BIR advierte a Bruselas: las restricciones a la exportación de metales reciclados pueden distorsionar el mercado global
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La publicación conjunta de la nueva Doctrina de Seguridad Económica y del RESourceEU Action Plan confirma el papel estratégico del reciclaje y de las materias primas secundarias para la autonomía industrial europea. Sin embargo, la Oficina Internacional del Reciclaje (BIR, por sus siglas en inglés) advierte de que algunas de las medidas propuestas pueden erosionar la resiliencia y la competitividad que la propia UE pretende reforzar.
El plan europeo incluye restricciones a la exportación de residuos y chatarras de imanes permanentes, aluminio y, potencialmente, cobre, a partir de 2026. Para BIR, cualquier limitación al comercio debe basarse en datos transparentes, proporcionalidad y un análisis real de los efectos sobre los mercados globales, algo que —recuerda— ya subrayó en sus posicionamientos sobre el marco de exportaciones de aluminio y las medidas de apoyo al acero.
El plan europeo incluye restricciones a la exportación de residuos y chatarras de imanes permanentes, aluminio y, potencialmente, cobre, a partir de 2026.
Medidas con impacto directo en el sector reciclador
El RESourceEU plantea un conjunto de actuaciones que afectarán de forma significativa a la actividad internacional del reciclaje:
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Nuevas restricciones a la exportación de imanes permanentes, residuos de aluminio y posibles límites futuros al cobre tras un periodo de seguimiento.
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Reglas ampliadas sobre requisitos de producto y etiquetado para imanes permanentes, incluyendo declaraciones obligatorias de contenido reciclado y mecanismos para fomentar la recuperación de residuos preconsumo.
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Impulso a la facilitación de movimientos intraeuropeos de residuos con materias primas críticas, alineado con el Reglamento de Traslado de Residuos.
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Creación del Centro Europeo de Materias Primas Críticas y puesta en marcha de un sistema coordinado de almacenamiento estratégico a partir de 2026.
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Medidas para reforzar la recogida de residuos electrónicos (WEEE) y mejorar el acceso a productos al final de su vida útil que contienen materiales estratégicos.
La Doctrina de Seguridad Económica añade además la posibilidad de nuevos instrumentos comerciales o de control de inversiones a partir de 2026, en función de la evolución de los mercados y de posibles prácticas desleales.
BIR reclama políticas basadas en datos y sin distorsiones comerciales
Para la organización, el diseño de políticas debe ser estrictamente basado en evidencia, con evaluaciones del impacto global y una comprensión equilibrada del comercio internacional de materiales reciclados. Las restricciones sin análisis sólido —advierte BIR— pueden distorsionar precios, reducir la competencia y frenar los flujos circulares necesarios para usar los recursos de forma eficiente y disminuir emisiones a escala mundial.
“Europa necesita mercados internacionales abiertos y competitivos para los materiales reciclados”, subraya Alev Somer, directora de Comercio y Medio Ambiente de BIR.
La entidad apoya el objetivo europeo de ampliar su capacidad de reciclaje, pero insiste en que esta expansión depende de marcos comerciales predecibles que no obstaculicen el funcionamiento del mercado global.
Como principal voz del reciclaje a nivel internacional, BIR reitera su disposición a colaborar con la Comisión Europea y los Estados miembro para que la búsqueda de seguridad económica y resiliencia de materias primas refuerce —y no perjudique— la circularidad global.

