Cómo la revolución digital está transformando la gestión y política del agua

Un enfoque en España
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11-08-2025
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El sector del agua está inmerso en una profunda transformación impulsada por la digitalización, lo que algunos autores denominan la “Cuarta Revolución Digital” del sector. Esta transición supone el reemplazo de sistemas pre-digitales, basados en infraestructuras físicas y monitoreo manual, por soluciones avanzadas que integran sensores inteligentes, Internet de las Cosas (IoT), inteligencia artificial (IA), gemelos digitales, blockchain y plataformas de análisis en la nube. Estas herramientas permiten un monitoreo en tiempo real, capacidades predictivas y toma de decisiones automatizada, lo que favorece la eficiencia operativa, la resiliencia de los sistemas y la transparencia en la gobernanza.

El contexto global de creciente demanda de agua, efectos del cambio climático y urbanización intensiva hace que estas tecnologías sean esenciales para garantizar la sostenibilidad hídrica. En Europa, un 17% de la población vive en zonas con estrés hídrico; en España, este desafío se ve acentuado por sequías recurrentes, variabilidad extrema en las precipitaciones y el impacto del turismo y la agricultura intensiva.

En este marco, España ha lanzado el PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua, con una inversión de más de 4.000 millones de euros (2022–2026), para modernizar la gestión del agua mediante tecnologías digitales. El estudio analiza cómo esta revolución digital está transformando la gestión y las políticas del agua en España, identificando beneficios, retos y lecciones transferibles a otros contextos.

Los principales factores que explican la rápida adopción de estas tecnologías en España son:

  • Escasez de agua y efectos del cambio climático.
  • Apoyo institucional y financiación a través del PERTE.
  • Avances tecnológicos y reducción de costes de implementación.
  • Necesidad de cumplir con normativas ambientales y objetivos europeos de sostenibilidad.

 

Metodología

La investigación se basa en dos fuentes principales:

  1. Entrevistas semiestructuradas (mayo–octubre 2024) con representantes del sector hídrico en distintos ámbitos (urbano, agrícola, industrial) y escalas de gestión (municipal, regional, de cuenca y nacional). El objetivo fue identificar percepciones sobre el impacto de la digitalización, las herramientas empleadas, los impulsores del cambio y los retos encontrados.
  2. Análisis de proyectos financiados por el PERTE, lo que permitió obtener una visión complementaria de las soluciones digitales más extendidas y sus aplicaciones prácticas.

 

Resultados y recomendaciones

Los principales efectos de la digitalización se pueden agrupar en cuatro ámbitos clave:

  1. Monitoreo y recolección de datos
    • Implementación de sensores inteligentes, sistemas SCADA e IoT que ofrecen información continua sobre caudales, presiones y calidad del agua.
    • Sistemas Automatizados de Información Hidrológica (SAIH) avanzados para mejorar las previsiones y la gestión de sequías e inundaciones.
    • Ejemplos concretos incluyen la reducción de hasta un 20% en pérdidas por fugas gracias a contadores inteligentes y sensores de red.
  2. Análisis predictivo y apoyo a la decisión
    • Herramientas con IA permiten anticipar sequías y optimizar la asignación de recursos, equilibrando necesidades humanas y ambientales.
    • Uso de modelos satelitales y plataformas de predicción para gestionar sequías y crecidas.
    • En el ámbito del abastecimiento urbano, sistemas inteligentes ajustan dinámicamente la presión o cloración del agua en función de la demanda y condiciones.
  3. Participación y gobernanza
    • Plataformas digitales facilitan la implicación ciudadana, la transparencia y la cooperación intersectorial.
    • Aplicaciones móviles permiten a los usuarios monitorizar su consumo, reportar incidencias y recibir alertas.
    • Los organismos de cuenca promueven espacios digitales para la co-creación de planes de gestión.
  4. Eficiencia y optimización de recursos
    • Soluciones de riego inteligente en agricultura y zonas urbanas ajustan el aporte hídrico según humedad del suelo y previsión meteorológica, reduciendo consumos y fertilizantes.
    • Herramientas inteligentes optimizan la operación de embalses y garantizan caudales ecológicos.
    • Tecnologías blockchain y redes inteligentes contribuyen a reducir el agua no registrada y mejorar la trazabilidad.

Pese a sus beneficios, la adopción de soluciones digitales enfrenta obstáculos significativos:

  • Económicos: altos costes iniciales y de mantenimiento, especialmente para municipios pequeños y comunidades de regantes.
  • Técnicos: falta de interoperabilidad y estandarización de datos; carencia de capacidades técnicas en algunas organizaciones.
  • Culturales: resistencia al cambio en estructuras de gestión tradicionales; desconfianza hacia proveedores de tecnología.
  • Sociales: desigualdad en el acceso a herramientas digitales en áreas rurales o vulnerables; brecha de alfabetización digital.
  • Regulatorios: necesidad de actualizar marcos normativos para abordar privacidad, ciberseguridad e integración tecnológica.

El estudio propone un conjunto de acciones para maximizar el impacto positivo de la digitalización:

  1. Desarrollar herramientas más asequibles, intuitivas y adaptadas a distintos perfiles de usuario.
  2. Involucrar a los usuarios finales desde la fase de diseño para asegurar que las soluciones responden a necesidades reales.
  3. Impulsar la alfabetización digital y difundir casos de éxito mediante plataformas como Living Labs.
  4. Establecer marcos claros sobre propiedad y soberanía de los datos.
  5. Crear instrumentos financieros y normativos que incentiven la adopción (subvenciones, líneas de crédito, objetivos específicos).
  6. Implementar indicadores clave (KPIs) para evaluar el rendimiento de las soluciones (p. ej., porcentaje de agua no registrada, eficiencia energética, huella de carbono, tasa de reutilización).

 

Conclusión

La experiencia española demuestra que la digitalización del ciclo del agua es una herramienta poderosa para mejorar la eficiencia, sostenibilidad y resiliencia frente a los retos climáticos y de demanda. El enfoque integral del PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua, que combina inversión pública-privada, integración tecnológica y gobernanza participativa, puede servir como modelo para otras regiones con estrés hídrico.

Sin embargo, para consolidar y ampliar sus beneficios es necesario abordar los retos de acceso equitativo, capacitación técnica y actualización normativa. El caso español subraya que la digitalización no es solo una cuestión tecnológica, sino también organizativa, social y política, y que su éxito depende de la cooperación entre administraciones, operadores, sector privado y ciudadanía.

 

Fuente: Expósito, A. & Díez-Cebollero, E. (2025) How the digital revolution is reshaping water management and policy: A focus on Spain, Utilities Policy, 96, 102020. https://doi.org/10.1016/j.jup.2025.102020.