Canal de Isabel II alcanza los 800.000 contadores inteligentes y avanza hacia la telelectura total en 2026

La tecnología NB-IoT y el big data permiten una gestión hídrica más eficiente, detección temprana de fugas y planificación optimizada de la demanda
12-08-2025

Canal de Isabel II ha superado este mes de agosto el hito de 800.000 contadores inteligentes conectados a su sistema de telelectura, lo que supone la mitad de los puntos de suministro de la Comunidad de Madrid. El objetivo es completar el despliegue de 1,6 millones de dispositivos a finales de 2026, alcanzando así la integración total de los equipos de medida en este sistema.

El presidente de la empresa pública y consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior, Carlos Novillo, ha presentado estos avances durante una visita al Centro de Control y al laboratorio de metrología de Canal, donde se verifican y certifican caudalímetros y contadores, incluidos los de telelectura.

 

Datos cada hora y avisos automáticos por fugas

Los nuevos equipos permiten registrar el consumo automáticamente cada hora, multiplicando por 1.460 el volumen de datos respecto a la lectura presencial bimestral. Esto se traduce en mayor eficiencia en la gestión, reducción de plazos en la detección de anomalías y un control más detallado del recurso.

En los últimos dos años, el sistema ha alertado a más de 50.000 clientes por posibles fugas internas, evitando la pérdida de unos 10 hectómetros cúbicos de agua, equivalentes a 3.000 piscinas olímpicas. Los usuarios también pueden configurar sus propias alarmas de consumo diario u horario para detectar incidencias, con más de 2.700 ya activas.

 

La instalación y conexión de los contadores, así como el acceso a los datos y herramientas desde la Oficina Virtual, no tiene coste para los usuarios, fomentando una mayor conciencia hídrica y la adopción de medidas de ahorro.

 

NB-IoT: conectividad avanzada para la telelectura

La red de telelectura se apoya en la tecnología Narrow Band-Internet of Things (NB-IoT), que ofrece mayor alcance y penetración en entornos con baja cobertura, como sótanos o arquetas. Esta conectividad, unida al uso de big data, permite procesar y analizar grandes volúmenes de información para optimizar tanto el abastecimiento doméstico como la planificación global de la red.

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