La Universidad de Cádiz convierte residuos vinícolas y ganaderos en biometano y fertilizante de alta calidad
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Investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA) han logrado un avance destacado en sostenibilidad ambiental con el desarrollo de una metodología pionera que convierte residuos agroindustriales altamente contaminantes en recursos energéticos y agrícolas.
El proyecto, financiado por la Junta de Andalucía, se centra en el tratamiento conjunto de purines de cerdo y vinaza de vino, dos subproductos abundantes en España, para obtener biometano y biosólidos de Clase A mediante codigestión anaerobia.
Energía renovable a partir de residuos críticos
Los purines —residuos líquidos generados en explotaciones porcinas— y la vinaza, subproducto del vino, suponen un desafío medioambiental por su volumen y carga contaminante. En respuesta, el equipo de la Facultad de Ciencias del Mar y Ambientales (CASEM) ha optimizado un proceso de digestión anaerobia secuencial en fases termofílica y mesofílica para maximizar la producción de metano y obtener fertilizante seguro y útil para el campo.
Mediante un diseño estadístico experimental (modelo Box–Behnken), el equipo ha identificado las condiciones óptimas del proceso: temperatura de 35 °C, pH de 8, y una mezcla equilibrada 50%-50% de purín y vinaza. Este equilibrio permitió alcanzar una producción de 487,94 mililitros de metano por gramo de sólidos volátiles, cifra destacada dentro del sector de la bioenergía.
Un modelo científico con potencial industrial
El resultado del proyecto ha sido publicado en la revista ChemEngineering bajo el título "Optimizing Biomethane Production from Industrial Pig Slurry and Wine Vinasse: A Mathematical Approach". Además del aprovechamiento energético, el trabajo demuestra que los biosólidos generados cumplen los requisitos de la Clase A, lo que los convierte en un fertilizante apto para usos agrícolas sin restricciones sanitarias.
El estudio también ha validado el modelo cinético de Gompertz modificado como el más adecuado para predecir la evolución de la producción de biogás, lo que facilita la planificación industrial del proceso.
Hacia una economía circular más eficiente
Esta innovación marca un hito en la valorización de residuos agroalimentarios, promoviendo una gestión sostenibleque reduce emisiones, evita la contaminación por nitratos y permite avanzar hacia la autosuficiencia energética.
Según explica la investigadora principal Montserrat Pérez, el equipo ya trabaja en nuevas tecnologías de pretratamiento para escalar el modelo a nivel industrial y reforzar su contribución a la transición ecológica.
El proyecto encaja con los principios de la economía circular, fomentando una producción limpia, descentralizada y renovable que transforma problemas ambientales en oportunidades tecnológicas.

