Antofagasta se propone alcanzar el ciclo perfecto del agua

Entrevista a Lucas de Marcos, gerente general de Sacyr Agua en Chile
Autor/es
Diego Ortuño
04-09-2025
Publicado en

Con una inversión millonaria y tecnología de vanguardia, el proyecto abastecerá a la industria minera y cerrará un ciclo perfecto de economía circular al convertir aguas residuales en un recurso valioso. RETEMA conversó con Lucas de Marcos, gerente general de Sacyr Agua en Chile, uno de los responsables de este proyecto que promete colocar al país a la vanguardia de la sostenibilidad hídrica.

ntofagasta es una urbe enclavada en el corazón del desierto de Atacama, el más árido del planeta. En un entorno tan extremo, la viabilidad de la vida y el desarrollo de sus industrias, como la minería, no serían posibles sin la aplicación de tecnologías avanzadas como la desalinización y el reúso de agua. 

Recientemente, la ciudad se hizo con la distinción de ser la primera de América Latina con más de 500 mil habitantes en satisfacer la totalidad de sus requerimientos de agua potable con agua de mar. Ahora, Antofagasta da un paso más allá y se dispone a cerrar el ciclo integral del agua con la ejecución del mayor proyecto de la región para el reúso de sus aguas residuales tratadas. De esta forma, el agua que ya pasó por un proceso de ósmosis inversa para ser aprovechada como agua para beber, tendrá un nuevo tratamiento para llevarla a la calidad que requiere la industria local, en un ejemplo perfecto de economía circular.

 

Antofagasta, enclavada en el corazón del desierto de Atacama, es la primera ciudad de América Latina con más de 500 mil habitantes en satisfacer la totalidad de sus requerimientos de agua potable con agua de mar

 

Habiendo sido seleccionada por la Empresa de Servicios Sanitarios (Econssa) en el marco de un proceso de licitación pública de carácter internacional, Sacyr Agua acometerá este proyecto de carácter estructural en la municipalidad de Antofagasta en Chile, cuya inversión ha sido estimada en una cifra cercana a los 292 millones de dólares. Se trata de una iniciativa público-privada que contempla la construcción de una nueva y moderna planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) en la localidad estratégica del Salar del Carmen. 

La ubicación fue seleccionada tras rigurosos estudios técnicos y ambientales para facilitar la operación lejos del núcleo urbano y permitirá la valorización de las aguas residuales generadas por la ciudad para asegurar un servicio continuo y de alta fiabilidad para los usuarios industriales finales.

 

La ciudad da un paso más allá y se dispone a cerrar el ciclo integral del agua con la ejecución del mayor proyecto de la región para el reúso de sus aguas residuales tratadas

 

Se espera que la trascendencia de este proyecto sea considerable, en tanto que modificará de manera fundamental el paradigma preexistente en la gestión de efluentes en la región. El régimen actual de disposición de aguas residuales tratadas consiste en el vertido al mar mediante un emisario submarino, lo que ya suena como un gran desperdicio en una asentamiento de tanta escasez.

 

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Con una capacidad final de procesamiento estipulada en 900 litros por segundo, la nueva infraestructura proveerá un servicio esencial al sector minero, que constituye un pilar de la economía regional y nacional, al mismo tiempo que mejorará la calidad de vida de la población y generará más de 500 puestos de trabajo directos durante sus fases de diseño, construcción y operación a largo plazo. 

Para saber más sobre esta gesta de sostenibilidad hídrica, RETEMA entrevistó a  Lucas de Marcos, gerente general de Sacyr Agua en Chile, quien no escatimó en ofrecer detalles técnicos, logísticos y contractuales de esta megaplanta. A continuación se reproduce la conversación. 

 

¿Qué elementos diferencian este proyecto de reúso en Antofagasta respecto a otras iniciativas similares en la región? 

Lo primero y, posiblemente más relevante, tiene relación con que se realizará un cambio de paradigma respecto a la situación actual: las aguas servidas que se vertían al mar a través del emisario submarino pasarán a enviarse a la nueva Planta de Tratamiento de Aguas Servidas (PTAS) para ser tratadas y ser usadas con fines industriales y mineros. Esto permitirá que la ciudad pase a convertirse en un referente respecto a economía circular asociada a la gestión del agua.

Este proyecto pasa a ser ícono como fuente de agua industrial. No sólo por ser considerado el proyecto más grande de esta categoría de la región de Antofagasta y de Latinoamérica, sino que también, para la industria sanitaria marca un precedente, ya que el 21% de las aguas servidas tratadas (AST) se descargan al mar y sólo el 5% de las aguas servidas tratadas en Chile tienen un reúso directo, según las últimas cifras informadas por la Superintendencia de Servicio Sanitario (SISS). Este proyecto permitirá la optimización de los recursos hídricos en la región, elevando los estándares de sostenibilidad local, considerando que la cobertura de saneamiento en la zona urbana de Antofagasta llega al 100% de la población concesiona y sólo el 11% de las AST en la región son reutilizadas.

 

“Este proyecto será un ícono como fuente de agua industrial. No sólo por ser considerado el proyecto más grande de su tipo en Latinoamérica, sino también, para la industria sanitaria marca un precedente, ya que el 21% de las aguas servidas tratadas se descargan al mar”

 

 

¿Qué tecnologías específicas se implementarán en la nueva planta de tratamiento y qué criterios definieron su elección? 

Se puede destacar, entre otras, la utilización de los sistemas de eficiencia y optimización energética, equipos de desodorización como una de las medidas ambientales del proyecto, el sistema de tratamiento de agua mediante una planta con tratamiento biológico. Incluso, posibles tratamientos posteriores para llegar a tratamientos de agua ultrapura para algunos servicios de los clientes finales. Además, están los sistemas de bombeo en serie para poder reubicar la nueva planta fuera de la ciudad de Antofagasta y la utilización de IA en el control y análisis de datos generados en todo el sistema para mejorar la eficiencia y toma de decisiones. También se realizará el tramo urbano mediante un microtúnel de más de 5 km con tecnología TBM, evitando así afectaciones a la comunidad durante la construcción y operación del sistema. 

También, en el diseño de la conducción, está previsto el traslado de aguas servidas pretratadas por una longitud aproximada de 69 km hasta el sector del Salar del Carmen, incluyendo dos ramales para los clientes finales. Los criterios para la definir su utilización tienen como base el bienestar de la población, cuidado y preservación del medioambiente y la eficiencia técnica que hacen diferentes a este tipo de proyectos.

 

¿Cómo está concebido el modelo de comercialización del agua tratada, en particular para su uso en la minería? 

El modelo de comercialización está basado en el concepto de derechos de aguas tratadas en volúmenes fijos y con una calidad específica por un periodo de 35 años. La reutilización de las aguas servidas tratadas en Chile sólo alcanzó el 5% en el año 2024, siendo el mayor destinatario el sector agrícola y el sector minero corresponde a una porción minoritaria, un 2% del total del reúso de las AST según el informe de la SISS. Este proyecto considera la comercialización de este recurso a mineras de la región, que por su parte dejarán de hacer uso de recursos continentales, permitiendo así mejorar la situación hídrica y estrés que está sometida la región.

 

Desde la perspectiva ambiental, ¿cuáles fueron los aspectos más considerados para obtener la Resolución de Calificación Ambiental en 2020?

Consideramos que este proyecto, a nivel mundial, es uno de los más amigables y sustentables desde el punto de vista ambiental. Por un lado, se está dando una segunda vida al agua que ya hemos usado, que en el caso de Antofagasta es agua de mar desalada. Y, por otro lado, estamos dejando de enviar carga de aguas tratadas al mar. Además, se está dando viabilidad y certeza a muchos proyectos industriales en la región, con la consecuente estabilidad y mejora desde el punto de vista social. 

 

“Consideramos que este proyecto, a nivel mundial, es uno de los más amigables y sustentables desde el punto de vista ambiental”

 

Es importante mencionar que la tramitación ambiental del proyecto fue realizada por ECONSSA, con lo cual, lo primero, es relevante destacar la importancia del trabajo conjunto público-privado. Desde nuestra perspectiva, fue clave considerar que la nueva planta debía generar una mejora sustancial en la calidad de vida de los habitantes, así como también de la ciudad misma. La RCA refleja el espíritu del proyecto, con lo cual quedaron establecidas las medidas necesarias para asegurar la correcta ejecución del proyecto. 

 

¿Qué hitos contempla el cronograma de ejecución hasta su entrada en operación prevista para 2028?

El primer hito tiene relación con la firma del contrato con ECONSSA que se realizó el pasado 10 de junio. El inicio de la fase de construcción empezará a principios del mes de julio y está previsto que la comercialización de agua comience en 2028.

 

¿Cómo se gestionará la articulación entre la planta actual y la nueva infraestructura ubicada en Salar del Carmen?

La planta actual mantendrá su funcionamiento hasta el inicio de la nueva planta, con lo cual, las actividades que permitirán realizar el traslado de una instalación a otra suponen un desafío hacia el final de la construcción de las instalaciones. En esta línea, se considera que una parte de la infraestructura será utilizada temporalmente, con el fin de mantener la continuidad del servicio. 

 

¿Cómo influyó el trazado urbano de 5,4 km en la planificación técnica del sistema de conducción? 

Sin duda es uno de los aspectos más desafiantes del proyecto. Debemos cruzar la ciudad de Antofagasta mediante el trazado en la zona urbana sin provocar impactos que alteren ni la vida diaria de los habitantes ni la dinámica de la ciudad. Todo esto se ha considerado desde el inicio del proyecto. La planificación es fundamental, dado que en esta etapa del proyecto se relacionan desde las autoridades locales hasta los subcontratistas. Técnicamente, se ha privilegiado la construcción mediante TBM, que permite mayor eficiencia en no provocar impacto y que el tiempo sea el menor posible cumpliendo los plazos establecidos en el proyecto. 

 

“Es importante mencionar que la tramitación ambiental del proyecto fue realizada por ECONSSA, lo que pone de relieve la importancia del trabajo conjunto público-privado”

 

 

¿Qué mecanismos de aseguramiento de calidad y continuidad del servicio se incorporan en la concesión de 35 años? 

En primer lugar, hay que recordar que el actual sistema de reúso de Antofagasta está bajo la operación de Sacyr Agua desde hace cinco años, tiempo en el que se ha puesto de manifiesto el alto estándar y confiabilidad de la operación basado en nuestros procedimientos de calidad y confiabilidad, prueba de ello es que los principales clientes actuales forman parte del nuevo proyecto. La calidad y continuidad de servicio son estándares que Sacyr busca y promueve en cada uno de sus proyectos. Además, se encuentran directamente alineados con nuestro Plan Estratégico 2024-2027, que está orientado a impulsar la eficiencia operativa, incorporar nuevas tecnologías y consolidar nuestra participación en proyectos de desalación y reutilización de aguas. 
Adicionalmente, este año nos entregarán nuestro certificado en ISO 9001 y 14001, con lo cual, estamos tranquilos de que, con la aplicación de nuestros procedimientos, tanto técnicos como administrativos, el proyecto contará con el respaldo de aseguramiento de calidad y continuidad requerido. 

 

¿Qué relación o diálogo existe actualmente con los usuarios finales del agua tratada, especialmente en el sector minero?  

Los clientes finales han sido la clave para la estructuración del modelo de contrato, ya que han dado viabilidad al proyecto. La claridad de estos clientes, con estándares tan altos, para elegir esta solución y modelo de negocio pone de manifiesto que esta solución es la óptima. Además, deja claro que la regeneración de agua para usos mineros e industriales es el camino más sólido para la sustentabilidad de una región con un estrés hídrico tan fuerte.

 

“La regeneración de agua para usos mineros e industriales es el camino más sólido para la sustentabilidad de una región con un estrés hídrico tan fuerte”

 

 

¿Visualizan este modelo como replicable en otras zonas de Chile o incluso fuera del país, y en qué condiciones? 

Este modelo de trabajo puede replicarse tanto en Chile como en otras geografías del mundo. Lo principal es la voluntad del sector y los diferentes actores de avanzar en la dirección correcta, esto es, el saneamiento de las aguas servidas y su reúso. El agua servida tratada es un recurso que ya se encuentra disponible y que su reutilización permite no sólo enfrentar el estrés hídrico que afecta algunas regiones, sino también, afrontar la creciente demanda de fuentes de abastecimiento para sectores industriales y mineros. En conclusión, el estrés hídrico nos hace trabajar en líneas alternativas de fuentes hídricas como son la regeneración, pues debemos priorizar el uso de recursos ya existentes que realmente dan sentido a la sostenibilidad.

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