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El pasado 24 de noviembre dinamicé una charla-taller con el apoyo de Inspiring Partners e invitados de lujo como son Sylvia Calvo, Miquel Vidal de Formació i Treball y Jordi Oliver de Inèdit Innova. El título “Economía Circular y Sostenibilidad para no expertos” fue deliberadamente buscado. Y poner sobre la mesa ejemplos de quienes ya son protagonistas de esta economía también.
Hace unos 20 años que me dedico a la comunicación medioambiental desde distintas perspectivas y ámbitos disciplinares muy diferenciados. Durante todos estos años me ha acompañado una constante preocupación: romper barreras para socializar el conocimiento medioambiental, el conocimiento sobre todo lo que nos proporciona la vida. Y ahora la urgencia de cambiar nuestros hábitos y modelos productivos para afrontar mejor los 4 grandes desafíos que acechan la humanidad entera, en menor o mayor medida según la latitud en que nos movamos que son:
- El cambio climático.
- La pérdida de la biodiversidad.
- Contaminaciones varias en tierras, aguas y aire.
- Drástica disminución de los recursos.
Solo apuntalar estas 4 grandes problemáticas en realidad estoy reproduciendo lo que suelen hacer los grandes medios de comunicación: no estoy hablando de sostenibilidad, sino de un escenario dantesco que nos sitúa en la insostenibilidad que es lo que, efectivamente, estamos labrando y que ya sabemos que comporta y supondrá grandes dificultades en el presente y en el futuro.
De ahí la necesidad de mostrar y socializar esta otra economía – que había regido la norma hasta la revolución industrial- y que, actualmente, se hace hueco más lentamente de lo que querríamos muchos para poder visualizar horizontes en los que el futuro no se visualice como distópico.
No es fácil cuando los informes globales sobre circularidad no precisamente muy optimistas: actualmente solo un 8,6% de las materias primas son circulares. Pero es obvio que tenemos un gran margen de mejora y que conviene dar mucha visibilidad a personas y experiencias ejemplificadoras como las que me acompañaron el 24 de noviembre.
Técnicamente deberíamos hablar de economía en espiral porque cuando reciclamos, por ejemplo, estamos utilizando agua y energía, recursos tan básicos como escasos.
Mi intención es centrarme solo en dar algunos apuntes que me parecen interesantes de lo que compartimos todos los ponentes, de una forma u otra, acerca de la economía circular:
- La economía circular se basa en seguir los procesos de la inteligencia de la naturaleza y que en sus ciclos del agua y la materia generan procesos circulares donde no se generan externalidades (costes ambientales, sociales o económicos que se generan al producir o consumir un bien o servicio y que no se reflejan en su precio de mercado) y se persigue que todo sea reaprovechable en términos sistémicos (desde el inicio de una actividad hasta el final…para volver al inicio de nuevo).
- La economía circular es una economía más compleja que la lineal y por lo tanto requiere más esfuerzos y a veces resulta incómoda implementarla, pero moviliza muchas más personas y valores que nos sostienen tanto económicamente como socialmente.
- La economía circular se basa en buscar alianzas en la que muchos actores que tradicionalmente solo añadían entre sí, ahora suman y se retroalimentan para buscar un bien común.
- La economía circular se basa en verbos como colaborar y compartir, pero en gerundio mejor: colaborando y compartiendo.
- La economía circular tienen formas muy diferenciadas y según cada empresa o proyecto pone el acento en una determinada forma de hacer circularidad, por lo que no existe un modelo circular sino muchos modelos circulares: los que se fijan en los materiales y recursos, los que apuestan por un uso eficiente de la energía, los que no disocian la materialidad de las condiciones laborales en las que trabajan sus empleados o su cadena de proveedores, los que se basan en la reutilización antes de llegar al reciclaje, los que apuestan por la servitización, los que trabajan para reducir al máximo su huella de carbono tanto en su producción como en su logística, los que apuestan por la generación de productos de proximidad para una venta de proximidad, los que trabajan para evitar contaminaciones con su actividad. Y me dejo muchos más.
- Hay una parte de la economía circular muy consciente de la vulnerabilidad en la que estamos viviendo por lo que su actividad intenta incorporar a gente con riesgos de exclusión social o a recuperar oficios o reconvertilos para poder llevar a cabo su actividad. Por esta razón es imprescindible poner las personas en el centro de esta economía más colaborativa e inclusiva.
- La economía circular la conforman todo tipo de empresas e iniciativas, tanto públicas como privadas (muchas de ellas PYMES) y entidades del tercer sector y hace que distintos modelos organizativos se comuniquen entre sí para lograr objetivos comunes, aunque sea en lugares y para públicos diferenciados.
- La economía circular lucha contra grandes inercias del mercado: a veces sus productos y servicios son más caros porque requieren de más organización o mano de obra o de desarrollos tecnologías que requieren una inversión inicial importante y también ocurre que hay normativas que no facilitan su desarrollo.
- En según que casos existen más, pero podemos afirmar que la economía circular tiene, al menos, 5 impactos positivos: el social, el medioambiental, el económico, el comunitario y sobre la salud.
- La economía circular no puede resolverlo todo, tenemos que movilizar también el conocimiento y acciones para preservar nuestro medio ambiente para frenar la pérdida de la biodiversidad y el cambio climático: estamos viviendo ya la 6ª extinción masiva de especies y sin embargo las especies son aliados nuestros para nuestra supervivencia humana. Esta vez causada por los propios humanos.
Quizás ahora que los precios de un coche nuevo y uno de segunda mano se han equilibrado hay quien va percibiendo que los recursos empiezan a escasear. Pero la economía circular debe entenderse más allá de la escasez y de las necesidades inmediatas: necesita socializarse para que se entienda su potencial y los impactos positivos que genera.
La pregunta inevitable que se hace es ¿qué podemos hacer nosotros para contribuir al cambio de una economía lineal a una circular? Como ciudadanos y consumidores tratar de elegir conscientemente aquello que compramos y contratamos y exigir más transparencia y divulgación de los avances en materia de sostenibilidad y economía circular.
Pero también hacernos cargo que el mundo que vivimos no nos proporcionará todo a lo que estamos acostumbrados por lo que también debemos aprender a vivir de una forma más simple. Como dice Satish Kumar en su libro “Simplicidad elegante”
“La simplicidad es un modo consciente de vida. A nivel mental, a nivel de los sentimientos y de las relaciones en todos los niveles debemos preguntarnos ¿cómo puedo hacer más simple mi vida? La simplicidad material no equivale a pobreza. Vivir simplemente no significa que debamos renunciar a una vida confortable. Hay una elegancia innata en reducir las posesiones y potenciar el confort.”
O lo que es lo mismo, co-crear el sentido de la abundancia para no perdernos en la entropía descontrolada de la economía lineal.
Y educación, no sólo entre los más pequeños, pero sobre todo entre la población adulta que es la que toma las decisiones. Esto se puede hacer a través de la formación en las empresas, universidades o de entidades culturales entendiéndolo como información transversal. Y las administraciones debe exigir mucho más a las grandes corporaciones que son las responsables del máximo de emisiones de CO2, de extracción de minerales y de generación de residuos para que lleven a cabo una rápida transición de la economía lineal a una circular.
¿Te atreves a hacer circular el mensaje?