Desalinización de agua de mar para Perú
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La Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, enfatiza en la necesidad de seguir apostando a la desalinización de agua de mar como una alternativa para el abastecimiento de agua en zonas costeras a fin reducir el estrés hídrico de los ríos y fuentes naturales de agua dulce.
Perú es un país de contrastes. Gran parte de su gestión del agua está signada por esta característica. Por un lado, la región Selva concentra una alta disponibilidad de fuentes hídricas pero una baja densidad poblacional mientras que la costa aglutina la mayor parte de la población pero las fuentes de agua potable resultan escasas.
Según el censo de 2017 del Instituto Nacional de Estadísticas e Informática (INEI), el 58% de la población peruana vive en la región natural Costa. A su vez, de acuerdo a la Autoridad Nacional del Agua (ANA), este territorio sólo cuenta con el 2% de la disponibilidad hídrica del país.
Lima es, por mucho, la ciudad más poblada de Perú con 9.5 de los casi 31 millones de personas que habitan el país. Expertos han considerado que la situación hídrica de esta urbe es frágil por cuanto depende mayoritariamente del río Rimac.
El estrés hídrico se define como la explotación o contaminación sostenida de un cuerpo de agua más allá de su capacidad de regeneración o caudal ecológico calculado. Condiciones a las que gradualmente se está sometiendo al río Rimac.
En 2017 el fenómeno El Niño evidenció la fragilidad de la seguridad hídrica de Lima al dejar la mayor parte de la ciudad sin servicio de agua potable por obstruir la capacidad de procesamiento de La Atarjea, la planta de tratamiento más importante, la cual sufrió los embates de deslaves de tierra, piedra y lodo.
Esta urbe no sólo ostenta ser la más grande del país, también es la segunda más poblada en el mundo en erigirse sobre un desierto (la primera es El Cairo – Egipto). Llueve muy poco al año y no cuenta con mayores cuencas hidrológicas de las que nutrirse.
A esta situación se adiciona que según el INEI, 4.5% de la población metropolitana no cuenta con abastecimiento de servicio de agua potable por tuberías y que la demanda sigue subiendo con una tasa poblacional de crecimiento promedio de 1.3% al año.
Lima ensaya con la desalinización de agua de mar para los distritos Punta Hermosa, Punta Negra, San Bartolo y Santa María del Mar con la construcción de una planta que se espera entre en funcionamiento el año que viene para beneficiar a 100 mil personas de esas localidades.
La desalinización de agua de mar como alternativa
Ante este panorama preocupante que no se circunscribe a Lima sino que se extiende a lo largo de la Costa en otras localidades como Trujillo - departamento de La Libertad; Juan Miguel Pinto, presidente de ALADYR, considera que las iniciativas públicas / privadas que se han suscitado en el Perú en torno a proyectos de desalación de agua de mar son la mejor decisión para minimizar los efectos del de estrés hídrico y cambio climático; además de ser la oportunidad idónea para que el servicio municipal e inversión en desarrollos urbanos y complejos comerciales e industriales se sustenten en una fuente virtualmente inagotable de agua como resulta ser el mar, sin comprometer la existencia de reservas naturales de agua dulce.
La situación hídrica de Perú no es única en Latinoamérica, en otros países se repite este patrón. La distancia que existe entre el asentamiento poblacional de mayor número y las fuentes de agua dulce se convierte en el principal obstáculo para solventar la situación, presentándose una dicotomía entre invertir en estructuras para tener acceso a las fuentes convencionales de agua dulce o voltear la mirada al agua de mar, más cercana y que a pesar de requerir más inversión por tratarse de proyectos que se levantan desde cero representan una solución continua, destaca Pinto.
“Para muchos la desalinización de agua de mar puede parecer tecnología nueva o de alto costo con respecto a otras. La desalinización de agua de mar ha roto barreras con costos cada vez más competitivos y mejor rendimiento expresado en metro cúbico por kilovatios hora (su principal costo operativo es el energético). Los casos de éxito de la desalación son cada vez más frecuentes en América Latina”, explicó el presidente de la asociación.
Además de tener una mayor densidad demográfica que la Sierra y la Selva, la Costa también detenta la mayor parte de la actividad económica con un 80% del PBI según cálculos del Ministerio de Economía y Finanzas. Esto se traduce en aún más demanda de agua si tomamos en cuenta que el 80% (cifra ANA) de la ocupación del recurso extraído se usa en el sector agrario, en cultivos que requieren grandes cantidades agua como el arroz (5 mil litros de agua = 1 kilo de arroz según aquaefundacion). Es decir, se cultiva en el desierto como si se tuviera la disponibilidad de agua de la región Selva.
Para el presidente de ALADYR, una gestión sustentable del agua pasa también por incorporar el reúso de efluentes (agua ya usada en el proceso) a la agricultura. “Lo que proponemos es que el sector agrícola pueda usar agua de reúso para el riego. Como caso exitosos tenemos España y California”, añadió.
Esta y otras alternativas serán presentadas en el Seminario de Desalación, Reúso y Tratamiento de Aguas y Efluentes que tendrá lugar en Lima los días 5 y 6 de agosto; y que contará con la presencia especialistas y autoridades nacionales e internacionales concernientes al tema.