Europa descubre su “mina urbana”: 1 millón de toneladas anuales de materias primas críticas ocultas en sus residuos electrónicos

Un nuevo análisis del consorcio europeo FutuRaM revela que los RAEE en la UE27+4 contienen cada año en torno 1 Mt de materias primas críticas
Entidad
15-10-2025

Europa está sentada sobre una mina de riqueza tecnológica que pasa desapercibida: sus propios residuos electrónicos. Teléfonos, portátiles, servidores, cables y electrodomésticos en desuso esconden alrededor de un millón de toneladas de materias primas críticas (CRM) cada año en la UE27+4 (la Unión Europea más Reino Unido, Suiza, Islandia y Noruega). Son elementos imprescindibles para fabricar baterías, turbinas eólicas, microchips o vehículos eléctricos, pero que Europa importa en más de un 90 %.

El informe Critical Raw Materials Outlook for Waste Electrical and Electronic Equipment, elaborado por el consorcio europeo FutuRaM y presentado durante el International E-Waste Day, ofrece el diagnóstico más completo hasta la fecha sobre la magnitud de esta “mina urbana”. En total, los europeos generan 10,7 millones de toneladas de residuos eléctricos y electrónicos (RAEE) al año —unos 20 kilos por persona—, de los cuales solo el 54 % se gestiona correctamente. El resto acaba en canales no conformes, mezclado con chatarra o exportado sin control.

 

Una oportunidad circular

El estudio prevé que, si se mantienen las tendencias actuales, el volumen de residuos electrónicos podría alcanzar entre 12,5 y 19 millones de toneladas anuales en 2050. Sin embargo, con una estrategia de economía circular —basada en la reparación, el ecodiseño y la reutilización—, Europa podría mantener los niveles de generación actuales y, aun así, recuperar más de un millón de toneladas de materias críticas cada año.

 

Si se mantienen las tendencias actuales, el volumen de residuos electrónicos podría alcanzar entre 12,5 y 19 millones de toneladas anuales en 2050.

 

Entre los materiales más presentes figuran el cobre (162.000 toneladas recuperadas en 2022), el aluminio (207.000 t), el silicio (12.000 t) y el paladio (2 t). Los expertos subrayan que estos resultados demuestran el potencial del reciclaje avanzado, aunque advierten que aún se pierden más de 100.000 toneladas incluso dentro de los sistemas oficiales, sobre todo de tierras raras en imanes y luminarias.

 

El reto de aprovechar lo que ya tenemos

El análisis del FutuRaM también detalla dónde se encuentran los materiales más valiosos: el cobre en cables y placas, el aluminio en carcasas y bastidores, o los metales del grupo del platino en circuitos y pantallas. En pequeñas cantidades, pero de alto valor, aparecen neodimio, disprosio, tántalo o galio, presentes en dispositivos cotidianos como secadores, taladros, consolas o aparatos médicos.

 

El 46 % de las materias críticas se pierde porque los residuos electrónicos no se recogen adecuadamente, y del 54 % que sí entra en los canales conformes, cerca del 20 % se pierde durante el reciclado. El margen de mejora es enorme”, explica Jorge Torrubia, analista de investigación en el British Geological Survey.

 

Para Martín Muñoz, investigador de la Universidad de Castilla-La Mancha, la clave está en combinar innovación tecnológica y responsabilidad social: “Alargar la vida útil de los productos y desarrollar tecnologías de recuperación sostenibles es esencial para reducir el despilfarro y elevar las tasas de recuperación”.

 

De la extracción a la circularidad

El estudio plantea tres escenarios hacia 2050: el tendencial, el de recuperación y el de circularidad. En este último, la Unión Europea lograría mantener estable el volumen de residuos y multiplicar el aprovechamiento de materiales estratégicos gracias a un mejor diseño de los productos, el refuerzo de las cadenas de reciclaje y la trazabilidad de los RAEE.

 

FutuRaM ofrece una base sólida hasta 2050 para orientar la política de recursos y economía circular europea, situando los residuos electrónicos como un pilar de la independencia material de la UE”, señala José Julián Escario, profesor de la Universidad de Zaragoza.

 

El informe recomienda fortalecer la recogida selectivaincentivar el ecodiseño y aumentar la inversión en tecnologías de separación y refinado de elementos como tierras raras o metales del grupo del platino. Además, destaca la necesidad de mejorar la trazabilidad y reducir las pérdidas en las fases iniciales del ciclo de reciclaje.

 

La política y la economía del futuro

La publicación coincide con un momento de fuerte impulso normativo en la UE. La Critical Raw Materials Act (2024)establece que al menos un 25 % de la demanda europea anual de materias críticas deberá cubrirse con materiales reciclados para 2030. Además, la futura Circular Economy Act —en consulta desde agosto de 2025— y la revisión de la Directiva RAEE prevista para 2026 refuerzan la trazabilidad y el mercado de materias primas secundarias.

Como síntesis, Europa tiene ante sí una doble oportunidad: reducir su dependencia de la minería exterior y convertir su montaña de residuos electrónicos en una reserva estratégica de materiales críticos. En palabras del propio informe, cada aparato desechado es una inversión desaprovechada.

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