Nuevo reglamento de envases: cómo adaptar el sistema español a los objetivos europeos de circularidad

La tercera y última jornada del ciclo de «Diálogos para el avance en la gestión de los residuos» reunió a cerca de 200 profesionales para abordar los desafíos normativos, técnicos y operativos que plantea el nuevo reglamento europeo de envases
25-11-2025

Con la llegada del nuevo Reglamento europeo de envases (PPWR, por sus siglas en inglés) en el horizonte, el sector se enfrenta a uno de los mayores desafíos normativos de los últimos años. Para analizar sus implicaciones reales y avanzar hacia un modelo de gestión más eficiente, coherente y sostenible, más de un centenar de profesionales se reunieron el pasado 20 de noviembre, a las 09:00 horas, en el auditorio Agustín de Betancourt del Colegio de Ingenieros Caminos, Canales y Puertos de Madrid, en el marco de un encuentro técnico dedicado a envases y residuos de envases.

La sesión, organizada por RETEMA e impulsada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, forma parte del ciclo de jornadas «Diálogos para el avance en la gestión de los residuos», una iniciativa que desde septiembre ha abordado de forma monográfica los principales flujos afectados por el nuevo marco regulatorio: vehículos al final de su vida útil, neumáticos al final de su vida útil, residuos municipales, biorresiduos, envases y textiles.

Este encuentro, dedicado a envases, reunió a representantes de los diferentes agentes del sector, en un espacio de reflexión compartida para intercambiar visiones, detectar retos comunes y anticipar las claves de la futura regulación. La jornada continuó más tarde con una segunda sesión dedicada al flujo textil, que completó una intensa agenda de trabajo orientada a construir soluciones compartidas para una economía circular más eficaz.

 

Bienvenida institucional y balance de un ciclo decisivo

Alberto Casillas, director de RETEMA, abrió la sesión de envases con un mensaje de agradecimiento y balance del ciclo de encuentros. Tras dar la bienvenida a los asistentes, agradeció al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico —en especial a la directora general de Evaluación y Calidad Ambiental, Marta Gómez Palenque— su confianza para coorganizar este espacio de reflexión técnica e intersectorial, así como a los socios estratégicos —Biorig, PreZero y Veolia— por su implicación activa en la iniciativa. Casillas celebró la participación de más de 800 profesionales, más de 1000 inscritos y cerca de 40 ponentes a lo largo de las tres jornadas y seis sesiones técnicas celebradas desde septiembre, con un enfoque técnico, plural y constructivo.

Asimismo, subrayó que, más allá de los problemas estructurales, el sector cuenta con capacidades, conocimiento, experiencia y voluntad de cooperación para avanzar hacia una gestión de residuos más justa, eficaz y sostenible. Defendió que los diálogos han contribuido a acercar la normativa a quienes la aplican, generar entendimiento mutuo y fomentar propuestas realistas desde el conocimiento. Frente a los desafíos normativos y operativos del nuevo reglamento europeo de envases, reivindicó un enfoque colaborativo que ayude a identificar barreras, activar sinergias y transformar los retos en oportunidades. Concluyó apelando a mantener vivo el espíritu de estas jornadas: construir desde la diferencia, tender puentes y seguir impulsando la transición hacia una economía verdaderamente circular, sin dejar a nadie atrás.

 

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“Las cifras de asistencia y participación en el ciclo de “Diálogos para el avance en la gestión de los residuos” hablan por sí solas del compromiso del sector, la relevancia del debate y la urgencia del momento que atravesamos.” Alberto Casillas, director de RETEMA.

 

Tras él, intervino Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente, quien inauguró oficialmente el evento. Puso en valor el ciclo de diálogos, impulsado por el MITERD y RETEMA, subrayando que el cierre de esta fase no implica el fin del proceso, sino el comienzo de una etapa clave para la implementación del nuevo marco normativo. “Nos queda mucho trabajo por hacer”, advirtió, apelando a la necesidad de avanzar de forma colectiva y realista hacia una economía circular efectiva y operativa.

 

“En un modelo de economía circular, el ciudadano se convierte en el agente gestor último del que depende el éxito o el fracaso del sistema de gestión de residuos. Si no facilitamos su implicación desde el inicio, estaremos condenando el modelo a la ineficiencia.” Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente del MITERD.

 

Morán centró su discurso en tres grandes mensajes. En primer lugar, reivindicó el valor de un espacio de diálogo amplio y transversal como herramienta para construir políticas públicas sólidas. Insistió en que el papel del ciudadano es crucial para el éxito de los nuevos modelos de gestión: “Un sistema solo funciona si no complica la vida al ciudadano, si entiende el porqué y el para qué de cada medida”. En segundo lugar, repasó los datos que evidencian los desafíos pendientes. En 2023 se generaron en España 8,7 millones de toneladas de residuos de envases, de los cuales más del 30 % no se recicló. En el caso del residuo textil, el diagnóstico es aún más crítico: 900.000 toneladas al año y una recogida separada que apenas alcanza el 12 %, frente a un vertido o incineración superior al 80 %. “El recorrido en el ámbito textil es mucho más amplio, y el esfuerzo necesario, más urgente”, apuntó.

Por último, contextualizó la emergencia de estos flujos —envases y textil— como reflejo de una transformación social y cultural más profunda. “Son dos de los residuos que más han revolucionado el modelo de gestión tradicional”, señaló, vinculándolos con el auge del consumo, el abaratamiento de los productos y el cambio en los hábitos ciudadanos. Morán defendió que esta crisis de modelo es, al mismo tiempo, una gran oportunidad económica y de innovación, y reiteró el compromiso del Ministerio de cerrar el ciclo normativo en 2026 con el desarrollo de todos los reales decretos pendientes, asegurando que el sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR) será objeto de un proceso específico más adelante. “Necesitamos tener éxito en este proceso. Y para eso no tenemos más alternativa que hacerlo de forma conjunta”, concluyó.

 

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“Los residuos de envases y textiles han revolucionado la gestión de residuos en España. Hoy son los dos flujos que más claramente evidencian los límites del modelo tradicional y la urgencia de una transformación estructural.” Hugo Morán, secretario de Estado de Medio Ambiente del MITERD.

 

Claves del nuevo Reglamento europeo de envases: hoja de ruta hacia 2026

Tras la inauguración institucional, María Leal, consejera técnica de la Subdirección General de Residuos del MITECO, ofreció una ponencia para desgranar las principales implicaciones del nuevo Reglamento europeo 2025/40 sobre envases y residuos de envases, en vigor desde el 11 de febrero de 2024 y con aplicación general a partir del 12 de agosto de 2026, sin posibilidad de aplazamiento. El Reglamento, de aplicación directa, deroga la directiva de 1994 y obliga a revisar y adaptar el marco normativo español, incluido el Real Decreto 1055/2022, cuyo análisis jurídico comparado ya se ha completado.

Leal explicó que, aunque muchas disposiciones serán directamente aplicables, otras requerirán desarrollo normativo nacional, especialmente en áreas como el etiquetado, el registro de productores, los SDDR o la responsabilidad ampliada del productor (RAP). Asimismo, algunas disposiciones permitirán cierta flexibilidad nacional, por ejemplo en compostabilidad o en objetivos de reutilización en comida y bebida para llevar. La Comisión Europea publicará este mes una guía interpretativa y un documento de preguntas frecuentes que abordarán puntos críticos como el tratamiento del depósito en regiones fronterizas, el estatus de ciertos tipos de envases, los límites de PFAS o las exenciones para microempresas.

La ponente repasó además el estado de cumplimiento de los objetivos comunitarios: España aún está a entre 6 y 10 puntos porcentuales de alcanzar las metas de reciclado en materiales como plástico, aluminio, vidrio y papel. En cuanto a la recogida separada de botellas de plástico de un solo uso, recordó que en 2023 se situó en un 41,3 %, lo que activó el mecanismo para establecer un sistema de depósito, devolución y retorno (SDDR), que deberá estar en marcha antes del 1 de enero de 2029, fecha en la que ya se debe haber alcanzado el objetivo de recogida. También alertó sobre el reto de reducir el consumo de bolsas de plástico a 40 por persona al año antes de final de 2024, muy lejos todavía de las 82 actuales.

Por último, presentó las principales conclusiones de la consulta pública previa, que recibió más de 230 respuestas con unas 2.000 propuestas. Las inquietudes más comunes giraron en torno a la revisión de definiciones, la coordinación entre SCRAP, la ecomodulación, la financiación de la fracción resto, el fraude y el freeriding, el contenido reciclado en productos importados, la compostabilidad, el etiquetado y el desarrollo del SDDR. Leal advirtió que el margen de maniobra nacional es limitado en muchos casos, ya que el Reglamento establece obligaciones cerradas y excepciones muy concretas. Cerró su intervención detallando los pasos pendientes: redacción del nuevo Real Decreto, información pública, notificación a la Comisión Europea y OMC, y trámites consultivos con administraciones y otros ministerios.

 

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“La Comisión ha sido muy clara: la fecha de aplicación del Reglamento de envases es el 12 de agosto de 2026. No se va a posponer al 1 de enero de 2027, como han solicitado algunos sectores e incluso algún Estado miembro.” María Leal, consejera técnica de la Subdirección General de Residuos del MITECO.

 

Radiografía de un sistema en transición

Tras la ponencia, tuvo lugar un debate técnico, que comenzó con una ronda de intervenciones centradas en el impacto del nuevo Reglamento de envases, sus implicaciones sobre el sistema actual y los desafíos normativos, operativos e industriales que plantea su implementación. Las distintas voces del ámbito institucional, empresarial y técnico coincidieron en señalar que nos encontramos ante un cambio de paradigma que exige repensar el modelo desde la corresponsabilidad y la colaboración entre todos los eslabones de la cadena de valor.

Desde la administración estatal, Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Residuos del MITECO, subrayó la complejidad del flujo de envases y explicó cómo se está preparando España para adaptar su marco normativo a las nuevas exigencias europeas. Detalló que el Ministerio ha encargado un análisis jurídico del Real Decreto vigente para garantizar su coherencia con el nuevo Reglamento, y destacó la consulta pública previa como herramienta clave para abordar problemas operativos surgidos desde 2022: la proliferación de sistemas colectivos, la falta de coordinación, los modelos municipales, la financiación de la fracción resto o la trazabilidad. También apuntó la necesidad de reforzar la vigilancia de mercado para evitar distorsiones y freeriders, y concluyó apelando a una propuesta “jurídicamente robusta, eficaz y alineada con las exigencias europeas”.

 

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“Queremos que la nueva norma esté perfectamente coordinada con el reglamento comunitario. Para ello, estamos analizando todas las obligaciones, flexibilidades y desarrollos necesarios, con el objetivo de aportar mayor seguridad jurídica.” Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Residuos del MITECO.

 

Desde el ámbito empresarial, Borja Lafuente, director de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Danone Iberia, expuso cómo está afrontando el sector este nuevo escenario. Reconoció que la primera reacción fue de resistencia, pero señaló que “ver el cambio como una oportunidad es lo que nos va a permitir liderar”. Defendió la innovación como eje estratégico —desde el uso de materiales reciclados hasta los tapones adheridos— y alertó de los sobrecostes y riesgos que supone no contar con un marco de viabilidad y seguridad jurídica. Pidió evitar la estigmatización del sector privado y reclamó un modelo construido sobre la corresponsabilidad, la cooperación y la escucha, sin perder de vista al consumidor: “dejar de pensar en su convenience es un error”.

 

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“Cuando se produce un cambio de semejante magnitud como el que estamos viviendo, la primera reacción desde el punto de vista empresarial es “la pataleta”. Pero ya hemos pasado esa fase: ahora lo vemos como una oportunidad para revisar nuestros procesos, rediseñar envases e invertir en eficiencia.” Borja Lafuente, director de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Danone Iberia.

 

Por parte del sector de la reutilización, David Esteban, presidente de ES Reutiliza, puso el foco en los retos y oportunidades que abre la nueva normativa para avanzar hacia un modelo que evite directamente la generación de residuos. Reivindicó el papel de la reutilización más allá del ámbito doméstico y defendió un SDDR mixto que abarque desde botellas de agua hasta envases de transporte o palets. Señaló barreras técnicas, logísticas y normativas que frenan su desarrollo, pero también destacó el potencial de España para liderar este ámbito en sectores como el turismo, el canal HORECA o el retail. “La PPWR viene a decir que ya no es algo bonito que quedaba en los informes de RSC; ahora es una obligación”, afirmó.

 

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“La reutilización ya no es un concepto bonito para incluir en los informes de responsabilidad social corporativa: ahora es una obligación. Tenemos que ponernos en marcha, actuar con decisión y aplicar, ante todo, sentido común.” David Esteban, presidente de ES Reutiliza.

 

Desde el ámbito público, Leandro Barquín, director de ESGREM, reclamó una distribución justa y clara de responsabilidades. Defendió que los productores deben asumir plenamente los costes de los residuos de envases, ya que son quienes deciden materiales, formatos y diseño, y criticó que el fraude y la carga de la fracción resto sigan recayendo sobre los entes locales. Propuso un modelo en el que los municipios gestionen únicamente orgánica y resto, y cedan el resto de fracciones a los SCRAP si así lo desean. Subrayó que solo con responsabilidades bien definidas será posible construir una colaboración eficaz, y defendió la necesidad de una industria del residuo que aporte valor económico y social.

 

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“El modelo que defendemos es claro: que las entidades locales asuman solo la gestión de la fracción orgánica y la fracción resto. El resto de flujos, como los envases, deben ser gestionados íntegramente por los sistemas colectivos.” Leandro Barquín, director de ESGREM.

 

En esta misma línea se situó Rafael Sánchez, director de Residuos y Plásticos de Veolia España, quien alertó sobre el impacto que tendrá el SDDR en las plantas actuales de selección y reciclaje. Señaló que retirar parte del flujo de envases afectará a la viabilidad económica de muchas infraestructuras, y pidió una reflexión conjunta para rediseñar el modelo en fases, evitando “pasar de cero a cien” sin planificación. También subrayó que la gestión de residuos debe tener sentido económico y que la viabilidad del reciclaje está condicionada por la demanda de materiales: “la señal de precio debe primar aquello que es sostenible ambientalmente”. Reivindicó un enfoque técnico más granular que considere la diversidad de materiales y formatos.

 

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“Durante décadas, las decisiones en toda la cadena de gestión de residuos se han tomado sin integrar el coste ambiental en la señal de precio. Incumplir la norma no tenía consecuencias económicas, y eso explica en gran parte el modelo ineficiente que arrastramos.” Rafael Sánchez, director de Residuos y Plásticos de Veolia España.

 

Por último, Antonio Romero, gerente del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de AECOC, aportó una visión estructural sobre los desafíos que enfrentará España en la implantación del SDDR. Recordó que se trata del primer país europeo que deberá gestionar más de 20.000 millones de envases al año, y subrayó la complejidad logística asociada a su demografía y red comercial. Mencionó la inseguridad jurídica, la necesidad de nuevas infraestructuras, la interoperabilidad con Portugal o el riesgo de fragmentación entre operadores. Pidió evitar una visión descalificadora del sistema actual y apostar por un modelo eficiente, viable y compartido: “el objetivo debe ser un modelo eficiente y duradero, no solo rápido”.

 

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“En esta transición no deberíamos obsesionarnos con los plazos. Si el objetivo es construir un SDDR eficaz, que alcance el 90 % de recogida, necesitamos tiempo, planificación y consenso. Lo importante no es llegar rápido, sino llegar bien.” Antonio Romero, gerente del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de AECOC.

 

El reto de la implementación: claves para aterrizar el nuevo modelo

La segunda ronda del debate permitió a los ponentes profundizar en algunos de los aspectos clave para la implementación efectiva del nuevo modelo de gestión de envases. Desde la necesidad de reforzar la colaboración entre agentes y mejorar la trazabilidad, hasta los desafíos económicos, normativos y logísticos que plantea la implantación de modelos más sostenibles como la reutilización o el SDDR. La transición ya no se debate, se da por sentada. La cuestión es cómo llevarla a cabo sin poner en riesgo la operatividad del sistema, la competitividad empresarial o la viabilidad técnica de los modelos de tratamiento actuales.

Desde el MITECO, Margarita Ruiz reafirmó que la colaboración —entre envasadores, fabricantes, gestores, SCRAP y administraciones— es la única vía para alcanzar los objetivos del nuevo Reglamento. Reclamó más sinergias para resolver los cuellos de botella en ecodiseño, reciclabilidad, reutilización y trazabilidad, y puso en valor el papel de los gestores como fuente de información clave sobre las limitaciones técnicas reales de los materiales. Abogó por un replanteamiento de la diferenciación comercial en los envases y un desarrollo más ambicioso de la ecomodulación. También insistió en que la complejidad logística de España —por su geografía y su peso turístico— obliga a una estrecha coordinación entre los distintos agentes, y pidió reforzar la cooperación entre SCRAP y con las comunidades autónomas, responsables últimas del control sancionador.

 

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“Ahora más que nunca necesitamos colaboración entre administraciones, SCRAP y sistemas colectivos. El marco normativo ya está sobre la mesa: toca trabajar para aplicar las mejores soluciones posibles.” Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Residuos del MITECO.

 

En esa misma línea, Borja Lafuente defendió que la sostenibilidad se ha convertido en una auténtica “licencia para operar”, pero advirtió que mantener el rumbo exige incentivos claros y estabilidad normativa. Señaló que Danone ha asumido costes muy superiores a los de su competencia por introducir mejoras como el uso de PET reciclado o la reducción de gramaje, en un mercado donde muchas veces ni el consumidor ni el sistema reconocen este esfuerzo. Reclamó mecanismos que eviten que las empresas que intentan hacer las cosas bien acaben expulsadas del mercado: “la sostenibilidad necesita ser premiada, no penalizada”. Apostó por una política activa de reconocimiento, que genere demanda real para los productos más responsables.

 

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“Necesitamos incentivos, fiscales o regulatorios, que reconozcan el esfuerzo de quienes apostamos por hacer las cosas bien. Si no, corremos el riesgo de que las empresas sin músculo financiero sufran.” Borja Lafuente, director de Asuntos Públicos y Sostenibilidad de Danone Iberia.

 

David Esteban subrayó que “el mejor residuo es el que no se genera” y reivindicó la reutilización como eje vertebrador del nuevo modelo. Propuso un sistema de depósito mixto —que combine reutilización y un solo uso—, diseñado para maximizar la accesibilidad y rotación. Recordó que la PPWR establece objetivos ambiciosos también en envases de transporte —más allá de las botellas—, y reclamó que el nuevo sistema no se limite a cubrir el agua embotellada. Defendió una mentalidad de prevención y un rediseño integral de las cadenas logísticas y comerciales, acorde con la nueva jerarquía normativa.

 

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“Necesitamos un SDDR mixto que permita más volumen y rotación, integrando tanto envases de un solo uso como reutilizables. Así lograremos que devolver envases sea fácil para todos.” David Esteban, presidente de ES Reutiliza.

 

Desde el ámbito local, Leandro Barquín reafirmó el compromiso de las entidades locales con la colaboración, pero denunció que no siempre ha venido acompañada de una asignación clara de responsabilidades ni de instrumentos suficientes. Pidió una transformación profunda de los sistemas de responsabilidad ampliada del productor para que, además de cumplir objetivos normativos, contribuyan a metas estratégicas como la descarbonización. Defendió el papel del sector público local como actor clave en la gestión y tratamiento de residuos, y reivindicó su aportación económica, social y ambiental. 

 

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“Es imprescindible transformar los sistemas de responsabilidad ampliada del productor si queremos alcanzar no solo los objetivos legales, sino también los climáticos.” Leandro Barquín, director de ESGREM.

 

Rafael Sánchez matizó una de sus intervenciones, insistiendo en que si los residuos acaban en vertedero no es por mala gestión, sino por un modelo que no cubre adecuadamente todos los costes del reciclaje. Denunció la falta de claridad sobre cómo se mide el reciclaje —un elemento clave para tomar decisiones de inversión— y advirtió de que las tecnologías más avanzadas siguen enfrentándose a problemas de rentabilidad: competir con materias primas vírgenes sigue siendo casi imposible. Reclamó estructurar mejor la cadena de valor y distribuir los costes de forma proporcional entre todos los agentes implicados.

 

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“Gestionar residuos es decidir entre lo posible y lo necesario. Las decisiones se toman con los recursos disponibles, y cuando el sistema no funciona del todo, el vertedero acaba siendo una consecuencia, no una elección.” Rafael Sánchez, director de Residuos y Plásticos de Veolia España.

 

Por último, Antonio Romero defendió que la clave para garantizar la eficiencia del futuro SDDR reside en establecer reglas claras de funcionamiento. En un contexto de creciente fragmentación —con múltiples entidades solicitando autorización— pidió que se apueste por un modelo único, universal y operativo, que permita eficiencia sin renunciar a la competencia. Recordó que, a diferencia del sistema SCRAP, donde los productores financian pero no operan, el SDDR gestiona toda la operativa. Por ello, subrayó que su diseño debe priorizar la coordinación, la simplicidad para el ciudadano y la efectividad ambiental y económica del modelo.

 

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“En un escenario con más de una entidad solicitando autorización para operar un sistema de depósito, será imprescindible que las administraciones definan reglas claras del juego.” Antonio Romero, gerente del Sistema de Depósito, Devolución y Retorno de AECOC.

 

Hacia un horizonte común: reglas claras, voluntad compartida y avance sin dilaciones

La mesa redonda concluyó con un llamamiento unánime a dejar atrás la resistencia inicial y abordar esta nueva etapa desde la corresponsabilidad, la ambición y el trabajo conjunto. Margarita Ruiz recordó que “la normativa ha llegado para quedarse” y que ya no hay espacio para la incertidumbre: toca avanzar de manera coordinada entre administraciones y sectores. Borja Lafuente coincidió en que el momento actual representa una “oportunidad para liderar”, pero advirtió que no puede hacerse a costa de sobrecargar solo a las empresas: “revisitemos siempre para compensar esas cargas”. David Esteban abogó por un SDDR mixto que no deje a nadie atrás, ni grandes operadores ni pequeños actores, y animó a construir un modelo de país líder en reutilización.

Leandro Barquín, en esa misma línea de transformación, planteó la creación de un organismo independiente que ordene y lidere todos los sistemas de responsabilidad ampliada del productor, liberando así de presiones a las comunidades autónomas y entes locales. Rafael Sánchez, por su parte, celebró iniciativas como la nueva normativa francesa sobre ecomodulación, que bonifica a quienes apuestan por la reciclabilidad y los materiales secundarios: “es una medida que genera valor y tejido industrial”. Por último, Antonio Romero puso en valor el trabajo ya en marcha desde las asociaciones para desplegar el sistema de depósito en España y destacó la “escucha activa” que perciben por parte del Ministerio como una señal positiva para avanzar hacia un modelo más eficiente, integrador y alineado con las exigencias europeas.

 

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La jornada concluyó con un diálogo entre Alberto Casillas y Margarita Ruiz para extraer las principales conclusiones de la jornada. La subdirectora general de Residuos del MITERD recalcó que el sector del envase se encuentra de nuevo ante un momento crítico, similar al vivido en 2021 con la aprobación del Real Decreto 1055/2022, pero aún más complejo debido a la entrada en vigor del nuevo Reglamento europeo de envases. Advirtió que las nuevas obligaciones comunitarias —especialmente en reciclabilidad y reutilización— son ambiciosas y exigen una mayor preparación, ya que muchas empresas aún no son plenamente conscientes del alcance de los cambios. Por ello, llamó a intensificar los esfuerzos de comunicación y difusión, tanto desde las administraciones como desde las asociaciones sectoriales, para evitar que la falta de información lastre su implementación.

Margarita también puso el foco en la necesidad de reforzar la cooperación interministerial y con otros organismos como la CNMC, Hacienda o Aduanas, recordando que el nuevo marco normativo no solo plantea retos ambientales, sino también económicos y jurídicos complejos —especialmente en lo referente a la competencia entre sistemas de responsabilidad ampliada del productor (SCRAP) y a la financiación local. Finalmente, subrayó la urgencia de acordar unas reglas de juego claras y compartidas, especialmente en lo relativo a la financiación de las entidades locales, muchas veces sin recursos suficientes para abordar el flujo de envases con la intensidad requerida.

 

“Si permanecemos en el inmovilismo, difícilmente podremos avanzar. Por eso es esencial que, cuando se soliciten aportaciones, se presenten propuestas concretas y constructivas, alejadas del no por el no.” Margarita Ruiz Saiz-Aja, subdirectora general de Residuos del MITECO.

 

Finalizado el encuentro sobre envases y residuos de envases, los asistentes compartieron un café en un ambiente distendido que propició el intercambio de ideas, el networking y la consolidación de vínculos entre profesionales de distintos sectores implicados en la gestión de residuos.

 

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A continuación, tuvo lugar la sesión centrada en el flujo textil, que puso el broche final a un exitoso ciclo de diálogos en torno a los retos y oportunidades derivados de la nueva legislación en materia de residuos. Un espacio de reflexión colectiva que, a lo largo de varias jornadas, ha abordado cuestiones clave sobre vehículos y neumáticos fuera de uso, residuos municipales, biorresiduos, envases y residuos textiles, sentando las bases para una transición más eficaz, colaborativa y sostenible en la gestión de los recursos y el avance hacia la economía circular.

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