España, un modelo ejemplar que necesita inversión y mucha comunicación
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Por: Domingo Zarzo, presidente de AEDyR
España es, sin duda, una de las mayores potencias en reutilización a nivel mundial. Somos también el país que más reutiliza en Europa con un porcentaje entre el 40-50% del total. Si además hacemos el ejercicio de calcular ratios de metros cúbicos reutilizados por habitante o por metros cúbicos reutilizados frente a depurados, veremos que ciertas regiones como la Comunidad Valenciana o Murcia están por encima de Singapur o Israel.
Las empresas españolas son asimismo de las más importantes del mundo; si bien no hay un ranking de empresas como si lo hay para desalación, está claro que estas empresas líderes en desalación lo son también en tecnologías avanzadas de reutilización como se ha demostrado con multitud de proyectos dentro y fuera de nuestras fronteras.
Podemos decir que España cuenta con grandes plantas de reutilización con todo tipo de tecnologías avanzadas; terciarios con membranas, MBRs y oxidaciones avanzadas, junto a un gran número de plantas con tratamiento terciario convencional que ya son prácticamente el estándar en tratamiento de agua residual.
Parece entonces que podemos estar orgullosos de nuestro país en este campo pero realmente aún queda mucho por hacer. Aunque contamos con comunidades autónomas como las mencionadas donde el porcentaje de reutilización puede ser próximo al 90%, globalmente no superamos valores del 7-12 % según las fuentes. Éste es otro problema; la carencia de datos fiables y un inventario detallado de plantas, tratamientos y estadísticas de caudales reutilizados directa e indirectamente.
Nuestra experiencia en reutilización es innegable, y no solo por grandes empresas constructoras y explotadoras, sino también por los numerosos suministradores, centros de investigación y universidades que destacan en el mundo. Sin embargo, en los foros internacionales (fundamentalmente en Europa) se nos reprocha que contamos con mucha experiencia pero poco documentada (lo cual creo es cierto) y nuestra capacidad de promoción parece asimismo muy limitada frente a los países que se presumen líderes y que publican continuamente sus éxitos.
Es evidente que la crisis económico-financiera ha contribuido a la ralentización del crecimiento de la reutilización; hace no muchos años había unas expectativas de crecimiento de más del doble de la capacidad actual que lógicamente no se han cumplido. Tenemos pocas inversiones y por tanto envejecimiento de instalaciones, redes de distribución y saneamiento, y aunque hay otras prioridades, corremos el riesgo de quedar atrás y perder todos los avances conseguidos.
A nivel legislativo seguimos a la espera de la versión definitiva de la nueva legislación europea que permanece siempre en la fase de eterno borrador; como ya sabemos, es más restrictiva que nuestro real decreto ya que viene inspirada por los países del norte que no necesitan reutilizar y no sé si hemos hecho todo lo que podíamos para defender nuestros intereses en este sentido frente a Europa. Nuestro real decreto, aunque mejorable, ha demostrado ser una herramienta adecuada para la gestión del agua reutilizada y sus tratamientos y dinamizar dicha actividad, y no existe ningún caso reportado de alerta alimentaria o de salud debido al uso de agua reutilizada en España.
Relacionado con la nueva legislación y otras futuras que puedan aparecer, tenemos el problema de los contaminantes emergentes; una lista interminable y creciente de compuestos a analizar cuyo control exhaustivo podría resultar disuasorio para los potenciales usuarios del agua reutilizada. Cabe pensar porqué no se controla este tipo de compuestos en origen en lugar de buscarlos al final de la cadena de uso, penalizando así a la reutilización que se supone debemos promover.
Queda también mucho por hacer para mejorar la percepción de los ciudadanos sobre la reutilización de agua, a lo cual tampoco contribuye el que no haya todavía una cultura en el ahorro del agua ni el bajo precio del agua potable que ni siquiera permite en muchos casos la recuperación de costes exigida por la Directiva Marco del Agua.
En cualquier caso, con todos nuestros defectos y limitaciones, la comunidad internacional nos considera un ejemplo en el campo de reutilización, como lo demuestra la reciente celebración en España de congresos internacionales específicos (Congresos de la IWA en Murcia y de IDA-AEDyR en Valencia, ambos en junio de 2018).
Este año se ha celebrado asimismo el congreso internacional de AEDyR en Toledo, con presencia de invitados internacionales, y donde se han tratado temas de reutilización y desalación.
Desde AEDyR, que cumple 20 años este año, somos conscientes desde hace años de que debemos incrementar el peso y la presencia de la reutilización en nuestra asociación, que es donde es esperable haya más inversiones en el futuro próximo (ya que las necesidades de desalación están prácticamente cubiertas en la costa), y en ello seguimos trabajando.
Artículo publicado en el número 210 Septiembre/Octubre 2018 de RETEMA