Iberdrola Ingeniería se adjudica la construcción de dos centrales de biomasa en Canadá por 240 millones de euros
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Iberdrola Ingeniería se ha adjudicado en Canadá la construcción de las centrales de biomasa de Fort St James y Merritt, que suman 80 megavatios (MW) de capacidad instalada, por más de 240 millones de euros.
La Compañía ha resultado vencedora de un concurso, adjudicado por un consorcio que tiene a la empresa canadiense Fengate Capital como principal accionista, para la puesta en marcha de estas dos instalaciones, ubicadas en la provincia de British Columbia, al oeste de Canadá.
La filial de Iberdrola ya ha firmado un primer contrato, que incluye el desarrollo de la central de Fort St James, de 40 MW, cuyas obras está previsto que comiencen en noviembre de este mismo año.
Además, ha adquirido los derechos para iniciar la construcción, dentro de tres meses, de una segunda planta, denominada Merritt, también de 40 MW de potencia. Las obras de esta instalación podrían comenzar a principios de febrero de 2014.
Estos dos acuerdos son los más importantes que Iberdrola Ingeniería ha sellado en el sector de la biomasa y han sido logrados en el marco de un concurso en el que han participado importantes compañías internacionales.
La Empresa va a realizar estos proyectos bajo la modalidad llave en mano, por lo que se encargará de todas las fases de ejecución de los mismos, incluidas la puesta en marcha de las dos centrales, así como la construcción de dos subestaciones transformadoras y de las líneas de evacuación de energía asociadas.
Las dos plantas van a contar con generadores de vapor con una tecnología de combustión denominada de parrilla, una de las más fiables y evolucionadas del mercado. Para generar electricidad se utilizará tanto serrín como residuos de los aserraderos, de las explotaciones forestales y de la limpieza de las cunetas de la zona.
Cuando entren en funcionamiento, estas centrales serán dos de las más potentes del mercado canadiense y podrán dar suministro a 160.000 hogares y evitar la emisión a la atmósfera de unas 570.000 toneladas anuales de CO2.
El desarrollo de estas instalaciones supondrá un importante impulso socioeconómico para la zona, ya que se calcula que se cree una media de 500 empleos durante su fase de construcción y otros 22 nuevos puestos de trabajo directos destinados a su futura operación y mantenimiento.
La consecución de estos contratos ha permitido a Iberdrola Ingeniería entrar en el mercado canadiense y consolidarse como una de las empresas más internacionales de su sector, con presencia en los principales mercados.
La actividad de esta filial de Iberdrola se centra en la realización de trabajos llave en mano, tanto para otras sociedades del Grupo como para terceros, en las áreas de generación, nuclear, redes y energías renovables.