Biometano: la clave estratégica de Europa para una energía limpia, segura y competitiva

España será uno de los principales destinos europeos de inversión privada en biometano en los próximos años. A pesar de esto, el país aún no cuenta con medidas específicas de apoyo a la demanda o la inyección, por ejemplo.
Autor
13-10-2025

L a transición energética en Europa no es sólo una respuesta a la crisis climática, sino también una estrategia geopolítica y económica para garantizar la independencia del continente y restaurar su competitividad global. En este contexto, una alternativa sostenible ha ido cobrando cada vez más protagonismo: los biogases. Estos gases renovables, producidos a partir de residuos orgánicos, no sólo se presentan como una solución viable y madura tecnológicamente, sino que, además, ofrecen una serie de ventajas estratégicas que lo convierten en un pilar esencial del nuevo modelo energético europeo.

 

Cuatro motores políticos para el auge de los biogases

El crecimiento de la producción de biogases en Europa ha sido impulsado por un conjunto de políticas ambiciosas a nivel europeo y nacional, centradas en cuatro ejes principales:

1. Lucha contra el cambio climático: Los biogases contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Al sustituir al gas fósil, y aprovechar residuos que de otro modo liberarían metano al medio ambiente, se consigue un doble beneficio ambiental.

2. Reducción de dependencias externas: Europa ha vivido una sacudida geopolítica tras la invasión de Ucrania y la posterior crisis energética. La necesidad de romper con la dependencia del gas natural ruso, y de otros productos como los fertilizantes sintéticos, ha acelerado la búsqueda de soluciones energéticas autóctonas. Los biogases, producidos localmente, se perfilan como una respuesta eficaz ante este reto.

En el caso de España, la producción propia de gas natural en es mínima. La mayor parte del gas consumido es importado, principalmente de Argelia, o a través de gas natural licuado (GNL) de varios orígenes. En cuanto a fertilizantes, aunque la producción doméstica de España no es desdeñable, el sector agrícola español es deficitario en el mercado de fertilizantes: en 2024 se importaron en 3,3 millones de toneladas de fertilizantes, según el Ministerio de Agricultura.

3. Reindustrialización verde: En la carrera por la soberanía tecnológica frente a potencias como China, la UE ha decidido apostar por el desarrollo y fabricación de tecnologías limpias. Los biogases no sólo se alinean con esta estrategia, sino que posicionan a Europa como líder global en su tecnología y producción.

4. Economía circular y eficiencia de recursos: Los biogases son un claro ejemplo de cómo convertir un residuo en recurso. Su producción fomenta una mejor gestión de los residuos agrícolas, industriales y urbanos, contribuyendo activamente a la economía circular.

 

Sostenibilidad-retema.jpg

 

Una solución estratégica para la industria energética europea

Más allá de sus ventajas ambientales, los biogases ofrecen beneficios estratégicos para la industria energética europea. En primer lugar, se basan en tecnologías plenamente maduras que se llevan empleando en Europa desde finales del siglo XIX, con una importante aceleración a partir de 1970, por la crisis del petróleo, y, posteriormente, en 1990, ante la necesidad de reducir el uso de combustibles fósiles.

 

Además de cerrar el ciclo de nutrientes, los biogases generan ingresos adicionales para los agricultores y fomentan la autosuficiencia de las comunidades rurales, contribuyendo a fijar población y dinamizar territorios históricamente desfavorecidos

 

Además, los biogases son la opción de gas renovable más barata disponible actualmente en Europa. Su capacidad de producción continua, a diferencia de fuentes renovables intermitentes como la solar o la eólica, los convierte en un recurso clave para garantizar un suministro energético estable. Otra gran ventaja: la infraestructura ya está disponible. Las redes de gas existentes en Europa son totalmente compatibles con el biometano (biogás purificado é inyectable en red).

Esto permite una transición más rápida, eficiente y menos costosa hacia un sistema energético desfosilizado, al evitar los costes y el tiempo asociados con la producción de nuevos vehículos, calderas, redes, sistemas de almacenamiento o estaciones de repostaje.

 

Más allá de la energía: beneficios para la agricultura y la industria

El impacto de los biogases no se limita al sector energético. Su implantación tiene efectos directos en la agricultura, ya que su producción permite:

• Valorizar residuos: Se transforman residuos orgánicos como estiércol, purines o restos agrícolas en energía limpia.

• Reducir emisiones de metano: Se evita la liberación de metano por la descomposición natural de esos residuos a cielo abierto.

• Producir fertilizantes orgánicos: El proceso genera un subproducto llamado digerido, que puede utilizarse como fertilizante, reduciendo así la necesidad de alternativas sintéticas.

 

Más allá de sus ventajas ambientales, los biogases ofrecen beneficios estratégicos para la industria energética europea

 

Este proceso, además de cerrar el ciclo de nutrientes, genera ingresos adicionales para los agricultores y fomenta la autosuficiencia de las comunidades rurales, contribuyendo a fijar población y dinamizar territorios históricamente desfavorecidos. Asimismo, los biogases pueden generar sinergias con otras industrias.

Un segundo subproducto obtenido en el proceso de purificación (upgrading) del biogás a biometano es el CO₂ biogénico, que puede capturarse y reutilizarse para sustituir al CO₂ fósil. El CO₂ biogénico puede empleare en invernaderos o en sectores como la producción de bebidas carbonatadas, la industria alimentaria, aplicaciones médicas, materiales de construcción o incluso en combustibles sostenibles para aviación (SAF). Esto supone paso más hacia una economía verdaderamente circular.

 

Los biogases son la opción de gas renovable más barata disponible actualmente en Europa. Su capacidad de producción continua los convierte en un recurso clave para garantizar un suministro renovable estable

 

Según los últimos datos de EBA, en 2027 el CO₂ biogénico obtenido del biometano podría convertirse en la fuente principal de CO₂ biogénico de Europa. Además de cerrar el ciclo de nutrientes, los biogases generan ingresos adicionales para los agricultores y fomenta la autosuficiencia de las comunidades rurales, contribuyendo a fijar población y dinamizar territorios históricamente desfavorecidos.

 

230 TWh de biogases y 21.000 plantas en Europa

Según los últimos datos de la Asociación Europea del Biogás (EBA), en 2023 Europa produjo más de 230 TWh de biogases (una categoría que engloba tanto al biogás como a su versión purificada, el biometano) a través de más de 21.000 plantas distribuidas por todo el continente.

 

España será uno de los principales destinos europeos de inversión privada en biometano en los próximos años. A pesar de esto, el país aún no cuenta con medidas específicas de apoyo a la demanda o la inyección, por ejemplo

 

De cara al futuro, las previsiones son incluso más ambiciosas: se estima que para 2040 Europa podría alcanzar una producción de 1.000 TWh, lo que cubriría cerca del 80% de la demanda de combustibles gaseosos proyectada para ese año.

En el caso específico del biometano, más del 85% de las plantas están ya conectadas a la red de gas, lo que permite su integración directa en los sistemas de distribución existentes. El tamaño medio de una planta es de aproximadamente 44 GWh anuales, lo cual se traduce en:

  • Más de 20.000 toneladas de CO₂ evitadas por año.
  • Suministro energético equivalente a las necesidades de 4.000 hogares.
  • Producción de 600 toneladas de fertilizante.
  • Creación de alrededor de 60 empleos directos e indirectos.

 

Países líderes y perspectivas para España

Algunos de los países que lideran la producción y utilización del biometano, en Europa son Dinamarca, Francia e Italia.

  • Dinamarca ya consigue que el 40% del gas inyectado en red sea biometano, y se ha propuesto el ambicioso objetivo de alcanzar el 100% en 2030. Un ejemplo paradigmático de cómo una política coherente puede transformar el sistema energético en pocos años.
  • Francia, por su parte, es el país europeo con el crecimiento más rápido en este sector. Las políticas de apoyo, incentivos a la inyección en red y subvenciones específicas han creado un entorno favorable para la inversión y expansión del biometano.
  • Italia también ha tomado medidas decididas, especialmente a través del llamado Decreto del Biometano, en vigor desde hace varios años, que ha estimulado el desarrollo de nuevas plantas y la modernización de las ya existentes.

En contraste, España, en 2023 produjo 7,42 TWh de biogases frente a los 20 TWh marcados en el PNIEC para 2030, y a pesar de un potencial de producción de casi 130 TWh anuales en 2040. 

España cuenta con uno de los mayores potenciales de producción de biogases del continente de cara al futuro, gracias a su potente sector agrícola y ganadero, así como a su extensión territorial. Además, los últimos informes de la EBA indican que España será uno de los principales destinos europeos de inversión privada en biometano en los próximos años (4.800 millones de euros según los últimos datos de EBA). A pesar de esto, el país aún no cuenta con medidas específicas de apoyo a la demanda o la inyección, por ejemplo.

 

Los retos pendientes para consolidar el crecimiento

A pesar del progreso, el sector aún enfrenta desafíos importantes que deben abordarse con urgencia para que los biogases puedan desplegar todo su potencial:

  1. Un marco legislativo claro y específico, que sirva de guía para los Estados miembros y atraiga inversiones privadas a largo plazo. En el caso de España, destaca por ejemplo el retraso en la transposición de la RED III, que es fundamental para aclarar algunas cuestiones importantes sobre los objetivos de sostenibilidad por los que deberá regirse el sector. 

Este retraso, que se ha producido en otros países europeos, refleja una congestión administrativa, probablemente causada por la transposición simultánea de múltiples paquetes legislativos de la UE, como los Planes Nacionales de Energía y Clima (PNEC). 

 

Marco legislativo adecuado, facilitar la inyección a red, aceleración de permisos y licencias, impulso al aprovechamiento del digerido y del CO₂ biogénico y aceptación social son elementos clave para el desarrollo del sector

 

También de otras iniciativas adicionales, incluida la próxima propuesta legislativa en el marco de la hoja de ruta REPowerEU para los planes nacionales de diversificación energética. Se espera que esto actúe como un motor para promover el uso del biogás y el biometano con el fin de reducir la dependencia del gas natural ruso, pero también contribuye al creciente volumen de legislación energética que debe ser negociada y transpuesta a nivel nacional.

  1. Facilitar la inyección a red, eliminando trabas burocráticas y estableciendo procedimientos más ágiles y uniformes, o también ofreciendo apoyo directo a la inyección de biometano.
  2. Aceleración de permisos y licencias para la construcción de nuevas plantas y ampliaciones. Se otorgan permisos, pero la tramitación en Europa puede llevar entre 2 y 3 años de media, incluso alargarse hasta 7.
  3. Impulso al aprovechamiento del digerido y del CO₂ biogénico. El impacto de los biogases no es solo energético y pasa por valorizar el uso del digerido como fertilizante orgánico y del CO2 biogénico como sustituto del CO2 fósil.
  4. Licencia social como elemento clave para el éxito de un proyecto de biogás. Esto implica, por una parte, un proceso de participación comunitaria que permita construir confianza en el sector mediante gestión de expectativas y desinformación. Por otra, la tramitación de proyectos sólidos, con beneficios para el territorio y sostenibilidad a largo plazo. 

 

Una oportunidad que Europa no puede dejar pasar

Los biogases representan una oportunidad única para Europa: permiten luchar contra el cambio climático, reforzar la seguridad energética, revitalizar el tejido industrial y rural, y liderar el desarrollo de tecnologías limpias a nivel global. Todo ello, aprovechando infraestructuras ya existentes y aportando beneficios económicos y medioambientales tangibles como los mencionados en este artículo.

Para ello, será fundamental que tanto desde las instituciones europeas como desde los gobiernos nacionales se facilite el desarrollo de los biogases como pieza clave de la bioeconomía europea.