Nuevos frentes de innovación en el sector del agua

El reto es sistémico: urge activar los mecanismos regulatorios, económicos y organizativos que permitan que la innovación deje de ser experimental y se convierta en parte estructural del modelo de gestión del agua

Durante años, la innovación en el ámbito del agua y el medio ambiente se ha asociado única y principalmente al desarrollo tecnológico. Tras décadas de proyectos centrados en este enfoque, podemos afirmar que hoy el principal desafío no reside tanto en la falta de soluciones técnicas -que muchas existen y están suficientemente maduras-, sino en cómo crear las condiciones adecuadas para que dichas soluciones se integren en la gestión real del recurso.

El reto es sistémico: activar los mecanismos regulatorios, económicos y organizativos que permitan que la innovación deje de ser experimental y se convierta en parte estructural del modelo de gestión del agua. Activar estos mecanismos implica también innovar, pero esta vez en modelos de negocio, en nuevas cadenas de valor y en flexibilidad regulatoria.

Desde Cetaqua, Centro Tecnológico del Agua de Veolia, trabajamos precisamente en esa frontera: convertir el conocimiento y la tecnología en impacto. Nuestra misión consiste en traducir los desafíos locales del agua en oportunidades tecnológicas globales, demostrando que la sostenibilidad hídrica y la competitividad económica pueden y deben avanzar de la mano.

 

El reto es sistémico: urge activar los mecanismos regulatorios, económicos y organizativos que permitan que la innovación deje de ser experimental y se convierta en parte estructural del modelo de gestión del agua

 

Ahora bien, cambiar un sistema entero es una tarea demasiado ambiciosa como para abordarla de una sola vez. Por eso, la estrategia más efectiva pasa por poner en marcha primeras referencias que funcionen en entornos reales, que generen impacto económico, medioambiental y social a una escala relevante, y que puedan replicarse en otros contextos. En definitiva, el movimiento se demuestra andando: andar siempre es previo a correr, y cada caso de éxito validado en condiciones reales es un paso firme hacia ese cambio sistémico que perseguimos.

En esta tribuna comparto algunos ejemplos de estas primeras referencias: nuevos modelos de actividad concebidos para transformar el sistema desde la práctica, demostrando con hechos que otro modo de gestionar el agua es posible.

 

Nuevas fronteras sectoriales: eficiencia, resiliencia, y descarbonización

La innovación aplicada en el sector del agua y el medio ambiente responde hoy a tres retos clave. El primero es la eficiencia, un objetivo histórico y siempre vigente. En un contexto marcado por nuevas regulaciones europeas que elevan los estándares del sector, aprovechar al máximo las capacidades de los sistemas existentes resulta imprescindible para minimizar el impacto económico asociado a la necesaria actualización de la infraestructura hídrica. Muchos proyectos de digitalización se inscriben en este reto. De hecho, una parte significativa de las iniciativas basadas en inteligencia artificial en el sector está profundamente vinculada a la idea de “hacer lo de siempre, pero con menos recursos”. En otras palabras, la digitalización y la IA en este marco son habilitadoras de nuevas eficiencias, optimizando la gestión y el uso de los activos existentes.

Un ejemplo concreto son los servicios basados en Computer Vision que desde Cetaqua hemos desarrollado, implantado e industrializado junto con Veolia España. Estas soluciones permiten monitorizar en tiempo real procesos y activos críticos en plantas de tratamiento de agua, como la detección automática de espumas, sólidos flotantes o anomalías en reactores biológicos y decantadores. Gracias a estas herramientas, ya operativas en varias instalaciones de Veolia de todo el país, se ha logrado una reducción de hasta el 75% en los tiempos de detección de eventos críticos, además de una disminución significativa en el uso de reactivos y energía. Su industrialización, realizada en colaboración con Veolia, está permitiendo replicar estas soluciones en otras geografías, consolidando un nuevo modelo de control más eficiente, resiliente y automatizado.

 

La innovación aplicada en el sector del agua y el medio ambiente responde hoy a tres retos clave: la eficiencia, la resiliencia y la descarbonización del ciclo del agua

 

Un segundo reto estructural es el de la resiliencia. Entendida en sentido amplio, la resiliencia hace referencia a la capacidad de los sistemas hídricos y ambientales para anticipar, resistir y recuperarse frente a perturbaciones de distinta naturaleza: climáticas, cibernéticas o físicas. No se trata sólo de adaptarse al cambio climático, sino de construir infraestructuras y modelos de gestión capaces de mantener su funcionamiento esencial ante eventos extremos o ataques que comprometan su integridad. La resiliencia y la eficiencia deben avanzar juntas, buscando el equilibrio entre ambas. Ser resiliente implica a veces redundancias o márgenes de seguridad que pueden parecer poco eficientes, pero que son esenciales para garantizar la continuidad del servicio ante diferentes situaciones.

En el ámbito climático, esta resiliencia se traduce en la necesidad de diversificar las fuentes de suministro y reforzar la seguridad hídrica, especialmente frente a escenarios de sequía e inundaciones cada vez más frecuentes e intensos. En la cuenca mediterránea, estos fenómenos se están materializando con especial crudeza, generando graves daños materiales y personales. En este contexto, la reutilización de agua emerge como una pieza clave para garantizar la disponibilidad del recurso a largo plazo, reduciendo la dependencia de fuentes convencionales y aumentando la flexibilidad del sistema ante las nuevas condiciones climáticas.

Desde Cetaqua llevamos más de una década desarrollando proyectos de demostración que han hecho posible habilitar la reutilización prepotable implementada en los últimos años como respuesta a la sequía en el área metropolitana de Barcelona. Gracias a este trabajo continuado de investigación aplicada y validación en condiciones reales, la reutilización de agua ha pasado de ser una posibilidad tecnológica a una alternativa operativa integrada en la gestión del recurso.

El próximo año daremos un paso más con el primer demostrador de reutilización potable directa, tubo a tubo, que se implantará en la EDAR de Gavà-Viladecans en colaboración con Aigües de Barcelona. Este proyecto pionero situará a Cataluña y a España entre las regiones europeas de referencia en reutilización avanzada, abriendo el camino hacia un modelo de abastecimiento más resiliente, circular y preparado para los escenarios de escasez que marcarán el futuro.

 

España tiene el potencial de situarse entre los grandes referentes internacionales en innovación hídrica, pero ese liderazgo aún está por consolidarse

 

El tercer ámbito es el de la descarbonización del ciclo del agua, un reto que va más allá de reducir el consumo energético de las infraestructuras. La transición hacia un modelo neutro en carbono implica también aprovechar el ciclo del agua como palanca para descarbonizar otras cadenas de valor, generando productos y materiales de baja huella que sustituyan a los actualmente empleados en la industria. Este enfoque permite cerrar ciclos de materia y energía, reforzar la fiabilidad de las cadenas de suministro (al producir en local a partir de residuos) y reducir simultáneamente el impacto ambiental y los costes asociados.

Un ejemplo destacado es el demostrador que llevaremos a cabo en Tarragona junto con AITASA, Veolia y Covestro, centrado en la recuperación de cloruro sódico y sales de magnesio a partir de corrientes residuales. Estas sales serán reutilizadas por Covestro como materia prima, configurando un modelo circular, económicamente viable y tecnológicamente escalable que servirá como referencia a nivel industrial en la descarbonización de procesos mediante la valorización de subproductos del ciclo del agua.

 

La innovación necesita un marco habilitador

La innovación necesita un marco habilitador. Para que genere impacto real, es imprescindible un ecosistema que combine impulso público y proactividad privada.

Por un lado, las administraciones deben facilitar entornos flexibles y seguros para la experimentación, promoviendo instrumentos como los sandbox regulatorios y adaptando el marco normativo para acelerar la validación y el escalado de soluciones innovadoras. Además, la I+D aplicada en agua y su adecuada financiación debe priorizarse dentro de la agenda nacional, reconociendo al sector del agua como un sector estratégico para la competitividad sostenida del país. Solo controlando y gestionando el recurso hídrico de forma eficaz podremos mantener el control sobre nuestra economía y asegurar su resiliencia ante los desafíos futuros. Por otro lado, las empresas y los centros tecnológicos deben asumir una actitud más emprendedora, impulsando nuevos servicios, modelos de negocio y alianzas que aprovechen el conocimiento y la tecnología ya disponible.

 

La innovación aplicada en el sector del agua y el medio ambiente responde hoy a tres retos clave: la eficiencia, la resiliencia y la descarbonización del ciclo del agua

 

Innovar desde lo local para impactar globalmente

El valor diferencial de Veolia y Cetaqua reside en su capacidad para transferir conocimiento y soluciones entre territorios, conectando la innovación local con el aprendizaje global. La presencia internacional del grupo permite contrastar tecnologías, comparar modelos de gestión y adaptar soluciones a contextos ambientales, regulatorios y sociales muy diversos. Lo local aporta la realidad, el contexto y la necesidad; lo global aporta la escala, el aprendizaje y la capacidad de transformación.

La innovación no se exporta, se reinterpreta: cada territorio aporta su experiencia, sus retos y su creatividad al conjunto. De este modo, los proyectos desarrollados en España funcionan como laboratorios vivos, donde las soluciones se ponen a prueba en condiciones reales antes de replicarse y escalarse en otros lugares del mundo, con las adaptaciones necesarias. En el mismo sentido, desde España podemos acceder a las soluciones y los modelos implementados en otros países que pueden aportar un valor diferencial, una vez adaptados a la realidad local.

 

Administraciones, operadores y centros tecnológicos deben actuar de manera conjunta y alineada, impulsando una agenda común de innovación que sitúe a España como el observatorio de referencia en agua

 

España y su potencial como referente en innovación en el sector del agua

España tiene el potencial de situarse entre los grandes referentes internacionales en innovación hídrica, pero ese liderazgo aún está por consolidarse. El país reúne las condiciones ideales: una combinación de retos reales (sequías, presión demográfica, exigencias ambientales crecientes) y una base científica, tecnológica y empresarial sólida, capaz de transformar la gestión del agua en un motor de sostenibilidad y competitividad.

El impacto de las iniciativas existentes demuestra que el camino es posible, pero para alcanzar todo su potencial es necesario aumentar la ambición y la coordinación. Administraciones, operadores y centros tecnológicos deben actuar de manera conjunta y alineada, impulsando una agenda común de innovación que sitúe a España como el observatorio de referencia en agua más innovador, resiliente y dinámico de Europa.

Convertir este potencial en realidad depende de mantener el impulso, asumir riesgos y compartir visión, transformando la experiencia acumulada en una ventaja competitiva global al servicio de la sostenibilidad y la seguridad hídrica.