Una mejor calidad del aire podría haber evitado al menos 178.000 muertes en Europa
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El informe de la AEMA, titulado «Health impacts of air pollution in Europe» (Impacto de la contaminación atmosférica sobre la salud en Europa ), presenta estimaciones actualizadas del efecto sobre la salud de los europeos en 2019 de tres contaminantes clave (partículas finas, dióxido de nitrógeno y ozono troposférico) . El informe evalúa también los beneficios potenciales de mejorar la calidad del aire cumpliendo los nuevos valores guía recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Además, el informe cuantifica los avances realizados para el logro del objetivo del Plan de Acción "Contaminación Cero" de la UE de reducir antes de 2030 el número de muertes prematuras debidas a la exposición a partículas finas en más de un 55 %.
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Según las últimas estimaciones de la AEMA, 307.000 personas murieron prematuramente debido a la exposición a contaminación por partículas finas en la UE en 2019[1]. Al menos el 58 %, es decir 178.000, de estas muertes podría haberse evitado si todos los Estados miembros de la UE hubieran alcanzado el nuevo valor guía de calidad del aire de la OMS de 5 µg/m³.
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La calidad del aire en Europa fue mejor en 2019 que en 2018, lo que a su vez se tradujo en un menor impacto negativo sobre la salud. La disminución de la contaminación sigue una tendencia a largo plazo, impulsada por políticas de reducción de las emisiones y mejora de la calidad del aire.
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Como parte del Pacto Verde Europeo, el Plan de Acción "Contaminación Cero" de la UE establece el objetivo de reducir antes de 2030 el número de muertes prematuras debidas a la exposición a partículas finas en más de un 55 % , en comparación con 2005. Según el análisis de la AEMA, la UE está en vías de alcanzar el objetivo, ya que el número de dichas muertes se ha reducido en aproximadamente un tercio desde 2005 hasta 2019.
«Invertir en formas más limpias de calefacción, movilidad, agricultura e industria mejoran la salud, la productividad y la calidad de vida de todos los europeos y, en particular, de los más vulnerables. Estas inversiones salvan vidas y también ayudan a acelerar el avance hacia la neutralidad en carbono y hacia una biodiversidad rica», afirmó Hans Bruyninckx, director ejecutivo de la AEMA.
«Respirar aire limpio debe ser un derecho humano fundamental. Es una condición necesaria para tener sociedades sanas y productivas. Pese a las mejoras en la calidad del aire que ha experimentado en los últimos años nuestra región, aún nos queda un largo trecho para alcanzar los niveles establecidos en las nuevas guías mundiales de la OMS sobre calidad del aire», ha afirmado el Dr Hans Henri P. Kluge, director regional de la OMS para Europa. «En la OMS, acogemos con satisfacción el trabajo realizado por la AEMA, que muestra cuántas vidas podrían salvarse si se alcanzaran los nuevos valores de calidad del aire, aportando a los responsables políticos pruebas sólidas de la urgente necesidad de hacer frente a esta carga sanitaria».
El informe de la AEMA se publica justo antes del Foro «Aire Puro» de la UE, que tendrá lugar los días 18 y 19 de noviembre de 2021. El Foro reúne a responsables de la toma de decisiones, partes interesadas y expertos para reflexionar sobre el desarrollo y la aplicación de políticas, proyectos y programas europeos, nacionales y locales eficaces en materia de calidad del aire, e informar sobre la revisión en curso de las normas de la UE, incluida una mayor armonización de las mismas con las directrices de la OMS sobre calidad del aire.
Contexto
La contaminación atmosférica es una de las principales causas de enfermedad y muerte prematura, y representa el mayor riesgo medioambiental para la salud en Europa. Las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares son las causas más habituales de muerte prematura atribuibles a la contaminación atmosférica, seguidas de las enfermedades pulmonares y del cáncer de pulmón.
Las Directivas de la UE sobre la calidad del aire ambiente establecen límites para los principales contaminantes atmosféricos. Estos valores tienen en cuenta las directrices de la OMS de 2005, así como consideraciones de viabilidad técnica y económica en el momento de su adopción.
Los datos de la AEMA, publicados a principios de otoño, muestran que los niveles de contaminación atmosférica siguen estando por encima de los límites legales de la UE en la mayoría de los países europeos.
La OMS ha establecido recientemente nuevas directrices mundiales de calidad del aire para proteger la salud pública. Estas directrices se basan en una revisión sistemática de las mejores pruebas científicas disponibles sobre los efectos de la contaminación atmosférica en la salud humana, que demuestran que la contaminación atmosférica perjudica a la salud humana en concentraciones incluso inferiores a las consideradas anteriormente.
Los límites de calidad del aire de la UE son un instrumento político clave y una mayor armonización de estos límites con las recomendaciones de la OMS representaría un paso importante hacia una mayor calidad del aire en Europa, en combinación con mejores políticas para reducir la contaminación en origen.
La evaluación de la AEMA de los beneficios potenciales implica un escenario en el que todas las zonas de la UE-27 que en 2019 estaban por encima de los valores guía de calidad del aire de la OMS para las partículas finas habrían alcanzado dichos valores, mientras que todas las demás zonas habrían mantenido las concentraciones medidas en 2019. Este escenario y las estimaciones correspondientes representan, por tanto, los beneficios potenciales mínimos derivados de la mejora de la calidad del aire, ya que es probable que también se produzcan menos muertes prematuras en las zonas en las que ya cumplen con los valores guía, y que también se beneficiarían de una mayor calidad del aire en las zonas circundantes.
El análisis de la AEMA de efectos sobre la salud en 2019 se realizó utilizando las funciones de concentración-respuesta recomendadas por la OMS en 2013 para ajustarse a las estimaciones de la AEMA de años anteriores. Sin embargo, a partir del próximo año, la AEMA espera adaptar plenamente su análisis a las nuevas directrices mundiales de la OMS sobre calidad del aire.