Europa aprueba la primera regulación para frenar la pérdida de pellets en tierra y mar
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El Consejo de la UE ha dado luz verde al reglamento para prevenir la pérdida de pellets plásticos en el medio ambiente, tras alcanzar un acuerdo provisional con el Parlamento Europeo. Con esta medida, Bruselas busca reducir la contaminación por microplásticos, uno de los principales retos ambientales a escala continental, al tratarse de un material que no se degrada y que se acumula en ríos, mares y suelos.
Obligaciones para las empresas
El reglamento establece que todas las compañías deberán implantar planes de gestión de riesgos, que incluyan protocolos sobre envasado, manipulación, formación del personal y disponibilidad de equipos adecuados. Además, se fijan obligaciones claras de limpieza inmediata en caso de pérdidas accidentales.
Para reforzar la trazabilidad y la responsabilidad, los transportistas extracomunitarios estarán obligados a designar un representante autorizado en la UE. Asimismo, las empresas que manejen más de 1.500 toneladas anuales de pelletstendrán que someterse a certificación independiente por parte de terceros, mientras que las microempresas contarán con requisitos más simples, basados en autodeclaraciones de conformidad.
El texto incorpora también exigencias específicas para el transporte marítimo de pellets, incluyendo nuevas normas de envasado, etiquetado de la carga y protocolos de información, con el fin de evitar vertidos en el mar.
Tras la votación final en el Parlamento Europeo, prevista para octubre de 2025, la regulación se publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor 20 días después. La mayor parte de las obligaciones se aplicarán dos años más tarde, con algunas excepciones y derogaciones puntuales.
Contexto: un problema de gran magnitud
Los pellets plásticos son pequeñas partículas utilizadas como materia prima en la fabricación de plásticos. Según datos comunitarios, entre 52.000 y 184.000 toneladas se pierden cada año en Europa debido a una gestión deficiente durante su producción, transporte o manipulación. Estas partículas ya se consideran la tercera fuente de liberación involuntaria de microplásticos, solo por detrás de pinturas y neumáticos, y representan un riesgo tanto para la biodiversidad como para la salud humana, al ser ingeridos por peces, mariscos y, en última instancia, por las personas.
Con esta nueva normativa, la UE refuerza su marco regulador frente a la contaminación por microplásticos y avanza en su compromiso con el objetivo de contaminación cero en 2050, incluido en el Pacto Verde Europeo.

