La Xunta finaliza la red de infraestructuras para biorresiduos tras completar la planta de Sogama en Vigo

La Xunta de Galicia ha finalizado la red pública de infraestructuras para la gestión de residuos orgánicos, tras completar las obras de mejora en la planta de transferencia de Sogama en Vigo. La ministra de Medio Ambiente y Cambio Climático, Ángeles Vázquez, ha anunciado que la instalación ya se encuentra plenamente operativa, consolidando así una red diseñada para dar cobertura a toda la comunidad autónoma.

Esta actuación forma parte de un ambicioso plan de inversión de 45 millones de euros destinado al tratamiento integral de biorresiduos. Su objetivo principal es facilitar el cumplimiento, por parte de los municipios, de la normativa estatal que obliga desde el 1 de enero de 2024 a realizar la recogida separada de materia orgánica.

Cobertura territorial eficiente y próxima

La red gallega se compone de 13 plantas de transferencia —entre ellas la de Vigo— y cuatro plantas de compostaje situadas en Cerceda (A Coruña), Cervo (Lugo), Verín (Ourense) y Vilanova de Arousa (Pontevedra), una por provincia. Este modelo territorial, cofinanciado con fondos europeos, permite que los 295 municipios integrados en el sistema Sogama, que atienden a más de 2,2 millones de habitantes, dispongan de una instalación de biorresiduos o transferencia a menos de 50 km de distancia.

La cercanía de estas infraestructuras busca optimizar costes logísticos y reducir el impacto ambiental, a la vez que garantiza un servicio homogéneo, moderno y accesible.

Modernización de la planta 

Durante los años 2024 y 2025, la planta de transferencia de Vigo ha sido objeto de una importante renovación, con una inversión total superior a 3,5 millones de euros. En concreto, 1,2 millones se han destinado a dos actuaciones clave:

• Instalación de una cinta transportadora para trasladar la materia orgánica procedente de los contenedores marrones de Vigo hasta la planta de biorresiduos de Vilanova de Arousa, donde será transformada en abono.

• Renovación completa de la envolvente del complejo, con mejoras en aislamiento acústico y estética, que además incorporan portales con apertura automática para mayor eficiencia operativa.

Actualmente, la planta tiene capacidad para gestionar más de 10.000 toneladas anuales de residuos orgánicos, que se suman a las 100.000 toneladas de fracción resto (bolsa negra) y a las 3.500 toneladas de residuos de la bolsa amarilla (envases ligeros) que ya trataba anteriormente.

Eficiencia y condiciones laborales

Además de la adaptación de la planta a los nuevos flujos de residuos orgánicos, la Xunta ha invertido otros 2,3 millones de euros en mejoras estructurales y funcionales entre 2024 y 2025. Las actuaciones han incluido:

• Rehabilitación de estructuras metálicas y sistemas contra incendios

• Actualización de las instalaciones eléctricas

• Optimización del sistema de depuración de aguas

• Construcción de un nuevo edificio de vestuarios para mejorar las condiciones del personal

Paralelamente, se ha procedido a la renovación de la tercera línea de compactación de residuos, lo que permite igualar sus prestaciones a las dos ya existentes. Esta mejora ha requerido también la adquisición de 20 nuevos contenedores homologados para el transporte ferroviario, facilitando así la logística intermodal.

Un modelo de servicio público eficiente y sostenible

“Todas estas inversiones buscan garantizar la máxima eficiencia en la prestación de servicios de gestión de residuos y apoyar a los municipios en el ejercicio de sus competencias”, subrayó Ángeles Vázquez. En su intervención, reiteró el compromiso de la Xunta con los entes locales, afirmando que “seguiremos apoyando a las entidades locales como lo hemos hecho en los últimos años”.

Con este conjunto de medidas, Galicia fortalece su apuesta por la economía circular, la sostenibilidad ambiental y el cumplimiento normativo, consolidando un modelo de servicio público moderno, eficiente y con impacto directo en la mejora de la calidad de vida ciudadana.