Administración, empresa y ciudadanía: un trinomio necesario para transformar la gestión de los residuos municipales
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Consolidado como un espacio técnico de referencia para el diálogo y la colaboración entre administraciones, operadores, expertos y otros actores implicados, el ciclo «Diálogos para el avance en la gestión de los residuos» celebró el pasado 23 de octubre su segunda jornada en el Espacio Caminos del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid. Impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) y RETEMA, la jornada puso el foco en dos de los flujos más relevantes de la política de residuos en España: los residuos municipales y los biorresiduos.

La primera parte de la jornada estuvo dedicada al análisis técnico y normativo de los residuos municipales, con un programa que combinó ponencias institucionales y un panel de debate multisectorial. A lo largo de la sesión se puso el foco en los retos que plantea este flujo en materia de financiación, recogida separada, vigilancia, fiscalidad o participación ciudadana, así como en la necesidad de construir una hoja de ruta compartida para cumplir los objetivos europeos.
El encuentro arrancó con unas palabras de bienvenida de Alberto Casillas, director de RETEMA, quien agradeció la implicación de los participantes, la confianza del MITECO —con mención especial a Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente y Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental—, así como el apoyo de los socios estratégicos de esta iniciativa: Biorig, PreZero y Veolia. Casillas recordó que el objetivo del ciclo es consolidar un espacio de reflexión compartida entre administración, empresas, expertos y sociedad civil, orientado a identificar barreras, compartir experiencias y construir soluciones realistas para avanzar hacia una gestión más circular, eficiente y alineada con los objetivos comunitarios.

“Confiamos en que este espacio contribuya a identificar barreras, compartir experiencias reales y construir propuestas útiles que acerquen la normativa a la práctica cotidiana”. Alberto Casillas, director de RETEMA.
Tras él, tomó la palabra Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, para inaugurar oficialmente el ciclo de Diálogos. Morán subrayó el papel central del ciudadano en la gestión de los residuos municipales. A su juicio, avanzar en este ámbito requiere transparencia y una mejor comunicación sobre los costes y responsabilidades del servicio. “Si no tiene información, va a ser difícil movilizar al ciudadano en una dirección correcta”, advirtió, insistiendo en la necesidad de un lenguaje comprensible que favorezca la implicación de la ciudadanía en un sistema más eficaz y justo.

“El déficit de información y la falta de transparencia con la que el ciudadano accede al conocimiento sobre la gestión de los residuos municipales reflejan el momento en el que nos encontramos. Debemos ser capaces de explicar con claridad de qué estamos hablando, para que la ciudadanía pueda asumirlo, criticarlo o cuestionarlo desde el entendimiento. Si el lenguaje que usamos no es accesible, estamos dejando al ciudadano fuera del diálogo.” Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.

Asimismo, centró buena parte de su intervención en el debate sobre la tasa de residuos, desmontando la idea de que suponga un incremento de la carga fiscal. Defendió que la tasa no es un sobrecoste nuevo, sino una herramienta necesaria para dar visibilidad y coherencia al coste real del servicio, y propuso convertirla en un instrumento que incentive las buenas prácticas ciudadanas. Reclamó responsabilidad a las administraciones locales, pero también a los operadores, para explicar con claridad qué implica esta medida y avanzar hacia un modelo más justo, eficiente y alineado con los objetivos europeos.
Marco legal de los residuos municipales
A continuación, tuvo lugar la primera ponencia de la jornada, a cargo de Margarita Ruiz, subdirectora general de Residuos del MITECO, quien ofreció visión técnica del marco normativo que regula los residuos municipales, destacando su carácter complejo y multidimensional. Explicó que no existe una única norma, sino un conjunto de leyes y decretos que afectan tanto al conjunto como a cada fracción específica de residuo, con especial atención a la Ley de Residuos y Suelos Contaminados de 2022 y al Real Decreto de vertederos. También repasó las competencias municipales, subrayando la obligación de gestionar los residuos domésticos y la posibilidad de asumir la gestión de los comerciales no peligrosos, lo que configura el concepto de “residuos de competencia local”.

Ruiz repasó las obligaciones vinculadas a la recogida separada, que deben estar implantadas antes de enero de 2025, no solo por parte de las entidades locales, sino también de productores y empresas. Alertó sobre los bajos niveles de preparación para la reutilización y el reciclado, que se situaban en el 43 % en 2022 incluyendo materia orgánica, y en un 26 % si se excluye. Recordó que el objetivo legal para 2025 es del 55 %. En cuanto al vertido, aunque el dato global es del 47 %, algunas comunidades cumplen gracias a la incineración, lo que —advirtió— no garantiza un aumento del reciclaje. Insistió en la importancia de mejorar la calidad del residuo recogido y en la necesidad de aplicar modelos más eficientes como el puerta a puerta o los contenedores inteligentes.
La subdirectora general de residuos repasó además los instrumentos económicos previstos por la ley, como la tasa municipal, el impuesto estatal al vertido e incineración y la responsabilidad ampliada del productor. Enfatizó la necesidad de avanzar también en digitalización, sensibilización, prevención y control, tanto desde las administraciones como desde el sector privado. “La situación de la gestión de los residuos municipales en España no es la mejor y tenemos que tratar de cumplir los objetivos fijados por la normativa”, concluyó.
“La prevención debe ser una tarea compartida por administraciones, sectores y ciudadanía para reducir la generación de residuos. Y junto a ella, es imprescindible reforzar el control, la inspección y la sanción, para garantizar el cumplimiento normativo y evitar la competencia desleal entre quienes cumplen y quienes no”. Margarita Ruiz, subdirectora general de Residuos del MITECO.
Diagnóstico y gobernanza del sistema
La primera ronda de intervenciones permitió realizar un diagnóstico compartido sobre la situación actual de los residuos municipales en España, abordando desde distintas perspectivas —institucional, autonómica, local, empresarial y mediática— los principales cuellos de botella que dificultan el cumplimiento de los objetivos europeos y las transformaciones que exige el sistema.

Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental, abrió el debate con una reflexión crítica ante los últimos datos de gestión de residuos, que calificó como “un jarro de agua fría”, y apeló a abordar la situación desde la colaboración y la autocrítica. Planteó tres ejes esenciales para revertir la tendencia: reforzar el papel y la implicación política de las entidades locales, que deben situar la gestión de los residuos entre sus prioridades; mejorar la inspección y el control, incluyendo sanciones cuando sea necesario —“la sanción no es la meta, pero es la clave de la conciencia”—; y cambiar la forma en que se comunica, tanto entre administraciones como hacia la ciudadanía, garantizando información veraz y transparente. Subrayó que la falta de acción tiene consecuencias y defendió la necesidad de avanzar en trazabilidad y datos fiables, porque “sin dato no hay política buena”.

“No queremos basar el sistema en sanciones, pero es innegable que gracias a ellas los comportamientos cambian, las acciones mejoran y los objetivos se vuelven alcanzables.” Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO.
Para ofrecer la visión autonómica, Carmen Jiménez, directora general de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular de la Junta de Andalucía, abordó la complejidad del contexto andaluz en materia de residuos, reconociendo con claridad el déficit de cumplimiento, pero apelando al realismo y al avance progresivo. Subrayó que para avanzar es esencial diagnosticar bien el punto de partida y destacó la necesidad de dotar a los municipios de planificación, infraestructuras y asesoramiento técnico, y defendió que el éxito del modelo pasa por una visión transversal de la economía circular y un cambio cultural que implique a ciudadanía, empresas y administraciones, destacando la importancia del ecodiseño y la prevención: “El mejor residuo es el que no existe”. Defendió que el avance no puede tener color político y que será necesariamente gradual, aunque constante. Por último reclamó una política de control equilibrada, que combine sanción para quienes incumplen de forma sistemática con incentivos para quienes están comprometidos con la mejora.

“Durante demasiado tiempo, la gestión de residuos ha sido la hermana pequeña dentro de las políticas municipales. Si queremos avanzar, debemos situarla como una prioridad transversal, al mismo nivel que el cambio climático, y trabajar desde todas las administraciones, sectores y ciudadanía para asumir que los residuos están aquí y están para quedarse.” Carmen Jiménez, directora general de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular de la Junta de Andalucía.
En el ámbito municipal, Carlos Vázquez, director de Servicios de Limpieza y Gestión de Residuos del Ayuntamiento de Barcelona, defendió con vehemencia el papel del ciudadano y cuestionó el discurso que le responsabiliza en exclusiva del fracaso en la recogida selectiva: “la mochila de no reciclar no se le puede pasar al ciudadano, como estamos haciendo hoy”. Subrayó que la comunicación es necesaria pero insuficiente, y que los avances reales llegan cuando se combinan campañas con medidas concretas: hojas de ruta, planes de acción, incentivos económicos como el pago por generación, y colaboración entre todos los actores del sistema, desde los entes locales hasta SCRAPS y empresas. Llamó a romper inercias, copiar buenas prácticas —“copiar es bueno”— y rendir cuentas con transparencia y urgencia: “no hay tiempo ya”. Reclamó valentía y compromiso al conjunto del sector y apeló a recuperar el espíritu “aventurero y misionero” que ha permitido a algunos municipios alcanzar sus objetivos.

“A menudo cargamos sobre el ciudadano la ‘mochila’ de no reciclar, como si toda la responsabilidad fuera suya. Pero esto no funciona así. Hay municipios que sí están logrando los objetivos, y no es porque tengan ciudadanos más motivados ni campañas más brillantes. Es que han hecho algo más: han actuado.” Carlos Vázquez, director de Servicios de Limpieza y Gestión de Residuos del Ayuntamiento de Barcelona.
Por parte del sector empresarial, Gonzalo Cañete, consejero delegado de PreZero España y Portugal, defendió una visión constructiva y de oportunidad ante el complejo reto que afronta la gestión de residuos municipales. Aunque reconoció la magnitud del desafío, insistió en que “estamos ante un momento de transformación histórico que debemos aprovechar entre todos: administraciones, empresas y ciudadanía”. Según explicó, para alcanzar los objetivos de la normativa europea —elevar el reciclaje al 65 % y reducir el vertido al 10 % en 2035— será necesario incrementar sustancialmente la capacidad de tratamiento del país, lo que implica construir al menos una decena de nuevas incineradoras y entre 15 y 25 plantas de tratamiento mecánico-biológico, además de movilizar entre 6.000 y 7.000 millones de euros en los próximos cinco a diez años. Pero advirtió que, al ritmo actual, “una infraestructura de residuos tarda entre seis y ocho años en entrar en funcionamiento”, por lo que, si no se actúa ya, España llegará tarde. Subrayó la urgencia de una colaboración público-privada real para activar la inversión necesaria, además del refuerzo de la recogida separada, “base de todo el sistema”, y apeló a asumir colectivamente el tamaño real del reto.

“Movilizar los recursos necesarios para transformar el sistema no es una tarea que pueda asumir solo la administración. Requiere una colaboración público-privada real y ambiciosa. Si de verdad queremos avanzar, es imprescindible implicar al sector empresarial como parte activa de la solución.” Gonzalo Cañete, consejero delegado de PreZero España y Portugal,
Finalmente, en el ámbito de la comunicación, Clemente Álvarez, coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de El País, cerró la ronda subrayando la necesidad urgente de mejorar la comunicación en torno a la gestión de residuos, insistiendo en que no hace falta tiempo para empezar a comunicar mejor: “se puede hacer ya”. Desde su experiencia como periodista ambiental, aseguró que lejos de lo que a menudo se cree, los residuos sí interesan a la ciudadanía, pero también denunció que la falta de datos veraces y accesibles dificulta enormemente su labor y mina la confianza ciudadana. En su opinión, para implicar a la ciudadanía, lo primero es ofrecer datos fiables, transparentes y desglosados a nivel local. Denunció la opacidad de muchos ayuntamientos y la falta de estadísticas claras y comparables, afirmando que conseguir información veraz muchas veces es una “odisea” periodística. “Si el ciudadano hace un esfuerzo por separar residuos, pero no recibe información real sobre el impacto de su acción, ¿cómo va a mantener la confianza en el sistema?”, planteó. Frente a esta realidad, reclamó mayor rendición de cuentas y coherencia. Solo así, concluyó, podrá generarse una cultura compartida que refuerce la corresponsabilidad.

“Una de las mejores noticias es que el tema de los residuos sí interesa a la ciudadanía. Sin embargo, seguimos sin saber comunicarlo adecuadamente. Falta transparencia, faltan datos fiables y accesibles, y eso genera una desconexión entre lo que se hace y lo que se percibe. No podemos pedirle al ciudadano que se implique si no le ofrecemos información clara, veraz y útil sobre el impacto real de sus acciones.” Clemente Álvarez, coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de El País
Retos inaplazables para una transición efectiva
La segunda ronda del debate permitió ahondar en las condiciones necesarias para acelerar el cumplimiento de los objetivos europeos en materia de residuos, especialmente de cara a 2025 y 2030. Los ponentes coincidieron en la necesidad de actuar con mayor determinación política, planificación técnica y coordinación institucional, sin olvidar la relevancia de la fiscalidad, la inversión y la implicación ciudadana. También cobró fuerza el debate en torno a la valorización energética, cada vez más presente en los discursos como una vía necesaria para reducir el vertido.

Desde la Administración General del Estado, Gómez Palenque, insistió en la urgencia de actuar con determinación ante el evidente incumplimiento de los objetivos de residuos de 2025, e incluso de los de 2030 y 2035, si no se toman decisiones de forma inmediata. Subrayó que es imprescindible una hoja de ruta compartida a nivel país, con compromisos claros y sostenibles más allá del color político. Reivindicó la necesidad de planificar ya las instalaciones de gestión y tratamiento de residuos que serán imprescindibles para alcanzar el 65 % de reciclaje y reducir el vertido al 10 %, y advirtió que, de no hacerlo, las consecuencias no serán solo ambientales, sino también económicas, en forma de sanciones europeas. Asimismo, apuntó que el ministerio seguirá legislando —incluyendo nuevas obligaciones como sistemas colectivos de responsabilidad ampliada o la implantación del SDDR—, y que debe abrirse un debate fiscal riguroso, incluyendo incentivos al uso de materiales reciclados y una revisión al alza del impuesto al vertido. “¿Podemos? Yo creo que sí. ¿Queremos? Estaría bueno que no quisiéramos. Aquí somos servidores públicos y trabajamos por el interés general”, sentenció, apelando a una implicación conjunta y duradera para que las políticas que se impulsen hoy no se deshagan mañana.

“España necesita una hoja de ruta país para alcanzar los objetivos del 65 % de reciclaje y el 10 % de vertido, y esa planificación debe ser un compromiso compartido que trascienda el color político: venga quien venga, debe continuar lo acordado.” Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO.
Aportando la visión de las autonomías, Carmen Jiménez subrayó las acciones que ya se están desplegando desde el ámbito autonómico para avanzar en la gestión de los residuos. Entre ellas, destacó la inversión en infraestructuras —a través de fondos europeos y subvenciones— para mejorar plantas de tratamiento de biorresiduos y modernizar las 21 plantas de tratamiento mecánico-biológico andaluzas. Afirmó que el cumplimiento de los objetivos de vertido requiere abordar con decisión la planificación de instalaciones de valorización energética, inexistentes aún en la comunidad. Además, incidió en la necesidad de dotar a los ayuntamientos de guías metodológicas claras para priorizar sus necesidades y planificar correctamente, así como en la importancia de reforzar la comunicación y la cooperación entre todos los niveles institucionales y agentes implicados, incluidos los SCRAP, las empresas y la ciudadanía. Defendió también la transparencia y la disponibilidad de datos como base para la toma de decisiones eficaces, reclamando una metodología común y homogénea para todas las comunidades autónomas.
“Reclamamos una metodología común para todas las comunidades autónomas. No puede ser que cada una trabaje con sistemas diferentes y tengamos que reconstruir los datos como un puzzle de fuentes dispersas.” Carmen Jiménez, directora general de Sostenibilidad Ambiental y Economía Circular de la Junta de Andalucía.
Desde la experiencia local, Carlos Vázquez, centró su intervención en la importancia de actuar desde lo local para mejorar los resultados del sistema, con medidas específicas, cercanas y “de grano fino”, como él mismo las definió. Puso en valor el impacto de instrumentos como el impuesto al vertido —y su devolución a los municipios en función del rendimiento—, la fiscalidad diferenciada o las inspecciones sistemáticas sobre actividades económicas generadoras de orgánica, medidas que, aun siendo impopulares, pueden incidir positivamente en el comportamiento ciudadano. Reivindicó la utilidad de la pedagogía directa, del trabajo con gremios y de la presencia continuada de informadores ambientales en la calle. “Tendremos que incomodar al ciudadano, pero si estamos convencidos de que este es el camino, esto acaba funcionando”, afirmó. Cerró su intervención con un mensaje de optimismo: “si otras ciudades lo han conseguido, nosotras también podemos hacerlo”.

“Las medidas eficaces están en el grano fino: en la inspección, en el seguimiento diario, en el trabajo con los gremios, en los informadores ambientales que caminan cada día por nuestras calles. Es ahí donde podemos incidir y cambiar las cosas.” Carlos Vázquez, director de Servicios de Limpieza y Gestión de Residuos del Ayuntamiento de Barcelona.
Por parte del sector privado, Gonzalo Cañete, apeló a una visión integral y colaborativa del sistema de gestión de residuos, basada en la corresponsabilidad entre administraciones y empresas. Defendió la necesidad de una planificación fiscal y estratégica a largo plazo, reclamando previsibilidad sobre la evolución de la tasa de vertido en la próxima década y políticas que incentiven la inversión y la reducción del vertido. A nivel autonómico, subrayó el papel de las comunidades como “tejido de cohesión” que debe facilitar la cooperación entre municipios pequeños para compartir infraestructuras y aprovechar los fondos recaudados en el propio sector. En el ámbito local, insistió en que “la recogida separada es la base de todo”, el punto de partida sobre el que se sostiene el resto del sistema. Finalmente, reivindicó el papel de las empresas como parte activa de la solución: “Tenemos el deber de invertir, de hacer instalaciones de calidad y de sentirnos orgullosos de ellas”, concluyendo que la colaboración público-privada no solo es clave, sino “absolutamente imprescindible”.

“Las empresas tenemos una gran capacidad de inversión y la responsabilidad de movilizarla para avanzar en la gestión de residuos. Somos algunas de las mayores compañías del sector en Europa, y eso nos obliga a liderar con instalaciones de calidad, de las que podamos sentirnos orgullosos. No vale con maximizar el beneficio: si no hacemos las cosas bien, el rechazo social está garantizado.” Gonzalo Cañete, consejero delegado de PreZero España y Portugal.
Como cierre, desde el ámbito de los medios, Clemente Álvarez, subrayó el papel esencial de la comunicación como herramienta para transformar la percepción ciudadana sobre los residuos. Defendió que lo primero es “conseguir que se hable del tema”, tanto desde los medios como desde las administraciones locales, y lamentó que se desaprovechen oportunidades de debate público, como el reciente caso del “tasazo”, para explicar al ciudadano la realidad del sistema de recogida o los impropios. Reivindicó la necesidad de un lenguaje más claro y coherente, capaz de evitar confusiones generadas por mensajes contradictorios o términos técnicos —como “biodegradable” o “sistema de depósito y retorno”— que acaban distorsionando la información. Asimismo, apuntó a los supermercados y la publicidad como espacios clave en la construcción del mensaje ambiental, donde la saturación de envoltorios o etiquetas “sostenibles” transmite al ciudadano la idea de que la sostenibilidad es más estética que real. “Hay que hablar, simplificar, ser coherentes y contar la verdad”, resumió, apelando a la colaboración entre medios, administraciones y empresas para lograr una comunicación más honesta y efectiva.

“Lo primero es lograr que se hable del tema, y que se haga con claridad. Hay que simplificar sin banalizar: el exceso de tecnicismos o los mensajes contradictorios solo generan confusión. La comunicación debe ser comprensible, coherente y construida de forma conjunta entre medios, administraciones y empresas.” Clemente Álvarez, coordinador de la sección de Clima y Medio Ambiente de El País.
Una llamada a la acción conjunta
Tras una intensa y enriquecedora sesión de debate, el encuentro se cerró con una ronda final en la que cada ponente compartió una última idea a modo de reflexión colectiva. Marta Gómez Palenque apeló a la responsabilidad compartida entre administraciones, empresas y ciudadanía, recordando que “el no hacer las cosas o hacerlas mal tiene consecuencias económicas, así que pensemos y reflexionemos en lo que significa no hacerlo o hacerlo mal”. Por su parte, Carmen Jiménez defendió la tenacidad, la mejora continua y el cumplimiento de los objetivos a corto plazo, apostando por el trabajo conjunto y el aprendizaje de quienes ya han recorrido ese camino. Carlos Vázquez insistió en la necesidad de definir una hoja de ruta clara y actuar desde el detalle y la proximidad, porque “no solo con comunicación vamos a llegar a los objetivos”. Gonzalo Cañete reivindicó el potencial del sector en este momento clave, destacando que “tenemos administraciones y empresas de primer nivel, un sector capaz de movilizar inversión, generar empleo de calidad y contribuir a una España más sostenible; pongámoslo en el lugar que se merece”. Por último, Clemente Álvarez aportó una mirada desde la comunicación: “‘Reciclar’ ha sido un caso de éxito por repetición, pero nos hemos pasado de simplificar: ahora hay que ir más allá”.

Como broche final de la jornada, tuvo lugar un diálogo de conclusiones entre Marta Gómez Palenque y Alberto Casillas. La directora general de Calidad y Evaluación Ambiental quiso destacar el avance cualitativo que ha experimentado el debate sobre residuos en los últimos años, celebrando que hoy se hable con mayor apertura, autocrítica y voluntad de solución. Subrayó que es momento de pasar de las hojas de ruta a la acción concreta: identificar qué instalaciones se necesitan, qué presupuesto requiere cada objetivo y quién es el responsable de ejecutarlo. Advirtió que seguir sin actuar puede traducirse en una mayor carga económica para el ciudadano, algo que generaría una reacción social legítima. Con ese espíritu, apeló a la responsabilidad colectiva de administraciones, empresas y ciudadanía para alcanzar los objetivos del 65 % y el 10 %, remarcando que contamos con el conocimiento, los medios y la oportunidad de hacerlo. “Vamos a por ello”, concluyó, animando a convertir este desafío en una virtud país.
“Hace cinco años no hablábamos tan abiertamente de los problemas. Hoy existe una mayor disposición a la autocrítica y a plantear soluciones de forma abierta y compartida. Ese cambio en la forma de dialogar es la mejor señal de que estamos en la senda adecuada.” Marta Gómez Palenque, directora general de Calidad y Evaluación Ambiental del MITECO.

Finalizado el bloque dedicado a residuos municipales, los asistentes pudieron disfrutar de un café en un ambiente distendido y cercano, que favoreció el intercambio de impresiones, el networking y la consolidación de sinergias entre profesionales de distintos ámbitos. A continuación, dio comienzo la sesión centrada en los biorresiduos, que completó el programa de esta segunda jornada del ciclo.

Los «Diálogos para el avance en la gestión de los residuos» continuarán el próximo 20 de noviembre, con una tercera y última jornada dedicada a envases y textiles, dos de los flujos estratégicos que marcarán el futuro inmediato de la economía circular en España. Porque transformar el modelo de gestión de residuos no es solo una obligación normativa: es una oportunidad colectiva que exige escucha, compromiso y acción compartida.

