
Emergencia hídrica en el Guadalquivir: millones de metros cúbicos de agua se pierden por falta de infraestructuras
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Entre octubre de 2024 y mayo de 2025, la cuenca hidrográfica del Guadalquivir ha sido testigo de un desequilibrio preocupante. A pesar de haber embalsado 2.515 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, ha dejado perder 2.715 hm³ hacia el mar, es decir, 200 hm³ más de los que logró almacenar. Este volumen no captado sería suficiente para abastecer dos campañas completas de riego, una cifra alarmante en un contexto de creciente estrés hídrico.
Este desaprovechamiento cobra mayor gravedad si se tiene en cuenta que las lluvias durante el periodo han superado ampliamente la media de los últimos 25 años, impulsadas por borrascas como Jana, Konrad, Laurence y Martinho. A raíz de estas precipitaciones, se logró almacenar 1.600 hm³ en la Regulación General —el sistema principal de abastecimiento al regadío— y 915 hm³ en otros sistemas de la cuenca. No obstante, con una red más eficaz de infraestructuras, la cifra podría haber sido considerablemente superior.
Clamor por inversiones
Para la asociación de regantes Feragua, este escenario evidencia con crudeza la urgencia de inversiones en el sistema hidráulico. Se requieren nuevas presas, recrecimientos de las existentes, balsas de riego y mejoras en las infraestructuras de bombeo.
El presidente de la entidad, José Manuel Cepeda, ha sido contundente: “duele ver cómo las aguas de escorrentías no se almacenan por culpa del deficiente funcionamiento de algunas infraestructuras y la inejecución de otras”
A estas alturas del año hidrológico, las obras hidráulicas incluidas en la planificación siguen sin iniciarse. Mientras el proyecto de recrecimiento de la presa del Agrio se encuentra en fase de redacción, las iniciativas para Cerrada de la Puerta y San Calixto ni siquiera han sido licitadas. Además, la red de balsas de riego demandada por Feragua no tiene un plan estructurado que apunte a su ejecución integral, más allá de esfuerzos localizados de modernización.
Rendimiento crítico en estaciones de bombeo
Uno de los casos más paradigmáticos es el de la estación de bombeo de la Breña II, cuyo rendimiento está muy por debajo de su capacidad. Desde el inicio del actual año hidrológico, ha bombeado apenas 30 hm³ de los 115 hm³ que podría haber alcanzado, operando así a solo el 25% de su capacidad. En total, se han dejado de almacenar 85 hm³, lo que eleva a 183 hm³ el agua no aprovechada desde su entrada en funcionamiento hace cuatro años, con un rendimiento medio inferior al 26%.
“Duele esto y duele el déficit y la parálisis de las inversiones previstas en obras hidráulicas para una cuenca con un déficit de 400 hm³”, añadió el presidente
La relativa normalidad de la presente campaña de riego no debe ocultar una realidad estructural: el déficit crónico de la cuenca del Guadalquivir y la imperiosa necesidad de aprovechar las lluvias cuando se producen. Cepeda advierte que los ciclos secos son cada vez más prolongados y duros, por lo que la inversión en infraestructuras no es solo una cuestión de eficiencia, sino una condición imprescindible para la sostenibilidad agrícola de la región.