El AMB rediseña su modelo de tratamiento de residuos con nuevas plantas y foco en la prevención

La estrategia prevé hasta diez nuevas instalaciones y la remodelación de las actuales para priorizar la prevención y la fracción orgánica, con el objetivo de alcanzar un 65% de reciclaje en 2035

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha presentado su nueva estrategia de tratamiento y gestión de residuos municipales, un plan que supone un rediseño profundo del sistema metropolitano y que apuesta por prevenir la generación de residuos, aumentar el reciclaje y modernizar las infraestructuras.

El modelo actual, basado en los contenedores abiertos en la vía pública, ha alcanzado su límite: la recogida selectiva se mantiene estancada en torno al 40%, muy lejos del 65% exigido por la Unión Europea para 2035. En 2024, la AMB gestionó 1.442.499 toneladas de residuos, lo que confirma la necesidad de un cambio estructural.

 

La recogida selectiva se mantiene estancada en torno al 40%, muy lejos del 65% exigido por la Unión Europea para 2035.

 

 

Hacia un sistema más eficiente y circular

La nueva estrategia prevé la construcción de hasta diez nuevas plantas y la reforma de las existentes para adaptarlas a las nuevas exigencias ambientales y tecnológicas. Las instalaciones estarán especializadas en el tratamiento de la fracción orgánica, la reutilización de materiales y la gestión de excedentes alimentarios, integrando talleres de reparación, espacios de exposición y plantas de lavado de envases.

La AMB establece como metas para 2035 una reducción del 10% en la generación de residuos respecto a 2010, una tasa de reciclaje del 65%, y un envío a vertedero inferior al 10%.

 

 

La prevención como eje principal

El plan da prioridad absoluta a la prevención de residuos bajo la premisa de que “el mejor residuo es el que no se genera”. Programas como Millor Que Nou, en funcionamiento desde 2010, ya contribuyen a reducir la producción de residuos con talleres gratuitos de reparación, evitando la generación de unas 20 toneladas de residuos anuales.

La nueva estrategia quiere ampliar esta filosofía a gran escala, impulsando plataformas metropolitanas de reutilización y nuevas plantas de recuperación de materiales, donde los objetos procedentes de las recogidas específicas y de los puntos limpios puedan tener una segunda vida dentro de los circuitos de economía circular.

 

El papel clave de la fracción orgánica

Una de las piezas centrales del nuevo modelo es la gestión de la materia orgánica. La AMB prevé reconvertir los actuales ecoparques en plantas integrales de tratamiento orgánico, incrementando su capacidad en 150.000 toneladas anuales adicionales.

Estas nuevas plantas producirán biogás transformado en biometano, un combustible renovable de alto valor energético, y fertilizantes a medida. El plan también contempla la construcción de dos nuevas plantas auxiliares para el pretratamiento de la materia orgánica.

 

Resultados y retos

Los indicadores de 2024 muestran que solo 11 municipios metropolitanos y dos barrios de Barcelona (Sarrià y Sant Andreu) alcanzan el mandato europeo del 55% de recogida selectiva, mientras que el resto del territorio continúa lejos del objetivo.

 

 

La producción total de residuos fue de 422,4 kg por habitante y año, un ligero aumento respecto al año anterior, aunque un 9% menos que en 2010. La fracción orgánica se recogió selectivamente en un 39%, los envases en un 38%, el papel y cartón en un 44%, y el vidrio en un 61%, este último con un descenso de casi ocho puntos

 

Solo 11 municipios metropolitanos y dos barrios de Barcelona (Sarrià y Sant Andreu) alcanzan el mandato europeo del 55% de recogida selectiva en 2024.

 

Impacto económico y social

Según la AMB, si todos los municipios adoptaran sistemas de recogida más eficientes —como el puerta a puerta o los contenedores inteligentes—, el coste de tratamiento podría reducirse en 20 millones de euros anuales. Esta cifra proviene del ahorro en el tratamiento de la fracción resto y de la reducción del impuesto por vertido o incineración, que financia la recogida selectiva y el tratamiento de la fracción orgánica.

Actualmente, el coste del tratamiento de residuos oscila entre 60 y 140 euros por hogar y año, dependiendo de la eficacia del reciclaje municipal. Los municipios que mejor separan llegan a pagar tres veces menos que aquellos con peores índices.

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