Cerca del 90% de los desechos marinos en el mediterráneo son plásticos

Un nuevo informe elaborado por el ICTA-UAB recoge cifras preocupantes en este territorio y hace un llamamiento al Parlamento Europeo a implementar políticas eficaces para la reducción y tratamiento de residuos

La implementación de políticas eficaces a nivel local y regional, con la cooperación de todos los países de la cuenca del mar Mediterráneo, es urgente para revertir con éxito la preocupante situación ambiental que sufre esta zona marina.

Así lo evidencia un informe realizado por el Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) presentado en el Parlamento Europeo por la oceanógrafa Patrizia Ziveri, que incide en la necesidad de luchar urgentemente contra la contaminación creciente por desechos marinos y plásticos en el Mediterráneo, perfeccionar la legislación vigente y realizar el seguimiento de nuevos contaminantes que requieren una regulación urgente.

El informe, encargado por el Comité de Desarrollo Regional (REGI)- Departamento de Políticas Estructurales y de Cohesión del Parlamento Europeo, lleva a cabo un análisis exhaustivo de la situación actual del mar Mediterráneo, un punto crítico de polución en el planeta, así como de las medidas aplicadas por las ciudades y regiones de los países mediterráneos de la Unión Europea para reducir la generación y dispersión de los contaminantes. El estudio hace recomendaciones políticas y recuerda que la contaminación afecta tanto al medio y la fauna marina como a la salud humana.

 

Cifras relevantes

El Mediterráneo es una de las áreas marinas del mundo sometidas a mayor presión humana. Los elevados índices de población y urbanización (150 millones de personas), actividad industrial, turismo (un tercio de volumen mundial) y pesca provocaron un rápido aumento de la contaminación. Aglutina hasta el 30% de la actividad marítima mundial. Esto, sumado a una configuración geomorfológica en forma de cuenca semicerrada y su particular circulación oceánica, ha convertido al mar Mediterráneo en uno de los puntos más contaminados del planeta y en una trampa natural para los desechos marinos, especialmente plásticos.

 

Entre el 80 y el 90% de los desechos marinos de la cuenca son plásticos, y se calcula que cada año se vierten al mar 230.000 toneladas de plástico de origen terrestre

 

El turismo es el sector que genera más desperdicios en las playas (hasta un 60%), seguido de la pesca y la acuicultura (5-10%). El 66,4% del desperdicio acumulado en las playas está formado por sólo 10 tipos diferentes de objetos, 9 de los cuales hechos parcial o totalmente con plástico y 7 de ellos desechables. Las colillas y los filtros de cigarrillos son los más abundantes (27,3%). Las actividades navieras aportarían hasta 20.000 toneladas de plástico al año.

El informe del ICTA-UAB Acciones de ciudades y regiones en el Mediterráneo Sea área a lo largo de la polución indica que la principal causa de esta situación es la producción masiva de residuos y su mala gestión. Se refieren al vertido de residuos industriales y urbanos, a las aguas residuales, la escorrentía agrícola, la navegación, la pesca y el tráfico marítimo, así como el turismo.

“Para hacer frente a la contaminación es necesario implementar políticas de gestión aplicada a la reducción y tratamiento de residuos, el turismo, la polución por plásticos y otros contaminantes, las aguas residuales y otros desechos procedentes de los ríos”, explicó Patrizia Ziveri, oceanógrafa del ICTA-UAB.

En este contexto, "es esencial que la lucha contra la contaminación en el mar Mediterráneo no esté apoyada sólo por los países de la Unión Europea, y que todos los países mediterráneos apliquen la normativa necesaria mediante una cooperación eficaz", indica. La aplicación y éxito de las acciones de lucha contra la contaminación marina deberían supervisarse en diferentes etapas. Las mejores prácticas deben destacarse, compartirse y aplicarse en las regiones mediterráneas adecuadas. Los científicos destacan que se han logrado grandes avances en materia de tratamiento y prevención, como la aplicación de la directiva sobre plásticos desechables y el fomento del reciclaje, pero indican que se necesitan mayores esfuerzos. En este sentido, el estudio examina la aplicación de la directiva de la Unión Europea sobre plásticos desechables en Francia, España, Italia y Grecia,

“Hay que seguir esforzándose por alcanzar los objetivos medioambientales. Urge centrarse en los objetivos estratégicos de la Unión Europea para sectores clave, como el modelo de producción, pautas de consumo y prácticas de eliminación de residuos”, indica Michael Grelaud, oceanógrafo del ICTA-UAB y coautor de el informe.

"Algunas medidas para limitar la contaminación marina (pesca, acuicultura, navegación, minería) ya existen, pero a menudo se enfrentan a problemas de aplicación efectiva porque la implementación suele quedar reducida a colaboraciones voluntarias por parte de los estados", indica Jorge Pato, también coautor.

 

Otras otras medidas propuestas en distintos ámbitos

  1. Contaminantes emergentes. Se refiere a nuevos contaminantes como productos farmacéuticos, filtros UV, retardantes de llama o pesticidas que llegan al mar a través de la escorrentía agrícola, urbana e industrial o las plantas de tratamiento de aguas residuales costeras.

  2. Microplásticos. No existe legislación vigente para el creciente problema de los microplásticos. "Hay que establecer la contaminación por microplásticos como un tema prioritario en la agenda mediterránea y alcanzar acuerdos vinculantes". Apuntan al establecimiento de prohibiciones y reducciones en la fabricación de tejidos y cosméticos y controlan la entrada de microplásticos en el mar en todos los canales de agua, incluidos los ríos y los vertidos de aguas residuales. Es necesaria una regulación estricta de las pinturas y los revestimientos de los barcos.

  3. Contaminación acústica marina. La navegación, la prospección de petróleo y gas, la construcción y el mantenimiento de estructuras marinas y las actividades militares son una peligrosa fuente de contaminación acústica que afecta a la fauna marina, ya que causa alteraciones en el comportamiento y comunicación, daños auditivos, estrés e incluso provoca la muerte. Se propone la creación de zonas marítimas especialmente sensibles en las que el ruido esté restringido (con especial atención a las rutas migratorias, zonas de reproducción y puntos críticos de biodiversidad), el uso de modelos de barcos más silenciosos y la reducción de la velocidad de los barcos .

  4. Ríos, aguas residuales y puertos. El reto de la gestión de la contaminación del agua reside en la aplicación de las políticas por parte de los países firmantes. Esto es especialmente evidente dados los distintos niveles de desarrollo económico de los países mediterráneos. Apuestan por la reutilización cíclica de los efluentes tratados para la agricultura para reducir así el gasto en fertilizantes y la recuperación de las aguas residuales orgánicas de las ciudades como valioso recurso agrícola.

  5. Acuicultura. Contamina mediante el vertido de residuos no tratados, el uso de químicos y la liberación de un exceso de nutrientes. Se daña la vida acuática, se favorece la proliferación de algas nocivas y se envenena con antibióticos y metales pesados ​​peces y otras especies marinas, por lo que es necesario crear una normativa sobre este exceso de nutrientes en la acuicultura. Las políticas de la UE para los países mediterráneos deberían aplicar las Directrices voluntarias sobre el marcado de artes de pesca para poner fin a las artes de pesca abandonadas, perdidas o rechazadas y fomentar la recuperación de los desechos marinos mediante compensaciones.

  6. Aplicación de iniciativas en las ciudades costeras sobre la caracterización y seguimiento de residuos. Algunos ejemplos son el uso de contenedores inteligentes que avisan cuando están llenos; campañas de concienciación orientadas a los usuarios de las playas; vigilancia de escombros y basura en las principales rutas comerciales del Mediterráneo o la adaptación de los envases que no es posible prohibir con soluciones alternativas sostenibles.

  7. Islas mediterráneas. Es necesario promover el turismo sostenible, limitar la generación de basura costeras mejorando la concienciación general sobre el problema, limitar el impacto del turismo implantando una tasa de visita para las atracciones costeras libres de basura, elaborar planes integrales de gestión de residuos que cuenten con la implicación de las comunidades locales e implantar normativas para crear playas libres de humo.

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