Eficiencia en la recogida selectiva de residuos, la experiencia de la Mancomunidad de Montejurra

Eficiencia en la recogida selectiva de residuos, la experiencia de la Mancomunidad de Montejurra
Eficiencia en la recogida selectiva de residuos, la experiencia de la Mancomunidad de Montejurra
07-03-2016

Este artículo pretende establecer la tesis de que el diseño de la recogida selectiva, requiere de niveles de separación en origen menores de lo que se está planteando en la actualidad y de cara al futuro. Que facilitando al usuario un modelo más simple de separación doméstica, se obtendrá mayor colaboración y por ello mayores niveles de recuperación y reciclaje de materiales.
Pone de manifiesto la necesidad de considerar previamente la relación directa que existe entre la recogida de residuos y el tratamiento de los mismos, ya que en muchas ocasiones este nexo, imprescindible en la gestión de residuos urbanos no se plantea adecuadamente.

Se describe el modelo de recogida selectiva integral implantado desde hace más de dos décadas en la Mancomunidad de Montejurra y apoyándose en la experiencia citada, establece los pros y contras de este modelo de recogida selectiva incluida la fracción de residuos biodegradables, mediante “cuatro contendores” frente a otros modelos como el denominado de quinto contenedor o “cinco contendores”.

DESCRIPCIÓN DE LA ACTIVIDAD

La gestión de los residuos domésticos tiene por objeto la prestación de un servicio público, y conlleva realizar una serie de actividades agrupadas en dos partes directamente relacionadas, la recogida y el tratamiento. En la recogida intervienen mobiliario público como contenedores y buzones de carga, vehículos equipados con sistemas de carga y descarga de contenedores y sistemas de compactación de residuos, vehículos de lavado de contenedores, sistemas neumáticos subterráneos de transporte de residuos, plantas y vehículos de transferencia, etc.

El tratamiento lo constituyen procesos industriales de cada vez mayor nivel tecnológico, que tienen como finalidad obtener materias primas, productos o energía y en definitiva minimizar el impacto ambiental de los residuos.

Además, en el ámbito de la recogida interviene toda la población, incorporándose de forma individual como suministradores de residuos (la materia prima de los procesos de tratamiento para el reciclaje). Por tanto la población tiene la doble función de participar en la actividad de recogida y de ser prestatario del servicio y por tanto objeto de la actividad.

LA RECOGIDA SELECTIVA EN EL CONTEXTO DE LA GESTIÓN DE RESIDUOS

Se debe considerar que el coste económico de la gestión de la recogida, lleva también aparejado mayor coste ambiental por emisiones de los vehículos, ruido y tráfico generado y también mayor impacto visual y ocupación del espacio público de los contenedores.

La incorporación de modelos simples de recogida selectiva, supone para el usuario comodidad, simplicidad y claridad en el mensaje, y es en muchos casos la única posibilidad por sus condiciones de espacio en su vivienda, para colaborar de forma eficaz.
Por tanto a la disminución de los costes económicos y ambientales que suponen estos modelos, les sumamos el incremento del potencial de incorporación de los usuarios a la participación en la gestión de la recogida selectiva, que contribuirá de forma clara a conseguir objetivos más importantes en el tratamiento de los residuos.

El modelo de recogida selectiva que se vislumbra como mayoritario del denominado “quinto contenedor” implica la necesidad de un mayor nivel de selección previa y consecuentemente mayor espacio en las cocinas, mayor incomodidad y complejidad del mensaje y de las instrucciones y un mayor coste económico y ambiental tal y como se ha indicado. Las experiencias existentes hasta la fecha de este modelo demuestran que la mayoría de los usuarios no están “por la labor”.

Dada esta situación, es prematuro en nuestra opinión, pedir esfuerzos complementarios y económicos, no necesarios, a las personas para que se incorporen a la participación, dado que si ésta es excesiva, existirá el riesgo de que en el futuro, ello sea contraproducente.

MODELOS DE RECOGIDA SELECTIVA EN ORIGEN

Los diferentes modelos de recogida de los que hablamos, se diferencian, por el tipo de residuo o residuos separados previamente en los domicilios.

Hablamos de dos modelos el ya mencionado del “quinto contenedor” o de un modelo de “cuatro contenedores”. Se considera en ambos casos que se separa el papel-cartón y el vidrio en sendos contendores independientes, quedando el resto de los residuos a separar en dos fracciones o en tres nuevas fracciones. Estas dos o tres fracciones además del papel y del vidrio hacen que se identifiquen los modelos como de cuatro o de cinco contenedores.

En ambos casos se separarán los residuos orgánicos o bioresiduos en un solo contenedor y el resto de residuos en otro (modelo simplificado de cuatro contenedores) o en otros dos, envases ligeros y resto de residuos (modelo complejo o de cinco contenedores).

Para entender la diferencia entre uno y otro modelo es preciso explicar que los residuos no orgánicos son de una gran heterogeneidad. Sin embargo conforman una tipología de residuos muy similar, por estar compuestos en su gran mayoría de residuos conformados por diferentes materiales plásticos, de bricks, o de metales, y otra fracción muy heterogénea pero en su conjunto muy minoritaria y por tanto de baja influencia.

La justificación de separar esta fracción no fermentable en dos bolsas, envases ligeros fácilmente reciclables y la denominada fracción resto, es que se facilita la recuperación de los envases ligeros, mientras que la justificación en la no necesidad de separarlas, los es porque con las plantas de reciclaje actuales no se necesita tal separación previa en el hogar y también porque se aumentan los niveles potenciales de recuperación de materiales recuperables en el mismo proceso. Por ejemplo de plásticos o de metales que no son envases ligeros, como aluminio, menaje de cocina, etc.

El contenedor de fracción resto en este modelo “cinco contenedores” se convierte en el contenedor para las personas que no colaboran en ningún tipo de selección, a las que se les suman un importante número de personas, que ya separa otras fracciones, envases, papel, vidrio, etc. y que ve suficiente su aportación a la recogida selectiva o que le resulta demasiado complicado colocar un cubo más en su cocina.

Por tanto, un contenedor que debería ser minoritario en cuanto a capacidad, por la reducida fracción a la que debiera ir destinado, se convierte en mayoritario por la cantidad de residuos depositados en él. En la práctica encubre una recogida en masa o mezclada de todo tipo de Residuos. Su uso muy generalizado se perpetúa y consolida como un hábito en muchas personas ya que se puede decir que es aceptado por el modelo, conformándose como un freno a la consecución de los objetivos.

OTROS ASPECTOS DE ESTOS DOS MODELOS

El quinto contenedor

El hecho de tener tres cubos en la cocina uno para restos orgánicos, otro para envases ligeros y otro para “resto” cuya composición es muy similar en estos dos últimos, presenta inconvenientes y disminuye el potencial de colaboración, incluso agravado cuando la recogida es discriminada y necesita por ejemplo de llaves para abrir el contenedor.

Este modelo requiere además, una sobreinversión en la recogida, más circuitos, más vehículos y contenedores, etc. y también mayores inversiones en tratamiento por la necesidad de construcción de procesos paralelos de recuperación y reciclaje de productos. Como ya se ha dicho, lleva aparejado por las razones expuestas, la construcción por duplicado de plantas de recuperación para una fracción más limpia y minoritaria y plantas para los residuos mezclados y así recuperar una fracción mayor de estos materiales y tratar con menor aprovechamiento, por el alto nivel de mezclado con el que se presentan, los residuos biodegradables de gran parte de los usuarios.

Separación de orgánico y no orgánico o cuatro contenedores

Este modelo requiere solamente dos cubos, uno para restos orgánicos y otro para los envases y otros. Implica menores dificultades en la comprensión de las instrucciones y con la tecnología de separación automática de las actuales plantas de recuperación de materiales, comúnmente llamadas de reciclaje, basta para recuperar los mismos materiales y con mayor potencial de recuperación. Estas plantas adaptadas a esta corriente de residuos funcionan de forma similar independientemente de la complejidad del material de partida, dentro o mayoritariamente dentro de la fracción no orgánica. Tanto las plantas actuales de recuperación de materiales como las de tratamiento biológico, están preparadas para absorber determinadas cantidades de residuos no solicitados.

Los No colaboradores

Aun así hay un importante número de usuarios que no colaboran. En relación con esta “no conformidad” el modelo de cuatro contenedores, tiene las siguientes ventajas:

• El número de personas no colaboradoras es menor. Siempre colaborarán las personas que colaboran en propuestas más incomodas más aquellas otras que se incorporan porque baja el nivel de molestias o porque ya no les influye el espacio, etc.
• El usuario no colaborador, se sitúa con su aptitud, continuamente en la ilegalidad al depositar sus residuos de manera clara y evidente de forma incorrecta, siendo consciente de ello, ya que no tiene la vía que, en el modelo del quinto contenedor, le ofrece el contenedor de fracción resto.
• El cambio de aptitud hacia la colaboración supone un menor esfuerzo ya que no supone más selecciones sino solamente el tipo de selección.

El principal inconveniente de la no colaboración en el modelo de “cuatro contenedores” se deriva del incremento del porcentaje de residuos no solicitados en la recogida de los contenedores de orgánico y no orgánico, ya que el usuario no colaborador deposita sus
residuos mezclados en uno u otro contenedor perjudicando la calidad de los materiales de uno o del otro.

Validación de los modelos

Los objetivos de reciclaje y la validación del modelo de CUATRO CONTENEDORES, se conseguirá cuando la recogida selectiva y las plantas de reciclaje y tratamiento biológico, conformen en su conjunto un mínimo de calidad. Dicho de otro modo, cuando las líneas de pretratamiento de las plantas de tratamiento biológico y de recuperación de residuos de envases, puedan asumir sin que se altere de forma sustancial, los objetivos de recuperación, la calidad de los productos y los rendimientos de las plantas.

En el modelo de CINCO CONTENEDORES la validación del modelo se conseguiría, cuando no fuera necesario construir plantas para el tratamiento de la fracción resto, porque esta fracción estuviera en el orden de los parámetros que suponen los residuos que debieran depositarse en su contendor específico. Estas instalaciones en todo caso, deberían ser de mucha menor relevancia. 

Actualmente la recogida selectiva es un apoyo necesario en la gestión de los residuos para el reciclaje, en cualquier caso, pero es importante decir que algunas corrientes de opinión se basan en principios muy radicales y demasiado exigentes queriendo obtener una máxima calidad en origen sin tener en cuenta que las plantas de tratamiento se diseñan también para facilitar la selección de los productos en destino. Además, sin importantes alteraciones de sus procesos, debido a que la necesidad de separación de pequeñas cantidades de residuos no solicitados requiere el mismo equipamiento que para separar cantidades mayores.

Es necesario, en cualquiera de los dos casos, que paralelamente se mantengan e implanten otras recogidas selectivas y puntos de aportación voluntaria, para las recogidas de cartones y de vidrio, por supuesto y de otros componentes como los textiles, voluminosos o raees, que suponen no nos olvidemos una fracción limitada pero muy importante de residuos que afecta por igual a todos los modelos. Estas recogidas deben ser progresivamente ampliadas y mejoradas, al igual que la prestación del servicio en general, que debe ser un objetivo permanente de mejora.

Puede descargar aquí el artículo completo.

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