Los recicladores europeos critican la rebaja de objetivos en la normativa de vehículos al final de su vida útil
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Los recicladores europeos han mostrado su preocupación por las enmiendas aprobadas por el Parlamento Europeo al Reglamento de Vehículos al Final de su Vida Útil (ELVR), al considerar que estas modificaciones se quedan cortas para garantizar la verdadera circularidad en el sector automovilístico. Según la patronal EuRIC, la rebaja de ambiciones en puntos clave, como el contenido mínimo de plásticos reciclados, supone un freno para la inversión y una amenaza para la competitividad de la industria europea.
Avances y retrocesos
Desde EuRIC reconocen algunos pasos positivos en el texto aprobado, como la introducción de normas de tratamiento tecnológicamente neutrales, una mayor flexibilidad en las obligaciones de desmontaje para las Instalaciones Autorizadas de Tratamiento (ATFs) y un reparto más equilibrado en la representación de las Organizaciones de Responsabilidad Ampliada del Productor (PROs). No obstante, insisten en que estas entidades deben permanecer estrictamente sin ánimo de lucro, y que los contratos entre PROs y ATFs han de ser voluntarios y circunscritos únicamente a las obligaciones de responsabilidad ampliada, sin convertirse en mecanismos de control del suministro.
El gran punto de fricción llega con el contenido de plástico reciclado, que finalmente se ha reducido a un 20% en un plazo de seis años, permitiendo además que se contabilicen residuos preconsumo y elastómeros. EuRIC lamenta que esta rebaja, unida a la introducción de una cláusula de revisión, genera incertidumbre y desalienta nuevas inversiones en un sector que ya atraviesa serias dificultades.
El gran punto de fricción llega con el contenido de plástico reciclado, que finalmente se ha reducido a un 20% en un plazo de seis años
Competencia y dependencia exterior
Otro de los elementos señalados por los recicladores es la ausencia de una cláusula espejo para las importaciones, lo que dejaría a la industria europea en clara desventaja frente a terceros países. A juicio de EuRIC, esta laguna normativa trasladaría los beneficios ambientales fuera de la UE, al tiempo que aumenta la exposición de Europa a la competencia desleal y a una mayor dependencia de materiales y productos finales procedentes del exterior.
En el ámbito de los metales, el Parlamento ha relajado algunas restricciones iniciales sobre la calidad de los materiales recuperados y del propio proceso de reciclaje, algo que EuRIC valora de forma positiva. Sin embargo, critican que la norma haga referencia a conceptos que no son métricas de circularidad, como los residuos preconsumo o el todavía indefinido “acero bajo en CO₂”. Esta vía, advierten, abre la puerta a más importaciones de productos de hierro reducido directamente, con el consiguiente impacto en la autonomía industrial europea.
Llamamiento a reforzar la ambición
Con los trílogos a la vista, EuRIC reclama a los colegisladores que refuercen los objetivos, cierren las lagunas y devuelvan la confianza a los inversores, para que el nuevo Reglamento de Vehículos al Final de su Vida Útil pueda contribuir de forma real a la economía circular y a los compromisos climáticos de la Unión Europea.

