Más de la mitad de los residuos de obras en España acaban en vertedero

Europa exige que los diseños y las técnicas de construcción de edificios apoyen la circularidad, demostrando su capacidad de desmontaje y eficiencia.
21-02-2023

El 54% de los residuos generados en las obras en España se envían al vertedero y entre el 10% y el 15% de los materiales se desperdician durante el proceso de construcción, según el informe Economía circular en la edificación, elaborado por Green Building Council España (GBCe). Ante esta realidad, las políticas europeas están empujando hacia un cambio de modelo en el sector, desde la linealidad hasta la circularidad en todo el ciclo de vida, que permita la total valorización de los Residuos de Construcción y Demolición (RCD).  

De este modo, los Fondos Next Generation exigen que un 70% —en peso— de los RCD generados en las rehabilitaciones que financian se tengan que preparar para la reutilización, el reciclaje u otras formas de valorización de materiales.

 

“Hace falta fomentar soluciones que permitan reutilizar los recursos sin pérdidas en su valor”, afirma Bruno Sauer, director general de GBCe.

 

Así, los edificios y sus partes deben tener la capacidad de alterarse y modificarse a lo largo de su vida útil para que puedan adaptarse a nuevos usos, lo que implica grandes beneficios medioambientales —al extender su vida útil lo máximo posible— y económicos —al reducir los costes del ciclo de vida—. 

Por ello, demandan que los diseños y las técnicas de construcción de los edificios apoyen su circularidad, demostrando su capacidad de desmontaje y eficiencia en el uso de recursos —adaptables, flexibles y desmontables— que permita su reutilización y reciclaje. 

Los edificios deben concebirse como bancos de materiales, como almacenes de materias primas para el futuro, por lo que sus diseños deben facilitar su desmontaje, su recuperación y el reciclado, explica Sauer. Para ello, hacen falta sistemas de evaluación y herramientas de información que incentiven estas prácticas y que conecten las decisiones adoptadas en la fase de diseño y en la del final de la vida útil.

 

“El pasaporte de los materiales de un edificio facilita la elección de elementos y componentes que puedan desmantelarse y maximiza la opción de su reutilización”, resalta Alfons Ventura, experto del Área Técnica de GBCe en el proyecto VALREC.

 

Esta circularidad de los materiales y los componentes de los edificios permite su reutilización y la elaboración de nuevos productos de la construcción —a través de su reciclado—, lo que reduce los impactos del ciclo de vida y el consumo de recursos naturales por parte del sector.

 

Demoliciones basadas en BIM

“El sector de la construcción debe evolucionar hacia la separación de los residuos de construcción y demolición, facilitando su gestión y valorización, para cumplir con el marco legal, para mejorar su impacto medioambiental y para responder a su propia responsabilidad social”, destaca Juan Diego Berjón, jefe de servicio de tratamiento de residuos de SURGE AMBIENTAL (Grupo Sacyr) y coordinador del proyecto VALREC. 

En este marco se encuadra la herramienta de planificación de demoliciones basada en Building Information Modeling (BIM), desarrollada por el consorcio VALREC, que ayuda a las empresas del sector a mejorar la recuperación de materiales y la gestión y valorización de los residuos resultantes de las deconstrucciones y permite conocer los materiales resultantes de la demolición selectiva de una edificación, lo que proporciona información muy relevante para el estudio de alternativas de gestión o valorización

En el proyecto se utiliza un software (BIM-SD), específico para demolición selectiva, conectada con la plataforma de gestión de RCD SITRANS desarrollada en paralelo. “BIM-SD es una herramienta de software que ayuda al técnico en el estudio previo a un proyecto de demolición selectiva”, especifica Moreno. El objetivo de la herramienta es facilitar la recopilación y gestión de información sobre los elementos y materiales existentes en el edificio a demoler, lo que permite orientar en la toma de decisiones sobre la secuencia óptima de demolición y gestión de los posteriores flujos de residuos.

 

“Este instrumento agilizará los cálculos que se llevan a cabo de forma manual en las actuales auditorias, lo que permitirá mayor precisión, trazabilidad de los materiales y agilidad en el estudio de alternativas”, destaca Berjón.

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