La segunda edición de Future4 Water reúne al sector del agua para afrontar los grandes desafíos del futuro
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Con más de un centenar de asistentes reunidos en el Espacio Caminos del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de Madrid y un programa técnico compuesto por más de una veintena de ponentes del máximo nivel, la segunda edición de Future4 Water 2025 consolidó este jueves 16 de octubre su papel como punto de encuentro clave para los actores que impulsan la transformación de la gestión del ciclo del agua en España.
Organizado por RETEMA y conducido por la periodista especializada en ciencia y tecnología Patricia Ruiz Guevara, el evento ofreció una jornada intensa de debate, intercambio de conocimiento y visión estratégica, estructurada en mesas redondas y diálogos con líderes del sector, centrada en los principales vectores que marcarán el futuro de la gestión hídrica: digitalización, economía circular, planificación, inversión, y sostenibilidad económica e innovación tecnológica.
Future4 Water 2025 reunió a algunas de las personalidades más influyentes y entidades líderes del sector para abordar cuestiones capitales sobre el presente y el futuro del agua.
El evento arrancó con las palabras de bienvenida de Alberto Casillas, director de la revista RETEMA, quien subrayó la vocación de Future4 Water 2025 como un punto de encuentro estratégico para reflexionar colectivamente sobre el presente y el futuro del agua. En su intervención, puso en valor la necesidad de avanzar hacia un modelo de gestión más sostenible, resiliente e innovador, destacando el papel del conocimiento compartido, la colaboración público-privada y la innovación tecnológica como palancas clave para afrontar los grandes desafíos del sector.
“Nos encontramos en un punto de inflexión para el sector del agua”, advirtió, y “solo con una mirada integral, una estrategia compartida y voluntad de transformación podremos garantizar el acceso universal, seguro y eficiente al agua para las próximas generaciones”.
Casillas cerró su intervención agradeciendo la presencia de las autoridades, panelistas, asistentes y empresas patrocinadoras, y lanzando un mensaje claro sobre el poder de la colaboración multisectorial, elemento transversal en todos los debates del encuentro.
“Los grandes avances se producen cuando conectamos el talento, el compromiso y el conocimiento de quienes impulsan el cambio desde lo público, lo privado, la ciencia y la innovación.”
Presencia institucional
La jornada fue inaugurada oficialmente por Rafael García, viceconsejero de Medio Ambiente, Agricultura y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, y María Dolores Pascual, directora general del Agua del MITERD. La presencia institucional puso de manifiesto el compromiso de las administraciones públicas con los grandes retos que enfrenta el sector del agua, así como con la colaboración interinstitucional como herramienta clave para abordarlos con eficacia.
En su intervención, el viceconsejero subrayó el papel estratégico del agua como vector de desarrollo económico, social y territorial, y remarcó la necesidad de afrontar los desafíos del ciclo urbano desde una visión de futuro, basada en la anticipación, la planificación a largo plazo, la inversión sostenida, la innovación tecnológica y una gobernanza colaborativa y transparente.
“Hablar de agua, en Madrid, en España o en Europa, es hablar del futuro del territorio, del crecimiento urbano, del desarrollo económico y social. En definitiva, es hablar de vida. No hay desarrollo económico posible sin cuidar nuestros recursos naturales.”
García destacó además el papel de Canal de Isabel II como operador público de referencia nacional, gracias a un modelo consolidado de gestión eficiente, sostenibilidad y modernización tecnológica. En este contexto, puso en valor la cultura del ahorro hídrico arraigada en la sociedad madrileña, y recordó que el índice de pérdidas en la red se sitúa en torno al 4 %, el más bajo del país.
Asimismo, anunció que la Comunidad de Madrid está ejecutando la mayor inversión hídrica de su historia, con más de 2.000 millones de euros destinados a ampliar y renovar infraestructuras, impulsar la digitalización, reforzar la resiliencia del sistema frente al cambio climático y mejorar la calidad del servicio en todo el territorio.
“La historia del agua en Madrid es también una historia de innovación y de servicio público, con la que debemos seguir construyendo el futuro.”
Por su parte, María Dolores Pascual, directora general del Agua del MITERD, defendió la necesidad de situar el agua en el centro del debate público, social y político, alertando de que “cuesta más de lo que debería, a pesar de los avances logrados por España en las últimas décadas”. Subrayó que estos logros son fruto de una gestión colaborativa que ha involucrado a todas las escalas administrativas, al sector empresarial, al mundo académico y a los centros de innovación.
Afirmó que el país puede sentirse orgulloso de su trayectoria en materia de desalación, modernización del regadío y economía circular del agua, pero advirtió de que los retos actuales —desde el cambio climático hasta un marco normativo europeo más complejo— exigen una transformación profunda del modelo.
“El futuro del agua lo construimos nosotros mismos. Si no somos capaces de proteger nuestros ecosistemas, no podremos garantizar una sociedad sana y resiliente”.
La directora general subrayó que España deberá movilizar en los próximos años más de 24.000 millones de euros para adaptar su sistema de tratamiento de aguas residuales a las nuevas exigencias, lo que requiere avanzar en innovación, corresponsabilidad financiera y gobernanza colaborativa. También remarcó el papel que han jugado los fondos Next Generation para acelerar la digitalización y la eficiencia del sistema.
“Hemos dado un salto cualitativo gracias a los fondos europeos, pero en julio de 2026 finalizan. Necesitamos tener claro qué modelo sostenible queremos construir”.
Cerró su intervención haciendo un llamamiento a consolidar las fortalezas del sistema —un sector público con vocación, un marco regulatorio estable y empresas punteras— para construir un modelo hídrico más resiliente, justo y preparado para el futuro.

Un programa técnico para abordar los grandes retos del agua
- La digitalización como palanca de eficiencia y anticipación
El programa técnico arrancó con un primer panel centrado en uno de los grandes vectores de transformación del sector: la digitalización. El debate reunió a tres voces clave del panorama institucional y operador, que compartieron el punto de madurez digital de sus organizaciones y cómo la tecnología está ayudando a mejorar la eficiencia operativa, anticipar decisiones, optimizar recursos y reforzar la calidad del servicio.
Esther Torvisco, subdirectora de Gestión de Activos del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia, explicó cómo la digitalización se ha integrado desde hace décadas en el modelo operativo de la entidad, permitiendo ofrecer un servicio homogéneo, eficiente y automatizado a más de un millón de personas. Subrayó que “la digitalización no es un fin en sí mismo, sino una herramienta para tomar mejores decisiones sobre inversión y planificación”.
“Queremos saber hacia dónde dirigirnos, qué infraestructuras renovar, dónde invertir. Eso requiere datos, pero sobre todo conocimiento.”
Destacó también el desarrollo de un banco de datos unificado —impulsado en el marco del PERTE— que permitirá integrar información de toda la cadena de valor del agua y abrir nuevas posibilidades de análisis e inteligencia operativa. Torvisco también puso el foco en algunos de los retos operativos, como la falta de continuidad en los equipos técnicos de proveedores, la elevada carga de trabajo de las asistencias técnicas o la necesidad de reforzar la ciberseguridad como parte inherente de cualquier estrategia digital avanzada.
Intervino también José Luis López, jefe de División de Transformación Digital de EMASESA, detallando la hoja de ruta que la empresa pública puso en marcha en 2021 con un programa de transformación digital a diez años. Entre los principales proyectos destacó el despliegue del sistema de telectura —que alcanza ya al 76 % del parque de contadores—, la implantación de un gemelo digital para simulaciones hídricas y balances en tiempo real, y nuevas herramientas de inteligencia artificial para mejorar la eficiencia y la calidad del servicio.
Más allá de la tecnología, subrayó que el éxito del proceso depende de las personas, la organización y la cultura interna. Por ello, EMASESA ha creado una Oficina de Transformación Cultural y ha impulsado un plan de acción en cuatro fases que involucra a todos los departamentos de forma transversal. También advirtió sobre los riesgos de fragmentación y falta de estándares en el ecosistema tecnológico del sector, así como sobre la necesidad de reforzar la ciberseguridad desde la raíz de los sistemas.
“La transformación digital se sustenta en tres pilares: personas, procesos y tecnología. Si uno falla, todo se tambalea.”
Por último, Vanesa Mateo, directora general del Agua del Gobierno de Asturias, aportó la visión institucional desde una administración que gestiona infraestructuras supramunicipales y opera en entornos rurales de alta dispersión. Explicó cómo el proceso de digitalización ha permitido confirmar los diagnósticos previos y avanzar hacia una gestión más eficiente y orientada al dato, especialmente en pequeños municipios. Subrayó que uno de los primeros pasos fue diseñar una plataforma propia para centralizar y procesar los datos, lo que ha facilitado planificar con mayor anticipación y optimizar las inversiones.
“Digitalizar no es solo instalar sensores: es entender qué datos necesitamos, cómo los vamos a usar y cómo los vamos a integrar en la toma de decisiones.”
Durante su intervención, también abordó las barreras estructurales, como la burocracia administrativa y la falta de continuidad de algunos proyectos, insistiendo en la necesidad de formar talento en inteligencia artificial para no perder el tren de la innovación. Mateo destacó la importancia de implicar a todos los niveles de la administración y de ofrecer soluciones útiles y accesibles que garanticen la continuidad: “Cuanto más útil sea la herramienta, más se consulta, más continuidad tendrá”.
- Visión estratégica para un agua más segura, inteligente y conectada
El primer diálogo estratégico de la jornada contó con la participación de Fernando Cortabitarte, director de Ciclo del Agua en ACCIONA, quien compartió la visión de la compañía sobre cómo la digitalización y la tecnología industrial están redefiniendo el modelo de gestión del agua. En un contexto marcado por los efectos del cambio climático y la creciente complejidad operativa, Cortabitarte defendió una transformación tecnológica orientada a anticiparse a los riesgos, optimizar procesos y garantizar la seguridad del suministro.
Durante la conversación, subrayó el papel clave de la ciberseguridad y la integración tecnológica como ejes estructurales de esta nueva etapa. Destacó la reciente incorporación de Mytra, empresa especializada en soluciones OT/IT, que refuerza las capacidades de ACCIONA en automatización y protección de infraestructuras críticas. Además, explicó cómo la compañía combina desarrollos propios, coinnovación con grandes tecnológicas y soluciones de mercado para desplegar plataformas robustas como la implementada en Qatar, donde producen el 40 % del agua potable del país.
“Nuestro objetivo no es digitalizar por digitalizar. La tecnología no es el fin, sino la herramienta. Lo importante es transformar los datos en decisiones que permitan operar mejor, anticipar problemas y proteger el agua.”
Cortabitarte incidió también en la necesidad de construir un ecosistema de soluciones interoperables, escalables y ciberseguras, que permita a los gestores tomar decisiones en tiempo real. “La transformación digital ya no es un proceso futuro, es una realidad operativa que debe traducirse en beneficios tangibles sobre la eficiencia, la resiliencia del sistema y, especialmente, sobre la sostenibilidad ambiental”, concluyó.
- Economía circular en acción: de la reutilización a la valorización
El segundo panel de la jornada se centró en uno de los ejes estratégicos del cambio de modelo en el ciclo del agua: la economía circular. El debate reunió a perfiles institucionales, técnicos y gestores de distintas regiones, para abordar cómo se están desplegando —y escalando— soluciones circulares como la reutilización del agua regenerada, la valorización de subproductos o la recuperación energética.
Irene Morante, jefa de Área de Saneamiento y Depuración en la Dirección General del Agua del MITERD, ofreció la visión del regulador, subrayando la necesidad de transformar el marco normativo para que actúe como facilitador del cambio hacia modelos verdaderamente circulares en el ciclo del agua. En su intervención, recordó que la planificación hidrológica ya incorpora esta visión circular, pero que resulta imprescindible adaptar la legislación básica estatal para permitir que las comunidades autónomas puedan desarrollarla con mayor ambición. “La circularidad —señaló— no puede depender solo de la voluntad de los gestores: debe estar estructuralmente integrada en la regulación y en las políticas públicas.”
“La gestión del agua no puede ser un asunto partidista. Necesitamos planificación a medio y largo plazo, objetivos comunes y una regulación que permita avanzar con flexibilidad, pero con rumbo claro.”
Morante puso en valor la ambición de la nueva Directiva de Aguas Residuales Urbanas, que extiende las exigencias de depuración y saneamiento a pequeños municipios, introduce requisitos más estrictos para la eliminación de microcontaminantes y refuerza la eficiencia energética. Además, explicó que desde el MITERD se está trabajando en un nuevo marco normativo para impulsar la reutilización, favorecer la valorización de lodos y fomentar la recuperación de recursos como el fósforo, ya aplicados en agricultura en un 80 % de los casos. Para ello, insistió en la importancia de la colaboración interadministrativa, la gobernanza compartida y la financiación como pilares clave para avanzar en esta transición circular.
Por su parte, Pedro Aguiló, director de Operaciones del Consorci Besòs Tordera, compartió la experiencia de su entidad en el desarrollo de soluciones circulares en un entorno metropolitano denso y complejo, donde la cooperación entre actores públicos, empresas y usuarios finales es imprescindible. Subrayó la importancia de consolidar la demanda de agua regenerada, especialmente en el contexto de sequías, señalando que “aunque la emergencia hídrica dispara su uso, es fundamental mantenerla estructuralmente en el sistema”. También destacó otros vectores de circularidad como la recuperación de nutrientes o la autosuficiencia energética mediante la producción de biometano o la producción de energía solar fotovoltaica.
“La economía circular no puede depender solo del contexto de sequía: necesitamos una demanda estable y marcos normativos que nos permitan planificar con visión de largo plazo.”
Aguiló valoró positivamente que la nueva Directiva de Aguas Residuales Urbanas esté alineada con el marco regulador español, y apuntó que “lo mejor que nos ha pasado es que nos ha pillado trabajando”: con planes de fangos, energía o codigestión ya en marcha. Precisamente sobre esta última técnica, insistió en que “es economía circular en estado puro”, aunque su despliegue requiere años de tramitación, múltiples actores y una fuerte implicación social. Finalmente, defendió la necesidad de avanzar hacia modelos de “ventanilla única” que reduzcan la fragmentación administrativa y faciliten la inversión y la coherencia entre comunidades autónomas.
Juan Ángel Conca, director gerente de EGEVASA, compartió la visión de un operador público que gestiona el ciclo integral del agua en numerosos municipios de la provincia de Valencia. Partiendo de la experiencia reciente de la DANA —de la que se cumplía un año—, subrayó cómo los episodios extremos están cuestionando el modelo actual y exigen infraestructuras resilientes, gobernanza supramunicipal y herramientas que permitan actuar con agilidad en situaciones de emergencia. “Gracias al convenio con la entidad pública de saneamiento, pudimos intervenir en 90 municipios afectados por la DANA, cuando EGEVASA solo gestiona directamente nueve”, explicó, destacando la importancia de contar con un marco normativo que permita escalar la acción más allá del ámbito local.
“El agua debe dejar de depender de una concejalía. Es un asunto de Estado, como la educación o la sanidad.”
Conca defendió una reforma estructural que avance hacia un modelo de financiación más sólido, capaz de abordar los desafíos climáticos que afectan al país —España es ya el quinto país europeo con mayor riesgo climático—. En este sentido, planteó la necesidad de repensar el modelo actual, con medidas como una tasa similar a la de residuos para el abastecimiento en alta y baja. También subrayó que la digitalización ha llegado al tratamiento del agua, pero no aún a la gestión administrativa, que sigue anclada en procedimientos obsoletos: “Necesitamos que la transformación digital alcance también los procesos de adjudicación, control y planificación, para que el agua sea un verdadero instrumento preventivo frente a las grandes catástrofes”.
Desde el ámbito autonómico y operador, Pedro Simón, director técnico de ESAMUR, destacó la posición de la Región de Murcia como referente europeo en reutilización del agua, con unos índices de aprovechamiento y eficiencia que la sitúan entre las más avanzadas. Subrayó que, tras años de experiencia en regeneración, codigestión y valorización de lodos, el reto actual pasa por optimizar y rediseñar las infraestructuras para extender su vida útil y adaptarlas a nuevos usos.
“La circularidad no es solo aprovechar los componentes del agua, también implica diseñar sistemas duraderos, eficientes y sostenibles”
Simón incidió también en el valor de la aceptación social como condición indispensable para escalar la reutilización. Para ello, defendió un marco legal claro, el compromiso institucional y la transparencia como pilares esenciales: “Hay que enseñar lo que hacemos, demostrar la calidad del agua regenerada, y generar confianza en los técnicos”. Finalmente, apuntó a la inteligencia artificial como una herramienta prometedora para anticipar decisiones y aportar flexibilidad en la gestión, pero insistió en que “la verdadera transformación requiere cooperación y confianza mutua entre todos los actores del ciclo del agua”.
Tras este bloque, los asistentes pudieron disfrutar de una pausa para el café, un espacio pensado para favorecer el networking, el intercambio de impresiones y la generación de conexiones entre profesionales del sector en un ambiente más distendido y cercano.
- Inversión, planificación y sostenibilidad para un sistema hídrico viable
La jornada continuó con un tercer panel enfocado en los aspectos estructurales que condicionan la viabilidad del ciclo urbano del agua: la planificación estratégica, la movilización de inversiones y la sostenibilidad económica. Un debate amplio y diverso que reunió a responsables de algunos de los principales operadores y administraciones del país, con experiencias y modelos de gestión distintos pero retos comunes.
Pedro Barreiro, director gerente del Consorcio de Aguas Bilbao Bizkaia (CABB), presentó las claves del nuevo plan de inversiones de la entidad —el mayor de su historia, con casi 380 millones de euros previstos hasta 2028— y destacó su carácter dinámico y programado. Subrayó que el CABB actualiza anualmente su hoja de ruta con un horizonte a cuatro años, lo que permite a empresas y municipios consorciados anticiparse, planificar con mayor eficiencia y colaborar de forma más eficaz.
Barreiro no eludió uno de los debates estructurales del sector: el desfase tarifario. Recordó que las tarifas del agua en España siguen muy por debajo del coste real del servicio, lo que condiciona la viabilidad de las inversiones y la sostenibilidad del sistema. Aunque reconoció la sensibilidad ciudadana ante posibles subidas, advirtió que sin una revisión tarifaria será difícil mantener una gestión eficiente y solvente. En su intervención, también reivindicó la alta cualificación técnica del personal del sector, señalando que “contamos con talento, pero debemos saber retenerlo” y cerró con un gesto simbólico, sacando una gorra azul con el lema “Making water important again”, como recordatorio de que el agua debe estar en el centro del debate político, económico y social.

“Las tarifas del agua están muy por debajo de lo necesario para garantizar un servicio eficiente, sostenible y de calidad. Este desfase no es nuevo, pero es urgente abordarlo si queremos avanzar con solidez.”
Por su parte, Mariano González, consejero delegado de Canal de Isabel II, compartió la estrategia a largo plazo de la empresa pública madrileña, basada en una modernización integral de sus infraestructuras y servicios. González subrayó la necesidad de pasar de una planificación reactiva a una visión preventiva, apoyada en diagnósticos más certeros y herramientas digitales. El nuevo plan de inversiones, dotado con más de 2.000 millones de euros, prioriza tres grandes líneas de actuación: el abastecimiento, el saneamiento y el alcantarillado, sin perder de vista la innovación y la eficiencia operativa.
El consejero delegado insistió en que, para garantizar la sostenibilidad económica del sistema, es necesario abordar con realismo el debate sobre las tarifas, que llevaban una década congeladas hasta su reciente actualización. “La tarifa es la única vía clara de ingresos, y debe haber un mecanismo que asegure la recuperación de costes”, apuntó. También reivindicó el papel de Canal como catalizador de inversión local, especialmente en los municipios, a través de programas como Plan Sanea. En cuanto al futuro, defendió una gestión del agua menos politizada y más estratégica, donde el talento y la motivación de los profesionales del sector jueguen un papel central.
“Tenemos que dejar atrás la planificación reactiva. Necesitamos anticiparnos, diagnosticar mejor y tomar decisiones basadas en una visión preventiva, realista y sostenible.”
Desde la Región de Murcia, José Sandoval, director general del Agua, expuso cómo la comunidad autónoma ha logrado posicionarse como referente en sostenibilidad hídrica en un contexto de escasez estructural. Este equilibrio se apoya en tres pilares: la gestión integrada de todos los recursos disponibles —superficiales, subterráneos, regenerados y desalados—, la eficiencia en el consumo, especialmente en el regadío, y un modelo tarifario finalista que permite reinvertir en mejoras. Gracias a esta estrategia, Murcia reutiliza el 96 % del agua que depura y el 15 % del total de sus recursos hídricos ya procede de agua regenerada.
Sandoval defendió una planificación técnica rigurosa y con conciencia territorial, basada en la combinación de fuentes con costes diversos para garantizar tarifas sostenibles, a pesar de que Murcia ya paga un 70 % más que la media nacional. También destacó el papel de la digitalización en la modernización del regadío y el esfuerzo realizado en energía fotovoltaica para reducir el impacto del consumo energético. Finalmente, subrayó la necesidad de una visión de Estado para abordar los desafíos estructurales del agua: “El agua no entiende de administraciones, por eso necesitamos una política nacional sólida y compartida”.
“La única forma de mantener una tarifa razonable es combinando recursos con costes asequibles y otros más elevados, gestionándolos de forma integrada y eficiente.”
Roi Fernández, director de Augas de Galicia, abordó los desafíos de garantizar el acceso equitativo a los servicios del ciclo del agua en un territorio tan diverso y disperso como Galicia. Subrayó que la franja costera concentra el 70 % de la población, mientras que el 30 % restante vive en zonas rurales con las mismas necesidades, pero con menores recursos. En este contexto, la Xunta ha puesto en marcha un plan de inversiones cercano a los 1.900 millones de euros hasta 2027, con el objetivo de renovar infraestructuras obsoletas —muchas con más de 40 años de antigüedad— y asegurar su sostenibilidad técnica y económica.
“No podemos digitalizar infraestructuras del siglo pasado sin antes resolver sus carencias básicas. Primero hay que renovar, luego transformar.”
Fernández explicó que este esfuerzo se apoya en dos grandes pilares: por un lado, la planificación estratégica para aprovechar cada euro disponible, especialmente de fondos europeos; y por otro, la implementación de ayudas directas a pequeños municipios, que suponen alrededor del 10 % del presupuesto anual del organismo. También apostó por una mayor visibilidad del trabajo técnico y una narrativa que conecte con la ciudadanía: “Para que haya formación, tiene que haber emoción detrás. El mensaje tradicional no llega. Necesitamos conectar con el territorio desde la empatía y la colaboración”.
Por último, Pedro Rodríguez, vicepresidente de DAQUAS, cerró el panel con una mirada amplia sobre el déficit estructural de financiación que arrastra el ciclo urbano del agua en España. Alertó sobre la combinación de infraestructuras envejecidas, exigencias crecientes de la normativa europea —como la nueva Directiva TARU— y una presión financiera que muchos municipios no están en condiciones de asumir sin reformas de calado. Subrayó que, aunque el sector cuenta con una capacidad tecnológica “más que suficiente”, el verdadero reto es económico y de gobernanza.
Rodríguez lamentó la falta de planificación estratégica en muchos de los más de 8.000 municipios del país, lo que dificulta tanto la renovación como el desarrollo de infraestructuras adaptadas al contexto actual. Hizo un llamamiento a reforzar la colaboración con las administraciones y a mejorar la comunicación con la ciudadanía para elevar el agua al lugar que le corresponde en el debate público:
“No hemos sabido trasladar que invertir en agua es invertir en salud, seguridad y futuro. Es urgente construir ese consenso político y social”.
Resiliencia hídrica frente al cambio climático
El segundo diálogo estratégico corrió a cargo de José Claramonte, director general de FACSA, quien abordó los retos que plantea el cambio climático para la gestión del agua en España y compartió las principales conclusiones del II Estudio sobre el impacto de los extremos climáticos en los recursos hídricos, recientemente publicado por la compañía. Un informe que, según explicó, nace de la necesidad de pasar de una actitud reactiva a un enfoque proactivo ante fenómenos cada vez más frecuentes y extremos, como las sequías prolongadas y las lluvias torrenciales.
Claramonte subrayó que España dispone de un ecosistema sólido para afrontar esta transformación, con profesionales altamente cualificados y empresas tecnológicas punteras. No obstante, advirtió de que el gran reto ya no es técnico, sino estructural: “el verdadero cuello de botella está en la gobernanza”. En ese sentido, reivindicó la necesidad de modernizar los marcos institucionales, agilizar los procesos y avanzar hacia una gestión integral, anticipativa y basada en el conocimiento. También puso el foco en la importancia de rediseñar las ciudades para hacerlas más permeables y resilientes, apostando por soluciones basadas en la naturaleza.
Otro de los mensajes clave fue la urgencia de reforzar la inversión en resiliencia hídrica. Según el estudio, sería necesario triplicar los recursos destinados actualmente a esta materia para cumplir los objetivos de adaptación al cambio climático. Claramonte defendió el papel del sector privado en ese esfuerzo, pero reclamó también mayor compromiso político e institucional para movilizar los fondos necesarios y coordinar las respuestas a nivel territorial. “Desde nuestra posición como operador del ciclo integral del agua —afirmó— sabemos que es posible actuar, pero necesitamos que todos los agentes remen en la misma dirección”.
No nos da miedo la parte técnica ni tecnológica: el reto está en atraer y retener talento, en cambiar la gobernanza y en actuar con anticipación. ¿Por qué seguir siendo reactivos, si podemos ser proactivos?”
Innovación tecnológica para una gestión del agua más ágil y sostenible
El último panel temático estuvo enfocado en la innovación tecnológica y reunió a representantes de operadores públicos, centros de investigación y empresas para debatir cómo la tecnología está configurando una nueva forma de entender, planificar y operar el ciclo del agua. El debate permitió explorar casos reales y proyectos piloto que abordan desde la digitalización integral y la automatización, hasta la recuperación de recursos, la inteligencia artificial o el uso avanzado de datos.
Jaime Flores, subdirector de I+D+i de Canal de Isabel II, presentó algunos de los proyectos más punteros en los que está trabajando la empresa pública madrileña, destacando su apuesta por la innovación como palanca para anticipar los efectos del cambio climático y aumentar la eficiencia operativa. Desde la telelectura hasta el uso de algoritmos predictivos, pasando por el modelado BIM, Flores explicó cómo estas tecnologías están permitiendo optimizar la planificación, detectar fallos con antelación y avanzar hacia un modelo de operación más inteligente.
Subrayó, sin embargo, que el reto no reside en acumular más datos, sino en asegurar su calidad y utilidad. En este sentido, defendió un nuevo enfoque de gobernanza del dato, donde la inteligencia artificial puede jugar un papel decisivo, pero sin caer en soluciones mágicas. También apuntó la necesidad de abordar la contaminación en origen y promover un cambio cultural hacia un modelo urbano más resiliente y circular.
“El reto no es tener más datos, sino mejores. La inteligencia artificial puede ayudarnos, pero lo realmente transformador es la calidad de la información y cómo la usamos para anticiparnos y decidir mejor.”
Desde la visión de la investigación aplicada, Marina Arnaldos, directora de Cetaqua Barcelona, defendió el papel estratégico de los centros tecnológicos como catalizadores de la innovación en el sector del agua. Subrayó que su misión no es solo desarrollar soluciones, sino asegurar que estas respondan a necesidades reales y puedan ser adoptadas de forma efectiva. Desde esta perspectiva, insistió en la importancia de medir el impacto, entender el retorno y asegurar que la tecnología se traduzca en resultados tangibles. “¿Para qué sirve lo que estamos haciendo? ¿Qué impacto tiene? ¿A quién le ayuda?”, se preguntó, reivindicando una I+D centrada en la aplicación práctica.
Advirtió que la transformación tecnológica no se resuelve únicamente con financiación: requiere adaptar marcos de contratación, asumir riesgos, generar ecosistemas de innovación sólidos y construir incentivos adecuados. También puso el foco en el reto de integrar los datos en la toma de decisiones públicas, un camino en el que la tecnología debe ir acompañada de paciencia y gobernanza. Finalmente, compartió algunos ejemplos de proyectos en marcha, como el primer modelo de compensación de créditos hídricos o una futura planta de recuperación de magnesio en Girona, que buscan consolidar el liderazgo del sector en innovación.
“El problema no está en la tecnología. Tenemos muchas soluciones disponibles, pero falta acompañarlas con marcos adecuados, incentivos y tiempo para lograr una adopción real”
Belén Gutiérrez, directora de I+D+i de GS Inima, subrayó la importancia de integrar la innovación de forma transversal en todos los proyectos del grupo, desde la fase de diseño hasta la operación de infraestructuras. Reivindicó la digitalización como una herramienta clave para lograr plantas más inteligentes, capaces de anticiparse a los desafíos mediante tecnologías como la inteligencia artificial o los gemelos digitales. La eficiencia energética, la resiliencia y la economía circular fueron también ejes centrales de su intervención, con especial énfasis en el nexo agua-energía y en el potencial de las depuradoras como biofactorías.
En este sentido, Gutiérrez alertó sobre el riesgo de que muchas soluciones innovadoras no lleguen a aplicarse si no se promueve un entorno propicio para su adopción. “No sirve de nada invertir en I+D si luego nadie se atreve a probarlo”, explicó, insistiendo en la necesidad de fomentar la colaboración público-privada para escalar nuevas tecnologías. También defendió que la verdadera transformación del modelo de gestión del agua no será solo tecnológica, sino que exigirá valentía para superar las barreras económicas, sociales y normativas que aún frenan el cambio.
“Tenemos que lograr que la innovación tecnológica venga acompañada de innovación económica, social y legal. Solo así podremos transformar de verdad el modelo de gestión del agua.”
En representación de ATL (Aigües Ter Llobregat), Fernando Valero, jefe de I+D+i y control de procesos, abordó cómo la automatización, el uso inteligente de datos y el mantenimiento predictivo están reforzando la resiliencia de las redes de abastecimiento en alta de Cataluña. Explicó que uno de los principales desafíos no es tanto captar más datos, sino ser capaces de tratarlos, interpretarlos y convertirlos en conocimiento útil. “Generamos información cada segundo, pero la mitad no sirve o no sabemos tratarla”, advirtió. En este sentido, subrayó que las nuevas tecnologías deben centrarse en ayudar a tomar mejores decisiones y no en una sensorización excesiva.
Valero destacó también la necesidad de aplicar tecnologías de vanguardia a infraestructuras que fueron construidas hace más de medio siglo. Habló de la experiencia de ATL operando un sistema altamente interconectado, que obliga a una respuesta rápida y flexible ante episodios extremos, como lluvias intensas. En este contexto, defendió la utilidad de herramientas como la inteligencia artificial, los modelos de simulación o el mantenimiento predictivo para garantizar un servicio continuo y seguro. Para lograrlo, remarcó, es fundamental que las tecnologías se integren en la operativa real y generen confianza entre los equipos técnicos.
“Las tecnologías deben ayudarnos a transformar la información en conocimiento útil para quienes operan las infraestructuras. Ese es el verdadero salto hacia la resiliencia.”
Por último, Andreu Fargas, jefe de Innovación del Consorci d’Aigües de Tarragona (CAT), defendió una visión funcional de la transformación digital, orientada a resolver problemas concretos y optimizar la toma de decisiones. Subrayó que la digitalización debe estar al servicio de la operación y no convertirse en un fin en sí misma. En ese sentido, explicó cómo la implantación de una plataforma unificada de datos ha permitido al consorcio anticipar fenómenos como la bajada de caudales o actuar con más agilidad ante incidencias, conectando la gestión de infraestructuras con información útil y en tiempo real.
Fargas insistió en que el verdadero valor de la innovación radica en cómo se aplica y se democratiza: “poner los datos en manos de las personas adecuadas es lo que marca la diferencia”. Compartió ejemplos de integración entre datos de laboratorio, operaciones y muestreo como claves para una gestión más predictiva y menos reactiva. Además, destacó que la digitalización debe ser transversal y facilitar que los equipos operativos —no solo los técnicos— puedan utilizar las herramientas de forma sencilla, efectiva y autónoma.
“Digitalizar no es acumular sensores, es integrar datos reales en la toma de decisiones operativas para que cada técnico y cada operario puedan actuar con más información, más anticipación y más impacto.”
Clausura de una exitosa segunda edición
Tras la finalización de este último panel de debate, Alberto Casillas, director de RETEMA, tomó la palabra para despedir la jornada con unas breves palabras de agradecimiento a los ponentes, asistentes y colaboradores. A continuación, tuvo lugar un cóctel que sirvió como espacio para reforzar vínculos profesionales y compartir impresiones en un ambiente más cercano y distendido. Una oportunidad para seguir intercambiando ideas, establecer nuevas conexiones y cerrar una jornada marcada por la colaboración, la visión compartida y el compromiso con el futuro del agua.
Future4 Water 2025 contó con el apoyo de empresas líderes del sector como ACCIONA, FACSA, GS Inima, Hanna Instruments y Saint-Gobain PAM, cuya implicación ha sido clave para el desarrollo de una jornada que ha vuelto a situar el foco en la necesidad de actuar desde el conocimiento, la cooperación y la visión a largo plazo.
El éxito de esta segunda edición confirma la consolidación de Future4 Water 2025 como un espacio estratégico donde el sector del agua puede construir, desde el presente, respuestas compartidas a los desafíos del mañana. Una cita que invita a seguir sumando ideas, esfuerzos y compromisos para avanzar hacia un futuro hídrico a la altura de las transformaciones que exige el contexto actual.
Con esta misma vocación de encuentro y avance colectivo, RETEMA continuará impulsando nuevos espacios de diálogo y conocimiento a lo largo de 2026. ¡Atentos a nuestras próximas comunicaciones!

