La bioenergía ocupa un lugar cada vez más relevante en la agenda energética y climática de Cataluña. No solo porque permite aprovechar recursos orgánicos —biomasa forestal, residuos agrícolas, ganaderos o urbanos— para producir calor, electricidad y combustibles renovables, sino también porque constituye una herramienta esencial para reducir emisiones, reforzar la seguridad de suministro y avanzar hacia un modelo energético más sostenible y circular. Los, cada vez más exigentes, compromisos europeos de descarbonización, la necesidad de gestionar de manera eficiente los residuos y la urgencia de disminuir la dependencia de los combustibles fósiles, nos sitúan en un contexto donde la bioenergía se presenta como un vector estratégico de futuro. La región, con un importante potencial agrícola, forestal e industrial, se enfrenta al reto de impulsar nuevas instalaciones, asegurar la calidad del suministro y favorecer la aceptación social de proyectos que transformen el territorio y generen oportunidades económicas locales.
En este escenario, el Institut Català d’Energia (ICAEN) ha reforzado su papel como organismo de referencia en el impulso de las energías renovables térmicas y los gases renovables. Con la aprobación de la Estratègia Catalana del Biogàs 2024-2030 y la Estratègia del Digestat, el Govern ha definido una hoja de ruta que multiplica por 3,5 la producción de biogás en cinco años y sienta las bases de una bioeconomía circular en la que energía, residuos y fertilizantes avanzados forman parte de un mismo ciclo.
Al frente de esta visión se encuentra Anna Camp Casanovas, directora del ICAEN, que analiza en esta entrevista el estado actual del sector, los retos de financiación y regulación, la importancia de la innovación tecnológica y el papel de la bioenergía en la transición energética catalana. Su perspectiva subraya que la bioenergía no es solo una fuente renovable más, sino una pieza clave para alcanzar los objetivos de neutralidad climática y fortalecer el tejido económico y social del territorio.
Me gustaría empezar analizando la situación actual del sector de la bioenergía en Cataluña,¿cómo la describiría en términos de capacidad instalada, número de proyectos y peso en el mix energético de la comunidad?
Cuando hablamos de bioenergía, nos referimos a la energía procedente de la transformación de biomasa, es decir, material orgánico que puede aprovecharse para generar calor, electricidad y biocombustibles. En Cataluña, el sector se desarrolla a partir de biomasa procedente de la gestión forestal sostenible y de plantas de biogás que utilizan residuos orgánicos municipales, fangos de depuradora, vertederos controlados, residuos agroalimentarios y deyecciones ganaderas.
En biomasa forestal funcionan desde hace años instalaciones domésticas de pequeña escala y, más recientemente, redes de calor urbanas que abastecen a colegios, centros de salud o polideportivos, además de calderas industriales de mayor tamaño. Desde el ICAEN elaboramos un censo de instalaciones y podemos apuntar que Cataluña es líder estatal en número y potencia instalada de redes de calor con biomasa: alrededor de 5.000 calderas en funcionamiento con una potencia total de 450 MW.
En cuanto al biogás, actualmente existen 74 plantas de distintas tipologías en Cataluña: en explotaciones ganaderas, centros de tratamiento de residuos, industrias, depuradoras urbanas y depósitos controlados. Su producción ronda los 600 GWh, destinados principalmente a electricidad. La inyección de biometano a la red gasista comenzó en 2021 y Cataluña cuenta ya con 7 de las 13 plantas operativas en el Estado.
Para situarnos, en el mix energético catalán, las renovables térmicas representan en la actualidad un 4 % del consumo de energía final.

"Cataluña es líder a nivel estatal en número y en potencia instalada de redes de calor con biomasa, con alrededor de 5.000 calderas en funcionamiento y una potencia total de 450 MW"
Dentro de este panorama, la biomasa sólida y el biogás concentran gran parte de la actividad. ¿Qué peso tiene cada uno hoy y qué evolución se espera para los próximos años?
La biomasa tiene un papel fundamental en la prevención de incendios forestales, lo vemos cada verano tanto en Cataluña como en España y Francia. Es prioritario promover instalaciones que aumenten la demanda de astilla forestal de los bosques catalanes y que garanticen un suministro estable y de calidad, tanto para el buen funcionamiento de las instalaciones como para minimizar las emisiones a la atmósfera.
En 2014, el Gobierno de la Generalitat aprobó una Estrategia para promover el aprovechamiento energético de la biomasa forestal y agrícola, con el objetivo de alcanzar en 2027 un consumo de 600.000 toneladas anuales, equivalente a la gestión sostenible de 25.000 hectáreas de superficie forestal. El balance de 2024 nos sitúa en 547.000 toneladas, cerca ya del objetivo marcado.
Para el biogás, en mayo de 2024 se aprobó la Estratègia Catalana del Biogàs 2024-2030, que fija un objetivo de 2 TWh anuales en 2030, lo que supone multiplicar por 3,5 la producción actual en cinco años. Esto implica gestionar mediante digestión anaerobia más de 8 millones de toneladas de materiales orgánicos, 4 de ellos deyecciones ganaderas. La estrategia no es solo un plan de suministro energético, sino que plantea un modelo integrado de gestión de residuos y materiales orgánicos, obteniendo fertilizantes de valor añadido y contribuyendo a la bioeconomía circular, con la meta de aprovechar plenamente los recursos orgánicos en 2050. También es clave su aportación a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y de amoníaco. Además, promueve un modelo de plantas arraigadas en el territorio, que den servicio a quienes producen o gestionan residuos, favoreciendo la participación de los agentes implicados y un modelo descentralizado de producción y consumo de energía renovable, en el que también caben las comunidades energéticas.
La participación del mundo rural es esencial para el desarrollo del biogás, ya que aporta el 32 % del potencial estimado. El resto procede de la industria agroalimentaria, la fracción orgánica de residuos municipales, los fangos de depuradoras y los vertederos, materiales más concentrados en zonas urbanas.
"La participación del mundo rural es clave para desarrollar el biogás, ya que aporta el 32 % del potencial total estimado"
El informe “El sector de la bioenergía en Cataluña” elaborado por ACCIÓ identifica 365 empresas vinculadas a la bioenergía, muchas de ellas micro o pequeñas empresas. ¿Qué estrategias se están impulsando para reforzar la cadena de valor, atraer inversión y fomentar la especialización tecnológica?
Hemos planteado el fomento del sector de la bioenergía desde varios ámbitos. Desde el ámbito industrial, el ICAEN es socio fundador del Clúster de Bioenergia de Catalunya, un clúster que nació en el año 2015 y que actualmente agrupa gran parte de empresas y entidades de la cadena de valor del sector de la bioenergía. Colaboramos activamente con la agrupación, mediante acciones coordinadas y en las comisiones de trabajo con las empresas y los centros de investigación. Ofrecemos apoyo técnico y administrativo, y participamos en jornadas y propuestas de impulso a los proyectos de bioenergía, tanto desde el ámbito de la innovación, la implantación de los proyectos con buenas prácticas y en algunos casos con incentivos de ayudas o buscando la mejora de los trámites administrativos.
Desde el punto de vista de la demanda, gracias a los fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRPR), hemos podido incentivar un elevado número de instalaciones de biomasa, tanto domésticas como industriales y redes de calor. Hemos otorgado 2,9 millones de euros en ayudas a la inversión para calderas y estufas de biomasa en el ámbito doméstico (1.140 nuevas instalaciones) y 34 millones para calderas en sectores económicos y de servicios (140 instalaciones nuevas).
Finalmente, y también desde el punto de vista de los incentivos, mediante una línea de ayudas específicas al biogás la Generalitat de Catalunya ha dispuesto tres convocatorias con un presupuesto de 80M€ en total para nuevas plantas que procesen deyecciones ganaderas e incorporen tratamientos del digestato, y también para plantas existentes que añadan etapas de purificación del biogás e inyección a la red del biometano.

Según este mismo informe, el potencial de producción de biometano podría alcanzar los 67,2 TWh anuales en 2030. ¿Qué medidas está impulsando el ICAEN para acercarse a ese objetivo y cómo hace frente a las barreras actuales de financiación, regulación y aceptación social?
Según los estudios de la Prospectiva Energética de Catalunya a 2050 (PROENCAT), el potencial total de producción de biogás en Catalunya es de 8,4 TWh/año, aunque el potencial accesible es de 4,3 TWh/año, referido a los residuos orgánicos y deyecciones ganaderas actualmente generados y susceptibles de gestionarse mediante digestión anaerobia. Tras la aprobación de la Estratègia Catalana del Biogàs, este año se aprobó también la Estratègia Catalana del Digestat 2024-2030. Ambas son pioneras en el ámbito estatal, ya que se elaboraron de forma conjunta con los departamentos de agricultura, medio ambiente y energía, y establecen objetivos de gestión de materiales orgánicos y de producción de biogás, además de identificar barreras y planificar acciones para superarlas con las mejores prácticas disponibles.
Las primeras medidas se han centrado en agilizar la tramitación de los proyectos, difundir la tecnología y definir mecanismos de financiación a través de los fondos del PRTR y recursos propios de la Generalitat. Para mejorar la gestión administrativa, junto con los órganos ambientales hemos definido una memoria tipo con la información mínima necesaria para evaluar los proyectos en primera instancia. También hemos aprobado la declaración de proyectos estratégicos de biogás si cumplen ciertos criterios, como procesar al menos un 50 % de deyecciones ganaderas, incorporar tratamiento de digestatos y ubicarse en zonas vulnerables a la contaminación por nitratos o en áreas de protección atmosférica.
"Hemos aprobado la declaración de proyectos estratégicos de biogás cuando procesan al menos un 50 % de deyecciones ganaderas e incorporan tratamiento de digestatos"
Por otro lado, se habla de que buena parte de la tecnología instalada procede de otros países. ¿Cómo se puede reforzar la innovación local y la colaboración para desarrollar soluciones propias competitivas?
Europa lleva años desarrollando el mercado y la tecnología de biogás, por lo que existen numerosas empresas con amplia experiencia que han buscado alianzas con empresas catalanas. En Cataluña tenemos ya una larga trayectoria de empresas de ingeniería y consultoría ambientales, así como un sector industrial avanzado, que busca implantar soluciones innovadoras que les permitan reducir el consumo de energía y también descarbonizarse. Conjuntamente con el Clúster de Bioenergía y los centros tecnológicos, buscamos ampliar las alianzas empresariales y facilitar proyectos de transformación y desarrollo de nuevas tecnologías propias.
También hemos impulsado una red de oficinas comarcales para la transición energética y una red para el ámbito empresarial, que ayudarán a las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, a descarbonizar procesos, mejorar la eficiencia y impulsar proyectos de generación renovable, incluidas las comunidades energéticas.
Uno de los grandes valores de la bioenergía es su capacidad para cerrar ciclos: desde la gestión de residuos hasta la producción de biofertilizantes o combustibles avanzados. ¿Qué casos o políticas destacaría en Cataluña que estén maximizando este enfoque?
El biogás y la biomasa representan la oportunidad de valorizar también de forma material los productos y darles nuevas aplicaciones a los materiales residuales, y a la vez sustituir el uso de los combustibles fósiles. Un ejemplo clave es la valorización material de las deyecciones ganaderas y los residuos orgánicos, que después de la etapa de digestión anaerobia se pueden procesar para conseguir un producto fertilizante de más valor añadido y sin olores e incluso agua para riego, tan importante también en los episodios de sequía. En estos campos todavía existen algunas trabas legales para poder comercializar estos productos fertilizantes y competir realmente con los de origen fósil.
"El biogás y la biomasa representan la oportunidad de valorizar de forma material los productos y darles nuevas aplicaciones"
Por otro lado, existen combustibles como el hidrógeno verde o el Sustainable Aviation Fuel (SAF) que tienen cada vez más importancia y de los que hay que hablar también. ¿Qué potencial real tienen estos segmentos para el tejido industrial catalán?
En la PROENCAT 2050 no se contempla un uso masivo ni generalizado del hidrógeno renovable, porque se considera que su cadena de transformaciones es menos eficiente que el uso directo de la electricidad generada con energías renovables para la mayoría de aplicaciones. Los usos principales que se prevén son la sustitución del hidrógeno gris como materia prima en procesos industriales, y el uso como combustible para usos térmicos en ciertos sectores industriales y en el transporte pesado por carretera a larga distancia, donde la alternativa de la electrificación actualmente se prevé difícil.
Cataluña tiene que aprovechar todas las posibilidades que le ofrezcan los programas europeos y estatales de soporte a la investigación, la demostración y la innovación, que tendrán una dotación de recursos sin precedentes. Todavía hay retos importantes, como la producción de los combustibles sostenibles para la aviación (SAF) y para el transporte marítimo (SMF) en la doble vertiente de combustibles bioavanzados y combustibles sintéticos.
La implantación de plantas de bioenergía a veces se enfrenta al rechazo por parte de la comunidad local, muchas veces por desconocimiento. ¿Qué iniciativas o modelos cree más efectivos para favorecer la aceptación social y asegurar su integración en el territorio?
Tenemos que establecer mecanismos para garantizar que el territorio pueda participar activamente en la transición energética en general. Tenemos que definir acciones comunicativas para mejorar el mensaje que llega a la población sobre las energías renovables y el biogás concretamente, hablar más y compartir información, preocupaciones y datos reales. No debemos olvidar que en Europa están en marcha desde hace años más de 21.000 plantas de biogás. Estamos hablando de países como Francia y Alemania, que se caracterizan precisamente por ser avanzados y rigurosos. Aquí, cualquier proyecto de estas características, antes de ver la luz tiene que superar numerosas fases de tramitación ambiental y urbanística; además, la administración es garantista en el cumplimiento de todas las leyes.
En el caso de la biomasa forestal, es muy importante establecer mecanismos para garantizar que la biomasa procede de la gestión forestal sostenible de los bosques, impulsando aquellas acciones que los hacen más resilientes al cambio climático. En Cataluña existen diversas experiencias reales con resultados muy interesantes. El aprovechamiento energético de la biomasa es una herramienta más de la cadena de la gestión forestal para hacerla.
"En Europa hay en marcha desde hace años más de 21.000 plantas de biogás, mientras que aquí los proyectos deben superar muchas fases de tramitación"
Disponibilidad de recursos, logística de suministro, talento especializado, exigencias normativas… ¿Cuál considera el reto más urgente de resolver?
El suministro de los materiales como recursos, en el sector de la bioenergía, es un eslabón destacado. Para las calderas de biomasa son un punto crítico la calidad del producto y la garantía del suministro. Trabajamos de forma estrecha con el sector empresarial para conseguirlo, buscando las mejoras fórmulas de aseguramiento en los contratos y también de formación para los usuarios de las instalaciones.
El biogás ofrece una solución a la gestión de las deyecciones ganaderas y a los residuos orgánicos tanto municipales como industriales que nuestras actividades generan a diario, de modo que donde producimos el material es donde deben ubicarse las plantas. Éstas, además, tienen que dimensionarse para procesar los productos disponibles en la zona de implantación. Tenemos material disponible que necesita ser procesado para evitar emisiones a la atmósfera y contaminación de las aguas, de modo que todavía hay un largo recorrido por delante.
"Las energías renovables térmicas crecerán con fuerza, pasando del 4 % actual del consumo final de energía al 21,8 % en 2050"
Para terminar, me gustaría saber cómo ve el papel de la bioenergía en Cataluña dentro de la transición energética en los próximos años.
La PROENCAT prevé un escenario de electrificación de la demanda energética en 2050, basado en una mejora sin precedentes de la eficiencia y de los procesos industriales. Para las renovables térmicas, se considera prioritario su uso en aplicaciones donde no hay alternativas claras de electrificación y en los entornos donde se encuentra el recurso.
En bioenergía, se espera un avance en el conocimiento y la comercialización de nuevas rutas de síntesis de biocombustibles con tecnologías termoquímicas o bioquímicas, a partir de residuos, subproductos o biomasa. La biomasa seguirá utilizándose para usos térmicos en el sector residencial y de servicios —principalmente calefacción y agua caliente— con una presencia reducida, en torno al 6,3 % en 2050 (incluido el biogás). También tendrá presencia en procesos industriales vinculados a la obtención y gestión de estos recursos, como madera, agroalimentación, cemento, cal o yeso.
Las energías renovables térmicas crecerán con fuerza, pasando del 4 % actual al 21,8 % del consumo final en 2050, gracias a los gases renovables (biogás e hidrógeno) y a los líquidos renovables (bioqueroseno).


