Operación de mantenimiento en la depuradora La Ranilla: un trabajo en condiciones extremas

Una de las mayores problemáticas existentes en la entrada a una EDAR o en una EBAR es poder realizar operaciones de mantenimiento manteniendo el servicio
Operación de mantenimiento en la depuradora La Ranilla: un trabajo en condiciones extremas
Operación de mantenimiento en la depuradora La Ranilla: un trabajo en condiciones extremas
24-07-2019
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La intervención que se ha llevado a cabo en la EDAR Ranilla (Sevilla) ha sido rescatar el caracol de una bomba sumergible, el cual se había quedado en el pedestal de la misma, y, por otro lado, colocar uno de los tubos guías en otra bomba de la cántara, por los cuales la bomba va dirigida verticalmente hasta acoplar con el pedestal inferior. 

Tanto para realizar la recuperación del caracol de la bomba como la colocación del tubo guía,  o bien hay que dejar la cántara vacía, o bien se realiza con nivel de agua. En este último caso, hay que acometer los trabajos con empresas especializadas en trabajos subacuáticos, como ha hecho Aqualia en la EDAR Ranilla. Para favorecer las labores de mantenimiento al buzo, éste pidió mantener un nivel de agua de pozo de entrada lo más alto posible, en este caso 6’20 m. El objetivo es poder entrar en medio acuático lo antes posible, con la finalidad de equilibrar la carga que debe soportar con todo el equipamiento, aproximadamente unos 50kg. De esta forma, una vez en el medio acuático se compensarían las cargas y tendría que soportar un peso inapreciable. 

Los trabajos subacuáticos, en caso de emisarios marinos, son trabajos en los que se pueden realizar las operaciones de mantenimiento con visibilidad media-alta en el medio o bien con medios lumínicos artificiales facilitando los trabajos a realizar. En el caso de EDARs y EBARs, debido a la turbidez existente en el medio acuático, los trabajos se realizan prácticamente con visibilidad nula, operando con dos de los cinco sentidos que posee la persona: el sentido del tacto y el del oído. Gracias a unos intercomunicadores, el buzo recibe instrucciones desde el equipo técnico de apoyo que opera en la superficie.

Para la colocación del tubo guía, el buzo de operaciones tuvo que localizar el pedestal inferior, debido a la sedimentación de residuos depositados, limpiando la zona hasta poder encontrar el alojamiento donde va acoplado el tubo guía. Una vez despejada la zona, personal de mantenimiento le facilitó el tubo guía y, con ayuda de las instrucciones dadas por los técnicos de la superficie a través del sistema de comunicaciones, el buzo lo llevó con éxito hasta su emplazamiento final.

Para la recuperación del caracol, se tenía la duda de si los espárragos de la tornillería de cogida entre el cuerpo de la bomba y el caracol estarían rotos. Este caso es el más desfavorable que podía pasar, porque el espárrago roto estaría dentro de la rosca y habría que buscar el centro de gravedad para que, ayudado con una cadena, pudiéramos recuperar el caracol. La segunda posibilidad era la de que se hubiera aflojado la tornillería, ya sea por vibraciones o bien por un mal apriete de los mismos. En este caso, se tenían preparados unos cáncamos, que el buzo roscaría en el alojamiento del hueco de cogida de los tornillos, y con la utilización de un pulpo de cuatro ramales ayudaría en la elevación del caracol. Esta última situación fue la que se encontraron y, gracias a la pericia del buzo, que localizó los huecos de alojamiento, se roscaron los cáncamos. Posteriormente, se le facilitó el pulpo y llegó a realizarse una operación exitosa sin haber tenido que cesar la actividad en la planta.


Artículo de Rafael Escudero Lara, Jefe de Mantenimiento EDAR Ranilla

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