Biogases en España: cuatro casos que demuestran la viabilidad de un futuro energético renovable y circular

España cuenta con uno de los mayores potenciales de producción de biometano en Europa, pero el despliegue sigue siendo limitado
Autor/es
Luis Bustamante
Publicado en
27-10-2025

En las últimas décadas, el uso del biometano como energía se ha posicionado como una palanca estratégica en Europa para avanzar hacia la descarbonización, la soberanía energética y la economía circular. Su capacidad para transformarse en energía limpia a partir de residuos orgánicos lo convierte en un recurso clave, especialmente en sectores poco electrificables como el transporte pesado o la agroindustria.

 

La UE, bajo el impulso del plan REPowerEU, quiere alcanzar los 35.000 millones de m³ de biometano al año para 2030, lo que equivaldría al 10 % de la demanda total de gas y supondría evitar la emisión de unos 700 millones de toneladas de CO₂

 

En este sentido, la Unión Europea, bajo el impulso del plan REPowerEU, ha establecido una ambiciosa meta de alcanzar los 35.000 millones de m³ de biometano producidos al año para 2030, lo que equivaldría al 10 % de la demanda total de gas y supondría evitar la emisión de unos 700 millones de toneladas de CO₂ equivalente. Sin embargo, esta clara apuesta europea contrasta con la situación de nuestro país, donde la transición al biometano avanza lentamente.

 

Alto potencial, escaso desarrollo

España, con más de 25 millones de hectáreas agrícolas y una alta producción agroganadera, ocupa un lugar destacado como uno de los países con mayor capacidad técnica para producir biometano en Europa. El estudio de Sedigas (2023), realizado junto a PwC y Biovic, estima un potencial de hasta 163 TWh/año, equivalente al 45 % del consumo nacional de gas natural. Esto supondría una cobertura del 100% del consumo doméstico y cerca del 50% del industrial. Asimismo, su incidencia en la economía es notable, puesto que se calcula que el despliegue de este potencial podría generar alrededor de 62 000 empleos directos e indirectos.

Sin embargo, el contraste es notable: a finales de 2024, según datos de la Asociación Española de Biogás (AEBIG), España contaba con 11 plantas de biometano operativas, frente a las 1500 plantas activas que hay en Europa, donde Alemania, Francia y Dinamarca lideran el sector. Este despegue limitado se debe en gran medida a la falta de instrumentos regulatorios claros, incentivos económicos adecuados y procedimientos administrativos simplificados.

A pesar de ello, el interés por parte del sector privado está creciendo. En 2024-2025 se ha producido un notable aumento de inversiones —superando los 3.300 millones de euros solo en España— y una expansión de la capacidad instalada a nivel europeo, según uno de los últimos informes de la Asociación Europea de Biogás (EBA). También han comenzado a multiplicarse las primeras inyecciones certificadas con garantías de origen, y en algunas regiones hay proyectos ambiciosos en marcha que combinan generación de biometano con producción de biofertilizantes.

España debe seguir invirtiendo en la producción de biometano si no quiere quedarse atrás, especialmente si tenemos en cuenta la comparativa con el resto de países de la Unión Europea. No obstante, pese a este escenario, son varios los casos de éxito reales que hay en nuestro país y que deben servir como inspiración y ejemplo para avanzar en el desarrollo de esta energía a corto plazo.

 

Cuatro proyectos que marcan el camino

Los ejemplos de los que hablamos a continuación representan la punta de lanza del desarrollo del biometano en España. Cada uno de ellos demuestra que es posible generar energía renovable, reducir emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir al fortalecimiento de la economía si se emplea la tecnología adecuada, se realiza una planificación eficiente y se aprovechan correctamente los recursos locales.

Además de su función energética, estas plantas son una muestra clara del valor añadido de un modelo circular: la valorización de residuos orgánicos y agroindustriales, la producción de biofertilizantes y la creación de empleo local son beneficios que trascienden la mera generación de energía renovable, convirtiendo al biometano en un recurso estratégico para el futuro sostenible del país.

 

Un futuro viable y sostenible es posible gracias al biometano

España cuenta con un potencial técnico de hasta 163 TWh/año de biometano, repartido entre más de 2.300 localizaciones aptas en todo el territorio, lo que permitiría desplegar una red diversa de plantas capaz de cubrir gran parte de la demanda de gas nacional. Sin embargo, para aprovechar plenamente esta capacidad, es necesario avanzar en varios frentes. La consolidación de un marco regulatorio claro y coherente, que armonice criterios técnicos sobre permisos, garantías de origen y estándares de calidad del gas, es clave para dar seguridad a los inversores y reducir la incertidumbre administrativa que actualmente ralentiza muchos proyectos.

La inversión tecnológica también resulta determinante. La incorporación de automatización, digitalización de procesos mediante BIM y herramientas de monitorización como WIM, así como mejoras en los sistemas de purificación y upgrading del biogás, permitirá optimizar la eficiencia y reducir los costes operativos por unidad de gas producido. A su vez, la localización estratégica de plantas, especialmente en zonas rurales o con alta concentración agropecuaria, ofrece ventajas claras: minimiza los costes de transporte de residuos y digestatos, facilita la recuperación de nutrientes y genera empleo local, reforzando la economía circular y la aceptación social de estos proyectos.

En cuanto al horizonte temporal, los objetivos marcados por el PNIEC, la Hoja de Ruta del Biogás y el plan REPowerEU establecen metas moderadas para 2030, pero todavía están por debajo del potencial real estimado. Esto significa que existe margen para acelerar el despliegue, combinando eficiencia técnica, incentivos económicos adecuados y estrategias de integración industrial. Por tanto, si se logran alinear correctamente los factores técnicos, económicos, sociales y regulatorios, España podría no solo cumplir con sus compromisos climáticos, sino consolidarse como un referente europeo en producción de biometano, diversificar su matriz energética y fortalecer la industria renovable de manera sostenible y rentable.

 


Planta de Tratamiento de Biogás de Valdemingómez (Madrid)

energía-sostenibilidad-retema.jpg

U bicada en el Parque Tecnológico de Valdemingómez, al sureste de Madrid, esta planta se ha consolidado como una de las más avanzadas en España y Europa en producción de biometano a partir de residuos urbanos. Su operación integra los principios que contempla la economía circular, y permite transformar el biogás generado con la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos en biometano, contribuyendo a la reducción de emisiones y fortaleciendo la seguridad energética de la región.

El proceso comienza en las plantas de biometanización de La Paloma y Las Dehesas, donde se trata la fracción orgánica de los residuos urbanos para producir biogás mediante digestión anaerobia. Este biogás, que contiene aproximadamente un 60% de metano, se transporta a la Planta de Tratamiento de Biogás (PTB), donde se somete a un proceso de purificación que incluye desulfuración, concentración de metano, secado, compresión y odorización, alcanzando una pureza superior al 98% de metano.

Una vez depurado, el biometano se inyecta en la red gasista nacional, cumpliendo con los estándares del protocolo PD-01. Además, en el año 2022, la planta experimentó una ampliación significativa que permitió aumentar la producción de biometano en un 80%, pasando de generar 100 GWh/año de energía térmica a 180 GWh/año, suficiente para abastecer a más de 35.000 hogares o alimentar a 550 autobuses de la EMT (Empresa Municipal de Transportes) durante todo un año, tal y como señalan desde el propio Ayuntamiento de Madrid.

Esta ampliación posiciona a la PTB de Valdemingómez como la cuarta planta de mayor capacidad en Europa. Además de su capacidad técnica, la planta ha sido reconocida internacionalmente por su modelo de economía circular. En 2024, el proyecto fue galardonado en la Feria del Biogás de Birmingham en la categoría ‘Net Zero Circular Solutions’.


 

Planta de producción de biometano de biogás del Depósito Controlado de Can Mata (Els Hostalets de Pierola, Barcelona)

energía-sostenibilidad-retema.jpg

El Depósito Controlado de Can Mata, en Els Hostalets de Pierola (Barcelona), es un referente en España en la valorización del biogás generado en vertederos. Operada por PreZero España desde hace más de 30 años, la instalación inauguró en octubre de 2023 la Planta de Producción de Biometano, que utiliza la tecnología WAGABOX® de Waga Energy para transformar el biogás en biometano de alta calidad, inyectado en la red de Nedgia y destinado a hogares e industrias.

El biogás de Can Mata presenta una composición de aproximadamente 46% metano, 34% CO₂ y 18% nitrógeno, lo que requiere un proceso de depuración avanzado en ocho etapas, incluyendo desulfuración, adsorción PSA/PTSA, separación de CO₂ por membranas y destilación criogénica. El biometano obtenido se acondiciona para cumplir con los estándares de presión, odorización y calidad de la red de distribución de gas. Can Mata ocupa cerca de 95 hectáreas, de las cuales 15 se destinan a las instalaciones de biogás, tratamiento de lixiviados y servicios generales. Con más de 347 pozos de captación y 19 estaciones de regulación, el vertedero genera un caudal medio de 4.000 Nm³/h de biogás, del cual aproximadamente un 51% se transforma en biometano para inyección en la red, otro 25% se utiliza directamente como combustible en industrias cercanas y un 18% se emplea para producir electricidad mediante cogeneración.

En cuanto a la producción anual de biometano, esta asciende a 70 GWh, suficiente para abastecer a 14.000 hogares o 200 autobuses, y permite evitar la emisión de 17.000 toneladas de CO₂ al año al sustituir gas fósil por energía renovable.


Planta de biogás de Alcarrás Bioproductors (Alcarràs, Lleida)

energía-sostenibilidad-retema.jpg

La planta de biogás de Alcarràs, situada en Lleida, es un ejemplo destacado de economía circular en el sector agrícola y ganadero. En este caso, la instalación aprovecha deyecciones ganaderas y purines para generar biogás, que posteriormente se transforma en energía eléctrica y térmica. El digerido resultante del proceso de biodigestión anaerobia se convierte en un fertilizante natural de alta calidad, estable e higienizado, que mejora la fertilidad del suelo y permite reducir la dependencia de fertilizantes minerales.

En cuanto al proceso, se realiza bajo un control estricto de temperatura, oxígeno y humedad, garantizando la estabilidad del biogás y del digerido. El biogás generado se utiliza para producción de energía eléctrica y calor, parte de la cual se autoconsume en la planta y otra se inyecta a la red de distribución. A largo plazo, la planta prevé la producción de biometano, aumentando aún más su aportación a la transición energética y consolidando un modelo de gestión sostenible de residuos ganaderos. Este proyecto ha sido posible gracias a la colaboración de más de 150 familias ganaderas locales, que han invertido directamente en las instalaciones, con apoyo de ayudas públicas del Programa CE Implementa y financiación europea NextGenerationEU.

Por otro lado, al gestionar de manera eficiente 60.000 toneladas anuales de estiércol y purines, se optimiza el uso de las 12.500 hectáreas agrícolas disponibles sin necesidad de expandir tierras adicionales, asegurando la viabilidad de las explotaciones ganaderas locales. Además, la venta de fertilizantes orgánicos y la generación de energía mediante biogás generan ingresos adicionales para los ganaderos, reforzando la competitividad y la sostenibilidad económica del sector.


Planta de Biometano Montes de Toledo (Noez, Toledo)

energía-sostenibilidad-retema.jpg

E n pleno corazón de Castilla-La Mancha, la planta de biometano Montes de Toledo, ubicada en el municipio de Noez, se perfila como un proyecto clave para el desarrollo de los gases renovables en España. Esta instalación tiene como objetivo transformar residuos agroganaderos en energía limpia y fertilizantes orgánicos, contribuyendo así a la economía circular y a la descarbonización del territorio. Con una inversión de 15 millones de euros y una superficie de 12,4 hectáreas, de las cuales cuatro se destinan específicamente a la producción de biometano, la planta trata anualmente cerca de 120.000 toneladas de residuos procedentes de granjas de vacuno, explotaciones porcinas, depuradoras y la industria agroalimentaria. El resultado será doble: por un lado, la generación de 40 GWh de biometano al año, equivalentes al consumo energético de 6.500 hogares; por otro, la producción de 30.000 toneladas de fertilizantes sólidos, que retornarán al campo como abono de calidad. Además, el centro evita la emisión de 7.280 toneladas de CO₂ anuales, al sustituir gas fósil por biometano de origen local. La planta cuenta también con un gasoducto de 700 metros, construido por Nedgia (grupo Naturgy), que permite inyectar el gas renovable directamente a la red nacional, asegurando así su aprovechamiento en hogares e industrias.

Un aspecto diferencial del proyecto es la incorporación de tecnologías punteras en automatización y digitalización. SITRA ha aplicado herramientas pioneras que permiten gestionar de manera más eficiente y segura todas las fases de una instalación de estas dimensiones. Por un lado, la metodología BIM, basada en modelos 3D colaborativos, se ha utilizado para el diseño y la construcción, aportando precisión, coordinación y trazabilidad en cada etapa. Por otro, la herramienta propia WIM dota a la planta de un sistema de control avanzado, que hace posible la monitorización remota en tiempo real y la resolución ágil de incidencias, consolidando así un modelo de operación totalmente automatizado y escalable.

Este proyecto es especialmente significativo en el contexto regional: Castilla-La Mancha concentra el 13% del potencial de biometano de España, suficiente para descarbonizar todo el consumo de gas natural de la comunidad. La planta de Noez se convierte, así, en el primer paso de un futuro en el que podrían construirse hasta 305 instalaciones similares, con una inversión estimada de 5.500 millones de euros y un fuerte impacto en la creación de empleo y en la transición energética.

 

 

Newsletter

La información más relevante en tu correo.

Suscribirme

Último número