Profesionalización y digitalización, claves en la gestión gallega del ciclo integral del agua
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Galicia es una comunidad tradicionalmente asociada con la abundancia de agua y la riqueza de sus ecosistemas asociados a este magnífico recurso. Un elemento que es vital: el agua es sinónimo de naturaleza, de biodiversidad y de cuidado del medio ambiente, pero también de salud, de actividad y de riqueza.
Galicia y el agua siempre han ido de la mano y siempre lo harán. En la actualidad, su gestión se enfrenta hoy a grandes retos. Cuestiones como las variaciones derivadas del cambio climático y la cada vez más recurrente aparición de fenómenos extremos, así como también el aumento de las necesidades hídricas, son realidades a las que los responsables públicos debemos enfrentarnos para, en la medida de lo posible, darles la vuelta y convertirlas así en oportunidades.
En la actualidad, la gestión del agua se enfrenta a grandes retos, realidades a las que los responsables públicos debemos enfrentarnos para, en la medida de lo posible, darles la vuelta y convertirlas así en oportunidades.
Ante el complejo futuro que se atisba en este ámbito, la Xunta de Galicia lleva trabajando años para estar preparada. Un trabajo que ha estado marcado por esa conciencia de que el agua es un pilar básico del crecimiento y del bienestar de la sociedad, así como un bien cada vez más preciado y escaso, por lo que hay que hacer un uso eficiente de él. Prueba manifiesta de ello es que, en 2022, la Xunta se anticipó a esta necesidad de optimización con la aprobación de la Ley de mejora de la gestión del ciclo integral del agua, consolidando el camino iniciado hacia la excelencia y donde la coordinación y la profesionalización son la base.
Esta normativa autonómica tiene entre sus objetivos facilitar y optimizar la gestión del agua durante todo su ciclo, en un escenario singular como el gallego, con algunos grandes núcleos de población, pero, también, con otros muchos muy dispersos que hacen compleja una óptima administración del agua en la Comunidad. No podemos olvidar que Galicia es un territorio con 313 municipios y concentra alrededor de la mitad de los núcleos de España. Esto hace que la gestión de los recursos hidráulicos y la implantación y desarrollo de las redes de abastecimiento y saneamiento necesiten de esfuerzos adicionales. Y si, además de las aguas continentales, hablamos de que la costa y las rías gallegas suponen más de 1.700 km, el reto se magnifica.
La aprobación de la Ley de mejora de la gestión del ciclo integral del agua consolida el camino iniciado hacia la excelencia y donde la coordinación y la profesionalización son la base.
En este contexto y desde el punto de vista de la gestión integrada, la situación se hace, si cabe, más compleja todavía, teniendo en cuenta que hay múltiples administraciones actuando sobre el agua y sus ecosistemas. Es por ello que se hace fundamental una apuesta decidida por la colaboración institucional y por aprovechar las sinergias disponibles, logrando, de este modo, un mejor rendimiento en el uso que se hace de los recursos públicos. De hecho, en esa línea de trabajo está centrado el Ejecutivo gallego, con un despliegue de líneas de cooperación multinivel, desde los ayuntamientos a las comunidades de usuarios particulares, con la finalidad inexcusable de mejorar los sistemas de gestión y control de todas las instalaciones relacionadas con el ciclo del agua.
Precisamente, poniendo el foco en ese objetivo primordial, es importante sacar provecho de los recursos y de las herramientas que tenemos a nuestra disposición y que, al mismo tiempo, suponen un gran desafío por lo que implica su puesta en marcha. El gran recurso primario son las personas, los profesionales involucrados en tareas de gestión y desarrollo del sector del agua. Por ello, somos conscientes de que son necesarios muchos más y que su formación específica y su profesionalización son la base de le eficiencia. La gran herramienta es la digitalización de todos los procesos relacionados con la administración de los recursos hídricos; y el conocimiento de los datos primarios, su estudio y su análisis nos proporciona capacidades de las que no podemos prescindir.
Y es que disponer de profesionales convenientemente formados y conocedores de lo que conlleva en un territorio como el gallego el ciclo integral del agua es vital para poder adoptar las mejores decisiones y hacer un uso eficiente de los fondos destinados a mejorar las infraestructuras hidráulicas. Por eso, en la Xunta nos hemos fijado como un objetivo prioritario proporcionar las herramientas para alcanzar, en el menor tiempo posible, el tener cada vez técnicos con mayor cualificación y conocedores de las últimas innovaciones, desde la formación a las comunidades de usuarios de pequeñas traídas hasta el apoyo a las corporaciones municipales para el conocimiento de sus infraestructuras y de las posibilidades para su gestión. El esfuerzo se está ya materializando a través de diferentes líneas de ayudas y el apoyo en trabajos que contribuirán a mejorar nuestro sistema y en particular a alinear los esfuerzos técnicos con las estrategias de futuro.
Solo con personal con conocimientos más profundos sobre el ciclo de agua podremos poner en marcha y aprovechar las posibilidades de la digitalización.
Solo con personal con conocimientos más profundos sobre el ciclo de agua podremos poner en marcha y aprovechar las posibilidades de la digitalización. Es así como podremos tener a nuestra disposición los mejores sistemas de seguimiento y control del estado de todos los elementos relacionados con el agua: desde el origen -como los ríos, fuentes o manantiales- hasta las infraestructuras para su gestión y administración, como son las redes de abastecimiento o saneamiento, los embalses, las depuradoras o las estaciones de bombeo, entre otras instalaciones.
Por eso, como complemento básico y herramienta fundamental en la consecución de ese objetivo de excelencia en la gestión, aparece la digitalización. La obtención en tiempo real de datos para hacer frente a las consecuencias, bien de fenómenos extremos o simplemente a los desajustes del modelo tradicional, ocasionados por el cambio climático, solo se podrá acometer con eficiencia y con el apoyo de las nuevas tecnologías de la información.
Las últimas tecnologías contribuirán a avanzar en un modelo eficiente en la gestión de los volúmenes de agua y en su calidad, luchando contra la irreal percepción de que este recurso es casi ilimitado, muy especialmente en un territorio como el gallego que tradicionalmente se ha caracterizado por su abundancia.
La gran herramienta es la digitalización de todos los procesos relacionados con la administración de los recursos hídricos; y el conocimiento de los datos primarios, su estudio y su análisis nos proporciona capacidades de las que no podemos prescindir.
Por todo lo que he comentado, Galicia -y Aguas de Galicia como principal organismo de cuenca, pero sobre todo como administración hidráulica y responsable de las directrices en la materia de toda la Comunidad- está inmersa de lleno en el aprovechamiento y optimización de los fondos europeos disponibles para digitalizar el ciclo integral del agua y mejorar su gestión. El fin último es que haya un control completo de la cadena del agua y que por el camino se pierdan los menos recursos posibles porque, como suele decirse, el agua es vida y cada gota cuenta, por ambicioso y difícil de cumplir que pueda parecer este objetivo.
Con estos dos grandes retos conseguidos y sumados a la ley gallega del agua, estaremos en disposición de realizar una planificación hidráulica más eficiente que la actual. De hecho, el nuevo ciclo hidrológico 2027-2033 se presenta como una magnífica oportunidad para adaptarnos a una realidad cada vez más compleja y en la que debemos dar respuesta a los desafíos que plantea para la sociedad a nivel global.
En ese sentido, Galicia cuenta con unos cimientos sólidos y parte de una posición privilegiada -con abundante recurso hídrico y un unos parámetros de calidad superiores a las medias estatales- lo que nos permitirá, de la mano de las nuevas herramientas planteadas, ser referentes y ocupar una posición privilegiada con la que enfrentarnos a la obligación de una mayor eficiencia y mejor aprovechamiento del agua. De hecho, todos nuestros esfuerzos están encaminados a que este recurso siga siendo generador de vida, de actividad y sello de identidad de nuestra autonomía.
Al mismo tiempo avanzamos en la estrategia de la Administración gallega a favor de una Galicia más verde y azul, en la que el agua es una pieza fundamental. La comunidad no se entiende sin la riqueza que le aportan sus recursos hídricos y la Xunta no parará en su empeño por cuidarlos, preservarlos y optimizar su utilización para garantizar el mejor futuro posible para nuestra autonomía, su territorio y sus personas. El agua es el medio. Somos y seremos agua.