Antofagasta pone en marcha la planta de reúso Salar del Carmen para abastecer con aguas pretratadas a la minería chilena
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Antofagasta se prepara para convertirse en escenario de un hito en sostenibilidad hídrica para la minería chilena, tras realizarse este lunes el inicio simbólico de las obras de construcción de la nueva planta de reúso salar del carmen, un proyecto pionero en Latinoamérica que considera una inversión de US$ 290 millones y que entregará servicio a diferentes faenas mineras que operan en la región.
Durante la ceremonia participaron la ministra de Obras Públicas, autoridades regionales, ejecutivos de Econssa Chile y Sacyr Agua, además de representantes de las compañías mineras que serán beneficiadas con este modelo hídrico, como Glencore, Capstone Copper y Codelco, junto a futuros clientes interesados en conocer este esquema de reúso de aguas servidas considerado único en el mundo.
Un proyecto pionero, no invasivo y multicliente
La iniciativa, liderada por Econssa Chile y adjudicada a Sacyr Agua mediante licitación pública internacional, se concibe como un proyecto no invasivo, diseñado para minimizar el impacto hacia la comunidad en su método constructivo, y que permitirá reutilizar aguas servidas pretratadas para abastecer a operaciones mineras.
Gracias a este nuevo esquema, las empresas que enfrentaban restricciones en el uso de aguas continentales contarán ahora con una fuente alternativa de suministro, lo que les permitirá viabilizar sus operaciones actuales y futuros proyectos de expansión, reforzando al mismo tiempo su cumplimiento en gestión sostenible del recurso hídrico.
Capacidad de tratamiento y beneficios para la ciudad
La planta, cuya entrada en operación está prevista para abril de 2028, alcanzará una capacidad de tratamiento de 900 litros por segundo, permitiendo eliminar gradualmente las descargas de aguas servidas al mar mediante emisarios submarinos y generando un impacto positivo en la calidad de vida de los habitantes de Antofagasta.
En cuanto a la infraestructura asociada, el proyecto contempla el transporte de aguas servidas pretratadas desde la actual planta de Antofagasta hasta el Salar del Carmen mediante una relevante red de conducciones e impulsión de 70 km de tuberías, complementada con estaciones de bombeo y estanques de acumulación para asegurar la continuidad y estabilidad del servicio.
Visión de Econssa Chile
El presidente de Econssa Chile, Guillermo Larraín, subrayó el carácter innovador y estratégico de la iniciativa, destacando que “este proyecto es pionero en Chile por dos razones: es la primera vez que se reutilizan aguas servidas urbanas a gran escala, y también es la primera vez que empresas mineras confían en una fuente alternativa de agua provista por una empresa multi cliente. Esto permitirá liberar presión sobre los acuíferos, mejorar su recarga y generar valor social y económico en la región”.
Apuesta de Sacyr Agua por el reúso y la sostenibilidad
Desde Sacyr Agua, el director general en Chile, Lucas de Marcos, enfatizó el rol del proyecto en la tendencia global de optimización de recursos hídricos y en la elevación de los estándares de sostenibilidad en la industria, señalando que “la envergadura de este proyecto marcará una tendencia pionera en temas de reúso de aguas servidas. El trabajo que está haciendo Econssa está a la vanguardia en la optimización de recursos hídricos en la región, y desde Sacyr Agua, estamos comprometidos a trabajar en la misma línea: cumpliendo con el medioambiente, elevando los estándares de sostenibilidad, y respondiendo eficiente y responsablemente a Econssa, a nuestros clientes, y a la comunidad de Antofagasta”.
La ministra de Obras Públicas, Jéssica López, puso el foco en la necesidad de avanzar en el uso proactivo del agua tratada, explicando que “tenemos un 80% de las aguas servidas en Chile que se tratan en plantas de tratamiento. El otro 20 en emisarios que se destinan al mar. Pero ese 80% de aguas que se tratan en plantas no se usan activamente, sino que se disponen en cauces de ríos. Y eso es una fuente de agua entonces que no estamos usando apropiadamente. Por lo tanto, este proyecto va al corazón de nuestra vulnerabilidad actual. Nosotros necesitamos nuevas fuentes de agua en Chile. Y eso se hace con nuevas plantas desaladoras. Y también se hace usando el agua que tenemos en forma más eficiente, que ahí tenemos todavía un camino largo que andar. Por eso es tan importante este proyecto, es pionero porque permite avanzar en el uso proactivo y muy contabilizable, muy concreto, muy estimable, del agua servida tratada”.

