Global Nature reclama una mayor protección de los humedales españoles

La entidad ha publicado una serie de propuestas para reclamar cambios en la Política Agraria Común (PAC) hacia modelos de agricultura y ganadería sostenibles que favorezcan a la biodiversidad
22-08-2022

Desde Fundación Global Nature (FGN), continúan con el análisis de la preocupante situación de sequía que vivimos en la actualidad y su sustancial relación con el cambio climático. La sequía afecta no sólo a ecosistemas y biodiversidad sino también a aspectos socioeconómicos humanos: está directa y negativamente relacionada con la cantidad de agua disponible, almacenada en humedales y acuíferos.

De entre sus consecuencias, si bien la disminución de las precipitaciones es un fenómeno climático recurrente en muchas zonas de España, actualmente los períodos de sequía son más largos e intensos y las temperaturas tanto medias como máximas se están incrementando considerablemente. Con la actual tendencia de calentamiento, la Región Mediterránea y concretamente España, es una de las zonas más vulnerables del mundo. Esta sequía cada vez más duradera y más intensa causa graves afecciones a los ecosistemas, especialmente a los que dependen más directamente de la disponibilidad de agua, como los humedales. Entre sus consecuencias, se encuentran no sólo su pérdida, y la de su biodiversidad asociada, sino también perjuicios económicos como la pérdida de pastos para ganadería y las pérdidas agrícolas

 

La sobreexplotación de los acuíferos, en algunos casos para regadíos mal planificados (como ha ocurrido en los humedales de Doñana y de las Tablas de Daimiel) y la contaminación de éstos por alta concentración en nitratos derivados de la agricultura agravan la situación.

 

Los acuíferos subterráneos contienen más del 95% del agua dulce disponible del planeta. En las regiones áridas y semiáridas, como algunas zonas de nuestro país, éstos son a menudo la única fuente de agua. Y en España más del 45% de los acuíferos están en peligro por la contaminación de los residuos de la industria agrícola y ganadera. 1.000 puntos de 199 masas de agua están afectados o en riesgo de contaminación por nitratos según el listado del MITECO. Y por ello, hay abierto un expediente europeo, por falta de control sobre una excesiva fertilización de cultivos y una mala gestión de residuos de ganadería intensiva que terminan por contaminar los acuíferos.

 

Los humedales, joyas naturales

Los humedales, por su parte, son un conjunto heterogéneo y singular de ecosistemas acuáticos definidos por el encuentro entre la tierra y el agua, que constituyen los sistemas naturales más complejos, productivos y dinámicos, aunque también los más frágiles del planeta, importantes para el bienestar de la humanidad y el resto de los seres vivos. Estos ambientes almacenan, purifican y distribuyen el agua que consumimos, ofrecen protección frente al cambio climático, al tiempo que contribuyen a su mitigación, y frente a las catástrofes ambientales, recargan acuíferos y sirven como hábitat para miles de especies. Se calcula que la mitad de la fauna de la Península Ibérica depende de manera directa de las zonas húmedas. Y millones de personas en todo el mundo dependen de su conservación y aprovechamiento sostenible, siendo esenciales para la pesca, la acuicultura, la agricultura, la ganadería o incluso el turismo.

Sin embargo, hemos vivido la pérdida de casi el 90% de los humedales del mundo en los tres últimos siglos y en las últimas décadas (entre 1970 y 2015) se estima que desaparecieron el 35% de los humedales (una tasa tres veces superior a la de la pérdida de bosques). España no ha sido ajena a esto, y en nuestro país la mayor parte de los humedales fueron drenados y transformados hasta los años 60 y 70 del siglo XX, fundamentalmente para su uso agrario, haciendo desaparecer el 60-70% de su superficie original.

Por todo lo anterior, desde FGN llevan tres décadas trabajando en la conservación y la restauración de humedales españoles, valga como ejemplo el gran trabajo realizado en Palencia, o el premio Ramsar obtenido. A pesar de las actuaciones hasta la fecha, la conservación de los humedales y acuíferos sigue siendo un desafío y requiere de mayores esfuerzos. No solo conservando adecuadamente los que han sobrevivido a la desecación, como en las últimas décadas, sino restaurando progresivamente todos aquellos que puedan recuperar su estructura y funciones perdidas por la acción humana.

 

Las soluciones

 Ante las consecuencias del cambio climático, resulta fundamental consolidar actuaciones de conservación y gestión, que potencien la capacidad natural que los humedales para hacer frente al cambio climático, como demuestran, entre otros, los trabajos realizados por el proyecto europeo LIFE Wetlands4Climate. Por otro lado, además de la vigilancia, denuncia y cierre de extracciones subterráneas ilegales en el entorno de humedales y acuíferos, es importante controlar adecuadamente la contaminación por nitratos es fundamental. Como avanzaba FGN en este documento con propuestas, hay que reclamar modelos de agricultura y ganadería sostenibles, respetuosos con la biodiversidad y el medio natural a través de cambios en la Política Agraria Común (PAC), que protejan los humedales, puesto que estos y el sector agro-ganadero comparten territorio, agua y suelo.

En cuanto al horizonte 2030, el MITECO se ha marcado como objetivo la recuperación de 20.000 hectáreas de zonas húmedas, lo que encaja con la nueva Estrategia para la Biodiversidad de la Unión Europea. Y dentro de ésta, en FGN consideran de especial relevancia la recuperación de los tres grandes “mares interiores” desecados en la Península Ibérica el siglo XX: la Laguna de Antela (Orense), el Mar de Campos (Palencia) y la Laguna de La Janda (Cádiz).

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