Desde hace más de dos décadas, Pedro Simón dirige la labor técnica de ESAMUR, la entidad pública encargada del saneamiento y depuración en la Región de Murcia. Ingeniero comprometido con la eficiencia y la sostenibilidad, ha sido testigo de la profunda transformación que ha experimentado el modelo de gestión del agua en la región, especialmente en los últimos años.
Simón analiza en esta entrevista los retos actuales de la depuración y reutilización en un territorio especialmente sensible a la escasez hídrica, la importancia de la investigación y la innovación en el ciclo integral del agua, y las claves para avanzar hacia un modelo circular y sostenible.
Desde su llegada a la dirección técnica de ESAMUR en 2002, ¿cómo ha evolucionado el modelo de saneamiento y depuración en la Región de Murcia?
El modelo de saneamiento cambió radicalmente a partir de la Ley 3/2000 de Saneamiento de las aguas residuales de la Región de Murcia. En esta Ley se amplían las competencias de la Comunidad Autónoma en cuanto a depuración, puesto que antes eran estrictamente municipales. Se basa en tres pilares: Plan Director de Saneamiento, creación del Canon de Saneamiento y creación de ESAMUR, como empresa pública especializada en depuración y recaudadora del canon de saneamiento. Y este modelo significó un antes y un después en la depuración en la Región de Murcia.
"Nuestras señas de identidad son un férreo compromiso con el óptimo funcionamiento de nuestras depuradoras y el afán continuo por mejorar permanentemente, situándonos por delante de las exigencias"
La Región de Murcia es un territorio especialmente sensible a la escasez hídrica. ¿Qué papel ocupa la reutilización del agua regenerada dentro de la política regional de recursos hídricos?
En la Región de Murcia, el agua regenerada supone un 15 % de las necesidades en regadío de la Región. Y la reutilización es muy importante, por el volumen que supone y el hecho de que es la más segura de las fuentes de agua, y por el compromiso y la imagen proyectada de que se usan todas las fuentes posibles de agua, siendo un claro ejemplo de sostenibilidad y economía circular.
ESAMUR se ha consolidado como un referente dentro y fuera de nuestras fronteras en eficiencia y reutilización del agua. ¿Qué técnicas y estrategias de gestión han permitido alcanzar este reconocimiento?
En primer lugar, le agradezco sus amables palabras. Yo diría que nuestras señas de identidad son dos: un férreo compromiso por que el funcionamiento de nuestras depuradoras sea óptimo, con un control y exigencia muy alto; y, en segundo lugar, destacaría nuestro afán continuo por la mejora permanente y en ir por delante de las exigencias, apoyándonos en la investigación como uno de nuestros pilares fundamentales.
En materia de circularidad del agua, el organismo cuenta con una amplia experiencia en reutilización y gestión de lodos. Desde su perspectiva, ¿qué áreas deben reforzarse para seguir avanzando hacia un modelo plenamente sostenible?
En cuanto a reutilización de lodos, todo el lodo producido en nuestras depuradoras (140.000 t/año) se reutiliza en agricultura. Para ello nos favorecen dos circunstancias: una, que es un recurso muy beneficioso para las cosechas en la Región, puesto que nuestros suelos son muy deficitarios en materia orgánica, y también son una fuente excelente de nutrientes —Y esta actividad se lleva a cabo con un control exhaustivo de la aplicación—. La segunda circunstancia es que, dada la industria en la Región, los lodos presentan muy bajos índices de metales pesados o sustancias que podrían impedir la reutilización. Y con respecto a la co-digestión, es una práctica imprescindible para producir más biogás, aunque también genera más lodos.
Nosotros estamos trabajando en ella, porque es un tema de futuro y que va a ser un pilar fundamental de la autosostenibilidad energética, que es una exigencia de la nueva Directiva. Aunque en este tema hay zonas como Cataluña y Sevilla que han dado grandes pasos en este sentido.
"Aspectos como la evaluación del ciclo de vida de las instalaciones o el coste del ciclo de vida deberán ser consideradas en su diseño, olvidándonos de las absurdas prácticas de buscar el mínimo precio"
Durante Future4 Water 2025, organizado por RETEMA, afirmó que “la circularidad empieza antes de llegar a nuestras instalaciones”. ¿Qué papel deberían desempeñar las comunidades locales para garantizar un mejor control de las aguas de entrada a las EDAR?
Sí, es un tema muy importante. Sostenibilidad no es sólo sacarle partido a los residuos o reducirlos mucho, realmente empieza con usar los mínimos recursos para conseguir un óptimo resultado en nuestros tratamientos. Los Ayuntamientos deben incorporar el control de los vertidos industriales como una de sus prioridades, puesto que, de otro modo, estarán permitiendo que todos los ciudadanos paguen más por el tratamiento, porque algunas empresas tramposas (que afortunadamente son las menos) no quieren hacerse cargo de sus costes, lo que también supone un perjuicio para otras empresas de su ramo, a las que les hace una competencia desleal.
Además, en algunos casos vierten productos que pueden dificultar o impedir la reutilización del agua o los lodos. Ya no es admisible argumentar razones de puestos de trabajo o similares, el respeto al medio ambiente y el juego limpio deben ser premisas fundamentales para las empresas, y los Ayuntamientos deben necesariamente controlar los vertidos.
También subrayó la importancia de reforzar la financiación para la mejora y el desarrollo de infraestructuras. ¿Qué medidas o mecanismos considera más adecuados para asegurar una inversión continuada en este ámbito?
Se nos podrá y deberá exigir eficiencia en nuestra gestión de las plantas depuradoras. Es nuestra obligación y compromiso con la sociedad. Pero las infraestructuras necesitan renovación y mejora, como cualquier equipo o infraestructura. Ojalá fueran eternas, pero no lo son. Y si no invertimos en esa renovación, antes o después se generarán fallos en el funcionamiento, con consecuencias que podrán ser muy graves, incluso en el ámbito penal, y una eficiencia cada vez menor que implicará un coste de operación cada vez mayor.
El ciudadano debe ser consciente de que no hay soluciones mágicas y que, si quiere un medio ambiente adecuado, no debe dejarse embaucar por esas trampas y actitudes, y las tarifas deberán estar acorde con los costes reales. Eso sí, exigiendo una excelente gestión. Por otra parte, flexibilizar normativas administrativas y de contratación, para favorecer la colaboración público-privada, sería también un paso importante.
"El ciudadano debe ser consciente de que no hay soluciones mágicas y que, si quiere un medio ambiente adecuado, las tarifas deberán estar acorde con los costes reales"
Con la entrada en vigor de la nueva directiva TARU, que plantea requisitos más exigentes en materia de circularidad, ¿qué oportunidades de mejora e innovación identifica para el sector?
Todos los retos, y esta Directiva lo es por su alto grado de exigencia, nos obliga a buscar nuevas soluciones para nuestra gestión diaria y para buscar una sostenibilidad a largo plazo. Aspectos como la evaluación del ciclo de vida de las instalaciones o el coste del ciclo de vida, deberán ser consideradas, en su diseño, olvidándonos de las absurdas prácticas de buscar el mínimo precio. Lo barato, a la larga, sale caro.
Pero también es un aliciente para repensar tratamientos, para ser más valientes en la búsqueda de soluciones, para no dejar de lado soluciones de interés e innovadoras porque no son las tradicionales. Y, sobre todo, debe ser motivación para impulsar la investigación a todos los niveles, básico y aplicado. Sin la investigación básica estaremos haciendo una casa sin cimientos, y es lo que nos permitirá dar saltos cualitativos.
En este proceso de modernización del sector, ¿qué retos de innovación considera prioritarios para afrontar?
Considero que un reto de innovación debe ser cambiar nuestra mentalidad con respecto a nuestros clientes, los ciudadanos. Hay que ganarse su confianza. Tenemos que demostrarle que luchamos cada día por su bienestar. Explicarles qué hacemos y cómo lo hacemos. Que se de cuenta del valor de los servicios que se le prestan. Que ese coste que paga para los servicios de agua, es absolutamente necesario para su bienestar, y mucho más importante que otros gastos superfluos y mucho menos importantes que tenemos.
Hay que explicarle que cuidar el agua, con las infraestructuras necesarias y renovadas, con el personal adecuado, es absolutamente necesario para disponer de un recurso vital. Quizás el más vital. Y sacar de la bronca política el agua, que es algo absolutamente absurdo. Posiblemente un regulador independiente y vinculante en sus decisiones, ayudaría mucho. Y relacionado con lo anterior, renovar las instalaciones. Pero mirando a largo plazo.
Y otro reto muy importante es la gestión de las aguas de lluvia. Hay que poner mucha imaginación para intentar sacarle partido a ese valioso recurso y reducir los daños medioambientales que puede generar, gestionando el urbanismo de las ciudades de una manera mucho más inteligente y apoyándose en soluciones naturales, en la medida de lo posible.
En el contexto actual de transformación digital del sector, ¿qué tecnologías emergentes considera que favorecerán una gestión más automatizada y sostenible de las EDAR?
Está claro que la digitalización está cambiando nuestras vidas y, por supuesto la operación de las EDAR. Nos permite ser capaces de optimizar los procesos, a partir de la gran cantidad de datos que nos permite recoger y los modelos y herramientas matemáticas, como los CFD, BIM, sensores virtuales, etc. Nos permite un control al segundo y mucho más efectivo para reducir los problemas que puedan presentarse. También va a ser un paso adelante en la eficacia de los mantenimientos, con un seguimiento mediante análisis de vibraciones, temperatura, etc que nos permitirá adelantarnos a las averías y aumentar la durabilidad de los equipos.
Pero no hay que olvidar un punto importante, que es la ciberseguridad. Cada vez nos estamos haciendo más vulnerables a este tipo de ataques, y debemos blindarnos contra estos delincuentes que pueden generarnos problemas muy importantes.
"Iremos mejorando continuamente y dando pequeños saltos, pero salvo que creemos un ecosistema que promueva la investigación, seamos más flexibles en nuestras estructuras normativas y que consigamos la confianza de los ciudadanos, va a ser difícil dar un salto verdaderamente relevante"
Ahora que termina el año, ¿cuáles identifica como las próximas fronteras de la innovación en el sector hídrico?, ¿hacia dónde cree que evolucionará la gestión integral del ciclo del agua en los próximos años?
En este momento no veo un salto radical, más allá de las mejoras de la digitalización, que ya es importante. Vamos a optimizar los tratamientos, vamos a reducir los consumos energéticos y de reactivos, vamos a detectar antes los problemas. Los modelos matemáticos nos permitirán diseñar cada vez mejor. Es decir, iremos mejorando continuamente y dando pequeños saltos.
Pero, salvo que creemos una cultura y un ecosistema que promueva la investigación y la búsqueda continua de mejoras, que seamos más flexibles en nuestras estructuras normativas y administrativas, que consigamos la confianza de los ciudadanos, va a ser difícil dar un salto verdaderamente relevante. Pero soñar es gratis, ¡quizás lo podamos conseguir, sólo depende de nosotros! Como me dijo la persona que me introdujo en el mundo del agua hace muchos años: ¡El agua emborracha!

