Ihobe publica una “Guía para la aplicación de la taxonomía europea para finanzas sostenibles”

Esta guía resulta clave para entender las obligaciones, necesidades e implicaciones de las entidades no financieras en relación con el Reglamento de Taxonomía
Ihobe publica una “Guía para la aplicación de la taxonomía europea para finanzas sostenibles”
Ihobe publica una “Guía para la aplicación de la taxonomía europea para finanzas sostenibles”
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13-05-2022
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Ihobe, Sociedad Pública de Gestión Ambiental del Gobierno Vasco y secretaría técnica del Basque Ecodesign Center -la alianza público-privada entre el Gobierno Vasco y 16 grandes empresas vascas-, ha publicado la “Guía para la aplicación de la taxonomía europea para finanzas sostenibles” que, dirigida a entidades no financieras, analiza el Reglamento UE 2020/852 del Parlamento y del Consejo Europeo.

Esta guía es el fruto de un proyecto piloto realizado entre 2021 y 2022 con la empresa CIE Automotive, miembro del Basque Ecodesign Center, para entender las obligaciones, las necesidades y las implicaciones para las empresas en relación con el Reglamento de Taxonomía. El objeto de la guía es trasladar las lecciones aprendidas en dicho proceso y dar soporte a las entidades no financieras de Euskadi en el proceso de aplicación de dicho reglamento.

La taxonomía es una oportunidad para las empresas de transformar sus modelos de negocios hacia la sostenibilidad y resiliencia ante las nuevas exigencias del mercado y de la sociedad

Reglamento de la Taxonomía

La taxonomía es una clasificación basada en la ciencia que establece orientaciones claras sobre las actividades que pueden ser consideradas como ambientalmente sostenibles, ayudando a informar a las entidades inversoras sobre qué inversiones son sostenibles bajo un criterio único y oficial, aportando transparencia y claridad en el mercado. Gracias a esta armonización de criterios, distintos tipos de actividades económicas pueden ser comparadas bajo criterios uniformes, facilitando así las inversiones transfronterizas.

El Reglamento de la Taxonomía tiene como objetivo reorientar los flujos económicos de inversión hacia la descarbonización, a través de un plan de doble acción: ayudar a las empresas del sector financiero a descarbonizar sus carteras, tanto de valor de inversión como de crédito y, a las entidades no financieras para aumentar sus posibilidades de financiación en tecnologías, productos, y servicios, en línea con las directrices marcadas para la transición ecológica.

La aprobación de esta normativa forma parte de un conjunto de acciones llevadas a cabo por la Unión Europea que dan cumplimiento a los objetivos establecidos en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, adoptada en 2015.

 

Propuesta metodológica

La publicación recoge una propuesta metodológica cuyo objetivo principal es dar soporte a las entidades no financieras de Euskadi en el proceso de aplicación del nuevo reglamento. La guía incluye un análisis de la normativa, los criterios técnicos de selección, garantías mínimas sociales, así como sus implicaciones cuantitativas y cualitativas a la hora de cumplir con los requerimientos de divulgación de información, y se presenta una propuesta para la implementación de todo lo anterior.

La taxonomía atiende a 6 objetivos ambientales: la mitigación del cambio climático, la adaptación al cambio climático, la sostenibilidad y protección del agua y recursos marinos, la transición a una economía circular, la prevención y control de la contaminación, y la protección y restauración de la biodiversidad y ecosistemas.

 

El presente estudio se enmarca en lo que ya se conoce como la «taxonomía climática», que desarrolla las cuestiones de aplicación para los objetivos medioambientales de mitigación y adaptación al cambio climático

Hay que destacar que una actividad económica de una entidad no financiera es una actividad considerada medioambientalmente sostenible cuando, de acuerdo con el artículo 3 del nuevo reglamento, contribuye sustancialmente a uno o varios de los objetivos medioambientales, cumple con el principio de no causar un perjuicio significativo al resto de objetivos ambientales -o DNSH en terminología anglosajona-, se lleva a cabo con las garantías sociales mínimas y se ajusta a los criterios técnicos de selección establecidos para cada uno de los objetivos medioambientales.

La implementación de la taxonomía no debe adoptarse desde una perspectiva meramente de cumplimiento normativo. Se trata de una oportunidad para las empresas de transformar sus modelos de negocios hacia la sostenibilidad y resiliencia ante las nuevas exigencias del mercado y de la sociedad. La taxonomía se presenta como una vía de desarrollo de nuevas líneas de negocio, así como la captación de nuevas formas de financiación y de inversión.

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