Binomio agua e industria: el camino hacia la sostenibilidad y la economía circular

Contexto, retos, tecnologías y casos de éxito en distintos sectores industriales en España
Autor/es
Patricia Ruiz Guevara
Publicado en
11-09-2025

Para la industria en España, avanzar hacia un modelo de gestión eficiente del agua no es solo una cuestión de responsabilidad ambiental y de exigencia regulatoria, también una necesidad imperiosa ante el creciente contexto de escasez hídrica. aunque los distintos sectores - alimentación, bebidas, cosmética, automoción, acuicultura - se enfrentan a retos, como la inversión económica, también se están adoptando soluciones tecnológicas y colaborativas para reutilizar, regenerar y valorizar el agua en sus procesos.

La escasez de agua ya no es un riesgo futuro, sino una realidad que obliga a cambiar radicalmente la forma en que se gestiona este recurso; la industria no es ajena a ello. En España, uno de los países europeos más expuestos al estrés hídrico, distintos sectores industriales comienzan a apostar por modelos basados en la reutilización, la eficiencia y la economía circular del agua.

Pero no se trata solo de reducir el consumo de agua y de regenerarla: para que realmente la industria sea circular (y, además, de paso paliar el gasto en la inversión tecnológica), el nuevo paradigma hídrico exige transformar residuos en oportunidades, valorizar recursos y obtener energía. Pese a los desafíos y retos, hay iniciativas dentro de distintos sectores que, además de aportar cifras esperanzadoras, pueden inspirar a otras empresas e industrias para trazar su propia hoja de ruta hacia la circularidad.

 

Contexto, legislación y obstáculos

“España ya está inmersa en un cambio estructural respecto al origen del agua para contar con la seguridad hídrica que habilite la continuidad del desarrollo del país. La reutilización, la desalación, la eficiencia y el ahorro de agua son parte fundamental de la solución”, considera Joaquín Pérez Novo, director general de Aquambiente (Veolia España). Pérez Novo recuerda que, en ese sentido, el Ministerio ya recoge en el tercer ciclo de planificación hidrológica una necesaria disminución de 1.200 hectómetros cúbicos al año de los recursos asignados en el conjunto de las cuencas hidrográficas españolas: “Debemos pasar de 28.000 hectómetros cúbicos al año a 26.800, y aún así necesitamos eficientar y racionalizar el consumo para convivir con un déficit hídrico estructural que se sitúa en torno a los 2.000 hectómetros cúbicos al año”.

Sin embargo, la reciente normativa europea que regula la reutilización del agua (Real Decreto 1085/2024) puede que, lejos de ayudar, dificulte el proceso, considera Abraham Esteve-Núñez, investigador de IMDEA Agua y cofundador y CTO de METfilter S.L., spinoff del instituto de investigación: “Esta nueva legislación establece calidades específicas para su reutilización según uso, pero es bastante estricta en lo referido a la frecuencia con la que deben ser analizadas. El objetivo es asegurar que nadie reutilice agua que no ha sido adecuadamente tratada. Sin embargo, podría tener un efecto negativo, que desincentive al usuario”.

 

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Para paliar este tipo de situaciones, se está promoviendo dentro del sector alimentario el desarrollo de una normativa específica que “facilite a las empresas regenerar el agua, no tanto en los procesos de producción directa de alimentos, pero sí en todos los procesos paralelos: refrigeración, sistemas que necesiten agua como refrigerante, baldeo y limpieza”, ejemplifica Esteve. “En el sector lácteo se usa muchísima agua para limpiar establos, y espacios destinados a guardar el ganado. Sería ideal poder utilizar agua regenerada, y darle una segunda o una tercera vida al agua”.

 

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o una tercera vida al agua”. Pero para el experto los marcos legislativos no son el principal problema sobre la mesa: el precio del agua es uno de los que más pesan. “El agua es demasiado barata; en algunos países, el coste es el doble o incluso el triple que en nuestro país. Por eso, el agua, como recurso, no tiene suficiente fuerza motriz para que un empresario decida hacer una inversión con el objeto de reutilizarla. Si el agua tuviera un valor más real, tendríamos otro driving force para impulsar su circularidad. Hasta que eso ocurra, las decisiones de reutilización se toman por responsabilidad o conciencia ambiental y no necesariamente por razones económicas”, subraya Esteve-Núñez.

Además, la inversión en procesos para su reutilización tardará en ser rentable y obtener beneficios del ahorro del agua. Por eso, Esteve-Núñez, considera que “otra forma de incentivar es a través de ayudas y subvenciones que reduzcan la inversión inicial; si hubiera más apoyo financiero, más empresas se animarían a dar el paso”.

Otro aliciente importante es recordar que regenerar el agua no se limita solo a limpiarla y reutilizarla; también se pueden extraer de ella productos de valor añadido. “Hay que convertir el proceso de regeneración en una economía circular basada no solo en descontaminar, sino también en extraer o transformar los recursos presentes en el agua. Hay que dejar de hablar del agua contaminada como un problema y convertirla en una fuente de recursos para la empresa. Tiene que entrar en la estrategia de producción como un recurso más”, añade Esteve-Núñez. Con este contexto, “a nivel científico y tecnológico existen los recursos y la capacidad para llevar a cabo la reutilización del agua, las empresas que lo intentan consiguen un éxito inmediato, y esperemos que pronto todas se sumen a este tipo de acciones”, generaliza Esteve-Núñez.

 

Industria alimentaria: Nestlé

“La circularidad del agua en la industria alimentaria ha avanzado considerablemente en los últimos años. En el pasado, la gestión del agua a menudo se consideraba un aspecto secundario en comparación con otros factores de producción. Sin embargo, hoy en día, la circularidad del agua se ha convertido en un tema central para muchas empresas del sector”, asegura Iván Álvarez, especialista en Sostenibilidad de la división de aguas de Nestlé.

Desde la empresa reconocen que, en un mundo donde el acceso al agua se ha vuelto cada vez más crítico, la escasez de agua es un desafío creciente en muchas de las regiones donde opera y el cambio climático es un factor que complica la gestión del agua, “Nestlé enfrenta una serie de retos significativos en su esfuerzo por gestionar este recurso vital de manera eficiente y sostenible: la disponibilidad limitada de agua potable no solo afecta la producción, sino que también plantea serias cuestiones sobre la sostenibilidad a largo plazo de sus operaciones”, explica Álvarez.

 

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La eficiencia operativa es otro aspecto crucial, señala el especialista: “Nestlé se enfrenta al desafío de mejorar el uso del agua en sus procesos de producción, optimizando los consumos. Este esfuerzo tiene como objetivo no solo optimizar consumos sino que también contribuye a la conservación del agua en las comunidades locales”.

Para abordar este contexto, Nestlé ha establecido una serie de medidas en su enfoque en la sostenibilidad hídrica, enumera Álvarez, que también pueden servir de inspiración como puntos clave para otras empresas e industrias:

• Eficiencia en el uso del agua: “Nestlé se ha comprometido a optimizar el consumo de agua en todos sus procesos de producción. Esto implica la adopción de tecnologías avanzadas y la implementación de prácticas de gestión que permiten reducir el desperdicio y maximizar el uso responsable del agua”.

• Protección de los recursos hídricos: “La empresa trabaja activamente para salvaguardar las fuentes de agua en las comunidades donde opera, colaborando con los habitantes locales para promover prácticas que beneficien a todos y que aseguren la conservación de los ecosistemas acuáticos”.

• Reutilización y el reciclaje del agua: “La compañía investiga y desarrolla métodos innovadores para tratar y reutilizar el agua en sus procesos, lo que no solo disminuye la demanda de recursos hídricos frescos, sino que también contribuye a un ciclo más sostenible”.

• Colaboración y alianzas: “Nestlé entiende que abordar los desafíos hídricos requiere un esfuerzo conjunto, por lo que se asocia con gobiernos, ONGs y otras organizaciones para promover soluciones sostenibles y compartir mejores prácticas en la gestión del agua”.

• Innovación y tecnología: “La empresa invierte en investigación y desarrollo para encontrar soluciones que mejoren la eficiencia hídrica y reduzcan el impacto ambiental de sus operaciones”.

Con estos pilares, Álvarez indica que Nestlé ha registrado “un descenso de un 23% en el agua empleada en sus diez fábricas españolas en los últimos cinco años”, lo que implica una reducción de casi “un millón de metros cúbicos de agua entre 2020 y 2024 -equivalente al agua utilizada para llenar 400 piscinas olímpicas”. Los ejemplos concretos se ven en sus fábricas, según datos de la empresa.

La fábrica de chocolates, confitería, cacao soluble, harinas infantiles, leche en polvo y masas y obleas refrigeradas de Nestlé (La Penilla de Cayón, Cantabria), ha registrado una reducción de un 41%; la factoría de Nestlé Purina en Castellbisbal (Barcelona), del 38%; la de leche condensada La Lechera (Pontecesures, Pontevedra), un 27% de descenso; la de café soluble Nescafé y cápsulas de Nescafé Dolce Gusto (Girona), un 22%; y la de platos preparados Litoral en Gijón, un 20%.

Por ejemplo, en el caso concreto de Girona, la compañía ha empezado a reutilizar el agua procedente de los procesos productivos de fabricación de café soluble, entre otros, en los circuitos de las torres de refrigeración, tras su paso por la depuradora de la factoría. “De esta manera, se le da una segunda vida al agua”, explica Álvarez.

Otro caso de éxito concreto es el de la fábrica de salsas de tomate Solís (Miajadas, Cáceres), que cuenta desde hace años con el estándar de la Alliance for Water Stewardship (AWS), y donde se lleva a cabo la iniciativa Solís Responsable, con el que se han logrado ahorros de agua y reducción de fertilizantes. “Este programa se centra en el uso de materias primas locales, cultivadas en un entorno que prioriza la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. A lo largo de los años, se ha conseguido un ahorro acumulado de más de 1,4 millones de metros cúbicos de agua, lo que equivale al consumo diario de más de 10,5 millones de personas, y una reducción media del 7% en el uso de productos para el control de plagas y un 6% en el uso de fertilizantes durante el período de 2013 a 2023”, explica Álvarez.

En todos los casos, Álvarez recuerda que la innovación tecnológica juega un papel crucial en la gestión del agua: “La implementación de nuevas tecnologías para el tratamiento y la reutilización del agua puede ser costosa, pero es un paso necesario”.

 

Industria de bebidas: Damm

Pasamos a poner la lupa concretamente en la industria de bebidas, para la que el agua es un recurso esencial en la producción. Según creen desde la cervecera Damm, el sector también ha avanzado notablemente en la circularidad del agua y ahora hay una mayor conciencia sobre el uso eficiente de este recurso, así como una apuesta decidida por la innovación tecnológica: “Hace unos años, las estrategias estaban más centradas en el ahorro, pero hoy hablamos de un enfoque mucho más integral, que incluye desde el análisis de la huella hídrica hasta proyectos de valorización y reutilización interna del agua en los procesos industriales”, desarrolla Juan Antonio López Abadía, director de optimización de energía y medio ambiente de Damm.

Para hacerlo realidad, en Damm calculan desde 2019 la huella hídrica de todos sus centros de producción, e impulsan proyectos de I+D para reducir la cantidad de agua utilizada por hectolitro de producto. “Hemos implementado sistemas de recirculación y optimización de los procesos de limpieza, lo que nos permite ser más eficientes. En nuestras fábricas de cerveza se ha logrado reducir así el consumo de agua desde 2008 en un volumen equivalente al consumo de 10 días de una ciudad como Valencia”, afirma el director.

 

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También apuestan por infraestructuras con el objetivo de reforzar la sostenibilidad hídrica a largo plazo. Es el caso de su fábrica El Prat de Llobregat, donde han implantado sistemas de recirculación del agua que “han permitido disminuir de forma notable el gasto del agua, incluso con un incremento del 60 % en la producción desde 2009”, indica López Abadía. También desarrollan programas de asesoramiento técnico dirigidos a los agricultores que les abastecen de materia prima, ayudándoles a adoptar prácticas de riego más eficientes y sostenibles.

López Abadía insiste en una estrategia transversal de gestión responsable del agua que realmente apueste por la economía circular, con “una visión integral del uso del agua, aplicando criterios de eficiencia desde el cultivo hasta el producto final”.

La empresa, con sede central en Barcelona y también instalaciones en la Región de Murcia, sabe que la crisis hídrica que afecta a estos territorios ha acelerado estos esfuerzos y “convertido la circularidad del agua en una prioridad para la compañía y todo el sector”, añade López Abadía. Damm establece planes con medidas específicas en cada uno de sus centros productivos, especialmente en aquellos situados en territorios con alta vulnerabilidad hídrica.

En el caso de la fábrica de El Prat de Llobregat, desde 2009 han implementado un conjunto de medidas que les han permitido “reducir en un 34% la ratio de agua consumida por hectolitro de cerveza envasada y un ahorro de un hectómetro cúbico de agua al año, equivalente a 400 piscinas olímpicas”, que les ha posibilitado continuar “prácticamente los niveles de consumo de hace 14 años a pesar de haber incrementado la producción en un 60%”, destaca López Abadía. Entre las iniciativas puestas en marcha destacan la instalación de sistemas de control en tiempo real, la mejora de la captación y tratamiento del agua del acuífero del Delta del Llobregat, la optimización del proceso de ósmosis inversa y el aprovechamiento del agua en diferentes puntos del proceso productivo, enumera.

ductivo, enumera. “Actualmente, reutilizamos cerca de 300.000 metros cúbicos de agua al año, lo que representa el 12% del consumo anual de la fábrica, y devolvemos un 75% del agua utilizada al sistema para su reutilización”, detalla. Así, han obtenido certificaciones como el certificado de verificación de la huella hídrica según la Water Footprint Network y el sello Platinum de EsAgua.

Continuando por la costa mediterránea, más al sur, también han desarrollado iniciativas en materia de gestión hídrica en la fábrica de Estrella de Levante de la Región de Murcia. “Entre las medidas implementadas en la planta destacan la recirculación de agua en distintos puntos del proceso productivo, la optimización de sistemas de captación y tratamiento mediante ósmosis, y la sustitución de equipos por otros más eficientes que permiten reducir de forma sustancial el consumo”, indica López Abadía. La planta de Murcia dispone de certificación de huella hídrica conforme a la Water Footprint Network y con el sello Platinum de EsAgua desde 2021.

 

Industria cosmética: Natura Bissé

Saltamos a otro sector que también necesita grandes cantidades de agua para sus procesos (como en la preparación y limpieza de equipos), el de la cosmética, y a cómo abordan la búsqueda de una gestión eficiente y responsable del agua desde Natura Bissé, firma española de tratamientos cosméticos. Su compromiso “se traduce en la adopción de un nuevo modelo de gestión basado en los principios de la economía circular, que promueven la reutilización, la optimización de los recursos hídricos y la valorización de las aguas residuales”, señala Pilar López Sampietro, directora industrial de Natura Bissé. Esto les ha permitido, especifica López Sampietro, reducir su consumo “en un 52% de metros cúbicos en los últimos tres años de (2021 a 2024)”.

 

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2021 a 2024)”. La experta considera que, en los últimos años, y gracias también a los avances tecnológicos, “la industria ha experimentado importantes mejoras en la implementación de sistemas de recircularidad del agua, integrando soluciones innovadoras que permiten recuperar, tratar y reutilizar el agua dentro de los propios procesos productivos”. Además, “se impulsa activamente la digitalización del ciclo del agua, incorporando tecnologías de monitorización y control que mejoran la eficiencia y reducen el impacto ambiental en todas las etapas de la producción”, condensa.

Si bajamos al detalle, López Sampietro indica las acciones estratégicas que han implementado para optimizar la gestión del agua en la compañía, agrupadas en cuatro ámbitos: • Nuevas instalaciones eco-concebidas: “Primero, incorporan sistemas integrados para la captación y almacenamiento de aguas pluviales cuya capacidad ha sido ampliada recientemente. Esto nos permite utilizar agua de lluvia para distintos fines, disminuyendo la dependencia del agua potable y reduciendo el impacto hídrico en el entorno. Segundo, cuentan con un diseño optimizado de circuitos cerrados para los procesos de calentamiento y enfriamiento industrial, minimizando el consumo y la pérdida de agua. Tercero, incorporan equipos de última generación con procesos de limpieza optimizados, que requieren menos agua sin comprometer los estándares de calidad”.

• Digitalización mediante sensores que miden y registran el consumo de agua en tiempo real en diferentes áreas: producción, riego y usos sanitarios: “Toda esta información se gestiona desde un sistema SCADA centralizado, que nos permite visualizar datos de consumo y activar alarmas de control ante cualquier desviación, facilitando una respuesta rápida y eficiente”.

• Recircularidad del agua industrial: “Hemos implementado soluciones que permiten reutilizar el agua dentro de nuestros propios procesos, reduciendo significativamente la necesidad de agua nueva. En particular, el agua de rechazo generada por el sistema de ósmosis inversa se aprovecha nuevamente, lo que contribuye a cerrar el ciclo del agua y a disminuir el volumen de agua descartada”.

• Sistema de tratamiento de agua propio: “Disponemos de un sistema interno de tratamiento de agua que nos permite gestionar y optimizar su calidad antes de su vertido. Con ello hemos logrado una reducción significativa de residuos: ha disminuido en un 99% y ha llevado asociada una reducción de emisiones de transporte del 99%”.

Como caso práctico, López Sampietro explica que utilizan un sistema de osmosis inversa para garantizar la calidad óptima del agua requerida en sus operaciones que, sin embargo, genera una cantidad de agua de rechazo que, hasta hace poco, terminaba vertiéndose al alcantarillado, incrementando el consumo total de agua y los impactos asociados a su disposición. Para solucionarlo, han implementado un sistema que permite recircular el agua de rechazo generada en el proceso de osmosis llegando a alcanzar los 600 metros cúbicos. “Ahora, esta agua se reutiliza de manera eficiente en actividades no esenciales, como el riego de áreas verdes y los sanitarios”, indica.

 

Otras industrias: acuicultura, farmacéutica y textil

La necesidad de optimizar el uso del agua en sectores con alto consumo hídrico, como la acuicultura o la agroindustria, también ha impulsado la innovación hacia modelos más sostenibles. “En el ámbito de la acuicultura, todos los que tienen piscifactorías han asumido que, debido al elevado consumo de agua, no se puede estar introduciendo agua limpia constantemente. Tienen claro que deben regenerarla, y mantener a raya a uno de los contaminantes más conflictivos del sector: el amonio”, afirma Esteve-Ñúnez de IMDEA Agua.

Este compromiso con la eficiencia hídrica ha dado lugar a proyectos que van más allá de la mera regeneración. En colaboración con empresas e iniciativas internacionales, desde METfilter S.L. se está promoviendo el uso inteligente del agua enriquecida tras varios ciclos de uso. Un ejemplo de ello es el aprovechamiento de aguas residuales en cultivos de alto valor, como la salicornia, una planta que tiene aplicaciones tanto en la alta cocina (incluida la del reputado “Chef del Mar”, Ángel León) como en la industria farmacéutica, con potencial en tratamientos contra el ictus. “En estos casos no solo se regenera el agua, sino que se aprovecha la naturaleza fertilizante del nitrato”, indica Esteve-Ñúnez.

Otro caso es el cultivo de espirulina, un alga rica en proteínas y muy valorada por la industria alimentaria y cosmética. En colaboración con la empresa italiana Algaria, se ha desarrollado un modelo en el que los nutrientes necesarios para el crecimiento de la espirulina se obtienen directamente del agua regenerada de una empresa vecina. “La empresa de cultivo recibe agua cargada de nutrientes sin necesidad de adquirirlos pagando por ellos. Transportar agua es muy costoso. No tiene sentido moverla grandes distancias, pero dentro de un mismo parque industrial (no necesariamente del mismo sector) sí es viable compartir recursos hídricos regenerados”, resume Esteve-Ñúnez.

 

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Otro ejemplo, en este caso en la industria automovilística, es el de la planta de Horse (filial de motores de combustión Grupo Renault) en Rumanía, donde se ha puesto en marcha un sistema de biofiltros METfilter® para la regeneración de 70 metros cúbicos diarios de agua residual industrial de la planta.

“También hay oportunidades de reutilización en sectores como la hidroponía o el lavado industrial, donde incluso el agua de baja calidad puede encontrar un nuevo uso”, añade Esteve-Ñúnez.

Hay más iniciativas marca España. Por ejemplo, ArcelorMittal y Holcim, industria siderúrgica y cementera, respectivamente, forman parte del hub All4Zero, donde trabajan en la implementación de prácticas sostenibles en la gestión del agua, optimizando su uso en la producción de acero y cemento, y promoviendo la reutilización y reciclaje del recurso hídrico en sus operaciones.

También en la farmacéutica Boehringer Ingelheim, con sede en España en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), se ha logrado reducir su uso de agua en un 16,8%, mediante mejoras en la eficiencia y la reutilización de aguas residuales tratadas desde principios de 2023.

En la industria textil, según un estudio de Evaluación del Ciclo de Vida (LCA) realizado por la Universidad de Valencia y verificado por AITEX y la UNESCO, el uso de algodón reciclado de Recover™ de la empresa Recover™ Textile Systems, permite evitar varias etapas del proceso de fabricación del algodón convencional, como el cultivo, el desmotado y el teñido, lo que genera según indican ahorros en términos de agua, contaminantes, emisiones de CO₂, energía y uso del suelo.

 

Ciudad e industria

Para Pérez Novo, de Veolia España, también hay que poner la mirada en la simbiosis entre industria y ciudad, con casos de éxito en España que confirman “la evolución de las EDARs urbanas hacía ecofactorías, integradas en la ciudad como un elemento clave en la economía circular”.

El experto menciona proyectos de Veolia en estaciones de regeneración de agua (ERA) y en estaciones depuradoras de aguas residuales que representan esta integración, y repercuten en distintas industrias, como agricultura, metalúrgica, textil, celulosa y papel.

La ERA de AITASA, que aporta agua regenerada al Polígono industrial de Tarragona, y la EDAR de Roquetas (JCUAPA), diseñada para aportar agua regenerada de alta calidad a los regantes de la zona del poniente almeriense. También la ERA Ontinyent, que da agua regenerada a la industria textil; la ERA de Arroyo Culebro (Canal de Isabel II), que aporta agua de alta calidad a International Paper en Fuenlabrada, Madrid, y la ERA de Guadalhorce (EMASA), planta de tratamiento terciario y ultrafiltración para la obtención de agua regenerada que posteriormente se utilizará en la Central de Eléctrica del Parque Tecnológico de Campanillas.

Otro ejemplo es el de Atlantic Copper (Huelva) que, “tras desarrollar conjuntamente con empresas del grupo Veolia (Cetaqua) el Proyecto Europeo REDSCOPE, ha impulsado una infraestructura pionera en Europa que permitirá avanzar hacia un vertido cero para reutilizar sus aguas depuradas”, indica Pérez Novo. También participan en casos de estudio en ciudades como Huelva, para utilizar agua regenerada para usos municipales, agrícolas e industriales.

Si hablamos del uso del agua para generación de energía renovable, Pérez Novo reflexiona sobre la huella hídrica de estas fuentes de energía, algo que podría provocar un aumento de las tensiones locales por la competencia del agua. Por ejemplo, “comparando la escasez hídrica y el censo de proyectos de hidrógeno verde en España, la mayoría de proyectos se localizan en zonas de alto estrés hídrico. Esta energía no debe generar presión adicional en el territorio, ni competir con usos fundamentales del agua como son el abastecimiento urbano, la agricultura o la industria”, considera.

la industria”, considera. En conclusión, “es necesario desacoplar la producción de energía renovable del estrés hídrico de las cuencas hidrográficas españolas; la energía renovable debe perseguir la huella hídrica neutra, y ya es posible gracias a la reutilización de aguas y la simbiosis ciudad-industria en las aglomeraciones urbanas y a la desalación de agua de mar en zonas costeras”, afirma Pérez Novo. MIRADA A FUTURO Con este contexto y casos de éxito en los que inspirarse, es momento de mirar a las próximas acciones para avanzar en la circularidad hídrica. López Abadía de Damm recuerda que uno de los principales retos que afrontan es seguir reduciendo el consumo de agua en un contexto de creciente escasez y presión sobre los recursos hídricos, especialmente en zonas mediterráneas. “Para ello, debemos seguir invirtiendo en tecnología y formación, adaptándonos a nuevas normativas y colaborando con nuestros proveedores, administraciones y comunidades locales”, afirma.

“La conciencia y educación sobre la importancia de la conservación del agua son esenciales. Fomentar una cultura de sostenibilidad entre los empleados y las comunidades es un paso vital hacia la gestión responsable de este recurso”, coincide Álvarez de Nestlé, quien también subraya lo fundamental de la colaboración con diversos grupos de interés, como entidades y administraciones locales: “Abordar los desafíos hídricos de manera conjunta puede generar soluciones más efectivas y sostenibles”.

Para López Sampietro de Natura Bissé, el principal reto al que se enfrentan es que “la inversión necesaria en tecnología para recuperar y reutilizar el agua supone un coste elevado en comparación con el ahorro en consumo”. En ese sentido, los procesos de producción y limpieza, propios de la industria cosmética, implican un consumo de agua con una alta carga orgánica, “lo que dificulta y encarece las soluciones de tratamiento que permitan dar una segunda vida a ese recurso”, explica. Por eso indica que a futuro deben apostar por seguir innovando y explorando nuevas soluciones.

Sobre el futuro, “además de avanzar en una tramitación administrativa más sencilla y rápida, uno de los principales puntos de mejora es la capacidad de incluir etapas de tratamiento que permitan la purificación de los efluentes a los estándares de calidad demandados por los clientes industriales, es decir, que no comprometan su equipamiento”, considera Pérez Novo, de Veolia España.

Por otro lado, el experto cree que necesitamos “avanzar en el reto de conectar el mundo urbano al industrial, pues existen otras barreras, además de la económica, que impiden maximizar la implantación del reuso; por ejemplo, la gobernanza y cómo las operadoras de agua se coordinan con los stakeholders, o cómo trabajar para mejorar la percepción pública”.

La simbiosis entre agua e industria está clara: el sector industrial necesita agua en muchos de sus procesos productivos y sectores, pero también es un proveedor de soluciones a distintos niveles, gracias a la tecnología y la innovación, que va dando pasos hacia una gestión más sostenible y circular del recurso. El desafío para los próximos años es seguir implementando estas soluciones y eficientando los procesos en todas las industrias para avanzar hacia la economía circular del agua.


Tecnología e innovación para el agua

A nte el creciente desafío de la escasez hídrica, el uso de distintas tecnologías es crucial para optimizar el uso del agua y avanzar hacia un modelo más sostenible en la industria, coinciden los expertos.

Una de las principales herramientas en esta transición son los sistemas de monitoreo en tiempo real, que permiten a las empresas tener un control preciso sobre su consumo y detectar oportunidades de mejora. “Al contar con datos precisos, es más fácil identificar áreas de mejora y establecer estrategias para reducir el uso de agua, lo que contribuye a una gestión más eficiente”, señala Iván Álvarez, especialista en Sostenibilidad de la división de aguas de Nestlé.

Junto a la medición, las soluciones de tratamiento y reciclaje permiten reutilizar el agua dentro de las propias operaciones industriales. La innovación también alcanza al ámbito agrícola, con prácticas como el riego por goteo o la captación de agua de lluvia, que “está ayudando a optimizar el uso del agua en la producción de alimentos”, indica Álvarez.

Álvarez también subraya la importancia del trabajo conjunto entre empresas, investigadores y desarrolladores: “Este enfoque colaborativo puede resultar en el desarrollo de nuevas tecnologías y prácticas que beneficien a toda la industria”.

Por su parte, Juan Antonio López Abadía, director de optimización de energía y medio ambiente de Damm, considera que en los últimos años “la digitalización de las operaciones ha facilitado una mayor trazabilidad y control en tiempo real, ayudando a detectar puntos de mejora y a implantar soluciones de forma ágil”. En concreto, la incorporación de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial “abre nuevas posibilidades para anticiparse a las necesidades operativas y optimizar los recursos hídricos”. Por eso destaca la importancia de hacer inversiones en I+D y de la integración de sistemas inteligentes.

Desde Veolia España, Joaquín Pérez Novo, director general de Aquambiente, pone el énfasis en el uso de la osmosis inversa en la industria: “Aunque el RD 1620/2007 de reutilización no pide eliminar salinidad, es un requisito de los usuarios finales y hay que adaptarse a ellos. Por tanto, todas las mejoras tecnológicas ligadas a aumentar la recuperación de los sistemas de osmosis inversa o a ‘exprimir’ sus salmueras serán clave”.

También cree que es esencial apoyarse en nuevas tecnologías de tratamiento para eficientar su uso y su recuperación previo al vertido. “Ahí entran las estrategias de ZLD, las tecnologías de concentración y evaporación y los tratamientos de concentrados para ser compatibles con las autorizaciones de vertido”, destaca.

Como desarrollo cada vez más presente en la operación diaria, menciona la digitalización, con los centros operativos Hubgrade de Veolia, “que aportan seguimiento, análisis, y ayuda a la toma de decisión”. De nuevo, aparece la inteligencia artificial: “El uso de algoritmos e IA ya es una realidad que está aumentando sus desarrollos a una velocidad muy elevada”, indica Pérez Novo.

Pilar López Sampietro, directora industrial de Natura Bissé, coincide y subraya la importancia de la tecnología y la innovación para hacer posible la implementación de sus medidas de gestión eficiente del agua, y también de la digitalización, en este caso para la eficiencia energética: “Hemos implementado un sistema de digitalización avanzada de nuestros consumos energéticos, que nos permite recolectar, registrar y analizar datos en tiempo real. Esta información es clave para identificar oportunidades de mejora, especialmente en la eficiencia operativa de los sistemas de climatización de la fábrica y del edificio”. La experta explica que esto les permite actuar de forma proactiva y precisa para reducir consumos, y cerrar el círculo de la sostenibilidad en todos sus procesos.


 

 

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