Biometano: aliado clave de la descarbonización en España

La realidad actual aún refleja una brecha: en todo el territorio español existen apenas 15 plantas de biometano operativas, una cifra reducida en comparación a las cerca de 1.700 plantas en funcionamiento en toda Europa

Nos encontramos en un momento clave para definir nuestro futuro energético. España, tal y como están haciendo la mayoría de los países de Europa, debe transformar su modelo energético para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) a la atmósfera, mitigar la dependencia de terceros países y promover la economía circular a través de un modelo basado en la innovación y el desarrollo local y social.

En este contexto, el biometano se erige como una de las alternativas más favorables para impulsar la transformación energética hacia un modelo más limpio, autosuficiente y con un impacto local real. Se trata de una tecnología avanzada y madura que permite aprovechar los residuos orgánicos generados por la industria alimentaria, la ganadería, la agricultura local, así como las propias viviendas a través del contenedor marrón, convirtiéndolos en energía limpia, almacenable y de proximidad.  Además, el uso del biometano puede reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en hasta un 90%, en comparación con el gas fósil, un factor diferencial.

 

El biometano se erige como una de las alternativas más favorables para impulsar la transformación energética hacia un modelo más limpio, autosuficiente y con un impacto local real

 

España ante el reto de los residuos

La gestión de residuos es uno de los grandes desafíos ambientales del país. Hoy, más del 40% de los residuos urbanos españoles termina en vertederos, muy lejos del objetivo europeo de reducir esa cifra al 10% en 2035. A pesar de los avances en reciclaje, seguimos por debajo de lo exigido: en 2021 se recicló solo el 42% de los residuos municipales, frente al 50% requerido desde 2020.

 

España dispone de uno de los mayores potenciales de producción de biometano de Europa, con capacidad para generar hasta 163 TWh anuales, casi la mitad del consumo actual de gas natural

 

El problema principal radica en la escasa recogida separada de la fracción orgánica —que supone entre el 40% y el 60% del peso de una bolsa de basura doméstica— y en la falta de instalaciones de tratamiento adecuadas. Aunque la implantación del contenedor marrón es obligatoria desde enero de 2024 en municipios de más de 5.000 habitantes, su despliegue avanza con lentitud, en parte por la falta de plantas específicas.

Esto hace aún más urgente apostar por soluciones como el biometano, que no solo evita emisiones, sino que convierte un problema ambiental en una fuente de energía renovable y circular.

 

Mucho más que energía: economía circular

Además de generar energía limpia y de proximidad, la generación de biometano produce un subproducto de gran valor: el digestato. Una vez tratado, este digestato se puede transformar en un fertilizante orgánico para la agricultura, reduciendo la dependencia de los agricultores a productos químicos y contaminantes. El papel de las plantas de biometano va más allá, ya que también pueden generar agua osmotizada, de gran utilidad para las comunidades de regantes; así como CO₂ biogénico, que una vez extraído puede transformarse de diversas maneras para generar materiales compatibles con la descarbonización de la economía española, sobre todo en el ámbito del transporte. De este modo, se promueve un modelo de economía circular basado en el reaprovechamiento de recursos y se genera un desarrollo económico y social para el territorio a través de una propuesta basada en la sostenibilidad y el impacto local.

 

La realidad actual aún refleja una brecha: en todo el territorio español existen apenas 15 plantas de biometano operativas, una cifra reducida en comparación a las cerca de 1.700 plantas en funcionamiento en toda Europa

 

Aunque aún es poco conocido en España, el biometano tiene un impacto directo y tangible en nuestra vida cotidiana. Puede utilizarse en los hogares, como combustible para la calefacción o el transporte y en todo tipo de sectores industriales, incluidos aquellos de difícil electrificación, como la industria termointensiva. De esta manera, el biometano se consolida como una de las fuentes renovables con mayor potencial para avanzar hacia un modelo energético más limpio, seguro y sostenible, y se presenta como una herramienta estratégica para impulsar el crecimiento y consolidar la economía del país. Según los cálculos de Sedigás, el desarrollo completo de este vector energético, mediante la construcción de plantas, requeriría una inversión cercana a los 41.000 millones de euros. Pero su relevancia va más allá de la inversión: el biometano también genera empleo. De hecho, y según las mismas estimaciones de Sedigás, su implantación podría crear más de 20.000 puestos de trabajo directos y hasta 40.000 indirectos en sectores clave como el transporte y los servicios.

Apostar por el biometano también supone un progreso y mejora tecnológica. La construcción de estas plantas lleva consigo actualmente el uso de tecnología de vanguardia, garantizando un funcionamiento eficiente, seguro y sostenible. Del mismo modo, nuestras instalaciones incorporan las mejores técnicas disponibles, incluyendo un tratamiento cerrado, con naves presurizadas y biofiltros contribuyendo así a evitar la emisión de olores al exterior.

En Enagás Renovable somos conscientes del potencial del biometano y la oportunidad que representa para España a nivel social, medioambiental y empresarial. Por ello, estamos impulsando diversos proyectos en el país, con el objetivo de avanzaren la transición hacia este nuevo modelo energético, fomentando el desarrollo económico y el empleo local.

 

Potencial enorme, pero aún desaprovechado

España cuenta con todos los recursos necesarios para convertir el biometano en un vector clave en la descarbonización y en la promoción de la economía circular. Su elevada producción agrícola y ganadera, junto con una red de infraestructuras ya existente y una creciente demanda energética por parte de ciudadanos y empresas, posicionan al país como un candidato ideal para convertirse en un referente europeo en energía verde y sostenible.

 

El biometano no es una promesa de futuro, es una realidad consolidada en Europa y una oportunidad inmejorable para España

 

España dispone de uno de los mayores potenciales de producción de biometano de Europa, con capacidad para generar hasta 163 TWh anuales, casi la mitad del consumo actual de gas natural. La realidad actual aún refleja una brecha: en todo el territorio español existen apenas 15 plantas de biometano operativas, una cifra reducida si la comparamos con las cerca de 1.700 plantas en funcionamiento en toda Europa, donde países como Alemania, superan ya las 250 plantas y producen más de 10 TWh anuales, o Dinamarca, donde el biometano cubre ya más de un 40% de la demanda de gas.

El biometano no es una promesa de futuro, es una realidad consolidada en Europa y una oportunidad inmejorable para España. Su implantación no solo impulsa la transición hacia un modelo energético más limpio y equitativo, sino que también actúa como motor de crecimiento y desarrollo local, fortalece la soberanía energética, aumenta la competitividad empresarial y genera empleo, contribuyendo de manera tangible al bienestar de la sociedad.

En Enagás Renovable creemos firmemente en el papel estratégico del biometano y estamos impulsando proyectos en todo el país para acelerar su despliegue. Pero este esfuerzo debe ir acompañado de un compromiso conjunto: administraciones, empresas y ciudadanos deben apostar decididamente por esta tecnología. España no puede dejar pasar esta oportunidad de situarse a la vanguardia de la transición energética y construir un futuro más sostenible y próspero para todos.