Las depuradoras de la Comunitat Valenciana como fuentes de energía sostenible

En EPSAR hemos convertido la sostenibilidad energética en un principio estratégico fundamental y trabajamos en los últimos años en la implantación de un modelo de gestión circular del agua
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23-12-2022
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Entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), incluidos en la Agenda 2030, se reconoce el uso eficiente de energías asequibles, fiables, no contaminantes y sostenibles como un eje de actuación fundamental para la sociedad civil, sector empresarial y, sobre todo, para los gobiernos e instituciones, que deben poner las bases para que sea posible recorrer esta senda. Este objetivo, que la normativa europea ha transformado en obligación, busca frenar los efectos del cambio climático minimizando la producción de CO2, y otros gases de efecto invernadero y facilitar el acceso a energías libres de combustibles fósiles para toda la población. Así, la Directiva (UE) 2018/2001 de diciembre de 2018 establece, como objetivo vinculante para los países de la Unión, que al menos el 32 % del consumo final de energía sea renovable en 2030.

En esta línea en la Entidad Pública de Saneamiento de Aguas Residuales (EPSAR) de la Comunitat Valenciana hemos convertido la sostenibilidad energética en un principio estratégico fundamental y trabajamos en los últimos años en la implantación de un modelo de gestión circular del agua. Para ello, aprovechamos cada uno de los productos obtenidos en el proceso de depuración y saneamiento del agua, considerándolos, no como residuos, sino como recursos que permiten aumentar la riqueza de nuestro entorno ambiental y económico. De hecho, la Comunitat Valenciana se sitúa a la cabeza de la reutilización del agua regenerada en usos ambientales y agrícolas, que ya supone en torno a un 60% del volumen total tratado. Así mismo, en las depuradoras de la Comunitat se aumenta progresivamente la producción de energía limpia y renovable.

 

La amenaza del cambio climático, sumada a las crisis internacionales, ponen de manifiesto la necesidad de garantizar que los servicios públicos esenciales sean energéticamente independientes.

 

El objetivo que perseguimos con estas actuaciones es reducir el impacto ambiental de la depuración del agua, actividad que demanda una gran cantidad de energía. De hecho, en los últimos años, gracias a la modernización de las plantas, a la inclusión de equipos de bajo consumo, al incremento de la digitalización y de los sistemas de control sobre los procesos y a la producción de energías alternativas en las depuradoras de la Comunitat Valenciana, hemos conseguido frenar la tendencia creciente del consumo de energía comprada a la red, a pesar de haber aumentado el número de las Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales (EDAR) y la calidad de los tratamientos.

Como se refleja en la Memoria de Gestión de la Entidad correspondiente a 2021, el 21,1% de la energía total consumida por las depuradoras de la Comunitat Valenciana (195.588.000 kWh/año) procedía de energías renovables, lo que supuso una disminución del consumo en 3.544 t de petróleo, un ahorro equivalente a la energía eléctrica consumida por 11.716 hogares o por un municipio de 29.288 habitantes durante un año.

En 2021, 18 EDAR disponían de sistemas de cogeneración para el aprovechamiento del biogás producido en el proceso de digestión anaeróbica, que aportaban 39.645.334 kWh al año. Asimismo, se han instalado ininterrumpidamente placas solares en las plantas depuradoras dentro del Programa reSolt (que solo en 2021 permitieron aumentar la producción de energía fotovoltaica en un 252%). El uso de estas energías limpias en las plantas depuradoras ha tenido como consecuencia la disminución de los gases de efecto invernadero, evitando la emisión a la atmósfera de 18.849 t de CO2 en 2021.

Al coste medioambiental del uso de electricidad derivada del petróleo, hay que sumar la incertidumbre que se ha generado en torno a oferta de combustibles en la actual coyuntura geopolítica. A consecuencia del incremento en el precio del gas natural, debido a la guerra en Ucrania, el coste del kWh que consumen las estaciones depuradoras ha aumentado de manera desproporcionada. Esta circunstancia ha obligado a la Entidad de Saneamiento de Aguas de la Comunitat Valenciana a adoptar medidas excepcionales, como es la revisión de la financiación ordinaria de los costes energéticos de la explotación y el mantenimiento de las instalaciones de saneamiento y depuración.

Además, este aumento de los precios de la energía ha obligado a gestores públicos y empresas explotadoras a valorar las energías renovables, no como un gasto, sino como la alternativa más viable para la sostenibilidad económica del sistema público de saneamiento. Con este fin, es necesario invertir en la construcción de estaciones depuradoras que sean también fuentes de producción de recursos, entre los que la energía ocupa un lugar estratégico fundamental en la actual economía global.

Así, en 2023 están previstas varias actuaciones en este sentido, como la nueva EDAR de Sagunt, que incluirá una cogeneración, así como actuaciones de instalación de más de 5.600 m2 de placas solares en 67 plantas, donde destacan las de Torrevieja, Elx-Arenales y Ontinyent.

Del mismo modo, se ha puesto en marcha el proyecto EDARGY+, con el que, mediante el empleo de nuevas tecnologías hasta ahora no aplicadas en el ámbito de la depuración, incrementaremos la capacidad de producción de biogás, y obtendremos otras fuentes energéticas adicionales (biochar), además de distintos productos de valor añadido, como fertilizantes, todo ello a partir de las aguas residuales tratadas en nuestras depuradoras.

La amenaza del cambio climático, sumada a las crisis internacionales, ponen de manifiesto la necesidad de garantizar que los servicios públicos esenciales sean energéticamente independientes de los mercados, obligándonos a reducir los tiempos para adoptar soluciones. Para enfrentar estos retos, tenemos que acelerar la transición de la actual gestión del tratamiento y regeneración del agua, transformando las plantas depuradoras en instalaciones energéticamente autosuficientes, con una baja huella de carbono e integradas en un modelo de economía circular.