La UE alcanza el objetivo de reducir un 55% las muertes por contaminación, pero el 95% de la población urbana sigue respirando aire sucio
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El nuevo informe de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), titulado “Daños a la salud humana por la contaminación atmosférica en Europa: carga de enfermedad, 2025”, confirma que el impacto en la salud atribuible a la exposición prolongada a tres contaminantes clave —partículas finas (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO₂) y ozono troposférico (O₃)— sigue disminuyendo en Europa por decimonoveno año consecutivo.
Pese a esta tendencia positiva, el informe advierte de que el 95% de las personas que viven en ciudades europeas sigue expuesto a niveles de contaminación muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El informe advierte de que el 95% de las personas que viven en ciudades europeas sigue expuesto a niveles de contaminación muy por encima de las recomendaciones de la OMS.
Menos muertes prematuras, pero una exposición todavía muy elevada
Entre 2005 y 2023, las muertes prematuras atribuibles a las partículas finas (PM2,5) se redujeron un 57% en la Unión Europea, lo que significa que la UE ha cumplido el objetivo fijado en el Plan de Acción de Contaminación Cero, que preveía una reducción del 55% del impacto para 2030 y que, según la AEMA, se habría alcanzado ya en 2023.
El informe, publicado coincidiendo con la celebración del Foro de Aire Limpio de la UE los días 1 y 2 de diciembre en Bonn (Alemania), sirve de base para el debate entre responsables políticos, comunidad científica y organizaciones sociales sobre las políticas para mejorar la calidad del aire.
Según las estimaciones de la AEMA, reducir la contaminación hasta los niveles guía de la OMS habría permitido evitar en 2023 en la UE:
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182.000 muertes prematuras atribuibles a la exposición a PM2,5,
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63.000 muertes vinculadas a la exposición a ozono (O₃),
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34.000 muertes asociadas a la exposición a NO₂.
Los países de Europa oriental y sudoriental continúan siendo los que sufren impactos más graves en salud, debido a niveles de contaminación más elevados y a una mayor vulnerabilidad de la población.
Enfermedades crónicas, calidad de vida y nuevas evidencias sobre demencia
Además de las muertes prematuras, la AEMA subraya que el peso de la enfermedad asociada a la contaminación atmosférica es muy elevado. Para patologías como el asma, el impacto se manifiesta principalmente en peor estado de salud y calidad de vida, mientras que en otras, como la cardiopatía isquémica o el cáncer de pulmón, la consecuencia más relevante es la mortalidad prematura.
El informe recoge también nuevas evidencias científicas que sugieren que la contaminación del aire puede ser una causa relevante de demencia, y señala que la carga de enfermedad asociada a la demencia podría ser superior a la de otras patologías vinculadas a la mala calidad del aire.
El informe recoge también nuevas evidencias científicas que sugieren que la contaminación del aire puede ser una causa relevante de demencia.
Nuevas normas de calidad del aire y reto pendiente para la salud pública
La Directiva revisada de calidad del aire ambiente, en vigor desde el año pasado, acerca los estándares europeos a las recomendaciones de la OMS, lo que debería permitir reducir aún más los impactos en salud en los próximos años.
A pesar de ello, la contaminación atmosférica sigue siendo el principal riesgo ambiental para la salud en Europa, por delante de otros factores como la exposición al ruido, determinadas sustancias químicas o los impactos crecientes de las olas de calor relacionadas con el cambio climático. La AEMA recuerda que la contaminación del aire provoca enfermedades crónicas y muertes atribuibles, especialmente en áreas urbanas.
Alcance del análisis y metodología de la AEMA
El análisis de la AEMA abarca 41 países europeos, entre ellos los 27 Estados miembros de la UE, otros países miembros y cooperantes de la Agencia, y varios microestados europeos. En el caso de las partículas finas (PM2,5), se han realizado estimaciones para 40 países, ya que Türkiye queda excluida por no disponer de un número suficiente de estaciones de fondo para generar mapas de concentración robustos.
La AEMA estima el número de muertes atribuibles a la exposición a la contaminación atmosférica desde 2014, utilizando los valores guía de la OMS de 2021 y las recomendaciones sobre impactos en salud. El organismo subraya que, tanto para mortalidad como para morbilidad, los impactos de los distintos contaminantes no deben sumarse, para evitar dobles contabilizaciones derivadas de solapamientos en los datos.
La información detallada por país se ofrece en fichas específicas anexas al informe, con datos sobre impactos nacionales en salud, lo que permite a los gobiernos adaptar sus políticas de calidad del aire y salud pública a la realidad de cada territorio.

