El Centre de Residus del Maresme, uno de los principales generadores de energías renovables en Cataluña

El Centro de Residuos del Maresme, produce cerca de 94.000 megavatios hora de energía eléctrica cada año, de los cuales más de dos terceras partes son distribuidos en la red eléctrica, suministrando electricidad a unas 3
El Centre de Residus del Maresme, uno de los principales generadores de energías renovables en Cataluña
El Centre de Residus del Maresme, uno de los principales generadores de energías renovables en Cataluña
08-03-2021

Más allá de promover a conciencia la regla de las 3 erres: Reducir, Reutilizar y Reciclar, desde el Consorcio de Residuos del Maresme se trabaja para dar una respuesta tangible a las necesidades que se derivan de caminar hacia una sociedad más sostenible. Desde el Consorcio, se gestiona el Centro de Residuos del Maresme, el cual su tarea radica en la recuperación de materiales que puedan volver al ciclo productivo, al tiempo que, al mismo tiempo, tiene un rol muy destacado en cuanto a la producción de energía eléctrica y térmica. Esto último ha llevado al Centro a situarse como uno de los principales generadores de energías renovables en Cataluña y un referente para la diversidad de fuentes con las que genera energía.

Con motivo del Día Mundial de la Eficiencia Energética, es interesante repasar algunos de los datos más relevantes sobre la energía que esta instalación del Maresme produce a partir de sus tres fuentes: la planta de valorización energética, el proceso de tratamiento biológico de digestión anaerobia para la generación de biogás y la cubierta fotovoltaica.

La planta de valorización energética, en marcha desde el año 1994, constituye el estadio final del residuo, el lugar donde termina en caso de no haberse podido reciclar, recuperar o (aún mejor) prevenir. Se trata de un proceso que cumple escrupulosamente con las directrices más estrictas sobre las emisiones reguladas por el RD 815/2013 de la Directiva de emisiones industriales. Desde el Centro, se llegan a producir al año cerca de 94.000 megavatios hora de energía eléctrica, de los cuales más de dos terceras partes son distribuidos en la red eléctrica, suministrando electricidad a unas 30.000 hogares, mientras la parte restante se destina el autoconsumo.

En el Centro de Residuos del Maresme también se produce biogás, un gas combustible que se crea a partir de la biodegradación de la materia orgánica mediante el tratamiento biológico de digestión anaerobia. Este último proceso, que se puso en marcha el año 2013, produjo 600 megavatios hora al año 2020 que se enviaron a la red eléctrica para el consumo externo.

Más allá, el Centro también genera energía solar a partir de una cubierta fotovoltaica con más de 1.700 placas: la instalación de paneles solares más grande de la comarca. Gracias a esta, que funciona desde el año 2012, se logra producir una cantidad importante de energía cada año que es destinada en su totalidad a la red eléctrica para el consumo externo. La cifra de megavatios hora generados a partir de la instalación fotovoltaica durante 2020 fue de 244.

Estas fuentes de energía renovable consiguen que, desde estas instalaciones del Maresme, se contribuya a hacer frente a la crisis de emergencia climática, evitando la utilización de los combustibles fósiles y reduciendo, así, el efecto invernadero.

 

El Tubo Verde, el district heating and cooling de Mataró

Desde el año 2013, el Centro de Residuos del Maresme cede el uso de energía térmica de una parte del vapor que se produce a partir de la combustión del proceso de la planta de valorización energética y del calor generado en los motores de cogeneración del proceso de la digestión anaerobia, el Tubo Verde. Una red subterránea municipal de calor y de frío que abastece a muchos edificios públicos de la ciudad, como el Hospital de Mataró, el TecnoCampus, varios equipamientos deportivos o espacios educativos y formativos, entre otros.

Una aportación que, desde el Centro, se puso en marcha hace ocho años y que, desde entonces, ha incrementado hasta cinco veces la cantidad de energía térmica cedida. Gracias a esta aportación al Tubo Verde, los equipamientos públicos pueden prescindir de los sistemas de climatización basados en los combustibles fósiles, contribuyendo, una vez más, a la reducción de emisiones de CO2 ya la reducción de la huella ecológica.

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