Garantizando el agua en España

Seguridad hídrica, regeneración y reutilización: retos, consecuencias, tecnologías y proyectos
Autor/es
Patricia Ruiz Guevara
Publicado en
25-09-2023
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El cambio climático ha propiciado un incremento del estrés hídrico en España, un país con distintas casuísticas y escasez estructural, especialmente delicada en la región del Mediterráneo. Las consecuencias de no disponer de agua tienen impacto medioambiental, social y económico, pero distintos proyectos a lo largo y ancho de España buscan anticiparse a ellos. ¿Cómo? Con agua regenerada, I+D+i y tecnología.


Abrir el grifo de casa y que salga agua es -además de una proeza de la ingeniería a la que nos hemos acostumbrado- algo normal en España. Nos extrañaríamos si sucediera lo contrario. También es normal pensar que disponemos de agua para la agricultura, el riego de jardines, la limpieza urbana, la industria y un sinfín de cosas más. Puede que, en realidad, no pensemos mucho en ello. Pero lo normal se puede trastocar si no se reacciona a tiempo.

Tener acceso a agua es, literalmente, vital. De hecho, garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, fijados en la Agenda 2030. A esto hace referencia el término de seguridad hídrica: a la capacidad de una sociedad para asegurar que hay acceso a agua de calidad para personas e industrias.

Se trata de un concepto muy amplio que abarca distintos aspectos, incide Francisco Cabezas, director de la Fundación Instituto Euromediterráneo del Agua (F-IEA) de la Región de Murcia: “Más allá del concepto de gestión integrada (una aproximación vertical centrada en el ciclo hídrico), es necesario considerar como elementos relacionados con la seguridad hídrica tanto los relativos específicamente al agua y su suministro en cantidad y calidad adecuadas, como a los aspectos relacionados estrechamente con el agua como la energía, la alimentación, la salud y la organización y formación institucional”.

Desde la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) recuerdan que la seguridad hídrica es cada vez más compleja y urgente debido a varios factores: el aumento poblacional en las últimas décadas, la concentración en ciudades, la degradación de la calidad del agua, los cambios del uso del suelo y el creciente impacto de las inundaciones, sequías y otros efectos hidrológicos relacionados con el cambio climático, que juega un papel especialmente delicado en España.

La vulnerabilidad hídrica y sus consecuencias se manifiestan; las opciones para reutilizar y regenerar el agua de la mano de distintas tecnologías y proyectos, también.

 

Seguridad hídrica y cambio climático en España

Tener garantizado o no el acceso a agua está directamente relacionado con la crisis climática. “El cambio climático afecta a los recursos hídricos: aumenta la variabilidad del ciclo del agua (inundaciones, sequías), dificulta la previsión de la disponibilidad de recursos, disminuye la calidad del agua y, sobre todo, agrava aún más su escasez”, recopila Javier Santos, director de Tratamientos de Agua y Economía Circular en Agbar, parte del grupo Veolia.

En concreto, en España el cambio climático pone contra las cuerdas la seguridad hídrica. Según el informe Cambio Climático 2022: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), la región mediterránea es particularmente sensible a los impactos del cambio climático sobre el agua, que además experimenta un problema de agua estructural.

“Tanto la Región de Murcia como parte de la Comunidad Valenciana tienen problemas graves, no tanto de sequía, sino de escasez estructural y coyuntural. Es decir, que con los recursos disponibles difícilmente se puede cubrir todo el conjunto de las demandas, especialmente en los momentos en que se agudiza la crisis por la meteorología o el clima”, explica Joaquín Melgarejo, coordinador de Relaciones Institucionales del Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales (IUACA) de la Universidad de Alicante.

 

"Tanto la Región de Murcia como parte de la Comunidad Valenciana tienen problemas graves, no tanto de sequía, sino de escasez estructural y coyuntural", afirma Joaquín Melgarejo, coordinador de Relaciones Institucionales del Instituto Universitario del Agua y de las Ciencias Ambientales (IUACA) de la Universidad de Alicante.

 

Pero no es solo la zona del Mediterráneo: España entera ha afrontado una primavera de 2023 marcada por la sequía y la península ibérica ha sido estos meses la zona de Europa más afectada por la sequía, según datos del European Drought Observatory (Observatorio Europeo de la Sequía) del Centro Común de Investigación de la Comisión Europea.

“La situación actual en España es muy preocupante. Según estimaciones del Ministerio de Transición Ecológica, el 70% del territorio español está expuesto al riesgo de desertificación”, detalla Raffaella Meffe, directora adjunta de IMDEA Agua. “Somos uno de los países de la Unión Europea más afectados por el cambio climático, con episodios meteorológicos cada vez más frecuentes y extremos. La escasez del agua es un desafío importante para gran parte del país, incluso en aquellas zonas que habitualmente no padecen de falta de agua”, coincide Santos.

Por ejemplo, ha sido el caso de Cataluña, donde este año se han declarado casi 500 municipios en situación de excepcionalidad por sequía y se han establecido restricciones de agua, recuerdan ambos expertos. Melgarejo también menciona la situación de las mesetas, tanto en Castilla y León como en Castilla La Mancha, y de zonas de Andalucía y Extremadura.

 

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Retos y soluciones por delante

Grosso modo, ¿qué soluciones puede implementar un país como España para garantizar la seguridad hídrica ante los retos que se le presentan?

Lluís Sala, jefe del Servicio de Abastecimiento y Regeneración Consorci d’Aigües Costa Brava Girona, recuerda en primer lugar que España es un país con diversidad geoclimática en el que la seguridad hídrica puede mostrar diferentes situaciones. Además, “el transporte de agua es caro, tanto en infraestructuras como en energía para los bombeos”, y por eso cree que más que mirar a soluciones globales de país, es más adecuado “analizar soluciones locales o, como mucho, regionales, que ayuden a una mejora de la gestión de los recursos hídricos”. También influye el tipo de uso del agua: “No es lo mismo garantizar la seguridad hídrica de los regadíos, que utilizan una parte muy importante del agua total, que la de los abastecimientos, que representan una fracción mucho menor”.

Con este escenario, si miramos al agua de buena calidad, Sala reconoce que ya está explotada, utilizada o comprometida, y que ahora toca poner la vista en otras fuentes: “La desalación y del abanico de soluciones que se amparan bajo el apelativo de regeneración”.

 

"Debemos analizar soluciones locales o, como mucho, regionales, que ayuden a una mejora de la gestión de los recursos hídricos", destaca Lluís Sala, jefe del Servicio de Abastecimiento y Regeneración Consorci d’Aigües Costa Brava Girona.

 

Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua, coincide, y cree que las soluciones pasan por “potenciar la reutilización, regeneración y desalación del agua, así como por la modernización de los regadíos y la digitalización del sector”. Todo esto deberá ir de la mano de “políticas diseñadas para realizar una gestión eficiente y sostenible del agua, que le aporte el valor económico que realmente tiene para sus diversos usos”, considera.

A todo esto se añade otro reto: la aceptación social, sostiene Meffe. “La percepción de la ciudadanía hacia la reutilización puede conllevar una baja aceptación, sobre todo cuando está asociada a la producción de alimentos (uso agrícola) o a la producción de agua para consumo humano” y, por lo general, “la falta de información es la causa principal del rechazo social”, considera.

 

Regeneración y reutilización de las aguas, clave

“Frente al gran reto de la escasez hídrica, la solución para garantizar la disponibilidad de agua pasa por la regeneración y reutilización de las aguas residuales”, afirma contundente Javier Santos de Agbar. Esto es algo que en España ya tenemos más o menos aprendido: es el primer país de Europa y el quinto del mundo en el uso de agua regenerada; el porcentaje de agua que se reutiliza actualmente en España se cifra entre el 7% y el 13% del total de agua residual, según datos de la Asociación Española de Desalación y Reutilización (AEDyR).

“Tenemos dos provincias pioneras en toda España por la eficacia y por la eficiencia en el uso sobre todo del agua regenerada: Murcia, donde se reutiliza en torno al 90% de la totalidad del agua de abastecimiento, y la provincia de Alicante, en torno al 70%”, indica Melgarejo. También son las dos comunidades con mejores datos, la Región de Murcia y la Comunidad Valenciana.

 

"Frente al gran reto de la escasez hídrica, la solución para garantizar la disponibilidad de agua pasa por la regeneración y reutilización de las aguas residuales", afirma Javier Santos, director de Tratamientos de Agua y Economía Circular en Agbar.

 

En Agbar (parte del grupo Veolia), también saben de buenas cifras, ya que se encargan de más del 25% de agua residual tratada en España y, en total, el grupo reutiliza 141,85 hectómetros cúbicos de agua al año. “Gracias a la reutilización pasamos de un modelo de economía lineal hacia un modelo de economía circular, retornando el agua depurada y regenerada con una calidad óptima al medio del que se extrajo, o bien destinándola en agricultura, en industria, así como en las propias ciudades”, explica Santos. Este triple uso urbano, agrícola e industrial permite reducir la presión sobre los recursos hídricos en el contexto de sequía y crisis climática.

Además, “la reutilización de agua es clave para garantizar la seguridad hídrica porque proporciona un aporte adicional estable al ser más independiente de las variaciones climáticas que los recursos hídricos convencionales”, matiza Meffe de IMDEA Agua.

Concretamente, el agua regenerada es una de las opciones relevantes para paliar los déficit de recursos hídricos “en aquellas zonas donde otros recursos más convencionales, como los superficiales o subterráneos, ya han sido prácticamente agotados”, especifica Francisco Cabezas.

Y no solo se contribuye al equilibrio hídrico y a cerrar el ciclo integral del agua. “A través del agua regenerada procedente de la depuración de las aguas urbanas, podemos cubrir parte de las necesidades de la agricultura y obtener biogás y otros subproductos de gran utilidad, como fertilizantes, nitratos, fósforo y potasio”, agrega Arana.

La pregunta es, ¿se está haciendo lo suficiente en España, o se podría hacer más? Cabezas sostiene que en España hay fórmulas regionales para su gestión con resultados muy positivos y que los avances tecnológicos se han ido incorporando de forma cada vez más eficiente y a menor coste. “Quizá los elementos donde es necesario un mayor desarrollo no sean los estrictamente tecnológicos, sino los relacionados con la regulación normativa y jurídica de estas aguas”, apunta.

Por su parte, Santos considera que este modelo tiene gran potencial para desarrollarse, pero que requiere de un cambio en las inversiones dedicadas al ámbito de saneamiento: “En estos momentos se está invirtiendo aproximadamente la cuarta parte de las necesidades reales de renovación para cumplir los compromisos europeos sobre depuración de aguas residuales”, dice.

Para Arana también hay margen de crecimiento, y el experto menciona el libro La Economía Circular y el sector del agua en España: análisis jurídico-económico, editado por el Foro de la Economía del Agua y del que Joaquín Melgarejo es coautor. En él se sostiene que las aguas regeneradas cuentan con importantes ventajas ya que son “un recurso estable, más barato que el obtenido a través de la desalinización y con un menor consumo de energía”.

 

"La regulación normativa y jurídica de las aguas regeneradas son las áreas donde es necesario un mayor desarrollo", afirma Francisco Cabezas, director de la Fundación Instituto Euromediterráneo del Agua (F-IEA) de la Región de Murcia.

 

 

Clave, pero insuficiente para garantizar la seguridad hídrica

A medida que uno analiza cómo se puede garantizar la seguridad hídrica, encuentra factores y detecta como principal solución el agua regenerada, emergen más preguntas. ¿Es suficiente con la reutilización de agua regenerada para garantizar la seguridad hídrica? ¿Qué abanico de opciones de agua deberían considerarse? Preguntamos a los expertos, que coinciden.

En general la reutilización de aguas regeneradas no es suficiente para garantizar la seguridad hídrica. Un caso palmario de esta situación es el que proporciona la Región de Murcia y en general toda el área del sureste peninsular donde, pese a los muy importantes esfuerzos realizados en reutilización del agua, alcanzando niveles próximos a los límites técnicos máximos posibles, el problema del suministro hídrico en cantidad y calidad suficiente, y a precios viables, dista aún de estar resuelto”, considera Francisco Cabezas del F-IEA.

Para Raffaella Meffe, la reutilización del agua tiene que “enmarcarse en un plan de gestión de agua estratégico que incluya un uso eficiente de los recursos hídricos, una correcta depuración del agua y una protección adecuada frente a la contaminación”. Para la experta, “otro recurso complementario es el agua desalada”, y recuerda que España es el cuarto país del mundo en cuanto a capacidad de producción de agua desalada, que se destina para abastecimiento, riego y uso industrial.

 

"La reutilización tiene que enmarcarse en un plan de gestión de agua estratégico que incluya un uso eficiente de los recursos hídricos, una correcta depuración y una protección adecuada frente a la contaminación", resalta Raffaella Meffe, directora adjunta de IMDEA Agua.

 

Javier Santos también cree en la importancia de abrir el espectro de soluciones: “Apostamos por una gestión responsable y diversificada del agua con orígenes muy diversos (acuíferos, ríos, desalada, regenerada, etc.). En este ‘mix’, la regeneración y reutilización de las aguas residuales constituye un pilar clave de la estrategia del grupo, pero es cierto que debemos trabajar en un abanico de soluciones adaptadas a las necesidades reales de cada sector”.

Lluís Sala se suma a estas opiniones, pero reivindica la omnipresencia de las aguas reutilizadas: “La reutilización de agua por sí sola seguramente no va a ser suficiente para asegurar el abastecimiento, pero sin ella las cosas serían peores en el futuro, En zonas sujetas a episodios ocasionales de sequía no es posible hacer un planteamiento en el cual no tenga algún papel a jugar, aunque deberá ir acompañada de otras medidas, como el aumento de la eficiencia del uso del agua en cualquier ámbito”.

En esta misma línea, Joaquín Melgarejo cree que hay que ir un paso más allá y colocar sobre la mesa soluciones permanentes que contemplen también otro tipo de aproximaciones. Por ejemplo, una mejor utilización de los recursos superficiales, mejorar los sistemas de riego y fertilización, y la eficiencia de la red de abastecimiento. Como asterisco, apunta, mejorar la regulación hídrica, y subraya que todo debe ser complementario al resto de los recursos: las aguas subterráneas, las aguas superficiales, las aguas regeneradas y las aguas desalinizadas. “Todo es esencial para mantener la seguridad hídrica o intentar corregir el déficit hídrico”, insiste Melgarejo.

 

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Proyectos que pinear en el mapa

Existen muchos ejemplos de éxito sobre la reutilización de agua para tratar de garantizar la seguridad hídrica, tanto a nivel local como regional. Raffaella Meffe menciona el proyecto de la empresa papelera Holmen Paper en Madrid “que, en 2011, fue la primera empresa europea de este sector en utilizar el 100% de agua regenerada a partir del efluente de una estación de depuración de agua residual”.

En Catalunya, la experta señala el problema de “los acuíferos del delta del Llobregat, estratégicos para el suministro de agua en la zona, y que han sido tan intensamente explotados que su integridad se ha visto amenazada por los descensos de los niveles piezométricos y la intrusión salina”. En este caso, el agua regenerada procedente de la EDAR gestionada por Agbar se utiliza para recargar los acuíferos mediante pozos de inyección profunda y balsas de infiltración y para protegerlos de la intrusión salina mediante barreras hidráulicas, explica.

A escala mundial menciona Windhoek, la capital de Namibia, donde se lleva a cabo desde finales de los años 60 la reutilización potable directa para consumo humano. “El país es el líder mundial de esta práctica y lo que ha impulsado este liderazgo ha sido la severa y continuada necesidad de agua en la región. Este año se ha puesto en marcha un segundo proyecto financiado por el Banco Alemán de Desarrollo”, detalla.

En el Consorci d’Aigües Costa Brava Girona, desde finales de los años 80 se han ido desarrollando actuaciones para la producción de agua regenerada, “que se han ido mejorando paulatinamente a través de inversiones en tratamiento y que han aportado la capacidad para cubrir demandas de riego, ambientales y de usos urbanos”, explica Lluís Sala. Para todo ello, la tecnología ha sido esencial, indica el experto. Para ellos, le da “un nuevo sentido al saneamiento, que pasa a ser una actividad que ya no busca deshacerse del agua residual tratada, sino que lo orienta hacia la una mejora de rendimientos a partir de los cuales generar nuevos recursos de agua”. Sala menciona otras referencias de instalaciones a gran escala en distintos lugares del mundo, como el Condado de Orange, en California (EEUU), y Singapur.

Javier Santos de Agbar ejemplifica el proyecto Guardian en la Comunidad Valenciana, una iniciativa destinada a aumentar la resiliencia a incendios, en una zona del Parc Natural del Túria (Valencia) a través del agua regenerada proveniente de la depuradora de Camp de Turia II. “El proyecto adopta una estrategia combinada basada en el uso de agua regenerada para la mitigación y protección contra incendios, proporcionando riego preventivo y patrones de aspersión de agua de extinción programados automáticamente. Es la mayor estructura de este tipo en Europa y la segunda del mundo”, señala.

En la Región de Murcia, Santos destaca el sistema de reutilización de agua de la depuradora Cabezo Beaza, en Cartagena, “enfocado al 100% a uso agrícola, contribuyendo a paliar los efectos de la sequía en una de las principales zonas agrícolas de España”. La planta trata 7.319 metros cúbicos de agua al día, “lo que equivale a abastecer de este preciado recurso a 4.300 hectáreas de cultivo”.

Por último, en Canarias, el experto menciona que el déficit hídrico se acerca al 35% por lo que la gestión del agua es un gran desafío en el archipiélago. “La depuradora de Las Burras, situada en el sur de la isla de Gran Canaria, suministra agua regenerada a tres campos de golf que ocupan una superficie de 2 kilómetros cuadrados, consumiendo en 2022 1.700.000 metros cúbicos de agua regenerada”, detalla Santos.

 

Una partida avanzada que hay que seguir jugando

Los expertos y expertas consultados coinciden en que, por la escasez estructural a la que se enfrentan partes del país, España ya tiene mucho avanzado (hemos visto solo algunos ejemplos de los muchos en marcha) para sortear la escasez del agua y garantizar la seguridad hídrica. Pero “aún tenemos que recorrer un largo camino para conseguir una sostenibilidad del agua a largo plazo y remitir su sobreexplotación”, añade Estanislao Arana. ¿Objetivos ideales? Conseguir una regeneración y circularidad del agua del cien por cien, unido a un aumento en las inversiones para modernizar la red de abastecimiento y alcantarillado y así evitar pérdidas, desea el experto.

 

"Aún tenemos que recorrer un largo camino para conseguir una sostenibilidad del agua a largo plazo y remitir su sobreexplotación", afirma Estanislao Arana, director académico del Foro de la Economía del Agua.

 

Francisco Cabezas considera que “la seguridad hídrica es hoy uno de los desafíos estratégicos a lo que se enfrenta el planeta, tal y como la seguridad climática o la seguridad nuclear”, compara. “La escasez y falta de garantía del suministro de agua hace a las sociedades más vulnerables y las coloca en una posición de extrema fragilidad. Es necesario que se tome conciencia de este problema por parte de las autoridades nacionales, y se le otorgue por los gobiernos y parlamentos una prioridad política de primer orden”, afirma.

También “es necesario implementar con urgencia cambios transformadores para encaminarnos hacia una gestión más sostenible de los recursos hídricos, mediante proyectos responsables con el planeta y que doten de una mayor resiliencia a las ciudades y también a los entornos rurales, y en los que el agua juega un papel fundamental”, apunta por su parte Javier Santos. Para ello, el experto cree se requiere un acuerdo de todos los actores ─estatal, autonómico, local y la propia ciudadanía porque, como concluye, “la seguridad hídrica es esencial y estamos trabajando para poder garantizar la disponibilidad del agua en el futuro”.


 

Tecnología e innovación para la seguridad hídrica

Ante estos escenarios, retos y necesidades, la innovación tecnológica se presenta como una ayuda fundamental. “La tecnología y la digitalización son herramientas que proporcionan beneficios significativos en la gestión de recursos hídricos, como el monitoreo en tiempo real de la calidad del agua, la gestión eficiente de redes de suministro y distribución, la detección temprana de fugas y el análisis de datos para la toma de decisiones, imprescindible en la gestión de nuestra seguridad hídrica”, enumera Alicia Pérez Ballester, directora de Automatización y Optimización de Sistemas y Procesos en plantas de tratamiento de agua en ACCIONA.

Por ejemplo, en ACCIONA se utilizan plataformas que integran datos de consumo, del servicio, demográficos y de comportamiento humano, “lo que nos permite reducir las pérdidas de agua, aprender del sistema y del comportamiento de los consumidores, analizar patrones y controlar los riesgos del servicio”, detalla Pérez.

 

"El papel que la tecnología tiene en la seguridad hídrica es cada vez más importante, ya que nos permite obtener el máximo rendimiento de nuestras infraestructuras hidráulicas y hacerlas cada vez más sostenibles", afirma Alicia Pérez Ballester, directora de Automatización y Optimización de Sistemas y Procesos en plantas de tratamiento de agua de ACCIONA Agua.

 

En ese sentido, también es importante que la población sea parte activa del uso eficiente del agua, y para ello la digitalización a través de aplicaciones móviles y portales en línea es idónea. Se hace también con automatización y digitalización de la gestión del agua en agricultura, para lo que Acciona trabaja con comunidades de regantes.

Por supuesto, se utiliza tecnología en los propios procesos de reutilización de aguas, como la tecnología relacionada con la desalación de agua del mar. “La tendencia apunta a la utilización de cada vez más energía renovable en el proceso, así como a una gestión más ecológica de las salmueras, para lograr una producción de agua dulce más barata, eficiente y sostenible”, indica Arana del Foro de la Economía del Agua.

En general, Pérez Ballester recuerda que la gestión de nuestros recursos hídricos está en proceso de digitalización, ya que en España se incluye el PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) de digitalización del ciclo del agua, que impulsa el uso de nuevas tecnologías de la información en el ciclo integral del agua.

¿De qué tecnologías podemos hablar que, de alguna manera, contribuyan a la seguridad hídrica? De unas cuantas que ya se han hecho un hueco en la industria y se complementan y potencian entre sí.

  • Sensores e internet de las cosas. (IoT, por sus siglas en inglés). “Se utilizan sensores y dispositivos IoT conectados para recopilar datos en tiempo real sobre la calidad del agua, niveles de agua, presión y otros parámetros relevantes. Estos datos se transmiten y se usan para monitorear y controlar los sistemas hídricos, detectar problemas y tomar decisiones informadas”, explica Pérez. Se hace, por ejemplo, en las plantas de tratamiento de agua, donde los sensores se usan para medir la turbidez, el PH o la concentración de productos químicos.
  • Big data. Relacionado con lo anterior, “mediante el uso de sensores y el análisis de los datos se implementa el mantenimiento predictivo en las plantas de tratamiento de agua, se recopilan de distintas fuentes y se analizan de forma global y centralizada”.
  • Inteligencia artificial (IA). “La inteligencia artificial ya se está utilizando en la seguridad hídrica y su potencial es enorme”, asegura la experta. La IA puede manejar grandes volúmenes de datos de sensores y sistemas en tiempo real para analizar patrones, tendencias o anomalías en la calidad del agua, el caudal, los niveles o el consumo energético de las instalaciones, lo que permite una detección temprana de posibles problemas y mejora la toma de decisiones. “En Acciona utilizamos IA para la optimización de algunos de nuestros procesos en las plantas de agua”, indica. En general, permite analizar datos e identificar patrones. Esto permite “predecir la demanda de agua, identificar puntos de alto consumo y desarrollar estrategias para reducir el consumo excesivo de agua”, y también “aplicarse a la creación de modelos y simulaciones para predecir el comportamiento de los sistemas hídricos y evaluar diferentes escenarios, como para alerta temprana ante desastres relacionados con el agua, como sequías o inundaciones”.
  • Gemelos digitales. Entendidos como simuladores de procesos, se están utilizando para optimizar los procesos y ayudar en la toma de decisiones. Por ejemplo, “en plantas de nueva construcción se usan para analizar su comportamiento durante el diseño, probar los sistemas de control y para la formación de los operadores antes de que la planta esté construida”.

En resumen, Pérez afirma que “el papel que la tecnología tiene en la seguridad hídrica es cada vez más importante, ya que nos permite obtener el máximo rendimiento de nuestras infraestructuras hidráulicas y hacerlas cada vez más sostenibles”. Estanislao Arana coincide: “La digitalización en el sector del agua va a resultar fundamental en los próximos años, en la medida en que va a procurar, en todos los ámbitos (urbano, regadío, etc.), un mejor aprovechamiento y un menor consumo del recurso”.

En general, Francisco Cabezas, de la Fundación Instituto Euromediterráneo del Agua, considera que la actividad de I+D+i relacionada con el uso y gestión de los recursos hídricos ha experimentado importantes avances en los últimos años. “Con numerosas instituciones dedicadas a ello tanto desde una perspectiva hidrológica como industrial, económica o ambiental, y a diferentes escalas, se está produciendo una investigación activa que debe dar lugar a avances significativos”, concluye. 

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