Quien tiene un residuo tiene un tesoro

La economía circular va a erigirse como una de las claves para mejorar la competitividad de la industria y para atajar los problemas económicos y ambientales que la producción lineal está generando
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10-10-2022
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Quien tiene un residuo tiene un tesoro’, dirá un famoso refrán cuando la economía circular esté plenamente implantada en nuestro sistema productivo. Y es que las empresas que empiecen ya a entender, medir y gestionar sus residuos de forma adecuada y tomen medidas para eliminarlos, reducirlos o reutilizarlos en sus procesos se abrirán a un nuevo modelo que les generará ahorros extra y nuevas fuentes de ingresos.

 

‘Quien tiene un residuo tiene un tesoro’, dirá un famoso refrán cuando la economía circular esté plenamente implantada en nuestro sistema productivo.

 

La economía circular ya no es solo una demanda de la sociedad o una filosofía de empresa, sino que viene marcada por la nueva ley de residuos y suelos contaminados aprobada el pasado mes de abril y que exige la adaptación de la industria a esta tendencia productiva basada en la economía circular. Esta nueva norma es relevante para el avance en este sentido porque acomete por primera vez el marco regulatorio de los residuos desde un punto de vista integral, ya que incluye también aspectos de carácter económico-tributario con el objetivo de facilitar la consecución de los exigentes objetivos fijados por la Unión Europea para 2025, 2030 y 2035.

La nueva ley introduce restricciones a determinados productos de plástico de un solo uso, la revisión del marco regulador de la responsabilidad ampliada del productor del residuo y medidas más concretas para conseguir una mayor preparación para la reutilización y un reciclado de calidad. Asimismo, incorpora medidas fiscales y dos nuevos impuestos: el impuesto especial sobre los envases de plástico no reutilizables y el impuesto sobre el depósito de residuos en vertederos, la incineración y la coincineración de residuos que entrarán en vigor, previsiblemente, a principios de 2023.

A pesar de que esta normativa va a fomentar el camino hacia un sistema de producción circular, en la práctica es necesaria una mayor implicación política que permita agilizar los trámites en determinadas tramitaciones, por ejemplo, en las de fin de condición de residuo y subproducto las cuales facilitarán a la industria la implantación de este nuevo modelo circular.

Sin dejar de lado el escollo técnico, ya que en este contexto se hace necesario impulsar la innovación con el fin de investigar nuevas tecnologías de reciclado de materiales y ecodiseño que permitan hacer viable técnica y económicamente esta nueva vía de producción para su escalado en la industria. En este sentido, la colaboración empresa-centro tecnológico se alza como una de las vías más fructíferas para conseguir unos resultados que permitan implementar con éxito un proceso productivo circular que abarque desde el ecodiseño, la remanufactura, la reutilización hasta la revalorización de los residuos, pasando por el análisis y selección de tecnologías para su reciclado. De igual modo, la identificación de los impactos ambientales asociados en todas estas fases según el cauce que tome el producto y el residuo final, también se presenta fundamental a lo largo de todo el modelo para ayudar a la toma de decisiones.

 

Los residuos son solo un recurso en el lugar equivocado, por lo que es necesario ponerse manos a la obra para reconducirlos y reubicarlos.

 

El centro tecnológico CIRCE, en el que desarrollo mi actividad profesional, ya está inmerso en diversos proyectos europeos de investigación, liderando algunos de ellos que recogen los flujos de residuos cuya gestión consideramos va a suponer un desafío en el futuro cercano: las baterías, las placas fotovoltaicas, las palas de aerogeneradores y el textil. Entre ellos se encuentra CORALIS, en el que se están estableciendo las vías más rentables para acelerar la simbiosis industrial; POLYNSPIRE, que trabaja en el desarrollo de la tecnología por microondas para valorizar poliamidas; o PLASTICE, en el que se está demostrando la viabilidad de la tecnología de pirólisis asistida por microondas para potenciar la circularidad de residuos plásticos y textiles de forma eficiente.

Es precisamente el textil uno de los sectores con mayor proyección en el ámbito de la economía circular debido a su alto impacto medioambiental por una cadena de suministro larga y compleja y, por tanto, a su potencial margen de mejora. El primer paso para la industria es analizar y determinar las tecnologías idóneas, ya que, normalmente, los textiles suelen ser materiales multimaterial difíciles de valorizar. En este sentido, el reciente PERTE de Economía Circular aprobado por el Gobierno de España constituye una excelente oportunidad para trabajar la colaboración entre empresas y agentes de la innovación y avanzar así en la madurez de las tecnologías de valorización que consigan impulsan el modelo circular en la industria.

En todo este contexto, la economía circular va a erigirse como una de las claves para mejorar la competitividad de la industria y para atajar los problemas económicos y ambientales que la producción lineal está generando y que ya se ha aceptado que no es viable en este escenario cada vez más cercano de cambio y adaptación a un modelo circular. Los residuos son solo un recurso en el lugar equivocado, por lo que es necesario ponerse manos a la obra para reconducirlos y reubicarlos.