Europa fija su hoja de ruta para reforzar la competitividad y acelerar la economía circular

El sector europeo de la gestión de residuos se reunió el 24 de noviembre en Milán en la conferencia “Circularity in practice: ensuring policy effectiveness, realism and the right market”, organizada por A2A, Assoambiente y FEAD. El encuentro analizó los pasos necesarios para que la Unión Europea acelere la implementación real de sus objetivos circulares e industriales en la nueva legislatura.

Durante el ciclo político anterior, la UE aprobó medidas ambiciosas en materia de economía circular, pero la falta de señales de mercado estables, demanda previsible y una política industrial coherente ha limitado su impacto. Con la competitividad como eje central del nuevo mandato, el recién adoptado Clean Industrial Deal sitúa la circularidad como pilar de la estrategia europea de crecimiento y subraya la necesidad de reducir la dependencia de terceros países.

Circular Economy Act: hacer atractiva la circularidad

Dos grandes dosieres europeos marcarán el rumbo del sector en los próximos años: el Circular Economy Act y la revisión del Sistema Europeo de Comercio de Emisiones (ETS) para la incineración de residuos.

En Milán, Aurel Ciobanu-Dordea, director de Economía Circular Competitiva y Política Industrial Limpia en la Comisión Europea, presentó los avances del Circular Economy Act y subrayó que “debemos mejorar la rentabilidad económica de la economía circular. Hoy no está valorada adecuadamente en los mercados globales”.

Recalcó la necesidad de reforzar el mercado interior y de que empresas y consumidores perciban tanto el precio como los beneficios en carbono de los materiales reciclados.

ETS y residuos: equilibrio entre clima, vertedero y mercado

Por su parte, Mette Quinn, responsable del ETS en la DG CLIMA, expuso los resultados preliminares de la evaluación de impacto de la revisión del sistema:

“Estamos analizando múltiples opciones para incorporar distintas actividades de gestión de residuos al ETS, valorando su potencial de reducción de emisiones, los efectos en el mercado interior, la alineación con la jerarquía de residuos y el riesgo de desvío hacia vertederos o exportaciones”.

Además, insistió en que, en cualquier escenario, “las medidas complementarias serán clave” para evitar efectos indeseados, como un aumento del vertido.

Del discurso ambiental a la estrategia industrial

En representación del sector, Roberto Tasca, presidente de A2A, destacó la trayectoria de Italia en economía circular y reclamó un marco regulatorio estable, claro y coherente para desbloquear inversiones empresariales.

“Nuestro Plan Industrial prevé 7.000 millones de euros hasta 2035 para impulsar la economía circular, desde la gestión de residuos hasta el ciclo integral del agua o el aprovechamiento de calor residual”, señaló Tasca.

Confía en que la futura norma europea aporte la estabilidad necesaria para avanzar en descarbonización, independencia energética y nueva inversión verde.

También Chicco Testa, presidente de Assoambiente, recordó que Italia es líder europeo en reciclaje, pero arrastra debilidades estructurales. A su juicio, es imprescindible convertir este liderazgo en una estrategia industrial que reduzca la dependencia de materias primas y energía importadas. “La economía circular ya no puede verse como una simple opción ambiental: debe ser un pilar de la política económica e industrial”, afirmó.

Desde FEAD, su presidenta Claudia Mensi reclamó que las decisiones políticas se diseñen con “realismo práctico” y con un conocimiento directo de la operativa diaria: tecnología, infraestructuras, logística, inversiones y personas. “Las empresas de gestión de residuos deben ser apoyadas, no frenadas por reglas que no reflejan la realidad”, subrayó.