La demolición, de residuo a recurso

La demolición no es sinónimo de residuo, sino de recurso, y desde el ecodiseño hasta esta fase debe de comprenderse un edificio como un banco de recursos
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18-11-2025

En el marco de la economía lineal ha existido un mundo que ha entendido (y, quizás aún entiende) la demolición como la fase final de vida de una construcción, de un edificio, de una infraestructura. Hoy, sin embargo, en el contexto de la economía que pretende ser circular, somos conocedores y partícipes de otro paradigma en que la demolición no es sinónimo de residuo, sino de recurso, y desde el ecodiseño hasta esta fase debe de comprenderse un edificio como un banco de recursos. Este cambio de escenario se sustenta en la aplicación de criterios de economía circular y en la creciente conciencia de que cada material recuperado puede reincorporarse al ciclo productivo, reduciendo el impacto ambiental y optimizando los recursos naturales. No debemos olvidar que los recursos naturales son finitos, que vivimos en un contexto de emergencia climática y que no existe planeta B.

A parte del ya mencionado ecodiseño, una de las claves de este cambio y avance reside en la demolición selectiva, una metodología que exige planificación, conocimiento técnico, precisión, formación y experiencia. Es imprescindible realizar estudios previos a la demolición detallados para identificar los materiales y su posterior tratamiento. La separación de estos materiales permitirá conocer su calidad, podrán ser reutilizados o reciclados, y contribuir así a un modelo de construcción más sostenible y responsable.

Gracias a este enfoque, es posible obtener materiales reciclados de alta calidad, como los áridos reciclados lavados, que presentan excelentes propiedades para su uso en nuevas obras. Su aplicabilidad en firmes, rellenos o incluso en hormigones estructurales demuestra que la recuperación de materiales y su posterior aplicación no es una utopía, sino una realidad técnica viable.

Para lograr un buen trabajo de demolición y recuperación, resulta esencial disponer de maquinaria moderna y adecuada, procesos actualizados y un equipo humano cualificado.

Finalmente, esta evolución solo podrá consolidarse si las normativas acompañan el cambio. Es necesario un marco regulador que incentive la gestión selectiva, la trazabilidad y la valorización de los residuos de construcción y demolición. Y es especial destacarlo esta semana, que es la Semana Europea de Prevención de Residuos. Así, la transición de residuo a recurso no es solo un desafío técnico, sino también social y legislativo. Impulsar políticas coherentes con los objetivos de sostenibilidad y economía circular permitirá que la demolición deje de ser el final de un ciclo para convertirse en el principio de otro.