Plantas desaladoras para hacer frente a la emergencia hídrica en la región patagónica

A través de la implementación de tecnología avanzada y la colaboración entre diferentes actores, ALADYR propone una alternativa sostenible y a largo plazo para paliar la crisis hídrica en esta región
Entidad
11-12-2023

 Ante la crisis hídrica que ha afectado a casi 400 mil habitantes en Comodoro Rivadavia, Sarmiento, Rada Tilly (Chubut) y Caleta Olivia (Santa Cruz), la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (ALADYR) plantea la desalinización como solución sostenible y eficiente. Estas localidades, que recientemente experimentaron una semana sin agua potable debido a roturas en el sistema de acueductos, enfrentan un desafío continuo para garantizar el suministro de este recurso esencial.

El origen del problema radica en las fallas recurrentes de los acueductos de la región, siendo el tramo entre Cerro Negro y Valle Hermoso particularmente problemático. Estos conductos, algunos de los cuales datan de la década del 60, no han sido capaces de soportar en forma confiable las demandas de la creciente población.

En este contexto, ALADYR propone la adopción de tecnologías de desalinización de agua de mar, una solución ya utilizada con éxito en otras partes del mundo y en localidades patagónicas como Puerto Deseado y Caleta Olivia. La desalinización, que emplea la ósmosis inversa para purificar el agua, ofrece una fuente de agua potable de alta calidad y es una alternativa más sostenible y económica comparada con los acueductos tradicionales.

Carlos Rivas, representante técnico de ALADYR, destaca que esta tecnología, ampliamente difundida a nivel mundial, podría ser una solución viable para las localidades afectadas. El know-how local en diseño, construcción y operación de estas plantas, sumado a los costos operativos actualmente optimizados y la utilización de un recurso abundante como el agua de mar, hacen de la desalinización una opción atractiva.

“Si además de la disponibilidad de la tecnología de la desalación sumamos que la misma implica una inversión notablemente inferior a un acueducto de 140 kilómetros como el Jorge Federico Carstens, y un costo operativo menor debido a los grandes avances en eficiencia alcanzados y, especialmente, por utilizar un recurso realmente abundante como el mar versus un recurso no renovable como el Lago Musters, desde ALADYR no dudamos en recomendar enfáticamente adoptarla a futuro” dijo Rivas. 

Agregó que “respecto a los acueductos, además de insuficientes para atender la demanda son muy poco confiables. También creo que hay que destacar que el acueducto trabaja a alta presión y consume una mucha de energía por lo que el costo operativo de la desalinización es muy competitivo”.

Además, Noel Patt, representante de ALADYR para Argentina y gerente de plantas de ósmosis inversa de agua de mar para abastecimiento de la ciudad de Puerto Deseado en Servicios Públicos S.E, señala los problemas crónicos del Acueducto Jorge Federico Carstens, que presenta más de 600 roturas, y cómo la tecnología desalinizadora ha probado ser una solución eficaz en situaciones similares. La planta de Puerto Deseado, por ejemplo, ha sido fundamental para aliviar la crisis hídrica en la región.

 

Una Mirada al Futuro: Experiencia en Caleta Olivia y Puerto Deseado

Patt proporcionó un contexto detallado sobre los esfuerzos previos y actuales para mejorar la situación del agua en la región. En 2014, la ciudad de Caleta Olivia enfrentó una crisis hídrica severa que dejó a la población sin agua durante más de 21 días. Esto llevó a la sustitución de las tuberías del acueducto por Poliéster Reforzado con Fibra de Vidrio (PRFV), un material más resistente. A pesar de esta mejora, los cortes de agua continuaron, impulsando la decisión en 2017 de construir una planta desalinizadora inspirada en el éxito de la planta de Puerto Deseado.

La planta de Puerto Deseado, construida en 2015, ha demostrado ser altamente eficaz, abasteciendo actualmente el 85% de las necesidades de agua de la ciudad. Con una capacidad inicial de 3000 m³ por día, la planta está en proceso de ampliación para duplicar su capacidad

En Caleta Olivia, la planta desalinizadora, aunque no cubre la totalidad de las necesidades de agua de la ciudad, ha aliviado significativamente la situación. Con una capacidad de 12.000 m³ por día, la planta ha sido un elemento crucial para evitar las crisis hídricas que solían ocurrir cada verano. Al igual que en Puerto Deseado, se está trabajando en un proyecto para duplicar su capacidad.

 

El ejemplo de estas dos ciudades demuestra el potencial y la eficacia de las plantas desalinizadoras en la región patagónica

 

Además, ALADYR está colaborando en el desarrollo de una tercera planta en Puerto San Julián, con una capacidad proyectada de 6000 m³ por día. Esta planta es especialmente necesaria, dado el crecimiento poblacional y la insuficiencia del acueducto existente, que se extiende por 120 km desde el Río Santa Cruz.

La experiencia en Caleta Olivia y Puerto Deseado ofrece un modelo prometedor para otras localidades afectadas por problemas similares de abastecimiento de agua. A través de la implementación de tecnología avanzada y la colaboración entre diferentes actores, se busca una solución sostenible y a largo plazo para la crisis hídrica en la región patagónica.

 

Financiamiento

Unos de los principales desafíos actuales están vinculados a cómo financiar la ejecución de plantas desaladoras, y los modelos asociativos Público-Privados se posicionan como una opción interesante.

El director de ALADYR, Juan Pablo Camezzana, explicó que los modelos de financiamiento público-privado, como Build-Operate-Transfer (BOT) y esquemas similares, representan una colaboración estratégica entre el sector público y el privado para llevar a cabo proyectos de infraestructura. 

En el modelo BOT, la empresa privada asume la responsabilidad de diseñar, construir y operar un proyecto durante un período acordado, después del cual la propiedad y la operación se transfieren al sector público. Durante la fase de operación, la empresa privada recupera su inversión a través de la prestación de servicios o la generación de ingresos.

Este enfoque beneficia al sector público al transferir el riesgo de construcción y operación al sector privado, reduciendo así la carga financiera inicial. Por otro lado, la empresa privada tiene la oportunidad de obtener rendimientos a largo plazo mediante la gestión eficiente del proyecto. Estos modelos fomentan la innovación y eficiencia, ya que la participación del sector privado está vinculada al rendimiento del proyecto.

En forma complementaria el desarrollo de proyectos de desalación multipropósitos podría ser otra de las estrategias clave para viabilizar en el país estos nuevos desarrollos. La multiplicidad de destinatarios del agua desalada, como las comunidades, la industria y el agro robustece los modelos financieros diversificando la demanda y favorece la asequibilidad para las comunidades.

“Tanto la desalación de agua de mar como la reutilización de efluentes con fines industriales, agrícolas y potables son dos aplicaciones clave a partir de las cuales como comunidad internacional podremos incrementar la previsibilidad en la disponibilidad del recurso hídrico, adaptarnos y mitigar los efectos de las externalidades negativas del cambio climático” culminó Camezzana.

 

 

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