Evolución de la calidad del agua en España
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Manuel Suarez, Presidente de ADECAGUA
La calidad de las aguas naturales está absolutamente ligada a las inversiones realizadas para la corrección o depuración de los vertidos existentes, por lo que una idea de las mejoras producidas se puede obtener analizando las inversiones realizadas.
Antes de la Ley de Aguas de 1985
Hasta los años 80 prácticamente no se habían construido Depuradoras de Aguas Residuales en nuestro país y la calidad de las aguas de nuestros ríos era, lógicamente, absolutamente lamentable.
El medio ambiente estaba muy degradado y peligraba el abastecimiento de agua a la población. La normativa era rigurosa pero se incumplía sistemáticamente. Las administraciones públicas no consignaban fondos económicos para esta finalidad y las Administraciones hidráulicas, responsables de la calidad de las aguas, poco podían hacer para forzar a las otras administraciones públicas a invertir en el sector. ¿Multas entre administraciones? Con las industrias los Organismos Hidráulicos eran un poco más eficaces. Aunque muy poco para no crear agravios comparativos. Y los funcionarios capeando el temporal como podían, teniendo que mirar para otro lado.
Es cierto que se habían construido algunas Depuradoras. Pero se las hacia funcionar poco tiempo ya que eran muy caras.
Se había subvertido el principio de QUIEN CONTAMINA PAGA por otro más perverso, como era el de QUIEN DEPURA PAGA.
Seguramente la actuación más emblemática por su envergadura fuera el Plan de Saneamiento Integral de Madrid (PSIM). Alguna depuradora en ciudades importantes, como Barcelona (Bogatell) y alguna que otra en zonas turísticas, como la Costa Brava, por citar alguna de las que me vienen a la memoria.
Coincidiendo con el PSIM, un poco posterior, hay que citar el Plan de Saneamiento de Catalunya, en el cual por primera vez se soluciona el principal problema de la depuración de las aguas: LA FINANCIACIÓN. Y se hace de manera que todos los generadores de vertidos de aguas residuales paguen en función de la contaminación que generan, con independencia de que sus aguas residuales se depuren o no. Fue el primer Plan Integral que se puso en marcha en nuestro país, asegurando recursos económicos para la construcción y explotación de estas infraestructuras.
Una lectura de esta iniciativa es que el Parlamento de Catalunya (En el año 1981) recoge la necesidad social de mejorar la calidad de las aguas y promulga una Ley adecuada, decidiendo que invertir en este sector es prioritario y que la sociedad debe destinar una parte de los limitados recursos económicos de que dispone en esta actividad. Y esto con unas competencias en materia hidráulica prácticamente nulas.
Creo conveniente recordar que todo lo expuesto se realiza con una legislación de protección de la calidad de las aguas bien arcaica, una Ley de Aguas del año 1879, Ley que por aquella época ya era centenaria.
De la Ley de Aguas de 1985 hasta la Directiva Marco del Agua
La Ley de Aguas de 1985 introduce la Planificación como un instrumento clave de su actuación, instaurando los PLANES HIDROLÓGICOS DE CUENCA. Visto en perspectiva parece un planteamiento brillante.
Se estudia la situación existente, se detectan los problemas, se propone un objetivo de calidad y se deciden las actuaciones a realizar. Se determina la capacidad de los ríos y masas de agua para recibir vertidos y con esta base se determinan los límites de vertido que pueden ser aceptables y que se incorporan a las autorizaciones de vertido.
Los Planes Hidrológicos se someten a la consideración de los ciudadanos, instituciones, entidades interesadas y otros siguiendo los procedimientos democráticos del país que empezaban a infiltrarse por todos los ámbitos de la sociedad.
A pesar de su impecable propuesta, la realidad puso de manifiesto importantes problemas. Seguramente el más importante ha sido, como es muy habitual en nuestro país, la solución de la financiación.
Planifican los Organismos de Cuenca, en su mayor parte dependientes de la Administración Central del Estado, mientras que las actuaciones inversoras recaen en los Ayuntamientos y en las Comunidades Autónomas.
Nos volvemos a encontrar con el grave problema de una Administración que tiene la obligación de perseguir unos objetivos, que dispone de unas determinadas herramientas pero que debe exigir a otras administraciones que actúen e inviertan. ¿Sanciones? Como ya se ha indicado antes, las sanciones tienen un cierto éxito ante los entes privados, empresas, pero una eficacia muy limitada ante otras Administraciones públicas.
En Catalunya, como ya he dicho, se puso en marcha el Plan de Saneamiento, que proporcionaba recursos a la Generalitat para la construcción de las instalaciones necesarias para la depuración de las aguas y su posterior mantenimiento. La competencia de la construcción y explotación de las infraestructuras continuaba en poder de las Administraciones Locales que debían recibir los recursos económicos de la Generalitat para actuar. La realidad ha sido que la Generalitat procedió a realizar la mayoría de las actuaciones con los fondos recaudados, cediendo posteriormente las instalaciones a los Entes Locales para su explotación, aportando los fondos económicos necesarios. La excepción mas importante a esta forma de actuar la encontramos en el Área Metropolitana de Barcelona, entidad que se encargó de realizar las actuaciones dentro de su ámbito territorial, más del 50% de la población de Catalunya. Y dentro de este ámbito hay que atribuir a la Administración Central la construcción de las dos grandes depuradoras de Barcelona y poblaciones vecinas, como son la Depuradora del Besós y del Baix Llobregat, con fondos procedentes en buena parte de la Unión Europea.
Siguiendo en Catalunya, tiene una cierta transcendencia el hecho de la cesión de competencias hidráulicas que se generó con el establecimiento de las Autonomías. La Generalitat de Catalunya recibió todas las competencias hidráulicas en las Cuencas Internas, antiguo Pirineo Oriental, mientras que en la Cuenca del Ebro, se transfirieron algunas competencias de gestión, pero bajo la tutela de la Confederación Hidrográfica del Ebro. En las Cuencas Internas se ha producido, a mi juicio, una cierta distorsión administrativa que no considero racional, como es el hecho de que el mismo organismo sea el responsable de ejecutar las inversiones en depuración y al mismo tiempo sea el responsable del control de la Calidad de Agua de los ríos y masas de agua. Una eficaz separación de poderes seguramente sería mas transparente. ¿Devolver la competencia efectiva a los ayuntamientos u otros órganos de la Administración local, incluyendo los recursos económicos?.
A partir de la Directiva Marco del Agua
La Directiva Marco del Agua, año 2000, es un revulsivo para la gestión de la calidad de las aguas. Se introduce el concepto de Estado Ecológico de las Aguas, superando al concepto más simple de simple calidad. Este nuevo concepto considera al rio en su conjunto, teniendo en cuenta no solo la calidad del agua sino también los cauces, incluyendo la fauna y flora que los forman.
Se sacraliza la cuenca hidrográfica como unidad de gestión, concepto relativamente novedoso en Europa pero que en España ya hacía muchos años que se venía utilizando.
Se introducen criterios económicos en la planificación y la gestión de las aguas, proponiendo que los usos del agua soporten todos los costes en que incurren, incluyendo los medioambientales.
Desde la promulgación de la Ley de Aguas de 1985 hasta el momento actual se han realizado grandes inversiones en la depuración de las aguas residuales, dedicando a este sector una parte importante de los Fondos Económicos procedentes de la Unión Europea.
¿Dónde estamos en estos momentos? La mayoría de las grandes depuradoras del país se han construido o faltan bien pocas. La fuerte crisis que hemos padecido en los últimos años ha ralentizado el ritmo de construcción y ha tenido efectos muy negativos sobre su mantenimiento, aspectos que deberemos corregir en los años futuros.
Nos queda por ejecutar un gran número de medianas y pequeñas depuradoras, corrigiendo contaminaciones puntuales que afectan a nuestras masas de agua.
Calidad y cantidad de agua. Los límites de la reutilización
El uso intensivo de los recursos hidráulicos produce una degradación de la calidad de las aguas y una destrucción de recursos. Un caso muy representativo se puede observar en el rio Llobregat, sometido a una intensa presión y una muy alta reutilización indirecta.
Es bien conocido que el uso del agua incrementa el contenido de sales minerales y que este tipo de contaminación no se elimina con tratamientos convencionales. Para eliminar las sales se debe recurrir a procesos de desalación, como los de membranas.
El rio Llobregat nace ya con un elevado contenido de sales ya que drena su cuenca salina y actividades relacionadas con la minería de la sal. Al mismo tiempo sus aguas abastecen a una elevada población e industria a lo largo de su recorrido. Se capa su agua, se utiliza, se depura y se devuelve al cauce para sus usos posteriores.
Su nivel de salinidad aumenta y su calidad es insuficiente para satisfacer ciertos usos. La necesidad de mejorar la calidad de las aguas de abastecimiento del área metropolitana de Barcelona ha exigido implantar tratamientos de membranas para eliminar parte de su contenido salino, tratamientos que se aplicaron en la Potabilizadoras de Abrera y Sant Joan Despí.
El concentrado salino que producen estos tratamientos exigen su vertido directamente al mar, para lo cual se debió de ampliar el Colector de Salmueras existente, perdiendo en esta operación una cantidad apreciable de agua.
LA BAJA CALIDAD DEL AGUA DEL RIO HA IMPLICADO UNA PÉRDIDA DE RECURSOS. Este hecho a mi juicio significa que se ha llegado al límite de la capacidad de abastecimiento que puede proporcionar este Rio y que si se necesita más agua deberá aportarse de otras fuentes, o si se pretende mejorar la calidad de las aguas potabilizadas se producirá una disminución de recursos.
¿Qué debemos hacer para mejorar la calidad de estas aguas? Parece que la única solución viable consiste en la aportación de nuevos recursos hídricos, los cuales parece que solo podrán proceder de la desalación de agua de mar, dando por hecho que los trasvases de otras cuencas hidrográficas ya no son viables.
Es obvio que debemos incrementar la reutilización de las aguas pero debemos ser también conscientes de que existe un límite.
La gestión de las aguas de lluvia en zonas urbanizadas
Los países mas avanzados en el campo de la depuración de las aguas residuales están observando que la contaminación más importante que afecta a los ríos y otras zonas receptoras, lagos y mares, se genera en las escorrentías que se producen en las zonas urbanizadas. Estas zonas son lavadas por las aguas de lluvia que arrastran una gran contaminación y alcanzan los medios receptores.
ADECAGUA hace años que está promoviendo actuaciones para mitigar este tipo de contaminación, siguiendo los pasos que está impulsando la Water Environment Federation (WEF) en los EEUU.
Es por ello que saludamos la iniciativa del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente de impulsar estas actuaciones dentro del Pacto por el Agua, en el que nuestra Asociación está colaborando.
ADECAGUA ha realizado dos Jornadas Técnicas con especialistas en este sector y la colaboración de diversas administraciones implicadas, sintetizando las ventajas que ofrece en el siguiente titular: LA GESTIÓN DE LAS AGUAS DE LLUVIA: MÁS AGUA, MENOS CONTAMINACIÓN Y MENOS INUNDACIÓN.
Y para finalizar estos comentarios sobre la Calidad de las Aguas, debo realizar una breve referencia a ADECAGUA, ASOCIACIÓN PARA LA DEFENSA DE LA CALIDAD. Tenemos como pilar básico y signo de identidad las actividades relacionadas con la calidad de nuestras aguas, ya sean las continentales o las marinas. Este sector ocupa a multitud de técnicos de un gran número de disciplinas, desde las sanitarias, hasta las de ingeniería, económicas, fiscales, legales y otras, que ocupan una gran variedad de puestos de trabajo: funcionarios, consultores, constructores de depuradoras, profesores de universidad, investigadores, empresas de servicios, etc., y en ADECAGUA hay una buena representación de ese mundo. Y la actividad de la Asociación está orientada por sus miembros al desarrollo de temas de interés en cada momento.
ADECAGUA es la Asociación Española de la Water Environment Federation (WEF), entidad radicada en EEUU y que integra Asociaciones de un gran número de países. Es una gran entidad que genera gran cantidad de documentación técnica, reuniones técnicas, promueve una feria anual del sector de la calidad del agua y una Conferencia intensa de gran contenido en múltiples aspectos.
ADECAGUA está también integrada dentro de la European Water Association (EWA), siendo el órgano español de esta Asociación.
Ser el órgano de la WEF y la EWA en España es un activo de un valor inapreciable por la información que proporciona, permitiendo situar a los técnicos en los aspectos más innovadores del sector de la calidad del agua en el mundo.
Artículo publicado en el número Enero/Febrero 2018