El agua y su gestión: la complejidad de lo simple
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Algunas de las cuestiones más trascendentales del universo se explican con fórmulas sencillas. La composición de un elemento tan primario como el agua no entraña demasiado misterio: dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno. Una molécula elegantemente simple, aunque con eso le basta para regir nuestra existencia. Ya lo dijo el genio Leonardo da Vinci: “El agua es la fuerza motriz de toda la naturaleza”. Paradójicamente, aunque su composición sea básica, disponer del líquido en condiciones y cantidad óptimas siempre ha entrañado un reto bastante más complejo y desafiante.
Cuando en 1851 se creó Canal de Isabel II, la finalidad era proporcionar agua suficiente a las aproximadamente 200.000 personas que habitaban la ciudad de Madrid a mediados del siglo XIX. Hoy, la labor que acomete la empresa pública desborda ampliamente aquel escenario. En la actualidad, nuestra centenaria compañía presta servicio a casi siete millones de ciudadanos y se ocupa no solo de suministrar una de las mejores aguas del mundo, sino también de sanearla y darle una segunda vida después de haber sido utilizada.
Desde sus comienzos, Canal ha crecido junto a nuestra región y ha ido avanzando con ella hasta convertirse en uno de los agentes más activos de la Comunidad de Madrid. En esta evolución constante, ha debido adaptarse a cambios históricos, a nuevos desarrollos normativos y a infinidad de avances tecnológicos que se han producido a un ritmo vertiginoso.
Los tiempos actuales demandan, y así lo entendemos nosotros, enfoques y estrategias basados en la sostenibilidad.
Este panorama de aclimatación permanente a las nuevas circunstancias plantea desafíos que no pueden obviarse ni posponerse. Gestionar un recurso escaso y a la vez fundamental no puede hacerse de cualquier manera. Los tiempos actuales demandan, y así lo entendemos nosotros, enfoques y estrategias basados en la sostenibilidad.
En los últimos años, como no podía ser de otro modo, la sostenibilidad ha adquirido una relevancia innegable tanto interna como externamente. Tenemos que responder no solo a las exigencias europeas, como la Directiva sobre Información no Financiera y Diversidad (CSRD) y la Taxonomía Europea, sino que también debemos manifestar más activamente nuestro compromiso con la preservación del agua y del medioambiente en su conjunto.
Nuestro objetivo es ser una referencia en materia de desarrollo sostenible entre las empresas públicas nacionales y entre las operadoras de agua a nivel internacional.
Por ello, en enero de 2023, el Consejo de Administración de Canal de Isabel II constituyó la Comisión de Sostenibilidad, un órgano especializado de carácter interno, consultivo e informativo que, en septiembre de ese mismo año, dio forma definitiva a la Política de Sostenibilidad de Canal, aprobada oficialmente en ese momento y cimentada sobre criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ASG). Nuestro objetivo es ser una referencia en materia de desarrollo sostenible entre las empresas públicas nacionales y entre las operadoras de agua a nivel internacional.
En este contexto, y tras un profundo proceso de reflexión estratégica, la ambición por tener un impacto positivo en nuestro entorno nos ha llevado a la creación de nuestro primer Plan de Sostenibilidad, que abarca el periodo 2024-2026. En él plasmamos las principales actuaciones de carácter sostenible que queremos acometer. Y, al mismo tiempo, establecemos indicadores cuantificables que nos permitirán analizar el impacto real de nuestra actividad.
Mantenemos nuestra meta de convertirnos, para el año 2030, en la primera empresa del sector del agua que genere tanta energía limpia como consume.
El Plan de Sostenibilidad de Canal de Isabel II desarrolla 10 principios y 23 puntos de actuación, con indicadores previstos para el cierre de los ejercicios 2024, 2025 y 2026. Estos objetivos, actuaciones e indicadores se vertebran en torno a tres grandes ejes: la protección del planeta, la calidad de vida de las personas y la prosperidad de la región.
Desde el punto de vista ambiental, como responsables del ciclo integral del agua en la Comunidad de Madrid, en nuestra esencia está la protección y conservación de los recursos hídricos de nuestra región. En este sentido, entre nuestras grandes metas destaca la de reducir el consumo total de agua per cápita por debajo de los 200 litros por habitante al día; incluyendo todos los usos, no solo el doméstico.
En la misma línea, mantenemos nuestra meta de convertirnos, para el año 2030, en la primera empresa del sector del agua que genere tanta energía limpia como consume. Para alcanzar este hito, seguiremos potenciando la producción de energía renovable de forma sinérgica a la gestión del ciclo integral del agua.
Desde el prisma social, nuestra larga historia al servicio de los madrileños nos conduce hacia una propuesta que pretende mejorar su calidad de vida y, en definitiva, responder a sus expectativas. En este sentido, nuestro Plan de Sostenibilidad busca fomentar las alianzas con otras entidades; reforzar las relaciones con nuestros grupos de interés; contribuir al desarrollo y la cohesión territorial; apoyar otras iniciativas sociales y medioambientales, y abrir al público nuevas instalaciones propiedad de la compañía.
En lo que respecta a la gobernanza del agua, el Plan desarrolla su visión de futuro partiendo de una premisa fundamental: la naturaleza de Canal de Isabel II como sociedad anónima con un accionariado 100 % público hace especialmente relevante la adopción de prácticas de buen gobierno, control interno y transparencia. Y para avanzar todavía más en este terreno, nuestra intención es la de implementar cada año un mayor número de recomendaciones voluntarias de buen gobierno corporativo.
Por otra parte, en aras del desarrollo regional, hemos reservado un pilar de nuestra estrategia a la innovación y los avances tecnológicos. Ya el año pasado destinamos un 6 % de nuestra cifra de negocio a proyectos de innovación y digitalización, como se puede constatar con la implantación masiva de la telelectura de contadores, pero queremos llegar más lejos todavía. Nuestro objetivo es alcanzar, a finales de 2026, los 120 proyectos de I+D+i. Desde 2018 y hasta la fecha, hemos desarrollado más de 90.
Ya el año pasado destinamos un 6 % de nuestra cifra de negocio a proyectos de innovación y digitalización. Nuestro objetivo es alcanzar, a finales de 2026, los 120 proyectos de I+D+i.
Con todo, cuando formas parte de un equipo que tiene el encargo de seguir con una tarea iniciada hace más de 170 años, uno siente la responsabilidad de estar a la altura y no defraudar, ni a los que servimos hoy, ni a los que sirvieron antes que nosotros. Mirar hacia el futuro sin olvidar nuestro pasado refuerza nuestra convicción de que prestamos un servicio básico y que, por tanto, la labor que acometemos debe realizarse con un estándar de máxima exigencia.
Tenemos una responsabilidad para con la sociedad y nuestro entorno que, de algún modo, nos obliga a cuidar el agua con transparencia, eficiencia y de forma plenamente sostenible. No es tarea fácil, pero estoy convencido de que, dentro de unos años, repasaremos los indicadores y logros de este Plan de Sostenibilidad y lo haremos con satisfacción. No tengo dudas porque conozco cómo trabajan los profesionales de nuestra empresa, que con su dedicación y esfuerzo hacen que algo tan complejo resulte aparentemente simple. Como un vaso de agua.