no estar sufriendo aún la carencia drástica del recurso explica la falta de interés en el cambio de modelo; los usuarios necesitan tener también la confianza suficiente para usar el agua regenerada y, además, el precio asociado a su uso no puede ser mucho mayor al del agua convencional. Asimismo, para acelerar el cambio se requiere también la existencia de una regulación que favorezca la reutilización con plenas garantías.

La implacable influencia del cambio climático nos llevará a que no se puedan cubrir todas las necesidades con los recursos convencionales de agua y la apuesta por la reutilización permitirá garantizar la disponibilidad y sostenibilidad de este recurso tan valioso para el conjunto de la sociedad. Para evitar los comportamientos inmovilistas sería deseable la adopción de medidas incentivadoras que vayan consolidando el uso habitual del agua regenerada.

Si bien los beneficios son muy evidentes, necesitamos que los ciudadanos sean conscientes de su importancia. Estamos hablando de que sin la reutilización no estará garantizada la disponibilidad del agua para el conjunto de usos. Aunque esto sea un hecho conocido nos falta todavía asumirlo y actuar en consecuencia. Para ello sería fundamental la adopción de estrategias que faciliten el uso progresivo del agua regenerada y lo convierta en algo cotidiano.

La gestión hídrica del futuro será eficiente y estará basada en el valor real del recurso. Se considerará el agua como un recurso clave para la supervivencia humana y la propia actividad productiva, se tendrá en cuenta su gran valor, su escasez y la lógica de aplicar los principios de la economía circular y contará con un marco legal que ofrecerá las suficientes garantías y confianza para el uso del agua regenerada e impedirá y penalizará, en su caso, las posibles malas prácticas. Hacer un uso racional del recurso será asumido como algo lógico y necesario en beneficio de todos; la reutilización del agua se erigirá como una conducta habitual de total confianza y garantizará la sostenibilidad de un recurso vital para la sociedad.-


 

Agua y energía

Agua y energía

Por Jorge García Ivars, Tecnologías de Producto y Procesos de AINIA.

Los efectos del cambio climático son evidentes en nuestro día a día, ya no solo en la calidad del aire, agua y alimentos que consumimos, sino en nues­tro bolsillo y en nuestra salud, lo que remarca la necesidad de desplazarse hacia estrategias más sosteni­bles que contemplen el concepto de economía circular y, por tanto, la introducción de la sostenibilidad y la minimi­zación del residuo generado. Estas estrategias aplicadas en el ciclo integral del agua llevan consigo dotar al bino­mio agua-energía de una importancia nunca vista previa­mente pero tan urgente como la situación medioam­biental en la cual nos encontramos.

El binomio agua-energía tiene como gran desafío la ne­cesidad de avanzar hacia un enfoque más circular y respetuoso con el medio ambiente, en el que la depuración de aguas residuales no sea visto como una simple “limpieza y adecuación de agua contaminada” sino como fuente de agua de calidad y de otros recursos de valor en un contexto, como el actual y el futuro, de es­casez de agua. De este gran desafío, se desprende la minimización de vertidos y emisiones y, por tanto, la im­portancia de la valorización y aprovechamiento energéti­co de residuos, ya que convierte las corrientes residuales que no pueden ser recicladas en energía utilizable.

 

El binomio agua-energía tiene como gran desafío la necesidad de avanzar hacia un enfoque más circular.

 

Se ob­tiene, por tanto, una fuente de abastecimiento energético renovable y sostenible que, vista la situación geopolítica actual, puede ser el motor para la reactivación económi­ca. Sin embargo, la aceleración de esa transición energética requiere un desplazamiento igual de veloz de todos los actores implica­dos, siendo su intervención fundamental. No solamente consumidores, empre­sas e industrias deben adaptar sus instalaciones, deman­das y políticas internas a dicha incorporación, sino también la Administración Pública (y la legislación vigente) debe rea­daptarse, posibilitar y facilitar permisos y planes de financia­ción en la construcción de instalaciones y en la realización de proyectos de valorización energética de residuos, donde el biogás, el biometano y su inyección a la red y el biohidrógeno son los más claros exponentes.

En concreto, el desarrollo del biometano se muestra como la pieza necesaria para acelerar la transición energética que lleve ligado consigo la reducción en la utilización de combusti­bles fósiles y, por tanto, la reducción del impacto medio­ambiental que tiene la industria. El sector dispone de una tecnología madura con un alto potencial en términos de residuos/subproductos orgánicos por aprovechar, sin em­bargo, estudios robustos de viabilidad técnico-económica son cruciales para dar el paso a un crecimiento y, poste­riormente, una estandarización.

La apuesta real por una introducción, mejora y estandariza­ción de la regeneración y reutilización del agua, así como la valori­zación material y energética de residuos a través de modelos de economía circular y biorrefinería se establece como herra­mienta clave dentro de una sociedad e industria sostenibles y el desarrollo de sinergias existentes (y el nexo agua-ener­gía) entre todos los procesos. Atendiendo a la gestión hídrica del futuro, el análisis de la situación dependerá de múltiples factores o dimensiones, como son el medioambiental, tecno­lógico, higiénico-sanitario, económico, político y social, que derivarán en una forma de gestión hídrica u otra, ya que po­nen a prueba la adaptabilidad constante de la sociedad a los nuevos peligros que pueden aparecer.-

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