Investigadores de la Universidad de Cádiz desarrollan una metodología pionera para cuantificar la evaporación en los embalses andaluces
El estudio estima que los embalses de Andalucía pierden 547 hectómetros cúbicos de agua al año —el equivalente a más de la mitad del volumen del embalse de Iznájar
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Un grupo de investigación de la Universidad de Cádiz, en colaboración con el Instituto Universitario de Investigación Marina (INMAR) y la Universidad del Algarve (Portugal), ha desarrollado una metodología científica que permite cuantificar la evaporación mensual del agua en los embalses andaluces.
Además, el equipo ha diseñado un índice de eficiencia que permite clasificar las presas según su capacidad para retener el agua y reducir pérdidas, ofreciendo recomendaciones técnico-científicas para el diseño de nuevas infraestructuras hidráulicas, especialmente en países en vías de desarrollo.
550 hectómetros cúbicos evaporados cada año
Tras aplicar este método a los 76 embalses andaluces con más de 5 hectómetros cúbicos de capacidad, los investigadores estiman que se pierden cada año 547 hectómetros cúbicos de agua por evaporación, lo que supone aproximadamente el 8 % de los caudales de entrada.
Los científicos recorrieron más de 6.000 kilómetros para realizar muestreos en embalses de las demarcaciones del Guadalquivir, Cuencas Mediterráneas Andaluzas, Guadalete-Barbate, Tinto-Odiel-Piedras y Guadiana.
“En una región como Andalucía, donde la demanda de agua para el consumo agrícola y urbano aumenta en determinados periodos del año, disponer de estos datos es esencial”, explica Santiago García López, profesor de la Universidad de Cádiz y coautor del estudio.
El trabajo, publicado en Journal of Hydrology: Regional Studies bajo el título Estimation of evaporation in Andalusian reservoirs: Proposal of an index for the assessment and classification of dams, combina datos institucionales e isotópicos —que permiten deducir la intensidad de los procesos de evaporación— junto con información meteorológica procedente de la Red Andaluza de Estaciones Automáticas (Red RIA).
Un índice para medir la eficiencia de los embalses
Los resultados muestran grandes diferencias entre embalses. Mientras los más eficientes pierden apenas un 1 % de sus aportaciones, otros alcanzan pérdidas de más del 30 %, llegando al 50 % en los casos más extremos.
Para evaluar estas diferencias, los investigadores proponen dos índices complementarios: uno de eficiencia de almacenamiento y otro de eficiencia de suministro, con los que clasifican los embalses en tres categorías —alta, media y baja eficiencia—. Según el estudio, el 9 % de los embalses andaluces presentan una baja eficiencia, mientras que solo el 5 % muestran un comportamiento excelente frente a la evaporación.
La morfología, la climatología y la localización geográfica resultan determinantes. Los embalses de alta montaña, como el de Quéntar (Granada), presentan menor exposición a la evaporación por sus vasos profundos y condiciones climáticas favorables. En cambio, otros situados en zonas bajas, como el de Barbate (Cádiz), pueden llegar a perder hasta el 25 % del agua almacenada por efecto del viento y las altas temperaturas.
Según el estudio, el 9 % de los embalses andaluces presentan una baja eficiencia, mientras que solo el 5 % muestran un comportamiento excelente frente a la evaporación.
Recomendaciones para un diseño más eficiente
El estudio concluye que para reducir la evaporación, los embalses deben diseñarse atendiendo a factores hidrológicos, geomorfológicos y socioeconómicos, priorizando los valles cerrados y con laderas pronunciadas para minimizar la superficie expuesta al sol.
Asimismo, los investigadores recomiendan repoblar las orillas para generar sombra sobre la lámina de agua y utilizar paneles solares flotantes, que además de reducir la radiación solar directa generan energía eléctrica renovable.
Según García López, “esta metodología puede aplicarse al diseño de infraestructuras hídricas más eficientes y resilientes, especialmente en regiones con estrés hídrico como Andalucía, donde el cambio climático incrementa la presión sobre los recursos”.
El estudio ha sido financiado por la Universidad de Cádiz y la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, a través del proyecto QUALIFICA.
