Ecofactorías: El futuro sostenible de la gestión del agua

El modelo de EMASESA para la resiliencia y la innovación
Autor/es
Manuel Romero
Entidad
31-07-2025

En la actualidad, pocas cuestiones resultan tan cruciales para el futuro de nuestras ciudades y regiones como la gestión eficiente y sostenible del agua, la energía y los residuos. En este sentido, el concepto de ecofactoría emerge como una innovación transformadora y necesaria, potenciando el valor de las empresas que gestionan el ciclo urbano del agua, máxime cuando los entornos urbanos consumen el 90% de los recursos a nivel mundial y generan el 85% de los residuos.

Es por ello que podría decirse que las ecofactorías situarán a las empresas de agua como los principales operadores ambientales de los entornos urbanos.

En EMASESA lo sabemos bien y por ello ya aplicamos este concepto en lo que supone un verdadero punto de inflexión en materia de sostenibilidad y economía circular, integrando este trinomio en un modelo productivo e innovador.

El concepto de ecofactoría surge como una evolución natural y necesaria de las hasta ahora denominadas estaciones depuradoras, EDAR (Estaciones Depuradoras de Aguas Residuales). Tradicionalmente, estas instalaciones se han centrado en el tratamiento y eliminación de contaminantes para devolver el agua al medio ambiente con la menor carga contaminante posible. Sin embargo, en el contexto actual de cambio climático, escasez de recursos y urgencia ambiental, las EDAR están evolucionando hacia ecofactorías, donde se aplican criterios de economía circular del agua y los residuos y de eficiencia y generación energética.

Esta transformación implica que estas instalaciones no solo tratan el agua, sino que también producen recursos: agua regenerada para riego o usos industriales, energía renovable a partir del biogás extraído de los residuos orgánicos y otros cosustratos compatibles y subproductos, como enmiendas orgánicas derivadas de lodos y arenas, que pueden ser valorizadas en las actuaciones de conservación de las redes de abastecimiento y saneamiento. Así, la planta depuradora deja de ser un centro de gasto y descontaminación para convertirse en un complejo ambiental eficiente y sostenible, capaz de generar empleo, formación y beneficios socioeconómicos para su entorno.

 

Las ecofactorías situarán a las empresas de agua como los principales operadores ambientales de los entornos urbanos

 

En este sentido, EMASESA y su Complejo Ambiental El Copero se posicionan a la vanguardia. Esta instalación no solo procesa aguas residuales urbanas, sino que también trata residuos agroindustriales de la zona, generando biogás que se utiliza para producir electricidad y que, en el futuro, podrá convertirse en biometano para alimentar la red de gas natural, desplazando los combustibles fósiles. Hablamos de una instalación que genera ya el 90% de su energía con biogás y devuelve el 100% de los lodos a la tierra como recurso agrícola. Esto es neutralidad energética y economía circular real. Además, El Copero integra, dentro de su anillo eléctrico, una planta solar de 1 Mw, reduciendo costes energéticos.

La apuesta por la ecofactoría no solo responde a una necesidad ambiental, sino que también representa una estrategia clave para mejorar la resiliencia ante crisis energéticas y climáticas. Una estrategia que, en el caso de EMASESA, se complementa con la integración de tecnologías renovables y la movilidad sostenible (flotas eléctricas) para tratar de mitigar el impacto ambiental a la par que la volatilidad de los precios energéticos.

Y es que EMASESA opera en un contexto especialmente desafiante. No hay que olvidar que damos servicio a 1,4 millones de personas y que nos ubicamos en Sevilla y su área metropolitana, una zona especialmente vulnerable al cambio climático, declarada en emergencia climática desde 2019. Las sequías son cada vez más largas e intensas y las lluvias torrenciales también comienzan a darse de manera recurrente, lo que provoca problemas en las redes de saneamiento e inundaciones.

 

La apuesta por la ecofactoría no solo responde a una necesidad ambiental, sino que también representa una estrategia clave para mejorar la resiliencia ante crisis energéticas y climáticas

 

En este contexto, la actividad de captación, potabilización, distribución y saneamiento del agua requiere procesos intensivos en electricidad y recursos, por lo que la búsqueda de eficiencia energética y la integración de fuentes renovables se vuelven indispensables. Y debo decir que EMASESA ha logrado avances destacables. En años lluviosos, su producción energética ha superado el 90% de su consumo con fuentes 100% renovables, como la hidráulica, la solar fotovoltaica y el biogás generado a partir de sus propias aguas residuales y otros residuos asimilables en El Copero. En épocas de sequía, el autoconsumo supera el 45%, por ello la empresa tiene en marcha varias soluciones innovadoras para alcanzar el 100% de autosuficiencia energética, un objetivo ambicioso pero alineado con las metas climáticas y energéticas regionales y europeas.

 

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El avance tecnológico es fundamental para este proceso. La digitalización, la sensorización y la inteligencia artificial permiten optimizar la gestión de las infraestructuras, predecir fallos, mejorar los rendimientos y reducir costes operativos. En este sentido, los proyectos Embalse Digital 5.0 y CREANDO, ambos pertenecientes a los PERTE del ciclo integral del agua y subvencionados con fondos NextGeneration, suponen una palanca fundamental para ser más eficientes y ofrecer un mejor servicio.

 

El camino hacia la plena implementación del modelo de ecofactorías presenta retos. La regulación debe adaptarse para gestionar adecuadamente aspectos como la gestión de olores o residuos y garantizar la aceptación social de estos proyectos

 

Hablamos de un total de 62 actuaciones aplicadas al ciclo integral del agua en general y al saneamiento en particular con un presupuesto total de 26,7 millones de euros y unas ayudas de más de 17 millones de euros en total. Soluciones todas basadas en la inteligencia artificial que, a través de lo que nosotros llamamos un “cerebro digital”, nos van a permitir monitorizar cada gota de agua en los futuros gemelos digitales que EMASESA tiene en ejecución para estas plantas de tratamiento.

No obstante, el camino hacia la plena implementación del modelo de ecofactorías presenta retos. La regulación debe adaptarse para gestionar adecuadamente aspectos como la gestión de olores o residuos y garantizar la aceptación social de estos proyectos como sucede en la instalación de COPERO, que destaca por su gestión eficiente de residuos a la vez que evita olores molestos, un ejemplo de integración social y urbana.

 

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Asimismo, la infraestructura energética requiere un esfuerzo significativo. Andalucía está llamada a duplicar su inversión en redes eléctricas para integrar las renovables y nuevos consumidores, con planes millonarios impulsados por actores como las eléctricas y la administración regional. Finalmente, es crucial mantener la formación y el compromiso social, para que las ecofactorías no sean solo infraestructuras técnicas, sino verdaderos motores de desarrollo local, generación de empleo y mejora de la calidad de vida. Instalaciones abiertas a la sociedad y a los vecinos, como es el caso de la recepción y el aula ambiental del COPERO, que son visitables mediante los Programas de Educación Ambiental, fomentando que el servicio urbano del agua cuente con usuarios futuros mejor formados en el proceso de abastecimiento y saneamiento.

 

El futuro de la gestión del agua pasa por un modelo circular y renovable que integre, de manera inteligente y responsable, los recursos disponibles

 

Ante el cambio climático, la escasez de recursos y la urgencia de un desarrollo sostenible, la evolución hacia las ecofactorías se presenta no solo como una oportunidad, sino como una necesidad imperativa. Modelos como los desarrollados en EMASESA ofrecen un camino claro y replicable para otras regiones y empresas, demostrando que es posible gestionar los recursos hídricos de forma eficiente, sostenible y resiliente como nos indica la Nueva Estrategia de Resiliencia Hídrica de la Unión Europea.

El futuro de la gestión del agua pasa por un modelo circular y renovable que integre, de manera inteligente y responsable, los recursos disponibles, y en ese proceso, las ecofactorías, son sin duda una de las respuestas más prometedoras para garantizar la sostenibilidad ambiental, social y económica de nuestras ciudades y territorios.

 

 

 

 

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