Entrevista

"El biometano es imprescindible en el mix renovable de España"

Entrevista a Baptiste Usquin, CEO de Waga Energy
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07-02-2024
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En la vanguardia de la sostenibilidad y la innovación en el ámbito energético y medioambiental, Waga Energy se erige como una empresa pionera en la valorización de biogases, con un enfoque revolucionario en la generación de biometano. Desde su fundación en 2015, la compañía ha dedicado sus esfuerzos a transformar el biogás de vertederos en una fuente de energía renovable, desempeñando un papel clave en la transición energética y la lucha contra el cambio climático, sustituyendo el gas natural fósil y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Hablamos con Baptiste Usquin, CEO de Waga Energy, para adentrarnos en los orígenes, la filosofía y los logros de la empresa, así como para explorar la tecnología WAGABOX®, la cual ha demostrado ser un referente en el mercado. A través de esta entrevista exclusiva, desentrañamos los desafíos y éxitos de proyectos notables, como el desarrollado en el Depósito Controlado de Can Mata junto a PreZero, y reflexionamos sobre el futuro del sector del biometano en España.

 

Nos gustaría para arrancar la entrevista que nos diera a conocer Waga Energy, ¿cómo nace la compañía? ¿cuál es vuestra filosofía y objetivos?

Waga Energy es una empresa especializada en la valorización del biogás de vertedero en forma de biometano. La idea inicial de los fundadores consistía en explorar la manera de aprovechar el biogás que se emite naturalmente a partir de residuos, compitiendo eficazmente con el gas natural fósil. Se enfocaron especialmente en el biogás generado en los depósitos controlados, comúnmente conocidos como vertederos, con el objetivo de aprovechar una fuente de energía ya generada de forma natural. De esta manera, se propusieron desarrollar una tecnología específica para este biogás, con la finalidad de producir energía a nivel local, renovable y competitiva.

Tras más de 10 años de investigación y desarrollo, que se iniciaron en la empresa Air Liquide, fundaron Waga Energy en 2015. En 2017, se puso en marcha la primera unidad de producción en Francia, utilizando la tecnología desarrollada, la cual permitía aprovechar el biogás de los vertederos y transformarlo en biometano. El biometano es un sustituto renovable al gas natural fósil, ya que tiene la misma composición y puede utilizarse con las infraestructuras ya existentes en hogares, industrias y transporte.

 

¿Qué es Wagabox®? ¿Qué valores diferenciales tiene o aporta la tecnología Wagabox® respecto a otras soluciones disponibles en el mercado?

Antes de abordar la tecnología en sí, permíteme explicar el tema del biogás de vertederos y la razón por la cual necesitamos una tecnología específica para su aprovechamiento. La composición de este biogás difiere del biogás de digestión anaerobia (los grandes digestores de hormigón con forma de cúpula), en que, además de metano y dióxido de carbono, se encuentran cantidades importantes de oxígeno y nitrógeno. Además, su composición y flujo son imprevisibles y varían en función de las condiciones climáticas (calor, humedad, presión atmosférica...). Por tanto, las tecnologías clásicas de upgrading, como la filtración por membrana o la tecnología PSA, no resultan eficaces para el biogás de los vertederos.

En respuesta a esta complejidad, se diseñó una tecnología patentada con un alto valor innovador, siendo actualmente la única capaz de gestionar eficientemente el biogás de los vertederos y producir biometano con calidad de inyección de red.

La tecnología WAGABOX® combina dos tecnologías: la filtración por membrana y la destilación criogénica. La primera consiste en enviar el gas a presión a través de membranas para eliminar el CO2. La segunda tecnología es la destilación criogénica donde el biogás se enfría a temperaturas muy bajas para separar el biometano de los gases del aire (nitrógeno y el oxígeno), permitiendo así obtener un biometano de alta calidad que puede inyectarse directamente en la red gasista local.

 

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¿Qué factores deben darse para el desarrollo de proyecto de producción de biometano a partir de biogás de vertedero?

La única condición que debe cumplirse para que pueda llevarse a cabo un proyecto de inyección de biometano en un vertedero es la económica: el biometano debe producirse a un precio lo suficientemente competitivo como para poder venderse, y así poder amortizar la inversión. El coste de producción se verá afectado por una serie de factores, como la cantidad de biogás a recuperar y el coste de conexión a la red de gas, que depende de la distancia a la red. Afortunadamente, la tecnología está lo suficientemente avanzada como para poder equipar la mayoría de los emplazamientos. Para ilustrarlo, son 19 plantas en Europa que inyectan biometano a partir de biogás de vertedero, 17 de las cuales utilizan la tecnología WAGABOX®.

 

¿Qué aporta el desarrollo de proyectos de este tipo en términos de mitigación de emisiones, descarbonización y en el contexto de un nuevo modelo de economía circular?

El primer punto importante es que los proyectos WAGABOX® son realmente proyectos de economía circular. Aprovechamos una energía residual que proviene de los residuos para generar una energía renovable. Y es una energía renovable que va a reemplazar al gas natural, una energía fósil que actualmente y en su mayoría importamos de otros países. Por lo tanto, los dos primeros impactos positivos son: energía renovable local y mejora de la autosuficiencia de España a nivel energético.

Destacar como algo positivo que en la energía final que estamos utilizando en España, hay mucho desarrollo de las energías renovables, como la fotovoltaica y la eólica. Sin embargo, las energías fósiles aún tienen una participación considerable en la matriz energética de España, superando el 70%. Existen usos como el transporte pesado o la industria de altas temperaturas que no se pueden electrificar y para los cuales el biometano es imprescindible en el mix energético global. Sin él, seguiremos dependiendo de las energías fósiles, lo cual, visto la rapidez del calentamiento global, no es una opción.  

En cuanto a las emisiones, hay varios efectos positivos. En primer lugar, ayudamos a los operadores de vertederos a combatir las emisiones fugitivas de metano. En los vertederos por ley se requiere desgasificar y recuperar el biogás, y en muchos casos, se quema en antorcha, lo cual implica costes extra para el vertedero. Nosotros cambiamos este paradigma al comprarles este biogás recuperado. Damos a este gas un valor económico, lo que anima a los operadores a capturarlo de la forma más eficiente posible.  

En segundo lugar, contribuimos a reducirla importación de gas natural fósil al proveer a los clientes finales de un gas renovable. producido localmente y fruto del ciclo corto del carbono. 

 

"La tecnología WAGABOX® está presente en proyectos de economía circular: aprovechamos una energía residual que proviene de los residuos para generar una energía renovable"

 

 

En España, en el vertedero de Can Mata, habéis desarrollado junto a PreZero el que es uno de los proyectos más importantes de vuestro portfolio, ¿cómo nace este proyecto y cuáles son los aspectos más destacados?

Este proyecto surge, como suele suceder muchas veces, a través de encuentros. En este caso, fue en una feria internacional donde representantes de PreZero se acercaron a Waga Energy y conocieron nuestra tecnología, que en aquel entonces era muy novedosa, Las conversaciones comenzaron en 2019 con PreZero y se formalizaron los acuerdos en diciembre de 2020. Durante el desarrollo del proyecto, fueron clave para el éxito del proyecto la confianza y la buena coordinación con los equipos de PreZero, a pesar de los retos que nos encontramos. Aprovecho también para recalcar aquí el compromiso y el esfuerzo continuo de todos los compañeros de Waga Energy, que han conseguido desarrollar este proyecto pionero en España.

En cuanto a los aspectos destacados del proyecto, es importante señalar que es una iniciativa de gran envergadura, siendo la primera planta de producción de biometano a partir de biogás de vertedero en España y la segunda más grande a nivel europeo. Además, representa un cambio de paradigma, ya que es el primer proyecto en el cual hemos encontrado un socio privado para la compra a largo plazo del biometano. En otras palabras, pudimos financiar este proyecto independientemente de cualquier subvención gubernamental.

 

"El depósito controlado de Can Mata es un proyecto de gran envergadura, por ser la planta más grande de producción de biometano a partir de biogás de vertedero en España y la segunda más grande a nivel europeo"

 

El biometano producido en las instalaciones de Can Mata se vende en virtud de un contrato privado de compraventa a largo plazo, lo que llamamos un BPA (Biomethane Purchase Agreement), que nos permite garantizar el equilibrio económico.

Quiero recalcar que cuando se firmó el proyecto de Can Mata en diciembre de 2020, los precios del gas natural estaban entre 15 y 20 euros por MWh. Con los precios actuales del gas natural alrededor de 40-50 euros por MWh, es mucho más fácil de valorizar tanto la molécula como el valor verde del biometano. Esto significa que nuestros proyectos crean más valor, lo que beneficia principalmente al operador del vertedero.

Hemos así podido renegociar al alza el precio de venta del biometano producido en las instalaciones de Can Mata.  

 

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¿Cómo funcionan este tipo de proyectos? ¿Existe un esquema de colaboración entre Waga y el operador o cada proyecto tiene sus particularidades?

Waga Energy es un actor integrado en el upgrading del biogás. Desarrollamos, financiamos, construimos y operamos nuestras unidades de production de biometano durante 10, 15 o 20 años, según el contrato. Waga Energy garantiza eficiencia y disponibilidad, asumiendo los riesgos operacionales. También nos encargamos de la conexión a la red de gas local y vendemos el biometano al mejor precio posible para garantizar una rentabilidad económica a largo plazo. En este proceso, adquirimos el biogás de los vertederos y gestionamos tanto los aspectos técnicos como la venta del biometano.

Es crucial señalar que nuestros proyectos son intensivos en capex, y para financiarlos recurrimos a los bancos y realizamos Project Finance. El proyecto de Can Mata ha sido ejemplar en este sentido, siendo el primer proyecto de producción de biometano en España financiado sin recursos por parte de un banco comercial.

Esta modalidad de financiación sin recurso marca un hito y abre la puerta para futuras financiaciones similares. Básicamente, el banco financia el proyecto en función de su viabilidad, sin depender de la situación financiera de la empresa matriz. Esto refleja un interés significativo en el aspecto financiero de este tipo de proyectos y mejora la rentabilidad.

 

Habéis recibido ayuda por parte de la Unión Europea, por el carácter innovador del proyecto de Can Mata. ¿Ha habido algún programa similar en proyectos anteriores o es la primera vez que experimentan algo así?

Efectivamente, a posteriori de la firma de contratos con PreZero, obtuvimos una subvención de 2,4 millones de euros por parte de la Unión Europea, por la innovación y el impacto real del proyecto en la reducción de emisiones. Esta subvención proviene del Innovation Fund de la Comisión Europea y representa una de las subvenciones más grandes, marcando un hito importante al ser la primera a nivel europeo para Waga Energy.

En cuanto a subvenciones anteriores, nos beneficiamos en Francia de las tarifas de compra que propone el Estado francés y en Canadá también hemos aprovechado ciertos programas de subvenciones. Sin embargo, la subvención de la Comisión Europea es la primera a este nivel y proviene de un fondo muy importante, con mucha proyección en el tiempo.

Las subvenciones nos permiten acelerar o desarrollar proyectos cuyo equilibrio económico es más difícil de alcanzar, pero es importante recalcar que Waga Energy ha desarrollado un modelo de negocio que es rentable con contrapartes privadas.

 

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¿Cuáles han sido las principales barreras para el desarrollo del proyecto de Can Mata?

Uno de los principales desafíos en el desarrollo del proyecto Can Mata fue la gestión de los permisos, que ha sido un largo camino. Dada la naturaleza pionera de este proyecto en España, junto con PreZero, nos encontramos con la realidad de que, en algunos casos, la administración no tenía una comprensión clara de cómo abordar este tipo de proyectos y autorizaciones. En comparación con nuestro proceso típico de 12 meses en Francia para desarrollar un proyecto similar, en Can Mata, este período se extendió a más de dos años, desde la firma hasta la inyección. Este tiempo prolongado refleja los desafíos y la novedad del proceso en el contexto español.

No obstante, observamos que, especialmente a nivel de las comunidades autónomas, se está reconociendo la importancia del biometano y los impactos positivos de estos proyectos. En regiones como Cataluña y la Comunidad Valenciana, entre otras, se están dando pasos para facilitar y trabajar en la definición de rutas administrativas más claras. Esta evolución sugiere un cambio de perspectiva y un enfoque más favorable hacia proyectos como el de Can Mata.

Desde una perspectiva técnica, la experiencia de Waga Energy ha sido fundamental para el exitoso desarrollo del proyecto. Hemos colaborado también con más de 15 empresas españolas como proveedores locales y hemos establecido un equipo dedicado aquí en España, garantizando así un desarrollo sin contratiempos y logísticamente eficiente de los proyectos.

 

"España posee un enorme potencial y puede convertirse en una potencia en biometano a nivel global"

 

 

¿Consideráis que España es de alguna manera especialmente interesante para el desarrollo de estos proyectos?

Sí, observamos que en España más del 50% de los residuos aún se depositan en vertederos, una situación que, aunque no es de nuestro agrado, es una realidad que debemos enfrentar y consideramos que promover la recogida selectiva y el reciclaje es la mejor opción.

Es importante señalar que los residuos orgánicos depositados hoy generarán biogás durante décadas. Por lo tanto, es imperativo actuar ahora para mitigar las emisiones, aunque entendemos que los niveles y volúmenes en los vertederos disminuirán gradualmente hasta 2035.

En general, España posee un enorme potencial y puede convertirse en una potencia en biometano a nivel global. Este potencial se extiende tanto a los residuos municipales, como a los residuos agrícolas e industriales. Diversos estudios, como por ejemplo la que promovió SEDIGAS y PwC, sitúan a España en la tercera posición en términos de potencial de biometano en Europa. El país cuenta con ventajas significativas, como una red de gas natural extensa que abarca más de 94.000 kilómetros.

Sin embargo, es necesario un compromiso claro a nivel nacional para explotar al máximo este potencial. El entusiasmo presente en empresas privadas y determinadas administraciones requiere un mayor respaldo para asegurar un arranque efectivo y contundente de las iniciativas. 

 

"Lo que creo que falta en España, en términos de política, es una comprensión del papel del biometano en el mix energético"

 

Nos parece desafortunado que en las convocatorias se excluya de manera sistemática a la producción de biometano a partir de gas de vertedero. Valorizamos un gas contaminante que es producido por nuestros residuos y que se va a producir durante muchos años, aunque paráramos de verterlos en los depósitos controlados. 

Otro potencial freno que hemos identificado son las condiciones de acceso a las redes de gas. Es importante poder definir mejor las condiciones de acceso a las redes para facilitar la realización de los proyectos. Para que se puedan desarrollar las plantas de producción de biometano, hace falta que estas conexiones a la red sean razonables a nivel de coste, para no impedir el desarrollo de las plantas pequeñas y medianas. Otro tema importante es la capacidad de la red gasista local, la cual debe asegurar la inyección del biometano a lo largo del año. Si la red no tiene esta capacidad, existe la posibilidad de adaptar las infraestructuras gasistas para permitir la inyección del biometano. 

Sobre este tema de las conexiones, un ejemplo a seguir es Francia, donde existe el “derecho a inyectar”, lo que significa que el sistema gasista tiene la responsabilidad de construir las infraestructuras para la inyección del biometano y además financia el 60% del coste de la conexión a las plantas. Es un modelo exitoso que ha permitido desarrollar más de 600 plantas de inyección de biometano. Confío en que estos obstáculos desaparezcan pronto porque, en España, las empresas gasistas muestran un interés claro en el desarrollo del biometano para descarbonizar su actividad.

 

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Waga Energy desarrolla proyectos en varias partes del mundo, por lo tanto conocéis las diferentes realidades y factores que hacen que casi cada proyecto sea diferente, ¿qué cuestiones consideréis atractivas para el desarrollo del sector aquí en España que ya contemplen otros países? ¿Qué desafíos o retos han de superarse para seguir avanzan en el desarrollo del biometano en España?

Efectivamente, en Waga Energy estamos presentes en varios países, principalmente en Europa y América del Norte. Tenemos 19 plantas inyectando y otras 15 en construcción; y colaboramos tanto con operadores privados de vertederos como con gestores públicos.

En España hay numerosos depósitos controlados y una red de gas extensa. En términos de regulación, vemos como positiva la reciente Orden TED/789/2023 sobre emisiones de vertederos. Se trata de un impuesto finalista basado en las emisiones de los vertederos corregido por las medidas de mitigación aplicadas. Esta medida proporciona medios económicos para ayudar a los gestores de vertederos a valorizar el biogás.

En cuanto a las áreas de mejora, discutimos la necesidad de mejorar el acceso a la red gasista, una posible revisión del marco legislativo para agilizar la tramitación de proyectos y, sobre todo, abogamos por una mayor ambición a nivel nacional, dado el potencial del sector.

Volviendo a Francia como ejemplo en este sentido, vemos cómo el sector se creaba a principio de los años 2010, implementando medidas concretas para su despegue. Actualmente, cuenta con una capacidad instalada que supera los 10 TWh de biometano. Francia ha logrado generar una industria y un sector sólido, impulsando la economía, el empleo local, así como la creación de un ecosistema en torno a este sector. Viendo estos impactos positivos, el estado ha aumentado recientemente su respaldo para el desarrollo de nuevas plantas y ha elevado el objetivo de biometano al horizonte 2030 a 44 TWh. 

A nivel europeo, se ha integrado esta perspectiva con una fuerte ambición de alcanzar 370 TWh de biometano en 2030. Algunos países europeos, como Dinamarca, ya han alcanzado el 40% de biometano en sus redes de gas, principalmente a parte de residuos de ganadería.  España, al no haber desarrollado plenamente este sector, tiene la oportunidad de aprender de los éxitos en otros lugares.

 

"España, al no haber desarrollado plenamente este sector, tiene la oportunidad de aprender de los éxitos en otros lugares y minimizar errores al avanzar"

 

 

Por último, ¿podrían ofrecernos su perspectiva sobre el futuro del sector del biometano en España y la actividad que desarrolla Waga Energy?

Mantenemos un optimismo considerable sobre el desarrollo del sector del biometano en España. Creemos que existe un potencial importante respaldado por realidades económicas que favorecerán su expansión. En el caso específico de Waga Energy, nos centramos en las oportunidades que ofrece el biogás de depósitos controlados, donde se vislumbra un potencial de producción de 8,8 TWh, considerando más de 160 depósitos controlados. 

Waga Energy se fundó con el propósito de generar un impacto significativo en la lucha contra el cambio climático. Contando ahora con 200 empleados, estamos profundamente comprometidos a abordar los desafíos que afectan nuestro entorno diario. A medida que nos acercamos al año 2030, con la invasión de Ucrania y la aceleración del cambio climático, reafirmamos la necesidad de desarrollar la producción de gases renovables. Nuestra empresa, con sede en Francia y filiales en Inglaterra, Italia, Estados Unidos, Canadá y España actúa para contribuir a los objetivos del Acuerdo de París de limitar el aumento de temperatura a 1,5 grados centígrados. 

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